jueves, 26 de julio de 2012

25,6 billones de euros en paraísos fiscales




 La élite global esconde en paraísos fiscales hasta 25,6 billones de euros
Una élite global de ricos ha explotado vacíos en la legislación transfronteriza para ocultar una extraordinaria suma de 13 billones de libras -una cantidad igual a la suma del PIB de Estados Unidos y Japón- en paraísos fiscales, de acuerdo a la comisión de investigación del grupo Tax Justice Network, informa The Observer



César Pérez - Tercera Información / The Observer
Según publicó ayer el dominical británico The Observer, hermano deThe Guardian, siguiendo los resultados de la comisión de investigación del grupo Tax Justice Network, se estima que entre 16,6 y 25, billones de euros, es decir, de 13 a 20 billones de libras (1€=1,28 Libras al cambio actual) es la cantidad que las grandes fortunas del mundo defraudan al fisco.
El cálculo más detallado sobre la magnitud de la economía sumergida, "The Price of Offshore Revisited", es el título del informe, y se lo debemos a James Henry, ex economista y consultor de McKinsey y experto en paraísos fiscales.
Este informe muestra la cantidad desorbitada de recursos económicos que se han filtrado fuera de las cuentas de los paíseshacia jurisdicciones secretas como Suiza y las Islas Caimán con la ayuda de bancos privados, que luchan para atraer estos activos de los llamados individuos de alto patrimonio neto. Su riqueza está, como Henry dice, “protegida por un grupo de profesionales muy bien pagados en la banca privada y en las industrias jurídicas, contables y de inversión, aprovechando la disminución de fronteras y fricciones de la economía mundial”.
Según explica The Observer, "el detallado análisis en el informe, completado utilizando datos de una serie de fuentes, incluido el Banco de Asentamientos Internacionales y el Fondo Monetario Internacional, sugiere que para muchos países desarrollados el valor acumulado del capital que ha fluido fuera de sus economías desde los 70’ podría ser más que suficientes para pagar sus deudas con el resto del mundo.
De acuerdo con la investigación de Henry, sólo los diez primeros bancos privados, entre los que figuran UBS y Credit Suisse en Suiza, al igual que el banco de inversión estadounidense Goldman Sachs, manejaron más de 4 billones en 2010, un pronunciado aumento desde los 1,5 billones de cinco años antes.
Los pueblos de potencias petroleras han sido las más propensas en ver desaparecer la riqueza de su país gracias a las facilidades que se da a las cuentas sumergidas e impunidad a los off-shores y otros conocidos paraísos fiscales. Según la investigación, "si se incluyen los intereses de la inversión de los activos ocultos, casi 500.000 millones de libras han abandonado Rusia desde el principio de los 90’, cuando la economía se abrió. Arabia Saudí ha visto salir del país 197.000 millones de libras desde mediados de los 70’ y Nigeria 196.000 millones de libras".
“El problema aquí es que los activos de estos países son de una pequeña cantidad de individuos ricos mientras que las deudas están sobre los hombres de la gente de a pie de estos países a través de sus gobiernos”, dice el informe.
Según The Observer, la suma total de la fortuna asentada fuera del alcance de las autoridades fiscales es tan grande que sugiere que las medidas estándar sobre desigualdad desestiman de forma radical la verdadera brecha entre ricos y pobres. De acuerdo a los cálculos de Henry, 6,4 billones de libras están bajo el dominio de sólo 92.000 personas, es decir, el 0,001 de la población mundial -una pequeña clase de mega ricos que tienen más en común entre sí que todos aquellos en el fondo de la escala de ingresos en sus propias sociedades.
“Estas estimaciones revelan un asombroso fallo: la desigualdad es mucho, mucho peor de lo que muestran las estadísticas oficiales, pero los políticos aún confían en el gota a gota para transferir riqueza a la gente más pobre”, dice John Christensen, de Tax Justice Network. “La gente en la calle no se hace ilusiones en cuanto a lo injusta que se ha vuelto la situación”.
El secretario general del Congreso de Sindicatos, Brendan Barber, afirma que “los países del mundo están bajo una intensa presión para reducir sus déficit y los gobiernos no pueden permitirse que mucha riqueza se fugue a paraísos fiscales. Cerrar las rendijas fiscales explotadas por multinacionales y super ricos para evitar pagar lo que les corresponde reducirá el déficit. De esta manera el gobierno puedo centrarse en estimular la economía, en vez de en estrangular la vida con recortes y aumentos de impuestos para el 99% de la gente, que no son lo suficientemente rica para evitar pagar impuestos”.
Asumiendo los 13 billones de libras en activos que reporta una media del 3 por ciento anual para sus propietarios, y si los gobiernos son capaces de tasar estos impuestos al 30 por ciento, se generaría un colchón de 121.000 millones de libras de ganancias -más de lo que los países ricos han gastando en ayuda al desarrollo cada año.
Grupos como UK Uncut han centrado la atención en la miserable declaraciones de hacienda de algunos de los individuos más adinerados, como Topshop, propiedad de Phillip Green, con veteranos en una reciente protesta gritando: “¿Dónde fue todo el dinero? ¡Se lo llevó a Mónaco!”. La mayor parte del imperio textil de Green es propiedad de su mujer, Tina, que vive en el principado de los bajos impuestos.
Una portavoz de UK Uncut dice: “Gente como Phillip Green usa servicios públicos -necesitan que las calles estén limpias, la gente necesita transporte público para ir a sus tiendas – pero no quieren pagar por ello”.
Líderes de los países del G20 han prometido repetidamente cerrar los paraísos fiscales desde que crisis financiera de 2008, cuando el secretismo que envolvía el sistema bancario fue ampliamente visto como agravante de la inestabilidad. Pero muchos países aún rechazan que los detalles de la riqueza financiera de los individuos estén disponibles como una práctica habitual para las autoridades financieras en sus países de origen. A Tax Justice Network le gustaría ver que este tipo de intercambio de información se convirtiera en una práctica habitual, para prevenir que individuos ricos jueguen en una jurisdicción en vez de en otra.
“La mera existencia de la industria sumergida global y del estado libre de impuestos de enormes sumas invertidas por sus clientes ricos se predica en secreto”, dice Henry.
La información ofrecida en The Guardian ha sido publicada en España en diarios digitales económicos (elEcomomista.es y Expansión.com), en el regional eitb, y en ABC y La Vanguardia, que se hicieron eco de la nota de Europapress al respecto. El País y El Mundo, los diarios de mayor tirada, no han publicado nada hasta el momento.


miércoles, 18 de julio de 2012

AMIA, corrupción y política por Horacio Lutzky


De Revista Perfil
El próximo miércoles se cumplen 18 años del atentado a la AMIA. En Brindando sobre los escombros, Horacio Lutzky condensa años de investigación sobre ese ataque y el que en 1992 destruyó la embajada de Israel. Crímenes no esclarecidos y que han dado lugar a una inédita situación en la que supuestos representantes de las víctimas ayudaron al ocultamiento de pruebas que hubiesen podido llevar a la verdad.
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Nadie espera que los criminales contribuyan al esclarecimiento de los delitos en los que participan. Por el contrario, su actividad tendiente a ocultar o desviar rastros que los incriminan es habitual, natural y previsible. Lo que resulta en cambio escandaloso es que representantes de las víctimas intervengan activamente en el encubrimiento de la verdad.

Una situación así debería suscitar asombro y perplejidad. Y generar numerosos interrogantes. Con mucha más razón si –como ocurrió tras el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA)– en ese engañoso emprendimiento se articulan dirigentes de la comunidad judía, miembros del Gobierno y de sus servicios de inteligencia, policías corruptos y agentes de países extranjeros.
¿Cómo es posible? ¿Por qué motivo el liderazgo judeoargentino sistemáticamente se ha alineado con los principales acusados de encubrimiento? ¿Qué es lo que los ciudadanos comunes no deberíamos conocer?
Estas son algunas de las inquietantes preguntas que dieron origen a este libro, cuyo eje argumental permite evocar uno de los personajes literarios que más aplicaciones políticas han tenido en todo tiempo y lugar: el Fausto.
La historia de Fausto fue publicada por primera vez en 1587 por el librero alemán Johann Spies. El protagonista, teólogo y practicante de magia negra, invoca al diablo para tratar de ponerlo a su servicio. Para ello, realiza un pacto con Mefistófeles, demonio súbdito del diablo, que accede a darle a Fausto conocimiento sobre todo aquello que se le ocurra durante 24 años. Pasado ese lapso, su alma pertenecería al diablo. En ese período, Fausto alterna entre el goce y el arrepentimiento, sin poder nunca salir del pacto, merced a las amenazas y presiones del diablo. Tras los 24 años, Fausto muere de forma violenta y es llevado al infierno.
En la Argentina llevamos más de veinte años desde el comienzo de los tratos que vincularon a dirigentes judíos con políticos corruptos y redes de traficantes de armas que suministraron arsenales a los sospechosos de haber cometido los atentados contra los blancos judíos, representados por esos mismos dirigentes. Pero, a diferencia de Fausto, el pacto no persigue ganar conocimiento; consiste en alejarlo, en que no sepamos.
(…) El pacto “faustiano” pudo haberse explicado por los negocios del Banco Mayo, presidido –como ya se señaló– por el titular de la DAIA, Rubén Beraja, con el gobierno de Menem. Pero, ¿por qué entonces persisten el silencio y la complicidad, cuando el banco no existe más y cambiaron los dirigentes, tanto a nivel nacional como comunitario? ¿Por qué las instituciones judías insisten en proteger a los acusados de encubrimiento respecto de los atentados? ¿Por qué los Estados Unidos presionaron para que no se indagara sobre las irregularidades de la investigación? ¿Y por qué Israel apoyó el silenciamiento de la mecánica de lo ocurrido? El Banco Mayo no alcanza para explicar todo ello, como tampoco los negocios particulares del embajador de Israel, Yitzhak Avirán.
(…) Es necesario ir hacia atrás y revisar la historia de acuerdos clandestinos entre israelíes, argentinos e iraníes, que llegan hasta los mismos días de los atentados en la Argentina, la trama argentina-israelí de venta de armas, el factor nuclear, el involucramiento de la dirigencia judía argentina y de un embajador de Israel en los negocios del menemismo, el encandilamiento con las promesas de Carlos Menem de lograr la paz en Oriente Medio mientras generaba las condiciones para las masacres terroristas en la ciudad de Buenos Aires.
Y también el surgimiento de una casta ultrarreligiosa que tomó control en AMIA e impulsa el retorno a la vida de gueto y la neutralización de todo intento actual de juzgamiento a los acusados de encubrimiento. Finalmente, hay que advertir los peligros que vuelven a recrearse con los nuevos juegos de guerra, que son trasladados al territorio latinoamericano por la “revolución bolivariana” encabezada por Hugo Chávez.
Se trata de una interacción entre lo nacional y lo internacional sin la cual es imposible comprender la realidad de nuestro país desde los años 90 y hasta la actualidad, incluidos los más grandes atentados terroristas de su historia. La comunidad judía alcanzó un enorme grado de exposición pública con el menemismo y con Rubén Beraja al frente de la DAIA. Tras la decadencia de ambos, ningún líder comunitario volvió a tener el mismo nivel de notoriedad.
Durante los años 90, la figura de Beraja concentraba no sólo la atención política y mediática sino que contaba también con trato privilegiado entre las autoridades nacionales, además de un considerable poder económico. Sin embargo, su caída no conllevó la desaparición de un estilo de política comunitaria que era desconocido con anterioridad al atentado a la AMIA. Las declaraciones de la dirigencia judía y sus intervenciones políticas comenzaron a tener eco en diversas agrupaciones políticas-partidarias, e incluso en organismos internacionales. Las internas judías pasaron a formar parte de la agenda periodística y de la política nacional y, de igual modo, temas nacionales e internacionales que no participaban de la discusión interna entraron sin pedir permiso, mientras nuevos actores se asomaron al escenario.
A partir de ese protagonismo, alguno de ellos, como el rabino Sergio Bergman, tras haber sido en 1994 uno de los fundadores de la combativa agrupación de reclamo de justicia Memoria Activa, se involucró en marchas políticas como la protagonizada por el fugaz “ingeniero” Juan Carlos Blumberg, y se alistó como legislador de Mauricio Macri.
Otros se volcaron al compromiso con el kirchnerismo tras su polémico paso por la conducción de AMIA, como el ex cuñado de Bergman y también rabino, Sergio Szpolski, quien construyó a partir de dicha alianza un emporio mediático que se ofrece para dar pelea a los grandes grupos hegemónicos. O como el poderoso empresario Eduardo Elsztain, firme defensor del modelo económico impulsado por los Kirchner, a la vez devoto observante religioso, seguidor de Jabad Lubavitch y miembro del Congreso Judío Mundial. El visible protagonismo de estos y otros referentes es fruto de las profundas modificaciones producidas en esta colectividad en los últimos veinte años, que están anticipando el fin de un modelo: las instituciones judías que desde hace más de un siglo se proclaman representantes de toda la comunidad son cuestionadas y enfrentan una crisis ideológica sin precedentes, consecuencia de oscuras historias que es indispensable revelar y debatir.
En esta segunda década del siglo XXI, la condición judía en la Argentina se ve cruzada por las consecuencias de episodios de política nacional e internacional que la vienen conmoviendo con violencia a partir de los años 90.
Desde los atentados a la embajada de Israel y a la AMIA, hasta los escraches y las manifestaciones ante entidades o personalidades judías por los sucesos de Oriente Medio, la comunidad se ve expuesta a un importante nivel de protagonismo, mientras las contradicciones internas se multiplican.
Como efecto secundario, las masacres de 1992 y 1994 dieron lugar a numerosas muestras de solidaridad y de compromiso, pero también desnudaron miserias y pujas de poder. Y, entre tantas otras derivaciones, fueron configurando el actual modelo de conducción política y de relación con las autoridades nacionales y el resto de la sociedad, poco representativo para decenas de miles de judíos argentinos que no participan en las instituciones centrales. No obstante, la voz oficial de la comunidad pertenece a estas entidades.
La AMIA y la DAIA tienen asignado un rol principal en el reclamo de verdad y justicia por el atentado que destruyó la sede central de la comunidad. Reclamo de esclarecimiento que, a diferencia de atentados terroristas perpetrados en otros países, permanece insatisfecho, en particular respecto de los autores materiales. El argumento de la sorpresa no es admisible cuando dos años antes había ocurrido otro ataque terrorista. No se trató de mera impericia, sino de una decisión política de no saber. Ya es hora de preguntarnos por qué en la Argentina se ocultó todo por tantos años.
Esta lacerante pregunta está en el centro de la soterrada polémica que emerge al indagar sobre las causas de la impunidad de los atentados de los 90 en la Argentina, que se llevaron la vida de más de un centenar de personas y dejaron un gran número de heridos y mutilados, tanto física como psicológicamente.
Veinte años pasaron del ataque a la embajada de Israel y dieciocho de la voladura de la AMIA, y lo único indiscutible y comprobado ha sido la existencia de una deliberada y muy efectiva voluntad de tapar lo ocurrido. ¿Por qué? La destrucción de pruebas, el sembrado de pistas falsas y la prohibición de investigar a ciertos personajes involucrados en la trama criminal fueron una constante durante el régimen menemista, que gobernó con el absoluto control de la Justicia, el Congreso y los servicios de inteligencia. ¿Pero se habría podido orquestar el encubrimiento sin sumar además la complicidad de la dirigencia comunitaria judía en episodios tan sensibles internacionalmente como lo fueron los más grandes atentados antisemitas en el mundo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial? ¿Y sin el visto bueno norteamericano e israelí? Decididamente, no. (…)
El concepto de “víctimas” encierra en este caso realidades muy diferentes. Bajo la misma investidura se encuentran madres y padres desolados, amas de casa castigadas por la pérdida atroz y sorpresiva, chicos que han crecido sin sus padres o abuelos, y todos los que fueron dañados con el injusto duelo eterno por sus seres queridos, sin haber buscado ocupar ningún rol público. Pero también aparecen como víctimas los dirigentes, representantes de las entidades agredidas. ¿Lo son? ¿Lo fueron alguna vez? En la Argentina, representar a los más débiles ha demostrado ser, en muchas ocasiones, un excelente negocio.
Sindicalistas millonarios a costa de la entrega de los trabajadores, punteros de organizaciones políticas que acaparan en provecho propio la ayuda social, parlamentarios que cotizan su voto han sido notas comunes de nuestra realidad nacional. Realidad a la que la comunidad judía no ha sido ajena. Una palabra densa sobrevuela la investigación de las matanzas: traición. No es lo mismo ser engañado –o incluso dejarse engañar– por los encubridores que participar activamente con ellos. Los familiares de las víctimas de los atentados asumieron distintos caminos en la búsqueda de verdad y justicia, muchas veces discordantes ante el accionar oficial, por lo cual no hubo una actuación conjunta.
Pero quienes conocían los secretos del poder, y negociaron con él, fueron las máximas autoridades de la comunidad judía, en el caso de la mutual judía, y del Estado de Israel, en el caso de la embajada.
Los motivos fueron varios (...). Pero pasaron los años, cambiaron los gobiernos así como el contexto nacional e internacional, y ciertos garantes del silencio ya no están.
Los procesos judiciales siguen abiertos y muestran entonces algunos avances en lo tocante al encubrimiento, que escandalosamente podrían terminar con algunas de las “víctimas” condenadas. Sin embargo, (…)
no todo está perdido para los colaboracionistas, que siguen manteniendo una fuerte red enquistada dentro de las instituciones judías. En este sentido, que el comisario Jorge “Fino” Palacios mantuviera estrechas relaciones con la abogada de Beraja y de la DAIA, Marta Nercellas, mientras un subordinado suyo espiaba al familiar de una víctima de la AMIA, Sergio Burstein, no es más que una confirmación de la afinidad de un sector dirigencial de autodenominadas “víctimas” con los presuntos victimarios.
Hay momentos en la historia en los que un crimen y su consiguiente proceso judicial, junto con las derivaciones mediáticas, políticas y culturales, se constituyen en un gigantesco teatro donde pueden analizarse los intereses creados, el heroísmo, la traición, los prejuicios, la indiferencia,
la nobleza, el dolor. En esas pocas oportunidades, las reacciones de los políticos, de la prensa y del ciudadano común constituyen un interesante barómetro acerca de la vigencia de la justicia y de las libertades, así
como de la corrupción y de los males del sistema (...)
Para efectuar una lectura política de la comunidad judía argentina a partir de los años 90 y hasta la actualidad, los atentados y todo lo que se reordenó en torno a ellos –llamémoslo “causa AMIA” para simplificar– constituyen el eje central, a partir del cual al día de hoy continúan teniendo lugar agrupamientos y conspiraciones.
Notablemente, mientras ya se conoce, hasta con día y hora, buena parte de los actos que borraron las pruebas que apuntaban a la posible intervención de agentes de ascendencia siria en las tareas de preparación de uno de los atentados y en la trama de contrabando de armas del menemismo, sólo sigue siendo políticamente correcto acusar a uno de los socios, la República Islámica de Irán.

AMIA: familiares de las víctimas- vídeo-





Familiares de las víctimas del atentado a la AMIA nucleados en la organización Memoria Activa conmemoraron esta tarde un nuevo aniversario del atentado que terminó con la vida de 85 personas el 19 de julio de 1994.
El acto se realizó frente al edificio de la mutual judía, en Pasteur 633, con la presencia del escritor y dramaturgo guayo Mauricio Rosencof, dirigente tupamaro y compañero de cárcel de José "Pepe" Mujica; el periodista de Página/12 Mario Wainfeld y la familiar Diana Malamud, quien perdió en el atentado a su esposo, el arquitecto Andrés Malamud.
La ceremonia se produjo después de acusaciones de censura contra los dirigentes comunitarios de DAIA y la mutual judía por haber dejado a los familiares fuera del acto central, que será celebrado mañana a las 9.50 en Pasteur

martes, 17 de julio de 2012

Aniversario del atentado a la AMIA-con vídeo-




Este 18 de julio se cumple un nuevo aniversario del atentado contra la AMIA y continúa la impunidad miserable. Es inevitable el sentimiento de impotencia de los familiares de las víctimas: 85 muertos y más de 300 heridos en el mayor ataque terrorista que vivió Argentina.
El atentado se produjo a las 9.53 del 18 de julio de 1994, otro eslabón más en la industrialización del crimen, asesinatos cada vez más difíciles de justificarlos con el barniz del idealismo.
El caso AMIA compromete a toda la humanidad, su esclarecimiento y futuras prevenciones son parte de la lucha por los derechos civiles y humanos universales, que es inseparable de las batallas de la sociedad civil por la paz.
Es la esencia humana la agredida y no una expresión de pensamiento, etnia o confesión y todos los colectivos deben entenderlo así para esclarecer los hechos y castigar a los culpables.
No creo que el atentado a la AMIA sea una herida que suture con facilidad, pero es necesario ejercer su memoria con la finalidad histórica- social de no dejar que se repita por el bien de la sociedad.
Al recordarlo debemos trabajar para que se  imponga la ética y el sentido común ante tanta bajeza y bastardeo, las manipulaciones en el caso AMIA son patéticas. En el mundo las víctimas se cuentan en cientos de miles anuales y la ética de los derechos humanos nos debe guiar para buscar mejores caminos que las intrigas. Caminemos hacia un mundo con más ética, parafraseando a Camus, con menos bestias salvajes sueltas.

(*)
Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Militante por la coexistencia judeo-árabe y un  camino alternativo a la globalización neo-liberal. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).
Derechos reservados: Instituto Campos Israel ISBN963-03- 0316- 2 
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domingo, 15 de julio de 2012

Moshé Silman se inmoló en Tel Aviv- Vídeo-



Moshé Silman de 57 años, hijo de un sobreviviente del Holocausto y residente en la ciudad de Haifa, se prendió fuego durante una manifestación de «indignados» en Tel Aviv organizada para recordar el primer aniversario de las movilizaciones a favor de una mayor justicia social y para protestar por el alto costo de la vida.
Silman sufrió quemaduras de tercer grado en el 80% de su cuerpo y fue trasladado al centro hospitalario Ijilov en Tel Aviv, y de allí al hospital Sheeva en Tel Hashomer, en el centro del país. Su estado es grave. 
Testigos presenciales relataron que Silman repartió varias copias de una carta que leyó antes de rociarse con un líquido inflamable y prenderse fuego. «El Estado de Israel me ha robado, me ha dejado sin nada. Culpo a Israel, al primer ministro, Binyamín Netanyahu, y a Yuval Steinitz, ministro de Finanzas, por la continua humillación que tienen que soportar día tras día los ciudadanos de Israel. Le quitan a los pobres para darles a los ricos», denunció Silman.
Fuente Haaretz. C.B.ç

sábado, 14 de julio de 2012

17º aniversario de la masacre de Srebrenica



Diecisiete años y un gran vacío que el tiempo no puede llenar… Bosnia ha conmemorado este miércoles el 17º aniversario de la matanza de Srebrénica, la mayor masacre de civiles perpetrada en Europa desde la II Guerra Mundial.
Miles de personas han asistido a la ceremonia en el centro memorial de Potocari, donde han recibido sepultura los cadáveres de otras 520 víctimas de aquel oscuro espisodio que ya han sido identificadas gracias a los análisis de ADN.
La masacre de Srebrénica se perpetró ante los ojos del mundo. El 11 de julio de 1995, meses antes de que acabara la guerra de Bsonia, las tropas del general serbobosnio Ratko Mladic penetraron en la ciudad de Srebrénica, un enclave musulmán que estaba bajo protección de los cascos azules de la ONU.
Sus hombres separaron a la población por sexos y se llevaron en autobuses a 8.000 varones musulmanes, incluyendo ancianos y adolescentes. Nunca se les volvió a ver con vida.

domingo, 8 de julio de 2012

Por una ciudadanía democrática radical


Chantal Mouffe: por una ciudadanía democrática radical

Juan Manuel Vera

                                                          
Reseña del libro de Chantal Mouffe, El retorno de lo político (Comunidad, ciudadanía, pluralismo, democracia radical), Paidós, 1999. Publicada en Iniciativa Socialista nº 54, otoño 1999


    En los años ochenta, el ensayo de Ernesto Laclau y Chantal Mouffe Hegemonía y estrategia socialista supuso un revulsivo muy necesario en el pensamiento de la izquierda. Con toda claridad, esa obra investigaba las razones de fondo de la crisis del marxismo, abordando, con radicalidad y amplitud de miras, la incapacidad del socialismo tradicional para dar respuesta a los retos de la revolución democrática. Ese enfoque suponía una deconstrucción de los conceptos esenciales del marxismo, rechazando su perspectiva esencialista acerca de la constitución de las identidades colectivas. Al mismo tiempo, sus autores llegaban a unas conclusiones muy diferentes a las de otras visiones "posmodernas", en las cuales el descentramiento y la dispersión de las posiciones de sujeto se transforma en separación efectiva, en una eliminación de la política. En la propuesta teórica de Laclau y Mouffe se trata de una deconstrucción que precede y, al mismo tiempo, acompaña a una radicalización del proyecto político de la modernidad. Precisamente, su libro presentaba, junto a la negación de la naturaleza preconstituida del sujeto político, un proyecto de búsqueda de nuevas formas de articulación, de nuevas prácticas hegemónicas.    

    Así, en Hegemonía y estrategia socialista se redefinía el proyecto socialista en términos de "democracia plural y radical", representándolo como una extensión de la democracia a un amplio espectro de relaciones sociales. La intención de sus autores era reinscribir las metas socialistas en el marco de una democracia pluralista radicalizada.

    Recientemente se ha publicado El retorno de lo político, una colección de ensayos de Chantal Mouffe, inscritos en el mismo marco analítico, donde se abordan las disyuntivas que plantea el actual renacimiento de la filosofía política. Dicho renacimiento está dominado por el debate entre el liberalismo kantiano de Rawls y las críticas comunitaristas a las que ha sido sometido.

    Estos ensayos se sitúan en una posición crítica respecto a Rawls, con el que comparte el objetivo de defender el liberalismo político y el pluralismo, pero del que rechaza su visión individualista y su completa ceguera respecto a la lucha política. Mouffe señala que si Rawls tiene razón en querer defender el pluralismo y los derechos individuales, se equivoca en creer que ese proyecto exige el rechazo de cualquier idea posible de bien común. La prioridad del derecho por la que Rawls aboga sólo puede darse en el marco de una comunidad política que acepta los principios de igualdad y de libertad. La democracia no es, para nuestra autora, un mero procedimiento, como en la versión de Bobbio, sino un régimen político. Así, un régimen democrático liberal no es ni puede ser agnóstico en lo relativo al bien político, pues se define y constituye por su afirmación de determinados valores.

     Mouffe tampoco se identifica con los críticos comunitaristas de Rawls, representados por el republicanismo cívico de autores como Taylor o McIntyre. Comparte con ellos el criterio de que los individuos con sus derechos sólo pueden existir dentro de una concreta comunidad política o la idea de que la identidad del ser humano se construye en el seno de una comunidad de lenguajes, significados y sentidos. Sin embargo, considera que la insistencia en una concepción sustantiva del bien común, de una comunidad participativa y unida, propicia el rechazo del pluralismo y de la prioridad de la justicia y supone un alejamiento de los principios liberales.    

    En oposición al liberalismo de Rawls, que elimina la idea de bien común, y al republicanismo cívico, que la reifica, una interpretación democrática radical ve el bien común como "un punto que se desvanece", algo siempre presente en nuestro actuar como ciudadanos pero nunca un horizonte definitivo. Así, para Mouffe el bien común funciona, por un lado, como un "imaginario social" (un horizonte de representaciones posibles) y, por otro, como una "gramática de la conducta" (p.122).

    Por otra parte, desde su perspectiva "antiesencialista", Mouffe incide en la inevitabilidad del poder y del antagonismo, como rasgos de lo político, según se indica en su propio prefacio, situándose plenamente en la tradición de Maquiavelo sobre el papel esencial del conflicto en la preservación de la libertad.    Frente al enfoque individualista y contractualista, destaca el protagonismo de las pasiones en la política y la necesidad de movilizarlas hacia objetivos democráticos, afirmando que "no se puede reducir la política a la racionalidad, precisamente porque la política indica los límites de la racionalidad", con su perpetua construcción de antagonismos. Así, la ausencia de apuestas colectivas, de auténticas alternativas políticas democráticas, que permitan cristalizar las identificaciones colectivas y las pasiones políticas, sería una fuente de peligros para el proceso democrático. El emprobrecimiento de la lucha política y la carencia de alternativas, la uniformización del modelo, puede abrir el espacio público a la formulación de proyectos ultranacionalistas, étnicos o religiosos, por parte de los enemigos de los valores democráticos y liberales.

    Para entender la modernidad política es preciso distinguir, como hizo Stuart Mill, la tradición liberal y la tradición democrática. Compatibilizar liberalismo y democracia exige defender el pluralismo. Este es, más que la tolerancia, la aceptación de una mutación simbólica producida por la revolución democrática que ha supuesto el final de un tipo jerárquico de sociedad organizada en torno a una sola concepción sustancial del bien común. En una sociedad cuyos principios sean la libertad y la igualdad, siempre habrá interpretaciones en pugna sobre los mismos, formas alternativas de institucionalización y de definición de las relaciones sociales a las que han de aplicarse. En el modelo de Mouffe, una concepción prevaleciente del bien común en una sociedad sólo puede entenderse como el producto de una hegemonía social. En un sentido diferente al de Gramsci, la hegemonía refleja unas determinadas relaciones de fuerza. Sin embargo, como destaca Lefort, la democracia ha instituido el poder como un espacio vacío, donde nunca puede afirmarse una concepción definitiva y sustantiva del bien común, pues los principios de libertad y de igualdad siempre pueden ser reformulados. Siempre es posible desafiar una hegemonía dada.

    El proyecto de democracia radical y plural significa la lucha por establecer una nueva hegemonía. Una filosofía política democrático radical tiene el objetivo de profundizar la revolución democrática, radicalizando los valores de libertad y de igualdad y dando un sentido común a las distintas luchas sociales contra la dominación. Su objetivo es utilizar los recursos simbólicos de la tradición democrático liberal para esa lucha por la profundización de la revolución democrática.

    La pregunta esencial del libro de Mouffe es: "¿cómo deberíamos entender la ciudadanía cuando nuestra meta es una democracia radical y plural?". En su respuesta, la ciudadanía no es una identidad entre otras ni la identidad dominante que se impone a otras: es un principio de articulación que afecta a las diferentes posiciones subjetivas del agente social. Una interpretación democrática radical enfatiza las múltiples relaciones sociales en las que existen relaciones de dominación contra las que hay que luchar si se quieren aplicar los principios de igualdad y de libertad. La construcción de una identidad democrática-radical es la construcción de un "nosotros" preciso para actuar en política y transformar la realidad, permitiendo la identificación de quienes combaten las diferentes formas de dominación.

    La desdichada evolución de la izquierda democrática occidental hacia la aceptación del liberalismo económico, en lugar de profundizar en el liberalismo político, sitúa las ideas de Mouffe, hoy en día, en la encrucijada más importante para una reconstrucción profunda del proyecto de autonomía. La confusión entre liberalismo político y liberalismo económico sigue siendo el punto nodal de la parálisis de la izquierda. El hecho de que la llamada "tercera vía" rehuya frontalmente el espectro de la democracia radical, hace especialmente útil una reflexión desde los parámetros políticos que nos propone. El vertiginoso fracaso al que están abocados los proyectos de Blair y de Schröder demuestra, una vez más, que el marketing no puede convertir esquemas políticos cobardes y acomodaticios en una nueva estrategia reformadora ni generar un auténtico resurgir de la ciudadanía.
    

viernes, 6 de julio de 2012

Laclau y Jorge Abelardo Ramos



Intervención del politólogo Ernesto Laclau en el homenaje a Jorge Abelardo Ramos realizado en la Biblioteca Nacional con motivo de cumplirse el 10° aniversario de su fallecimiento.
Yo estoy de acuerdo con la mayor parte de las cosas que ha dicho aquí Alberto Methol Ferré, pero me voy a referir a un aspecto distinto del Ramos que yo conocí. Me voy a referir fundamentalmente a su inserción dentro de la trayectoria marxista. Es decir que Ramos fue un gran pensador latinoamericano, pero al mismo tiempo la base marxista de su pensamiento es algo que él nunca abandonó, y que siguió informando una buena parte de sus análisis políticos. Y de un modo de esta perspectiva yo creo que la obra de Ramos también fue una obra altamente innovadora.
Hay que recordar, un poco, la coyuntura del socialismo internacional dentro de la cual la perspectiva inicial de Ramos fue esbozada. Ramos tenía una raíz profundamente leninista en su pensamiento, pero el leninismo al mismo tiempo fue una línea crítica del pensamiento marxista que entró en una crisis a cierta altura de su desarrollo y una de las respuestas a esta
>crisis fue la respuesta que Ramos llegó a dar. El marxismo clásico había sido un marxismo fundamentalmente etapista, es decir, la sociedad capitalista iba a evolucionar a través de una serie de etapas: íbamos a tener primero una revolución democrático burguesa contra el feudalismo, más tarde, cuando hubiera sido desarrollada al máximo una sociedad capitalista, íbamos a tener una transición hacia el socialismo. Está, por ejemplo la concepción que el socialismo de la Segunda Internacional tenía, claramente la obra de Kautsky, y en la Argentina con la perspectiva que llevó adelante Juan B. Justo. Para Juan B. Justo, el desarrollo de la ideología liberal en la Argentina, era simplemente era el desarrollo de una ideología democrática y progresiva. Y, de alguna manera, toda la trayectoria del partido socialista argentino, había sido una trayectoria esencialmente anclada en una visión liberal de la historia y el partido comunista no modificó esa visión en ningún sentido, le dio un poco, un giro más radical, pero dentro de los mismos parámetros.
Sin embargo, en leninismo, en un sentido clásico había sido una revisión de ésta doctrina, ¿por qué? Porque se afirmaba en, a medida de que nosotros avanzábamos del oeste al este de Europa, la burguesía iba siendo cada vez menos capaz de llevar a cabo su revolución democrática. Es decir que en el caso de Rusia, por ejemplo, era evidente que el capitalismo se viera desarrollado, sobre la base de las inversiones extranjeras, que no hubiera una burguesía autóctona capaz de llevar a cabo su propia revolución, entonces se daba la paradoja de que la revolución democrática estaba fundamentalmente en la agenda política, pero de otro lado, lo que hubiera sido su gente natural que hubiera sido la burguesía no estaba presente. Y de otro lado, había, como resultado de esa industrialización, una clase obrera pujante. Es decir que las banderas democráticas pasaban naturalmente de la burguesía al proletariado. Esto tuvo su expresión en el leninismo, en la noción de la dictadura democrática de obreros y campesinos. Es decir, la democracia estaba allí, pero su contenido burgués, era cada vez menos obvio. Y cuando nosotros pasamos a la concepción trotskysta que es la concepción de la cual procede el pensamiento inicial de Ramos ya el proceso ha llegado a sus últimas consecuencias, es decir, la revolución permanente consistía en que la revolución se iniciaba bajo banderas democráticas pero sólo podía concluirse bajo banderas socialistas.
Hay en ese punto, y para entender exactamente el planteo inicial del cual surgió el pensamiento de Ramos que hacer hincapié en un problema fundamental: si las banderas democráticas pasan a ser banderas socialistas porque sólo pueden afianzarse a través de una revolución social más profunda que la revolución democrático burguesa, entonces ¿en qué medida esas banderas democráticas siguen siendo banderas burguesas? ¿en qué medida no pasan a ser algo más amplio que no puede definirse simplemente en los términos clasistas tradicionales?
La Tercera Internacional hablaba del desarrollo desigual y combinado, es decir, que había una unión completamente heterodoxa entre agentes, tareas y estrategia política. Y en 1930, Trotsky llegó a afirmar que el desarrollo desigual y combinado lejos de ser un fenómeno excepcional ligado al desarrollo ruso era el terreno dentro del cual tenía lugar todas las luchas sociales contemporáneas. Y entonces el problema que tenía era el siguiente: si todas las luchas sociales son anómalas respecto a lo que hubiera sido un desarrollo normal ¿qué es lo que es un desarrollo normal? No es posible pensar en ese caso que las banderas democráticas en una revolución no tienen un anclaje de clase preciso sino que pueden ser adoptados por una pluralidad de clases.
Esa perspectiva fue comprendida, yo creo, en los años 30, en los años 40 por una serie de pensadores uno de los cuales fue JAR, y eso yo creo que es lo que da a su pensamiento toda su originalidad respecto de las estrategias del socialismo clásico que habían existido en la Argentina.
Permitanme darles un par de otros ejemplos para que se vea exactamente dónde estaba la innovación política que el pensamiento de Ramos estaba introduciendo. Permítanme referirme, por ejemplo al caso de Gramsci. En el caso de Gramsci, Gramsci sacó todas las conclusiones que por ejemplo Trotsky no estaba sacando, porque Trotsky decía: “está bien, la revolución se inicia con banderas democráticas y esto se consolida a través de la acción socialista, pero la acción socialista, de todos modos es distinta de la acción democrática que no llega a pensar los agentes sociales populares más amplios si no se mantenía dentro de un estricto planteo clasista tradicional.”
En el caso de Gramsci, éste es el paso adelante que se dá; él dice: “si las banderas democráticas pueden ser adoptadas por sectores sociales muy distintos, lo que vamos a tener como agentes colectivos son individualidades colectivas, sectores populares más amplios y no vamos a tener clases en el sentido tradicional de la palabra. Lo que vamos a tener es lo que el llamaba “voluntades coletivas”. Estas voluntades colectivas trascienden necesariamente todos los límites de clase y toda perspectiva del partido comunista italiano después de la segunda guerra mundial, llevó a la construcción de una democracia progresiva en la cual las identidades populares trascendían absolutamente los límites de clase. Si ustedes quieren buscar otro ejemplo de un signo político bastante diferente pueden pensar en el maoísmo. Claramente, la idea de contradicciones en el seno del pueblo que el maoísmo estaba desarrollando, certifica que hay un agente colectivo del pueblo que no tenía ninguna significación dentro de la teoría marxista clásica. El pensamiento de JAR en la Argentina yo creo que fue la primera realización, el primer reconocimiento, dentro del pensamiento marxista, de que éstas identidades populares más amplias eran los verdaderos actores en la escena política. Tenemos otros pensadores en esa época que comenzaban un giro hacia lo nacional y popular. Lo tenemos a Hernández Arregui, lo tenemos a Rodolfo Puigrós, pero creo que solamente en el caso de Ramos se dio un esfuerzo a fondo para repensar las categorías marxistas a la luz que éste problema nuevo del desarrollo desigual y combinado iban creando.
A partir del punto Ramos comienza toda una trayectoria intelectual que lo va a conducir a repensar el conjunto de la historia argentina, el conjunto de la historia latinoamericana en el sentido en que Methol Ferré se ha referido antes, y avanzar hasta cierto punto en el reconocimiento de ese problema de las identidades colectivas más amplias.
Hubo una cierta ambigüedad en el pensamiento de Ramos que yo creo que nunca finalmente se superó que era que por un lado seguía teniendo esa apertura hacia lo nacional y popular, y por otro lado seguía pensando en términos de partido de clase. Y esa ambigüedad yo creo que estuvo presente en su obra prácticamente hasta el fin. El pensó siempre que la mediación partido era la mediación política fundamental en constituir un movimiento político, aunque en su práctica yo creo que él estaba superando esa perspectiva en muchos respectos.
Si yo tuviera que resumir la significación de la obra de Ramos, yo creo que la resumiría en éstos dos puntos: en primer lugar fue el pensamiento más radical en la historia de la izquierda argentina que fue en el sentido de sacar todas las conclusiones de éstos fenómenos que acabamos de enseñar como desarrollo desigual y combinado; segundo avanzó a través de su revisionismo histórico en una comprensión de la historia argentina en la cual la noción de los actores colectivos se modificó de una manera fundamental. Hoy día, muchas de sus teorías, son moneda corriente, porque han sido tan aceptadas que no se aprecia –yo creo- debidamente la originalidad profunda y además el coraje intelectual y político que implicaba plantear estas cosas en el momento que fueron planteadas.Ramos mostró su coraje político fundamental en los años 40, en el apoyo crítico que dio al peronismo en un momento en que toda la izquierda argentina estaba enfeudada al liberalismo oligárquico más banal.
Y en segundo lugar, el comenzó una revisión histórica.., nosotros teníamos un revisionismo histórico pero un revisionismo histórico de derecha, fundamentalmente. Lo que Ramos hace es ligar en una perspectiva revisionista a un pensamiento de izquierda. Y eso tuvo una profundidad y una originalidad que perdura todavía hasta el presente. Yo trabajé con Ramos políticamente durante 5 años, y durante ese período trabajamos estrechamente y hubo una gran compenetración para mi formación intelectual, la relación con él fue uno de los puntos de referencia y es todavía uno de los puntos de referencia. Yo le estaba diciendo a Laura Ramos, hace algunos meses que todavía tengo algunas conversaciones imaginarias con él en la cual trato de pensar cómo le hubiera respondido a cierto tipo de argumentos que yo estaba haciendo.
Después tuvimos ciertas disidencias políticas, que al comienzo fueron solamente, en el momento en que salí de su movimiento- eran fundamentalmente a la forma partido, por ej. Ramos pensaba que el partido, que el PSIN, que, al cual pertenecíamos iba a ser el partido de la clase obrera y que en algún momento el conjunto de la clase obrera iba a terminar afiliándose a ese partido. Yo no estaba por disolver el partido en absoluto pero pensaba que las cosas no iba a moverse en esa dirección, que el partido tenía que ser simplemente un destacamento, junto con otros destacamentos, de la constitución de un movimiento popular más vasto.
Después que me fui del partido, él se movió en la dirección de crear el FIP, que a mi me pareció que el FIP, era un paso en la dirección correcta, respecto a la concepción inicial del PSIN. Pero, de alguna manera, hubo allí una especie de corto circuito por el cual la colaboración política dejó de ser, es posible, a pesar de que yo mantuve siempre un gran respeto por su figura y por su contribución a la política argentina. Después yo estuve en desacuerdo con una serie de cosas que él llevó a cabo políticamente, yo no hubiera apoyado al menemismo en la forma en que él lo hizo a pesar de que reconozco el punto que Methol Ferré señaló respecto al Mercosur, pero de cualquier manera el respeto y reconocimiento intelectual y político a su figura es algo que me acompañó siempre. Recuerdo que pocos meses antes de su muerte, Ramos me envió un libro, a Londres con una dedicatoria sumamente afectuosa, que a través de la intermediación de Blas Alberti, habíamos resuelto volver a encontrarnos y conversar, pero poco antes de que yo volviera a Buenos Aires, él falleció. De cualquier forma el recuerdo de Ramos es algo que es importante, no solamente por el agradecimiento, el reconocimiento a su figura, sino por el hecho de que nadie puede entender la trayectoria de la izquierda argentina sin inscribir en ella la impronta profunda que él dejó. Gracias.