La propuesta es un Israel para todos los israelíes, un Israel para todos sus ciudadanos. Para los electores que llevan en sus corazones los valores de la izquierda: paz, justicia, igualdad, democracia, derechos humanos para todos, feminismo, protección del medio ambiente, separación entre estado y religión. Hablo de una izquierda renovada que defina un nuevo modelo del Estado de Israel, con una sociedad civil participativa. Soy un israelí postsionista, no antisionista.
lunes, 9 de agosto de 2010
Israel: nuestras propias usinas de la deslegitimación por Carlos Braverman
Existe un fenómeno nuevo en Israel: organizaciones de la sociedad civil cuya actividad principal es atacar a otras organizaciones de la sociedad civil. Sus esfuerzos van más allá del aporte al discurso democrático y parece estar dirigido a frenar la promoción de los derechos humanos.
Para que una sociedad sea verdaderamente democrática, debe permitir la libertad de expresión y deliberación de las cuestiones públicas, así como la libertad de sindicación - política y también en otras áreas de la vida civil. Las organizaciones de la sociedad civil, por ejemplo, son herramientas esenciales para encarar al gobierno y al legislativo en los medios de comunicación, en los tribunales y a través de protestas públicas.
A medida que la izquierda política se ha reducido en tamaño e influencia, las organizaciones que promueven los valores universales democráticos se han convertido en la única oposición clara y sistemática a las violaciones de los derechos civiles oficiales, ya sea dentro del propio Israel o en los territorios ocupados. Así, se han convertido en los nuevos enemigos de la extrema derecha israelí.
Los recientes ataques por iniciativa de organizaciones como la ONG Monitor, Elad e Im Tirtzu, a instituciones como New Israel Fund, Rompiendo el Silencio o Rabinos por los Derechos Humanos, al parecer cuenta con el respaldo del gobierno y de muchos miembros de la Knesset pertenecientes a la derecha.
Por ejemplo, en diciembre de 2009, la ONG Monitor, junto con el Instituto de Estrategia Sionista, patrocinó una conferencia en la Knesset, al parecer sobre el tema de la financiación de las ONGs israelíes por parte de gobiernos extranjeros.
En efecto, bajo el pretexto de la transparencia, el proyecto de ley a legislar abarcaba a la mayor parte de organizaciones destinadas a la promoción de derechos civiles y humanos.
Por supuesto, la "transparencia" no se dirigía a la innumerable cantidad de organizaciones de derecha y las asociaciones de colonos que a lo largo de las décadas utilizaron grandes cantidades de fondos públicos pisoteando los derechos de los palestinos, frustrando así la paz y la democracia. Es evidente que la motivación detrás de las restricciones a la ONGs de derechos civiles y humanos es reprimir la disidencia y favorecer al mismo tiempo a la empresa colonizadora para continuar sin obstáculos.
Recordemos que Elad, no sé porqué milagrosa causa, se vio implicada en el aporte de fondos para la construcción de una estación de policía, cerca de Sheik Jarrah, donde luego ocurrieron los disturbios ya conocidos por intentos de expropiación de viviendas en ese barrio palestino de Jerusalén Oriental. Curioso contribución al bienestar público por parte de esta.
Según la ONG Monitor- que en español suena a alcahuetería o chivataje depende de los distintos modismos hispanohablantes- las organizaciones no gubernamentales (ONG) se han hecho poderosas e influyentes, particularmente en situaciones de conflicto complejo.
Sus informes, protestas y actividades de presión tienen un impacto dominante en las Naciones Unidas y las políticas adoptadas por muchos gobiernos. Así en Israel, concluye, contribuyen con su información a la deslegitimación del país. Dice en sus principios:” la ONG Monitor tiene como objetivo poner fin a la práctica utilizada por algunas auto-declaradas "organizaciones no gubernamentales humanitarias" y de la explotación de su etiqueta de valores universales de derechos humanos para promover políticas ideológicamente motivadas en sus agendas”.
Estas políticas son a juicio de Monitor: “ proporcionar información a las entidades extranjeras o estar implicadas en los procedimientos judiciales en el extranjero contra altos funcionarios del gobierno israelí u oficiales de las Fuerzas de Defensa por crímenes de guerra. " Más cualquier acción que deslegitimice a Israel.
En su última columna Ury Anery hace un análisis genial y se formula estas pregunta:.
¿Quiénes son los agentes secretos de la conspiración que amenaza ahora la legitimidad de Israel? ¿Quiénes son las personas que entregan a los grupos anti-israelíes en todo el mundo la munición letal contra nosotros?
A la cabeza de la lista aparece, por supuesto, Avigdor Liberman, quien en menos de un año y medio ha logrado socavar la legitimidad de Israel más allá de la reparación en muchos países.
Desde que fue nombrado para su cargo como Ministro de Relaciones Exteriores, muchos de sus colegas internacionales se niegan a ser vistos en su compañía y le evitan como la peste, sólo le reciben bajo coacción.
El Ministro de Defensa Ehud Barak, que durante los últimos días ha logrado lo imposible, convertir el ejército libanés también en un enemigo con la acción inteligente de mandar a podar un árbol, conflictivo por su ubicación, se consagró así como un indiscutible aportante a la causa de deslegitimar la credibilidad de Israel.
También persuadió al gobierno de boicotear la Comisión Goldstone. La comisión hizo su trabajo sin embargo, sus conclusiones y acusaciones detalladas de crímenes de guerra israelíes tuvieron curso. En lugar de investigar, admitir disculpas y pagar las indemnizaciones, Barak inició una campaña de difamación personal contra el juez, que sólo magnifica el daño a Israel. Tardíamente, el ejército israelí inició la investigación propia, que recientemente confirmó las principales conclusiones del informe Goldstone. El Ministro del Interior Eli Yishai figura en la destacada lista de deslegitimadores desde hace años. El ministerio ha maltratado a los refugiados de África y otros lugares. Los sobrevivientes de Darfur, que arriesgan sus vidas para llegar a Israel a través del desierto del Sinaí, se encuentran atrapados en las calles por los escuadrones especiales del ministerio, encarcelados y deportados.
Esta semana, el gobierno decidió expulsar a 400 niños hijos de trabajadores extranjeros que han nacido en Israel, hablan hebreo y nunca han conocido ninguna otra patria.
No hace falta la tarea de Monitor, creo que sabemos cuál es nuestra principal fuente de deslegitimación y que la financia el pueblo del Estado de Israel habilitando involuntariamente a estos ilustres ciudadanos para ejecutarla.
Tenemos que trabajar duro, pues si antes de las próximas elecciones no presentamos un plan de trabajo societario que pueda desarticular todo este siniestro imaginario de pseudo confabulación y auto deslegitimación y presentar sobre todo un plan económico viable, nosotros o sea la izquierda, seremos los cómplices también involuntarios de una catástrofe imperdonable.
Somos patriotas y queremos un destino mejor para nuestro país Israel, si Monitor nos considera traidores, adelante, pues en verdad su tarea es lamentable, nosotros somos unos convencidos que pensamos que el mejor horizonte se construye sin estos distinguidos aportes y sí con los de los ciudadanos consustanciados con la democracia y la justicia de distribución equitativa del derecho constitucional.
Es por eso que tenemos que luchar por una constitución que asegure la garantía plena del derecho público para todos los ciudadanos y habitantes de Israel.
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judeo-árabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).
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