domingo, 27 de enero de 2013

Organización Judía Combatiente. Día Internacional de Recuerdo del Holocausto


La resistencia judía ante los nazis


La oposición activa contra los nazis y sus colaboradores por parte de los judíos, tanto en forma individual como colectiva, bajo el régimen nazi, en el cual los judíos eran objeto de un proceso de deshumanización cuyo fin era el exterminio, se consideraba frecuentemente como una acción de resistencia. Como respuesta a esta campaña de los nazis, la oposición judía adquirió formas diversas y actuó en distintos ámbitos.

La oposición armada organizada era considerada como la cumbre de la resistencia frente a los nazis. A partir del fin de la segunda guerra mundial fue posible encontrar testimonios de muchos casos de lucha armada de los judíos contra los nazis a lo ancho de Europa, siendo la más conocida de todas ellas la rebelión del gueto de Varsovia en la primavera de 1943.

En la práctica, todos los intentos de los luchadores judíos de enfrentarse con los nazis finalizaron en derrota. A pesar de ello, se difundió la opinión de que si sólo hubieran existido más luchadores judíos contra los nazis, el número de los judíos sobrevivientes hubiera sido mayor.
La mayor parte de los investigadores llegaron a la conclusión de que, en general, la mayor parte de los luchadores judíos no creía que la resistencia armada fuera el camino para salvar un número considerable de judíos de la muerte a manos de los nazis o de sus colaboradores.

Los judíos lucharon contra los nazis por razones diversas, entre ellas la voluntad de vengar el asesinato de otros judíos, o por el deseo de que las generaciones venideras supieran que los judíos lucharon contra los nazis con las armas en la mano por el honor del pueblo de Israel.

Pero sin embargo, entre los partisanos la lucha y la supervivencia dependían íntimamente la una de la otra: además de las unidades combatientes de los partisanos, surgieron en muchos lugares campamentos de familias, par los judíos que llegaban hasta los partisanos pero no estaban preparados para la lucha, y los combatientes protegían estos campamentos.

También en la rebelión nacional de Eslovaquia fue el auxilio un factor importante, y los luchadores judíos tenían la esperanza de que el remanente de los judíos de Eslovaquia pudiera salvarse mediante la liquidación del gabinete pro nazi que gobernaba Eslovaquia.

En varios campos de concentración, y en especial en Sobibor, Treblinka y Birkenau (ver Auschwitz) se rebelaron los Sonderkommando judíos. Todas estas rebeliones fueron cruelmente reprimidas por el personal de los campos. En Birkenau fueron asesinados todos los rebeldes. Pero en Sobibor y en Treblinka logró un pequeño número de ellos fugarse en medio de los enfrentamientos.

Las rebeliones iniciadas por iniciativa de los judíos fueron los únicos actos de resistencia armada contra los nazis en los campos de concentración y exterminio.

En la mayoría de los países de Europa Occidental y Oriental la respuesta judía a los nazis se concentró en el auxilio, y la resistencia armada judía era más que nada un fenómeno secundario.

Esto fue especialmente cierto en lo relativo a Bélgica, Alemania, Holanda y Hungría. En Francia, además de tomar parte en acciones de auxilio, los judíos participaron notoriamente en la resistencia armada contra los nazis. En el verano y el otoño de 1942 se consolidó la organización clandestina judía, las fuerzas unidas de los judíos formaron el “ejército judío” que participó en numerosas operaciones. Sus acciones incluían la venganza contra los traidores, ataques contra aviones, trenes y vehículos alemanes, y sabotaje en las fábricas que contribuían al esfuerzo de guerra de los países del Eje.

En Argelia, los jóvenes judíos organizaron grupos de defensa bajo la pantalla de centros deportivos. Ellos, junto con otros judíos, tuvieron un papel clave en la ayuda a las fuerzas aliadas que en noviembre de 1942 aterrizaron en el norte de África, fundamentalmente mediante la toma de posiciones importantes en las ciudades.

En la base de la resistencia judía a los nazis en los guetos de Europa Oriental estaba la lucha por la supervivencia física. La respuesta judía a las medidas draconianas de los nazis en lo referente a lo económico y lo social, que dificultaron enormemente la existencia de los judíos, fue tratar de eludir dichas medidas.
El contrabando de alimentos, de ropa, de medicamentos y otros artículos necesarios le permitió a los judíos sobrevivir, por un poco más de tiempo. Los judíos en los guetos, en las unidades de trabajo forzado, y a veces hasta en los campos de concentración nazis, comerciaron con los no judíos toda vez que pudieron hacerlo. De este modo surgió no pocas veces una contra-economía clandestina, activa y efervescente.
Tuvo gran importancia también la resistencia espiritual, denominada la “santificación de la vida”.

Antes del estallido de la segunda guerra mundial, fueron la resistencia espiritual y los esfuerzos para promover la emigración, los centros neurálgicos de la respuesta judía al Tercer Reich.
Luego del comienzo de la guerra respondieron los judíos al deterioro de su situación y al proceso de deshumanización que los afectaba, fundamentalmente en los guetos del Este y en los campos de concentración nazis, mediante esta resistencia espiritual.

El establecimiento de escuelas judías, teatros, orquestas y actividades similares, ayudó a los judíos a conservar su dignidad humana a pesar de la opresión nazi.
En Vilna, por ejemplo, los logros de los judíos en el ámbito cultural fueron extraordinarios. También la observancia de las obligaciones religiosas (Mitzvot) a pesar de las leyes y de las ordenanzas que lo prohibían, era una expresión muy importante de la santificación de la vida en los guetos y en los campos, y también lo eran los encuentros clandestinos de los grupos de jóvenes sionistas, comunistas y otros.

En el plano personal, como lo señaló Primo Levi en su libro:
“En realidad, hasta el cuidado por la limpieza del ser humano en un lugar como Auschwitz era en cierto modo el cuidado de la dignidad y el espíritu humanos, y muchas veces eso ayudaba al cuidado de la voluntad de vivir de los prisioneros del campo – lo cual era de máxima importancia para su supervivencia”.
En muchos guetos, en especial en los guetos de Varsovia y Cracovia, se imprimieron y se distribuyeron periódicos clandestinosjudíos que ocuparon múltiples roles. Los periódicos presentaban información y análisis de sucesos, y fortalecían espiritualmente a los judíos con poesía, literatura de ficción y chistes, y finalmente los convocaban a actuar desde la resistencia armada.

Otras formas de resistencia se vinculaban con las operaciones de auxilio, en especial auxilio por iniciativa judía o en colaboración con no judíos.
Individuos aislados y grupos intentaron, de modo organizado o espontáneo, escapar de los nazis, cruzaron fronteras hacia países más seguros, se ocultaron con no-judíos, se ocultaron utilizando documentación falsa o simplemente se ocultaron como pudieron.

Unos 350,000 judíos huyeron hacia territorio soviético ante el avance de las fuerzas alemanas, decenas de miles de judíos huyeron desde el gueto de Varsovia hacia el “lado ario” de la ciudad, uniéndose a las decenas de miles de judíos que se escondían en todo el territorio polaco.
Cientos de miles de judíos viajaron desde los territorios conquistados por los alemanes en la Unión Soviética hacia el interior del país, que aún no había sido ocupado.
Miles de judíos huyeron de Eslovaquia hacia Hungría al comenzar las deportaciones en Eslovaquia, y miles de judíos huyeron de Hungría luego de que los alemanes la ocuparan en marzo de 1944, principalmente hacia Rumania.
Toda la atmósfera de salvación que reinaba en Budapest luego de la toma del poder por la “Cruz de Flechas” el 15 de octubre de 1944, y en la cual tenían un papel importante ciertas bases dentro del público judío, era también una forma de resistencia ante los nazis y su política.
También el rescate de niños de Francia y de Bélgica, así como la huída de los judíos de Francia hacia España y Suiza, y de Italia hacia Suiza; todas estas acciones pueden incluirse tanto en el marco de la resistencia como en el marco específico del auxilio.

También en el incumplimiento por parte de los judíos de ciertas exigencias de los nazis puede verse una resistencia. Los nazis eran capaces de responder a esto de la forma más violenta que pudiera imaginarse.

Numerosos líderes judíos que se negaron a cumplir las instrucciones de los nazis pagaron por ello con su vida. Así, por ejemplo, los nazis detuvieron al primer presidente del Judenrat de Lwow, el doctor Iosef Franz, y le asesinaron por negarse a entregar judíos para el trabajo forzado.
Moshe Iofe, último presidente del Judenrat de Minsk, recibió de los nazis instrucciones de calmar a los judíos concentrados como consecuencia de la Aktion de fines de julio de 1943. En lugar de tranquilizarlos, Iofe les dijo a los judíos concentrados en el lugar que huyeran en un último intento de salvar sus vidas. Inmediatamente después, los nazis asesinaron a Iofe.

Existen informes de casos en los que judíos en forma individual maldijeron a sus perseguidores, los escupieron o los atacaron sólo con sus manos desarmadas, al comprender que se los iba a deportar o ejecutar. En la mayoría de estos casos los nazis respondieron inmediatamente con el asesinato del “transgresor” judío.
Desde la Segunda Guerra Mundial se han ido acumulando descripciones y numerosos documentos acerca de la resistencia de los judíos durante la guerra, pero hasta ahora no se ha concluido con la evaluación de todo el material acumulado. Pero sin embargo, de la gran cantidad de material que ya fue evaluado resulta evidente que las respuestas de los judíos ante los nazis fueron muy variadas y estuvieron influidas por un gran número de factores y de motivaciones.
La resistendia armada en los guetos y en los campos
Desde comienzos del año 1942 la rebelión armada ingresó al orden del día de los movimientos clandestinos judíos. La resistencia armada judía en los años del Holocausto fue distinta de la de otros pueblos oprimidos de la Europa ocupada en los años de la Segunda Guerra Mundial.

La lucha armada de los judíos se desarrolló bajo condiciones de exterminio general y absoluto. Fue esta la lucha de un público encarcelado en centenares de guetos y en centenares de campos, desvinculados unos de otros.

Las posibilidades de las organizaciones clandestinas de prepararse para una rebelión armada eran reducidas al máximo. Y además, los judíos se vieron obligados a salir al enfrentamiento armado sin haber tenido la oportunidad de adiestrarse para él, en un momento en que la Alemania Nazi se hallaba en la cima de su poder, sin tener ayuda externa apreciable de ningún factor externo, porque la fecha de los envíos de convoyes hacia los campos de exterminio era la que determinaba el momento para la acción.
La lucha en los guetos
En varios guetos diseminados por toda Polonia, Lituania, Bielorrusia y Ucrania, surgieron organizaciones clandestinas cuyo objetivo era la lucha armada, es decir, la rebelión en el gueto o la huída, por la fuerza de las armas, del gueto cerrado a las actividades de los partisanos en la zona.
En muchos casos estalló. En muchos casos había una combinación de ambas, de rebelión y de huída. Hubo también casos en los cuales estalló la rebelión en forma, espontánea u organizada, solamente en forma improvisada.

Las organizaciones clandestinas de los guetos se vieron obligadas a buscar solución a problemas sumamente difíciles, como entrar de contrabando armas al gueto, adiestrar luchadores en las condiciones del gueto, y la preparación de un plan de combate para el caso de una acción sorpresiva de los alemanes. Un problema no menos complejo fue ganarse el apoyo de los encerrados en el gueto a la causa de la organización clandestina combatiente.
No había ninguna duda de que no estaba al alcance de los rebeldes lograr obligar a los alemanes a cesar en sus acciones de exterminio, y era también claro que muy pocos tendrían éxito en la huída del gueto para unirse a la lucha de las unidades de partisanos.
La organización clandestina de los guetos fue no obstante la única, en la historia de los pueblos, que llamó a una rebelión cuyo objetivo era, en esencia, la resistencia. Tampoco estaba a su alcance el logro de objetivos palpables. En algunos guetos esta posición dio lugar a enfrentamientos entre la clandestinidad combatiente que llamaba a la rebelión, y el Iudenrat, que esperaba salvar, por lo menos, a parte de los recluidos en los guetos gracias al trabajo en las fábricas de los alemanes.
El gueto de varsovia
El mayor levantamiento de los judíos, que logró resonancia en todo el mundo, fue el levantamiento del Gueto de Varsovia del 19 de abril al 8 de mayo de 1943.
El 28 de agosto las organizaciones de jóvenes sionistas crearon la “Organización Judía Combatiente”. Hasta el fin de las deportaciones el día 13 de septiembre, la Organización llevó a cabo varias acciones con características de combate, pero que no lograron influir sobre el desarrollo de las deportaciones.
Luego de la deportación, en los meses octubre y noviembre de 1942, se unieron a la Organización Judía Combatiente la mayoría de los partidos y movimientos clandestinos del gueto: sionistas, “Bund”, y comunistas.
La Organización encontró caminos nuevos para la adquisición de armas gracias a los vínculos con las organizaciones clandestinas polacas. Comenzó también la fabricación en el gueto de bombas incendiarias. Desde el gueto de Varsovia se enviaron delegados hacia otros guetos para impulsar también en ellos la rebelión armada. El movimiento revisionista, que no se unió a la Organización, formó su propio grupo de lucha armada, la “Unión Militar Judía”.

El 18 de enero de 1943 los alemanes renovaron las deportaciones desde el gueto de Varsovia. La Organización Judía Combatiente respondió, a pesar de que todavía contaba con muy pocas armas, y se produjeron los primeros combates callejeros en la Varsovia ocupada.
El 21 de enero los alemanes suspendieron los envíos de deportados. Las dos organizaciones clandestinas judías, la “Organización Judía Combatiente” y la “Unión Militar Judía”, aprovecharon el respiro para apurar sus preparativos para la rebelión, y la población civil preparó búnkeres subterráneos para esconderse y atrincherarse en ellos. Cerca de la fecha de la rebelión las dos organizaciones acordaron coordinar sus acciones.

El 19 de abril de 1943, visperas de la fiesta de Pesaj, entraron al gueto tropas alemanas en gran número, con el objetivo de renovar las deportaciones hacia el exterminio.
Se encontraron con una resistencia muy bien organizada de combatientes judíos, viéndose obligadas a retirarse de la zona de combate. Dos hechos sorprendieron a los alemanes y despertaron una profunda impresión en la Europa ocupada:
En primer lugar, el éxito alcanzado por los judíos, en las condiciones de hambre y aislamiento del gueto, de formar una fuerza militar capaz de defenderse de los alemanes. En segundo lugar, el tiempo prolongado que se requirió para reprimir la rebelión, a pesar de la relación de fuerzas que estaba más allá de toda comparación posible. La relación del poder de fuego de los alemanes con el de los judíos era mayor que 100 a 1, sobre la base de la cantidad de armas y de municiones.

El 10 de mayo logró un grupo grande, de varias decenas de combatientes, salir del gueto a través de los canales de las cloacas, llegaron hasta la zona boscosa de Wyszkow, y allí intentaron continuar con la lucha de partisanos contra los alemanes.

También más tarde, durante todo el mes de junio de 1943, continuaron los combates de unos pocos grupos pequeños sobre el terreno del gueto destruido.
En la “Rebelión de la Varsovia Polaca” del verano de 1944 lucharon en las filas de los rebeldes unos mil judíos, y también una sección de la “Organización Judía Combatiente”, sobreviviente de la rebelión del gueto de Varsovia, y una unidad denominada “Brigada Judía Internacional”, que se organizó entre los prisioneros liberados del campo Gesia. La mayoría de los combatientes de esa unidad eran judíos de Grecia.
La “Organizasión judia combatiente” en otros guetos
En varios guetos de Polonia se creó una organización militar clandestina con el nombre de Organización Judía Combatiente, en gran medida debido a la influencia de la Organización del Gueto de Varsovia, y con una estructura similar, es decir sobre la base de la unión de organizaciones diversas, fundamentalmente de la juventud sionista, aunque también comunista y del Bund.

En los guetos pequeños la preparación de una fuerza para la rebelión resultó más difícil que en el Gueto de Varsovia. En un lugar pequeño era más difícil mantener en secreto los preparativos, sin despertar la atención de los alemanes en los alrededores del gueto. También los contactos con organizaciones clandestinas no judías eran más difíciles.

A pesar de esto, logró organizarse en varios guetos la Organización Judía Combatiente, que llevó a cabo levantamientos armados o logró abrirse paso a través de los muros del gueto para unirse a la lucha de partisanos de la zona.

Gran repercusión, aunque no como la del levantamiento del gueto de Varsovia, tuvo la rebelión en el gueto de Bialistok, que estalló el 16 de agosto de 1943. La rebelión duró varios días. La mayoría de los luchadores, y entre ellos el comandante de la Organización Judía combatiente, Mordejai Tenenboim (“Tamarof”), cayeron en la lucha. Varias decenas de luchadores lograron salir del gueto incidentalmente durante la lucha. Continuaron luchando fuera del gueto, fundamentalmente en la unidad de partisanos judíos “Kadima”, que operaba en la zona.

También en los guetos de Bendin y Sosnowiecz desarrolló la Organización Judía Combatiente la resistencia armada (el 1 de agosto de 1943(, y también en Tarnow (el 1 de septiembre de 1943).

En Cracovia la Organización Judía Combatiente renunció a preparar una rebelión dentro del gueto, porque fue su evaluación que, dadas las circunstancias, no había posibilidad alguna de éxito. En cambio decidieron, aún antes de la liquidación del gueto, trasladar la lucha contra los alemanes al lado “ario” de la ciudad. La Organización llevó a cabo varios ataques contra los alemanes en las calles de Cracovia. El más famoso entre ellos fue el ataque del 22 de diciembre de 1942 al club del ejército alemán Cyganeria.

En varios de los guetos las organizaciones de lucha armada tomaron otro nombre, aunque su organización fue similar a la de la Organización Judía Combatiente del gueto de Varsovia. Una de las organizaciones más importantes, y la primera entre ellas, fue la “Organización Partisana Unida” (P.P.O.) en el gueto de Vilna, que ya en el año 1942 comenzó a actuar.

El PPO no se conformó solamente con acciones locales sino que realizó un esfuerzo tremendo para despertar una ola de resistencia en todo el territorio de Europa Oriental. En enero de 1942 emitió el famoso llamamiento de Aba Kovner al combate armado contra los nazis. La Organización Partisana Unida no pudo realizar una rebelión dentro del gueto, pero logró sacar a varios cientos de luchadores hacia la lucha partisana en los bosques de Rudninkai y Naroch.

Una actividad similar, y muy enérgica, tuvo la “Organización Antifacista”, formada en el año 1942 en el gueto de Kovno. La organización operó hasta la liquidación del gueto en el verano de 1944. Tampoco allí llegaron las acciones hasta una rebelión en el gueto, pero muchos combatientes se unieron a los partisanos de la región. Parte de ellos se encontraron allí con los luchadores del gueto de Vilna.

También la organización del gueto de Minsk, capital de Bielorrusia, realizó un trabajo muy amplio, y también allí el centro de la actividad de la organización fue sacar a combatientes al exterior para unirse con los partisanos de la región. La organización combatiente del gueto de Minsk comenzó a operar ya en diciembre de 1941, y luego de un breve lapso ya logró sacar un grupo para que se uniera a los partisanos.
Rebeliones en los guetos pequeños
En numerosos guetos pequeños la situación evolucionó hacia una rebelión armada generalizada, a veces en forma improvisada, debido a la presión del tiempo (las deportaciones hacia los campos de exterminio), y a veces después de sólo una breve preparación de la población judía del lugar, no justamente sobre la base de la orientación política previa.
Las rebeliones de guetos más famosas fueron:
El 25 de octubre de 1941, en momentos en que los alemanes se preparaban para levantar guetos en las aldeas de Starodubsk y Tatarsk, en la región de Smolensk, los judíos se opusieron armas en mano. De estos dos campos de combate no quedaron sobrevivientes, y de su ocurrencia se tuvo noticia tan sólo a través de documentos de los nazis.

El 21 de julio de 1942 se levantaron los judíos del gueto de Kletsk. Incendiaron sus casas y huyeron del gueto por la fuerza.
El 22 de julio de 1942 se rebelaron los judíos del gueto de Nesvich.
El 9 de agosto de 1942 se rebelaron los judíos del gueto de Mir.
El 3 de septiembre de 1942 se rebelaron los judíos del gueto de Lachwa.
El 9 de septiembre de 1942 se rebelaron los judíos del gueto de Kremenets.
El 23 de septiembre de 1942 se rebelaron los judíos del gueto de Tuchin.
Rebeliones en los campos
Un lugar muy especial para la lucha de los movimientos de resistencia judía fueron los campos de concentración. Las condiciones para la preparación de la resistencia y las posibilidades para una acción de combate cualquiera eran muchísimo más difíciles y complicadas que en los guetos.

Los habitantes del gueto tenían una relativa libertad de movimientos dentro de la zona judía cerrada. En cambio en los campos la posibilidad de libertad de movimiento o de una comunicación mutua se veían reducidas al ámbito de la barraca o al del lugar de trabajo, y también allí el prisionero se hallaba bajo la vigilancia casi continua de la comandancia del campo.

También existían diferencias substanciales entre las condiciones para la resistencia en sus diversas formas, según el tipo de campo que hubieran erigido los alemanes: campos de exterminio, campos de concentración, campos de trabajo forzado y campos de prisioneros, pero también había varias características comunes entre ellos.

Un obstáculo muy grande para la organización de cualquier actividad de resistencia fue el terror, en dimensiones indescriptibles, al que estaban sometidos los prisioneros en los campos, que carecían de cualquier posibilidad de defensa, y cuyo destino se hallaba por completo en las manos de la comandancia del campo, de los guardias, de los empleados, cuya arbitrariedad con los prisioneros no tenía límite. Cualquier prisionero podía ser sometido a las torturas más salvajes, asesinado por las torturas más crueles debido a la transgresión más nimia, o sin causa alguna. Las posibilidades de una resistencia se redujeron al máximo, en relación con los guetos, unido ello al hambre crónica y a las condiciones de vida, que provocaban la desaparición de las fuerzas y la atrofia física de la gran masa de los prisioneros.

Otro factor que frenaba las iniciativas de resistencia era el principio de responsabilidad colectiva de los prisioneros. Por cada fracaso pagaban con sus vidas no solamente los participantes sino también otros prisioneros, a los que se asesinaba en virtud de ése principio. Más aún, el éxito de un grupo de prisioneros (por ejemplo, la concreción de una fuga), provocaba la mayor parte de víctimas entre los otros prisioneros. En cuanto a la población civil en los alrededores del campamento, se aplicaba la pena de muerte, casi siempre sin proceso alguno, por cualquier ayuda a un prisionero fugado, o que estuviera planeando una rebelión, fundamentalmente si el prisionero era judío. Esto hacía sumamente difícil el establecimiento de vínculos y los esfuerzos para lograr ayuda por parte de la población civil de la zona.

Los sistemas de cercado de los campos y la vigilancia sobre ellos no era siempre la misma. Pero sin embargo, un factor común era el anillo de cercas y barreras que no sólo aislaban el campo del mundo exterior, sino que también separaban sectores dentro del campo. Numerosas torres de vigilancia y una fuerte iluminación estaban destinadas a lograr una buena visibilidad en el campo y sus alrededores, para evitar las fugas individuales y asegurar la posibilidad de cobertura con fuego de ametralladoras en todo el campo en el caso de una rebelión general.

A pesar de todas estas dificultades los prisioneros lograron organizar rebeliones en varios campos, y en decenas de otros campos llevar a cabo fugas organizadas para la incorporación a la actividad partisana de la zona.

Las rebeliones de los judíos más conocidas son las que se produjeron en tres campos de exterminio: Auschwitz-Birkenau II, Treblinka y Sobibor.

El 2 de agosto de 1943 estalló una rebelión en el campo de exterminio Treblinka.
La preparación había tomado varios meses. Se prepararon planes y armas blancas: hachas y cuchillos, destinadas a ser usadas contra el personal del campo, en especial contra los guardias ucranianos. Se planeó también el asalto al depósito de armas de los alemanes y los ucranianos. Unos 600 prisioneros participaron de la rebelión. La mayor parte de ellos cayó en la lucha por la salida del campamento o en las persecuciones posteriores, enseguida después de la fuga. Pero varias decenas de prisioneros lograron salvarse. Algunos de ellos continuaron en la lucha contra los nazis hasta el día de la liberación.

El 14 de octubre de 1943 estalló una rebelión, muy bien preparada, en el campo de Sobibor.
Los rebeldes mataron a diez hombres de la SS y tomaron sus armas. En forma similar a lo ocurrido en Treblinka, la mayor parte de los rebeldes cayó en su intento por salir del campo o en las persecuciones posteriores. Decenas de prisioneros lograron fugarse y unirse a las unidades de los partisanos, entre ellas a la compañía de partisanos judíos bajo el comando de Iejiel Grinshpan, que operaba en los bosques de Parczew.

El 7 de octubre de 1944 estalló la rebelión de los prisioneros judíos en el mayor de los campos de exterminio, Auschwitz Birkenau II.
Los rebeldes eran prisioneros que pertenecían a un grupo especial, los sonderkommando, que eran obligados a trabajar en la incineración de los cadáveres de los asesinados. Los rebeldes mataron a varios de los hombres de la SS y destruyeron uno de los crematorios. Pero todos ellos cayeron en el combate. La rebelión resultó posible gracias al traslado de material explosivo por prisioneras judías que trabajaban, en un campo cercano, en la fábrica [de municiones] “Union”. Cuatro prisioneras, encabezadas por Rosa Robota, miembros de la organización clandestina del campo, fueron atrapadas y ahorcadas en público.

Entre las rebeliones ocurridas en otros campos hay que señalar las siguientes:
La rebelión en el campo Kruszyna el 16 de diciembre de 1942.
La resistencia en el campo de Minsk-Masoviecki el 10 de enero de 1943.
La revuelta en el campo de Krychow el 16 de agosto de 1943.
El levantamiento en el campo de Lwow-Yanovska el 19 de noviembre de 1943.

Una fuga que tuvo especial éxito tuvo lugar en el campo para prisioneros de guerra de Lublin, en el cual se logró organizar la actividad partisana.
Otras fugas exitosas ocurrieron en los campos de Krasnik, Msidanek, Ostrowiec Swietokrzyski, y otros.

Mordejai Anilevich- 27 de enero día Internacional de Recuerdo del Holocausto. Con vídeo


Mordejai Anilevich- Comandante de la Organización judía Combatiente en la Rebelión del Ghetto de Varsovia- 27 de enero día Internacional de Recuerdo del Holocausto

Mordejai Anilevich nace en 1919 en Wyszkow, fue educado en circunstancias difíciles, viviendo en constante zozobra hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Wyszkow fue una de las primeras víctimas de la barbarie nazi, y es aquí donde se forman los primeros grupos constituídos por guerrilleros judíos (combatientes del ghetto de Varsovia); entra de esta manera en la historia Mordejai Anilevich.

Desde chico Mordejai fue objeto de expresiones antisemitas y de insultos, pero él nunca permaneció indiferente, debió muchas veces trenzarse en peleas con tunantes polacos a los que siempre enfrentó aún cuando fueran mayores que el o más numerosos. Comenzó así a desarrollarse en él una obstinada fuerza de oposición, que fue creciendo con el correr del tiempo debiendo elaborar su propia estrategia para poder ser respetado por los «juliganes» (malhechores, patotas que actuaban en actos de vandalismo). Poseía una inteligencia privilegiada y una memoria notable. Era el jefe del comité colegial, un excelente orador, su polaco era puro, libre de acento ídish, lo que era un factor importante para el antisemitismo que reinaba entonces en Polonia. En 1937 se hallaban en pleno florecimiento las «relaciones cordiales» entre polacos y la Alemania Hitlerista. Su visión de Eretz Israel no lo abandonó jamás, pensaba en ello y aspiraba a concretarlo. Las expresiones antisemitas que los niños polacos solían lanzarle, los contínuos ataques de polacos a judíos fortalecieron su decisión de dedicarse a la actividad sionista.

A la edad de 13 años Mordejai se afilió al Betar en cuyo grupo juvenil fue muy activo, optando luego por ideas antagónicas ingresa a la Hashomer Hatzsair, gracias a Josef Szamir un estudiante de la Universidad de Varsovia. En poco tiempo se convirtió en el centro del grupo Jazit (Frente) y más adelante jefe de un grupo creado por él mismo. Vale la pena recordar quiénes integraron este grupo por el papel que desempeñaron durante la Segunda Guerra Mundial: 

-Mordejai Growas (Merdek) combatió en enero de 1943 en el Levantamiento del Ghetto de Varsovia. Muere en Wyszkow por un grupo de guerrilleros polacos. 
-Josef Zysman (Zieman) integra el movimiento clandestino en el lado ario de Varsovia en la organización de los vendedores de cigarrillos en la Plaza de las Tres Cruces. En 1937 fundan el grupo Mered cuando Mordejai se convierte en jefe de la agrupación Tel-Amal. A fines de 1938 las infames agresiones a los judíos en Varsovia llegaron a su punto culminante, todos los días se registraban vrctimas judías. Se decide crear una organización de auto defensa para todos los judíos de Varsovia sin excepción. Esta siguió funcionando hasta el estallido de la guerra. En esas luchas se distinguieron Mordejai Anilevich y Bernard Goldsztejn del Bund. Las luchas duraron 3 días y al 4 intervinieron los alemanes poniendo fin a las contiendas. Así fue como se resolvió comenzar a reunir armas sin sospechar siquiera que a los judíos del ghetto les esperaba el total exterminio a manos de los alemanes. Mordejai en 1939 se va a Vilna y regresa en 1940 a Varsovia con Mira Fuchrer.

Durante la guerra surgió al primer plano como uno de los dirigentes espirituales de su organización. Activo en la jefatura del movimiento clandestino en representación de la Hashomer Hatzsair. Fue también co-redactor del periódico clandestino Negued Hazerem. Luego del asesinato del jefe de la Hashomer Hatzair, Anilevich es designado miembro central de Hejalutz clandestino convirtiéndose en el vocero de su partido; su palabra era de peso en todos los asuntos relacionados con el movimiento clandestino y la organización de lucha. En 1941 se produce el primer enfrentamiento de Mordejai Anilevich con las autoridades. Fue el primer activista clandestino que se opuso a las órdenes de los alemanes. Agudizándose los actos de terror de los germanos Anilevich consideraba no obstante que debía organizarse una oposición armada en el ghetto mismo y no abandonar a su propia suerte al medio millón de judíos de Varsovia. En 1942 Mordejai se entrevista con el dirigente máximo del Judenrat de Silesia M. Merin a quien advirtió que en caso de que continuara el envío de transportes con judíos la juventud se opondría con las armas en mano. A su regreso de Varsovia se convirtió en el jefe virtual de la Hashomer Hatzsair. Desarrolló una intensa actividad en las tareas organizativas con los combatientes judfos en la preparación (Z.O.B.) de granadas, formación de grupos de combate en Varsovia. Ordenó que no se cumplieran las exigencias alemanas de salir fuera del ghetto y en el caso que realizarán una «acción» atacar los transportes en los cuales se conduciría a los judíos capturados. Previno que nadie se ofreciera voluntariamente a ser conducidos a lugares de trabajo dado que hizo saber claramente que todos los judíos eran llevados a las cámaras de gas de Treblinka. La Z.O.B. ordenó que si se producía una nueva «acción» los judíos se ocultaran en los escondrijos y no salieran de allí al llamado de los alemanes. M.Anilevich y un grupo de combatientes se mezclaron con las personas que volvían de sus trabajos fuera del ghetto que eran conducidos por los alemanes armados al Umschlagplatz, la plaza junto a la estación desde donde los judíos eran llevados en vagones de ganado a Treblinka. Se desarrolló una sangrienta lucha. Actos similares de resistencia armada tuvieron lugar en otros sectores del ghetto donde había otro grupo dirigido por Arie Wilner, Eliezer Geler y otros. La inesperada resistencia opuesta por las organizaciones judías de combate tomó de sorpresa a los alemanes, obligándoles a suspender las deportaciones y buscar medios y formas de apresar a sus víctimas. 

Anilevich realizó una gran reorganización y fortaleció la capacidad de lucha de los grupos. En 1943 se ocupó de adiestrar a los jóvenes y a proveerles de armas. Tres días antes de iniciarse la liquidación del ghetto de Varsovia los alemanes trataron bajo todo medio y engaño posible el destierro «pacífico » de todos los judíos de Varsovia. El 19 de abril de 1943 para el aniversario del nacimiento de Hitler, vísperas de Pesaj, comenzó el levantamiento del ghetto de Varsovia, los nazis se proponían sacar a los judíos del gran ghetto. Esta sería la última batalla que Anilevich habría preparado. El 8 de Mayo de 1943 Anilevich se encontraba con una parte de los combatientes en el bunker del Comando Supremo de la Z.O.B. de la calle Mila 18. El inolvidable Mordejai Anilevich, el comandante de la organización judía de combate ya no estaba entre los vivos. 


Himno de los Partizanos

Nunca digas que emprendes el último camino.
Cielos plomizos ocultan días azules.
Aún vendrá la hora ansiada
Y nuestro paso marcará: 
¡ESTAMOS AQUÍ!

Desde el país de la palmera hasta el lejano país de la nieve
Estamos aquí - con nuestros dolores y sufrimientos 
Y donde haya salpicado una gota de nuestra sangre
Allí, brotará nuestro heroísmo, nuestro valor.

El sol de la mañana dorará nuestro hoy,
Nuestro ayer desaparecerá con el enemigo.
Y si se han de retardar la luz y el Sol
Sea lema esta canción de generación en generación.

Con sangre y plomo fue escrita esta canción.
No es el canto de un pájaro en libertad
Sino que un pueblo entre muros derruidos 
Con armas en la mano la entonó.

No digas, pues, que emprendes tu último camino.


Fuente: Fundación Memoria del Holocausto

jueves, 24 de enero de 2013

La batalla por la sociedad continúa por Carlos Braverman




En estos días dije que nuestra izquierda es doblemente demonizada. En lo interno pues no decimos cosas que agraden al establishment y hacia afuera no somos vistos como combatientes por los derechos civiles de todos los ciudadanos. Esto es erróneo, es falso, siempre trabajamos por los derechos civiles de todos sin distinciones. Analicemos la batalla por nuestra sociedad, por el perfil de país que queremos y veremos que para nosotros ésta se debe librar todos los días. El acto electoral del martes último abre una nueva etapa para esta tarea.
Yo mismo dije que estos resultados, los arrojados por las elecciones del martes, son un revés para Netanyahu. Pero analicemos algunos aspectos que valen la pena tener presentes para mensurar la justa dimensión del hecho. Es real que tiene menos mandatos y parece que el electorado no le dio un cheque en blanco a la derecha extrema, pero sus políticas hacia los palestinos y sus territorios permanecerán vigentes a no ser que exista una coalición que incluya cambios sustanciales en el tema. La pregunta del millón es si es posible dar por tierra un discurso basado en la práctica del militarismo con fines securatistas muy consolidado, junto con la expansión de asentamientos y las políticas excluyentes hacia las minorías en el territorio dentro de la Línea Verde y los Territorios Ocupados.
Es importante tener en cuenta que la nueva estrella de la política israelí, Yair Lapid, cuyo partido obtuvo 19 mandatos no tiene una plataforma que al respecto de los Territorios Ocupados lo diferencie mucho de la de Netanyahu. En principio coincide muy bien con el nacionalista religioso Bennett en muchos aspectos, según diálogos que trascendieron en estos días. Tampoco la lista de candidatos más cercana a él, que lo acompañó y ya son poseedores de los mandatos que buscaban, son una garantía de cambio en la materia. Yo no veo en sus propuestas y en los votos que recibió un mandato por la paz.
Creo sin embargo que sin duda será personalmente un representante del liberalismo tanto dentro o fuera de la coalición, según terminen de concretarse las negociaciones que den a luz el futuro gobierno. Insisto en mis dudas sobre varios de los componentes de la lista. Lo será claro, dentro del actual estado de las cosas, pero sería importante dado su caudal electoral que piense en ir más lejos aún. Su campaña se basó en incrementar el compromiso social, para que los sectores religiosos que hoy son exceptuados de sus responsabilidades militares no las eludan y promover la redistribución de la riqueza fundamentalmente en beneficio de  la clase media con medidas impositivas progresivas.
Pero deberá mostrar más aún su vertiente liberal, deberá aplicarse mucho más profundamente en la consolidación de los derechos civiles y el deterioro de un sistema democrático mellado por los años de ocupación. Su plataforma electoral habla de negociaciones y de un Estado Palestino, pero es difícil ver con claridad la propuesta cuando sostiene la indivisibilidad de Jerusalén y da vista buena al desarrollo de asentamientos cuando se trate de atender su crecimiento demográfico natural.
La Asociación por los Derechos Civiles en Israel (ACRI) dio a conocer el 10 de diciembre último su informe anual 2012. ACRI revisa la situación actual de los derechos civiles durante el año pasado en Israel y en los Territorios Ocupados y advierte en contra de violaciones particularmente graves de los mismos.
El  informe da cuenta sobre las políticas de planificación restrictivas que limitan la construcción residencial dejando a muchos ciudadanos árabes de Israel sin opciones de vivienda viables.
 Habla de las políticas del gobierno hacia las comunidades beduinas en el desierto del Neguev. En este tema el gobierno saliente continúa sin reconocer a 35 pueblos  que albergan aproximadamente a 70.000 personas sin proporcionarles servicios básicos. En Cisjordania, el ejército israelí emitió y ejecutó órdenes de demolición de casas y cisternas en toda la zona C. Estos hechos junto con legislaciones propuestas por el gobierno, más el  informe encargado a E. Levy (que afirma que la Ribera Occidental no es un territorio ocupado), indican la intención de una progresiva anexión de facto de la zona C, en el que los residentes palestinos e israelíes están sujetos a dos regímenes jurídicos diferentes. La libertad de expresión también sufrió duros golpes este año en ambos lados de la Línea Verde. El informe destaca una tendencia impropia de la autoridad judicial y de la policía que podría poner en peligro los derechos civiles, con el desarrollo de varios mecanismos de gobierno dedicados a la reunión y almacenaje de datos sobre ciudadanos de una manera que viola el derecho a la intimidad.
Es mucho lo que se debe hacer para cambiar el actual estado de situación de los derechos civiles, es mucho lo que se debe hacer en términos de una política menos negativa y perjudicial para el beneficio de las mayorías populares sin distinciones étnicas. Todos esperamos que Lapid, líder de la segunda formación más votada, ponga énfasis en la tarea de desarrollar su vertiente más liberal para atender estas cuestiones. Pero está claro que deberá entonces reconsiderar su óptica  de la ocupación y el daño que genera a nuestra democracia. Puede que exista la esperanza entonces, que seamos convocados a trabajar para que nuestro país vuelva a ocupar el lugar que perdió entre las naciones del mundo. Lamento en este momento ser un poco aguafiestas, pero la batalla por la sociedad no terminó con estas elecciones y el análisis dice que el trabajo que nos espera es mucho, sin desconocer que Netanyahu tuvo un buen tropiezo. Tampoco la ciudadanía debe esperar la predisposición y capacidad de Lapid al respecto, que deseo a pesar de mis reservas ya comentadas antes, sean la más adecuadas a las necesidades de cambio que Israel necesita.
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Militante por la coexistencia judeo-árabe y un camino alternativo a la globalización neo-liberal. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).
Derechos reservados: Instituto Campos Israel ISBN963-03- 0316- 2 
מסת"ב

miércoles, 23 de enero de 2013

Doble demonización y necesidades populares por Carlos Braverman


La izquierda israelí tiene el privilegio de ser demonizada en el país y fuera de él. Acá para muchos somos traidores, odiamos a Israel y somos extremistas que no vacilaríamos en colaborar con las fuerzas más extremistas que buscan destruir nuestra patria. Fuera del país la izquierda bien pensante del mundo nos mira como la cortina rosada de la devastadora política del establishment israelí. Ayer las elecciones fueron importantes, hubo un cambio y lo dije, la población no dio un cheque en blanco a la derecha extrema. No soy muy optimista, pero aspiro a profundizar esta nueva coyuntura.
Las elecciones de ayer no van a poner fin a la ocupación, ni a las políticas que destruyen la democracia israelí y es probable que el centro-derecha naciente perpetúe las líneas actuales o las agrave. Lo nuevo es que Netanyahu se está quedando aislado con su excluyente discurso securatista que choca con las también fundamentales necesidades sociales. Hoy sorpresivamente Bennett, rutilante y prometedora figura de la derecha nacionalista religiosa con un resultado obtenido ayer menos excepcional del esperado, coincidió en estos términos con la naciente estrella Lapid. Yair Lapid fue la figura indiscutida de la jornada electoral de ayer. Ahora esperamos un ajuste económico grave y ortodoxo con alzas preocupantes de precios en artículos de primera necesidad, déficit fiscal e incremento del I.V.A. que recaerá sobre la población más débil, menos fuentes de trabajo y aumento inexorable generalizado del costo de vida e impuestos. Ahí veremos el ejercicio de la democracia y sus actores como un acto concreto más allá de los comicios.
Es indudable que si llegamos a este esperado e inminente ajuste se debe a la crisis mundial, pero además al excesivo costo de la ocupación y la colonización; es decir las remesas que se restan de este lado de la línea verde y se destinan a los colonos y asentamientos en Cisjordania por los patrióticos servicios que prestan con su empresa colonizadora.
La lucha no se reduce a elecciones cuando se trata de mejorar el perfil de una sociedad y de elevar la calidad de vida de sus ciudadanos en las franjas populares.
Nuestro camino continúa y siempre nuestro corazón está en la izquierda, el día después de los comicios y cada día del año. 
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Militante por la coexistencia judeo-árabe y un camino alternativo a la globalización neo-liberal. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).
Derechos reservados: Instituto Campos Israel ISBN963-03- 0316- 2 מסת"ב

viernes, 18 de enero de 2013

Caminos de paz y reconciliación por Carlos Braverman

Generalmente dedico los viernes a temas para recibir el Shabath, pero el próximo 22 de enero, el martes, los israelíes votamos. Quiero entre otras reflexiones homenajear a Rami Eljanan.
Rami Eljanan dice que va a votar por alguien que garantice la paz, es el padre de Smadar, su joven hija fue muerta en un atentado terrorista suicida palestino en 1997, a la edad de 14 años. Lo singular es que la recuerda en su página fb junto Abir Aramin, asesinada hace 6 años atrás por una acción no esclarecida por parte de las FDI. Abir tenía 10 años entonces.
Fb: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10151917662957788&set=a.10150321000627788.378347.756742787&type=1
La noticia se hizo eco en las webs israelíes muy rápido.
El gobierno de Benjamin Netanyahu nos deja como legado la expansión de los asentamientos, la paralización de las negociaciones con los palestinos y la idea de la anexión de Cisjordania retorna como consecuencia de estas políticas acompañadas por el exitoso y prometedor extremista Bennett del partido Bait Ihudi, junto a otras circunstancias no ajenas a este contexto espureo. Aislamiento internacional, nacionalismo extremo, racismo hacia la minoría árabe, debilitamiento de la acción de la Corte Suprema de Justicia y la libertad de prensa; son parte del inventario de estos años del Likud y socios en el gobierno. Ya presto a sumar a Bennett en la nueva sociedad gubernamental después del martes 22.
Mientras tanto otro joven palestino muere en la semana en circunstancias del accionar de las FDI. Las políticas de expansión de asentamientos continúan como ingrediente de campaña, junto a un racimo de banalidades de candidatos desdibujados como opositores al bloque derecha-religiosos nacionalistas, salvo los definidos socialistas de Meretz, comunistas de Jadash- voto mayoritariamente árabe- y partidos árabes de Israel.
Eljanan, a pesar de su desgracia dijo siempre que el camino de la paz y la reconciliación debe ser permanente, debe aprovechar cada instante. Para él ésta es otra oportunidad, ya dijo en una ocasión que hay muchos que no están dispuestos a hacerse a un lado, que no están dispuestos a permanecer en silencio frente a la estupidez bárbara. Habló de los que están preparados a pagar un precio personal muy alto por su honestidad y decencia, de aquellos que se atreven a pararse delante de las excavadoras con coraje raro y sorprendente, los desobedientes que dicen no al militarismo omnipresente, de los Combatientes por la Paz que se deshicieron de sus armas en favor de la resistencia no violenta, y de los manifestantes decididos contra el terror. Yo tengo también la certeza que con aquellos que conformen un correlato claro y contundente en el campo palestino aprovechemos cada instante para caminar por el sendero de la paz y la reconciliación.
Yo me uno a los conceptos de Eljanan con la expectativa puesta en esta cita electoral, donde con este recuerdo, aparte de luchar por obtener un excelente número de mandatos, tengamos presente que debemos seguir trabajando luego, en cada momento y lugar de nuestra sociedad por nuestras convicciones de siempre: la paz y los derechos civiles.

Carlos Braverman

martes, 15 de enero de 2013

La batalla de la legitimidad: E1-Bab al-Shams por Carlos Braverman


En relación a la avanzada de los palestinos en la Zona E-1 y las derivaciones que culminaron con su desalojo a pesar de la orden judicial de esperar seis días, hay puntos muy conflictivos y sintomáticos del accionar de  nuestras instituciones y el actual estado de las cosas.El desalojo fue  a causa de "necesidades urgentes de seguridad” y no está precisado el tema de ellas, pues no es lo mismo trastorno o alteración del orden público que seguridad.Tampoco se termina de dilucidar en que tierras se levantó el puesto palestino. Es posible que sean en  parte del Estado y en  parte privadas palestinas.El asunto remite al usufructo de la tierra en los territorios ocupados.  En los territorios ocupados las tierras estatales son aquellas que fueron declaradas como tales, a partir de una variedad de formas legales complejas de acuerdo al criterio legal israelí.Pero en última instancia, si es así, éstas  deberían  tener el propósito de estar al servicio de la  población de estos territorios. Por otra parte el país ocupante no puede establecer en ellas a sus propios ciudadanos.  Israel sin embargo las utiliza a favor de los colonos. Son conocidas las dificultades de la población palestina para obtener permisos de construcciones, es también un tema muy difundido las iniciativas que justamente no favorecen a esa población.Es precisamente un tema político, es un tema que debería estar en la agenda de los partidos llamados progresistas frente a estas elecciones del 22 de enero en Israel y sólo el socialista Meretz, el comunista Jadash y los partidos árabes en Israel lo tienen presente. No es un ítem que se puede resolver en términos reales con las FDI o con recursos del Tribunal Superior de Justicia, aunque con este último tal vez sea más posible de lograrlo, dado nuestro activismo judicial.
Si queremos remontar nuestro declive, debemos pensar muy seriamente en revertir el estado de cosas y dejar de ser nuestra propia fuente de deslegitimización, hecho muy reiterado por cierto ya hace mucho tiempo. No me olvido tampoco de los actos violatorio
s de los derechos humanos por parte de Hamas, salafistas y Yihadistas, recientemente denunciados por  Human Rights Watch, tanto en Gaza como en territorio israelí.
Este puesto de avanzada palestino fue el comienzo de otra cuestión, de una nueva modalidad resistente. Pero estoy seguro que debemos salvar todos los mutuos obstáculos para dirimir las cuestiones en el terreno diplomático y no en el mutuo enfrentamiento militar. 
El viceprimer ministro y ministro de Asuntos Estratégicos, Moshé Yaalón, se equivoca cuando dice que debemos aprender a  «vivir sin una solución cuando ésta no existe», refiriéndose al conflicto palestino- israelí. Las soluciones existen y está en ambos aportarlas. Carlos BravermanDerechos reservados: Israel-ISBN963-03- 0316- 2 מסת"ב


lunes, 7 de enero de 2013

ASÍ SERÁ 2013 Por Ignacio Ramonet




Después de haber sobrevivido –el pasado 21 de diciembre– al anunciado fin del mundo, nos queda ahora tratar de prever –con razonamientos prudentes pero más cartesianos– nuestro futuro inmediato, basándonos en los principios de la geopolítica, una disciplina que permite comprender el juego general de las potencias y evaluar los principales riesgos y peligros. Para anticipar, como en unos tableros de ajedrez, los movimientos de cada potencial adversario.
Si contemplamos, en este principio de año, un mapa del planeta, inmediatamente observamos varios puntos con luces rojas encendidas. Cuatro de ellos presentan altos niveles de peligro: Europa, América Latina, Oriente Próximo y Asia.
En la Unión Europea (UE), el año 2013 será el peor desde que empezó la crisis. La austeridad como credo único y los hachazos al Estado de bienestar continuarán porque así lo exige Alemania que, por primera vez en la historia, domina Europa y la dirige con mano de hierro. Berlín no aceptará ningún cambio hasta los comicios del próximo 22 de septiembre en los que la canciller Angela Merkel podría ser elegida para un tercer mandato.
En España, las tensiones políticas aumentarán a medida que la Generalitat de Catalunya vaya precisando los términos de la consulta a los catalanes sobre el futuro de esa comunidad autónoma. Proceso que, desde Euskadi, los nacionalistas vascos seguirán con el mayor interés. En cuanto a la situación de la economía, ya pésima, va a depender de lo que ocurra... en Italia en las próximas elecciones (el 24 de febrero). Y de las reacciones de los mercados ante una eventual victoria de los amigos del conservador Mario Monti (que cuenta con el apoyo de Berlín y del Vaticano) o del candidato de centroizquierda Pier Luigi Bersani, mejor colocado en las encuestas. También dependerá de las condiciones (sin duda brutales) que exigirá Bruselas por el rescate que Mariano Rajoy acabará pidiendo. Sin hablar de las protestas que siguen extendiéndose como reguero de gasolina y que acabarán por dar con algún fósforo encendido... Podrían producirse explosiones en cualquiera de las sociedades de la Europa del sur (Grecia, Portugal, Italia, España) exasperadas por los matraqueos sociales permanentes. La UE no saldrá del túnel en 2013, y todo podría empeorar si, además, los mercados decidieran cebarse (como los neoliberales les están incitando a hacerlo) (1) con la Francia del muy moderado socialista François Hollande.
En América Latina, el año 2013 también está lleno de desafíos. En primer lugar en Venezuela, país que desde 1999 representa un papel motor en los cambios progresistas de todo el subcontinente. La imprevista recaída del presidente Hugo Chávez –reelegido el pasado 7 de octubre– crea incertidumbre. Aunque el dirigente se está restableciendo de su nueva operación contra el cáncer, no pueden descartarse nuevas elecciones presidenciales en febrero próximo. Designado por Chávez, el candidato de la revolución bolivariana sería el actual vicepresidente (equivalente a primer ministro) Nicolás Maduro, un líder muy sólido con todas las cualidades, humanas y políticas, para imponerse.
También habrá elecciones, el 17 de febrero, en Ecuador: la reelección del presidente Rafael Correa, otro dirigente latinoamericano fundamental, ofrece pocas dudas. Importantes comicios asimismo, el 10 de noviembre, en Honduras donde, el 28 de junio de 2009, fue derrocado Manuel Zelaya. Su sucesor, Porfirio Lobo, no puede postularse para un segundo mandato consecutivo. En cambio, el Tribunal Supremo Electoral ha autorizado la inscripción del partido Libertad y Refundación (LIBRE), liderado por el ex presidente Zelaya, que presenta, como candidata, a su esposa y ex primera dama, Xiomara Castro. Importantes elecciones igualmente en Chile, el 17 de noviembre. Aquí, la impopularidad actual del presidente conservador Sebastián Piñera ofrece posibilidades de victoria a la socialista Michelle Bachelet.
La atención internacional también se fijará en Cuba. Por dos razones. Porque continúan en La Habana las conversaciones entre el Gobierno colombiano y los insurgentes de las FARC para tratar de poner fin al último conflicto armado de América Latina. Y porque se esperan decisiones de Washington. En los comicios estadounidenses del pasado 6 de noviembre, Barack Obama ganó en Florida; obtuvo el 75% del voto hispano y –muy importante– el 53% del voto cubano. Unos resultados que le dan al Presidente, en su último mandato, un amplio margen de maniobra para avanzar hacia el fin del bloqueo económico y comercial de la isla.
Donde nada parece avanzar es, una vez más, en el Cercano Oriente. Ahí se encuentra el actual foco perturbador del mundo. Las revueltas de la “primavera árabe” consiguieron derrocar a varios dictadores locales: Ben Alí en Túnez, Mubarak en Egipto, Gadafi en Libia y Saleh en Yemen. Pero las elecciones libres permitieron que partidos islamistas de corte reaccionario (Hermanos Musulmanes) acaparasen el poder. Ahora quieren, como lo estamos viendo en Egipto, conservarlo a toda costa. Para consternación de la población laica que, por haber sido la primera en sublevarse, se niega a aceptar esa nueva forma de autoritarismo. Idéntico problema en Túnez.
Después de haber seguido con interés las explosiones de libertad de la primavera 2011 en esta región, las sociedades europeas se están de nuevo desinteresando de lo que allí ocurre. Por demasiado complicado. Un ejemplo: la inextricable guerra civil en Siria. Ahí, lo que está claro es que las grandes potencias occidentales (Estados Unidos, Reino Unido, Francia), aliadas a Arabia Saudí, Qatar y Turquía, han decidido apoyar (con dinero, armas e instructores) a la insurgencia islamista suní. Ésta, en los diferentes frentes, no cesa de ganar terreno. ¿Cuánto tiempo resistirá el Gobierno de Bachar El Asad? Su suerte parece echada. Rusia y China, sus aliados diplomáticos, no darán luz verde en la ONU a un ataque de la OTAN como en Libia en 2011. Pero tanto Moscú como Pekín consideran que la situación del régimen de Damasco es militarmente irreversible, y han empezado a negociar con Washington una salida al conflicto que preserve sus intereses.
Frente al “eje chií” (Hezbolá libanés, Siria, Irán), Estados Unidos ha constituido en esa región un amplio “eje suní” (desde Turquía y Arabia Saudí hasta Marruecos pasando por El Cairo, Trípoli y Túnez). Objetivo: derrocar a Bachar El Asad –y despojar así a Teherán de su gran aliado regional– antes de la próxima primavera. ¿Por qué? Porque el 14 de junio tienen lugar, en Irán, las elecciones presidenciales (2). A las cuales Mahmud Ahmadinejad, el actual mandatario, no puede presentarse pues la Constitución no permite ejercer más de dos mandatos. O sea que, durante el próximo semestre, Irán se hallará immerso en violentas pugnas electorales entre los partidarios de una línea dura frente a Wa­s­hington y los que defienden la vía de la negociación.
Frente a esa situación iraní de cierto desgobierno, Israel en cambio estará en orden de marcha para un eventual ataque contra las instalaciones nucleares persas (3). En el Estado judío, en efecto, las elecciones generales del 22 de enero verán probablemente la victoria de la coalición ultraconservadora que reforzará al primer ministro Benjamín Netanyahu, partidario de bombardear cuanto antes Irán.
Ese ataque no puede llevarse a cabo sin la participación militar de Estados Unidos. ¿Lo aceptará Washington? Es poco probable. Barack Obama, que toma posesión el 21 de enero, se siente más seguro después de su reelección. Sabe que la inmensa mayoría de la opinión pública estadounidense (4) no desea más guerras. El frente de Afganistán sigue abierto. El de Siria también. Y otro podría abrirse en el norte de Malí. El nuevo secretario de Estado, John Kerry, tendrá la delicada misión de calmar al aliado israelí.
Entretanto Obama mira hacia Asia, zona prioritaria desde que Washington decidió la reorientación estratégica de su política exterior. Estados Unidos trata de frenar allí la expansión de China cercándola de bases militares y apoyándose en sus socios tradicionales: Japón, ­Corea del Sur, Taiwán. Es significativo que el primer viaje de Barack Obama, depués de su ­reelección el pasado 6 de noviembre, haya sido a Birmania, Camboya y Tailandia, tres ­Estados de la Asociación de ­Naciones del Sudeste de Asia (ASEAN). Una organización que reúne a los aliados de Wa­shington en la región y la mayoría de cuyos miembros tienen problemas de límites marítimos con Pekín.
Los mares de China, que designará a Xi Jinping presidente en marzo próximo, se han convertido en las zonas de mayor potencial de conflicto armado del área Asia-Pacífico. Las tensiones de Pekín con Tokio, a propósito de la soberanía de las islas Senkaku (Diaoyú para los chinos), podrían agravarse después de la victoria electoral, el pasado 16 de diciembre, del Partido Liberal-Demócrata (PLD) cuyo líder y nuevo primer ministro, Shinzo Abe, es un “halcón” nacionalista, conocido por sus críticas hacia China. También la disputa con Vietnam sobre la propiedad de las islas Spratley está subiendo peligrosamente de tono. Sobre todo después de que las autoridades vietnamitas colocaran oficialmente, en junio pasado, el archipiélago bajo su soberanía.
China está modernizando a toda marcha su Armada. El pasado 25 de septiembre lanzó su primer portaaviones, el Liaoning, con la intención de intimidar a sus vecinos. Pekín soporta cada vez menos la presencia militar de Estados Unidos en Asia. Entre los dos gigantes, se está instalando una peligrosa “desconfianza estratégica” (5) que, sin lugar a dudas, va a marcar la política internacional del siglo XXI.
Notas:
(1) Léase el dossier “ France and the euro. The time-bomb at the heart of Europe ”, The Economist, Londres, 17 de noviembre de 2012.
2) En Irán, el presidente no es el jefe de Estado. El jefe de Estado es el Guía Supremo, elegido de por vida, y cuya función ejerce actualmente Alí Jamenei.
(3) Léase, Ignacio Ramonet, “El año de todos los peligros”, Le Monde diplomatique en español, febrero 2012.
(4) The New York Times, Nueva York, 12 de noviembre de 2012.
(5) Léase Wang Jisi y Kenneth G. Lieberthal, “Adressing U.S.-China Strategic Distrust”, Broo­kings Institution, 30 de marzo de 2012. www.brookings.edu/research/papers/2012/03/30-us-china-lieberthalFuente:http://www.monde-diplomatique.es/?url=editorial/0000856412872168186811102294251000/editorial/?articulo=7ae1bef5-b5bf-49b9-bc67-93e5fd4d60a6