martes, 30 de abril de 2013

Una docena de razones por las cuales un israelí judío debe ser post-sionista


Para disipar malentendidos, quiero dejar claro que mi creencia en la justificación moral y la necesidad histórica del sionismo no se ve afectada por mi revisión crítica de los dirigentes sionistas. La historia del sionismo demuestra hasta qué punto la necesidad de crear una nueva sociedad, que contiene los valores universales de la democracia y la justicia social, era inherente al movimiento sionista y responsable de su progreso en condiciones adversas. El problema de Israel hoy está en la desintegración de estos valores, debido principalmente a la intoxicación con el éxito militar y la creencia de que la superioridad militar es un sustituto de la paz. A menos que los valores liberales y progresistas del sionismo se restauren y se reconozcan los derechos palestinos a la libre determinación dentro de un marco de convivencia pacífica, la búsqueda de paz de Israel está condenada al fracaso. Creo firmemente que estas tendencias en última instancia se convertirán en la fuerza decisiva de Israel. Simjah Flapan

1. Algunas razones que fundamentan el postsionismo

En el post anterior, dejé abierto el interrogante, sobre la motivación por la cual un sionista de izquierda como yo devino en postsionista.
Algunos dicen que el post-sionismo es un clima más que una ideología, pero lo cierto es que representa un fenómeno social que se ha instalado y posee múltiples expresiones intelectuales, culturales y societarias en Israel.

2. Algunas definiciones del postsionismo

El postsionismo se basa en varios criterios, fundamentalmente que el sionismo cumplió su meta con el advenimiento del Israel moderno.
En otros aspectos, en el político sobre todo, advierte de la tensión que significa definir a Israel como un Estado Judío y Democrático. Es decir o predomina lo judío, o lo democrático según esta argumentación.

3. Algunos contenidos del postsionismo

Es decir que el postsionismo es el pasaje de una perspectiva étnica a una ciudadana más acorde al concepto republicano, res-pública, espacio de todos.
En la realidad de hoy los derechos civiles son universales en Israel, pero la propiedad y la conducción del Estado no.

4. Redefiniendo el carácter de la identidad societaria

Por lo cual al proponer una redefinición de la identidad colectiva de Israel, se genera una tensión entre el propio post-sionismo y el neo-sionismo. El post-sionismo está orientado al ciudadano (apoya la igualdad en las decisiones cívicas independientemente de lo étnico y en ese sentido favorece un estado de todos sus ciudadanos dentro de los límites de la Línea Verde), es universalista y globalista en sus concepciones.

5. El neo-sionismo

El neo-sionismo es particularista, étnico, nacionalista, fundamentalista, incluso fascista en su periferia, es la derecha representada por los colonos, los asentamientos y la expansión a través de los Territorios Ocupados.
El neo-sionismo es el discurso nacionalista-religioso, es la exclusión de las minorías y el colonialismo.

6. La igualdad y los derechos civiles

La presencia de los ciudadanos árabes del país, que representan aproximadamente una quinta parte de la población, dentro de la sociedad civil, es probable que obligue a Israel a tomar una decisión sobre la cuestión de sus derechos. “Si no quiere convertirse en un Estado de apartheid judío, tendrá que convertirse en un estado democrático, cívico y pluralista.”, dice Uri Ram (historiador post-sionista)
Ram, se autodefine como socialista post-sionista y él es optimista sobre el futuro del post-sionismo, aunque en “el camino se ven las cosas, ahora es difícil de vislumbrar alguna luz al final del túnel”.

7. Algunos fenómenos nuevos en la sociedad israelí

Desde el asesinato de Rabin hemos tenido regímenes que nos llevan de una catástrofe a otra.
Dos grandes fenómenos destructivos, que no han sido suficientemente investigados, se están produciendo simultáneamente en la sociedad israelí. Uno de ellos es el desarrollo de un régimen político neo-colonial, que se expresa en los patrones de la ocupación, el despojo y la opresión de los palestinos, así como en la discriminación contra los ciudadanos árabes de Israel.

8. Neo-sionismo y exclusiones

Esto, es una consecuencia del neo-sionismo, que pretende fomentar la creación de un régimen de apartheid hacia la minoría árabe en Israel y hacia los palestinos en los Territorios Ocupados. Todo el proceso de la prolongada ocupación, los asentamientos y la militarización crea una situación de violencia y desigualdad que pone en peligro la continuación de la democracia en Israel.

9. El neoliberalismo entra en escena

El segundo fenómeno es el desarrollo de un régimen social neo-liberal, que es la creación de las diferencias de clase en Israel que están entre las más drásticas de la OCDE en el mundo occidental. Es el lado oscuro del neo-liberalismo en el sentido de que hay un proceso que desecha la solidaridad colectiva. Un aspecto de esto es el intento de legitimar en términos liberales la igualdad civil, cosa que hay que celebrar, pero el otro aspecto es un ataque al estado de bienestar que es la faz más problemática.

10. Tensiones societarias

No hay duda que somos una sociedad con tensiones muy difíciles pero que estamos dispuestos a abordarlas. Queremos un país con justicia, según John Rawls, esto es sinónimo de igualdad de libertades e igualdad en la distribución de los bienes básicos materiales y simbólicos societarios.

11. Decir no a la auto-deslegitimación

Ser postsionista hoy es evitar ser la propia usina de deslegitimación, revisar la historia y reconocer los aspectos negativos propios y los de los palestinos, romper el imaginario de buenos y malos.

12. Decir sí al futuro democrático de Israel y preservar su sentido histórico

Ser postsionista es fracturar mitos y narraciones nacionales excluyentes, es caminar por la integración y la paz, es buscar un país donde no gobierne la historia y donde el presente esté regido por las oportunidades que brinda un futuro mejor para todos.
Sobre Carlos Braverman
Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles en Israel, militante por la coexistencia judeo-árabe en Israel y la paz con el pueblo palestino. Es miembro del Partido Socialista de Israel (Meretz), e integrante de Paz Ahora (Shalom Ajshav). Es Presidente del Instituto Campos Abiertos de Israel (Investigación y desarrollo en Ciencia Política). Su trabajo está centrado en la investigación, la academia, la docencia y la actividad política; así como en el periodismo y el trabajo por los derechos civiles.

lunes, 29 de abril de 2013

REINVENTAR LA POLÍTICA Y EL MUNDO



Entrevista a Ignacio Ramonet
Manuel Fernández-Cuesta
Ignacio Ramonet (Redondela, 1943), es uno de los pensadores más lúcidos de los últimos tiempos. Instalado en París desde 1972, sociólogo y semiólogo, especialista en geopolítica, profesor de Teoría de la Comunicación, sagaz periodista, su forma de mirar e interpretar la modernidad y, por extensión, la globalización, hace de sus ideas un punto de inflexión necesario contra el pensamiento dominante. Diario Kafka ha hablado con él sobre la actualidad política, la crisis y los emergentes movimientos sociales, Europa y el porvenir.
Diario Kafka: ¿Asistimos a un renacimiento de los movimientos de protesta ciudadana?
Ignacio Ramonet: Desde que estalló la actual crisis financiero-económica, en 2008, estamos asistiendo a una multiplicación de los movimientos de protesta ciudadana. En primer lugar, en los países más afectados (Irlanda, Grecia, Portugal, España), los ciudadanos –cívicamente– apostaron por apoyar, con sus votos, a la oposición, pensando que esta aportaría un cambio de política tendente a menos austeridad y menos ajuste. Pero cuando todos estos países cambiaron de Gobierno, pasando de la izquierda o centro-izquierda a la derecha o centro-derecha, la estupefacción fue completa, ya que los nuevos Gobiernos conservadores radicalizaron aún más las políticas restrictivas y exigieron más sacrificios, más sangre y más lagrimas a los ciudadanos. Ahí es cuando empiezan las protestas. Sobre todo porque los ciudadanos tienen ante sus ojos los ejemplos de dos protestas con éxito: la del pueblo unido en Islandia y la de los contestatarios que tumban las dictaduras en Túnez y Egipto. Además, destaca el hecho de que las redes sociales están facilitando formas de la organización espontánea de las masas sin necesidad de líder, de organización política, ni de programa. Todo está listo entonces para que surjan, en mayo de 2011, los indignados españoles, y que su ejemplo se imite de un modo u otro en toda la Europa del sur.
DK: ¿Por qué los partidos políticos de la izquierda son mal comprendidos por estos movimientos?
IR: Porque lo que los medios califican de "partidos políticos de la izquierda" tienen, en opinión de esos movimientos y de las mayorías exasperadas, muy poco de izquierda. No hay que olvidar, además, que estos partidos están comprometidos con esta misma política conservadora que ellos fueron los primeros en aplicar, sin anestesia. Recuérdese lo que ocurrió en España cuando, de pronto, en mayo de 2011, Rodríguez Zapatero, sin avisar ni explicar, decidió aplicar un brutal plan de ajuste ultraliberal que era exactamente lo contrario del ADN del socialismo.
DK. ¿Cuál fue el pecado original de Mayo del 68? ¿Son los movimientos de hoy hijos tardíos del 68? ¿Cree que pueden realmente construir contrapoder político, alternativa real de Gobierno, o son más bien movimientos emocionales?
IR: No se pueden comparar las dos épocas. Mayo del 68 era una crisis contra un país en expansión (nacimiento de la sociedad de consumo, crecimiento alto, pleno empleo), que seguía siendo profundamente conservador y hasta arcaico en materia de costumbres. Hoy sabemos que fue menos una crisis política que una crisis cultural. El movimiento del 15M, sin embargo, es el reflejo del derrumbe general de todas las instituciones (Corona, justicia, Gobierno, oposición, Iglesia, autonomías...). En ese sentido, es lo más positivo que ha ocurrido en la política española desde el final del franquismo. Lo más fresco e innovador. Aunque no se ha traducido en movimiento político con perspectivas de conquistar el poder, revela un sentimiento profundo de hartura de la sociedad española golpeada por la crisis y por las brutales medidas de austeridad del Gobierno de Mariano Rajoy. Se podría decir que los movimientos de protesta son una buena noticia ya que demuestran que las sociedades europeas, y en particular su juventud tan castigada por la crisis social, está expresando su descontento general hacia la situación que se está viviendo y hacia el tipo de solución neoliberal que los Gobiernos y la Unión Europea están aplicando contra la crisis. Es más, estos movimientos rechazan la adopción de medidas de austeridad extremadamente serias, de ajuste económico, en una Europa del sur donde más del 20% de los jóvenes menores de treinta años se encuentra en paro. Curiosamente, esta juventud se expresa de una manera pacífica, no violenta, inspirándose en varios movimientos generales.
DK: ¿Qué otros efectos está produciendo esta crisis en Europa?
IR: La crisis se está traduciendo también en un aumento del miedo y del resentimiento. La gente vive en estado de ansiedad y de incertidumbre. Vuelven los grandes pánicos ante amenazas indeterminadas como pueden ser la pérdida del empleo, los choques tecnológicos, las biotecnologías, las catástrofes naturales, la inseguridad generalizada. Todo ello es un desafío para las democracias, porque ese "terror difuso" se transforma a veces en odio y repudio. En varios países europeos, ese odio se dirige hoy contra el extranjero, el inmigrante, el diferente, los otros (musulmanes, gitanos, subsaharianos, sin papeles...) y crecen los partidos xenófobos, racistas y de extrema derecha.
DK: ¿Son los movimientos sociales y políticos actuales, culminando en el 15M, capaces superar a los partidos políticos tradicionales de la izquierda?
IR: No sabemos hacer política sin partidos políticos. Lo que reclaman los contestatarios, los indignados en casi toda Europa del sur, es cambiar las reglas del juego: desmontar el truco. Nuevas reglas supondrían, por ejemplo en España, una nueva Constitución como reclama un número cada vez mayor de ciudadanos. Una Constitución que dé más poder a los ciudadanos, que garantice más justicia social y que sancione a los responsables del actual naufragio. Un naufragio que no puede sorprender a nadie. El escándalo de las hipotecas basura era sabido por todos. Igual que el exceso de liquidez orientado a la especulación, y la explosión delirante de los precios de la vivienda. Nadie se inmutaba, porque el crimen beneficiaba a muchos. Y se siguió afirmando que la empresa privada y el mercado lo arreglaban todo. En la historia larga de la economía, el Estado ha sido siempre un actor central. Solo desde hace treinta años –o sea, nada en una historia de siglos–, el mercado ha querido expulsar al Estado del campo de la economía. Hay que volver al sentido común, a un keynesianismo razonable: tanto Estado como sea necesario y tanto mercado como sea indispensable. La prueba evidente del fracaso del sistema neoliberal actual son los ajustes y rescates que demuestran que los mercados no son capaces de regularse por sí mismos. Se han autodestruido por su propia voracidad. Además, se confirma una ley del cinismo neoliberal: se privatizan los beneficios pero se socializan las pérdidas. Se hace ahora pagar a los pobres las excentricidades irracionales de los banqueros, y se les amenaza, en caso de que se nieguen a pagar, ¡con empobrecerlos aún más! ¿Se producirá un incendio social? No es imposible. Las repercusiones sociales del cataclismo económico son de una brutalidad inédita: 23 millones de parados en la Unión Europea y más de 80 millones de pobres. Los jóvenes aparecen como las víctimas principales. Por eso, de Madrid a Londres y Atenas, de Nicosia a Roma, una ola de indignación levanta a la juventud. Añádase, además, que en la actualidad, las clases medias también están asustadas porque el modelo neoliberal de crecimiento las está abandonando al borde del camino. En España, una parte se unió a los jóvenes para rechazar el integrismo ultraliberal de la Unión Europea y del Gobierno. "No nos representan”, dijeron todos los indignados.
DK: ¿Cómo ve Europa y el proyecto común europeo dominado, estos años, por Alemania y su política de austeridad?
IR: El curso de la globalización parece como suspendido. Se habla cada vez más de desglobalización, de descrecimiento. El péndulo había ido demasiado lejos en la dirección neoliberal y ahora podría ir en la dirección contraria. Ha llegado la hora de reinventar la política y el mundo. Todas las sociedades del sur de Europa se han vuelto furiosamente anti alemanas puesto que Alemania, sin que nadie le haya otorgado ese derecho, se ha erigido en jefe –autoproclamado – de la Unión Europea enarbolando un programa de sadismo económico. Europa es ahora, para millones de ciudadanos, sinónimo de castigo y sufrimiento: una utopía negativa.
DK: ¿Hay alternativas frente al abandono del campo de batalla de la socialdemocracia tradicional?
IR: La socialdemocracia ha fracasado porque ella misma ha participado en la liquidación del Estado de bienestar, que era su principal conquista y su gran seña de identidad. De ahí el desarraigo de muchos ciudadanos que pasan de la política absteniéndose, limitándose a protestar o votando por Beppe Grillo (que es una manera de preferir un payaso auténtico en lugar de sus hipócritas copias). Otros han decidido votar a la extrema derecha, que sube espectacularmente en todas partes, o en menor grado, optar por la izquierda de la izquierda que encarna hoy el único discurso progresista audible. Así estaban también en América Latina hace poco más de un decenio, cuando las protestas derrocaban Gobiernos democráticamente elegidos (en Argentina, Bolivia, Ecuador, Perú...), que aplicaban con saña los ajustes dictados por el FMI. Hasta que los movimientos sociales de protesta convergieron con una generación de nuevos líderes políticos (Chávez, Morales, Correa, Kirchner, Lula, Lugo...) que canalizaron la poderosa energía transformadora y la condujeron a votar en las urnas programas de refundación política (constituyente), de reconquista económica (nacionalizaciones, keynesianismo) y de regeneración social. En ese sentido, se observa cómo a una Europa desorientada y grogui, América Latina le está indicando el camino.
Diario Kafka - Adital

COLOMBIA: LA HORA DE LA VOLUNTAD



No habrá paz sin una comunidad que la apoye y la exija, que la vigile y la acompañe. Y no será pequeña recompensa la posibilidad de dejar atrás el país mezquino que sacrifica sus jóvenes y gasta todos sus recursos en una guerra sin horizontes, y que mientras tanto tiene las carreteras de hace 50 años, los puertos de hace 80, los puentes den hace 100, y las ideas de hace más de 200.
El último conflicto armado del hemisferio podría estar a punto de terminar. Colombia necesita que cese el conflicto para que comience a construirse una paz verdadera y durable. Y podemos decir que de todos los procesos de diálogo que se han emprendido en los últimos 30 años, ninguno había llegado tan lejos como el que actualmente se adelanta en La Habana.
Si el expresidente Uribe, su más tenaz opositor, se muestra tan encarnizado en contra de este proceso, es porque lo está viendo posible. Y hay que saber que detrás de sus aparentes obsesiones y rencores no hay sólo una psicología sino unos sectores que siempre vieron en la paz un peligro para sus privilegios, el temor a la llegada de la modernidad social en términos de justicia y equidad.
Por su parte, el expresidente Pastrana ahora reconoce que en el proceso del Caguán no estuvo tan interesado en la paz sino en lo mismo que les reprocha a sus adversarios: en ganar tiempo y fortalecerse para la guerra. Pareciera que sólo siente el malestar de ver triunfar a otros donde él no pudo, pero también él representa intereses precisos que temen verse amenazados por unos acuerdos, que no quieren que se modifiquen algunas de las condiciones que han hecho al país tan proclive a la violencia y a la exclusión.
No todo es pequeñez y vanidad; algunos encarnan posiciones contrarias a lo que Colombia requiere para alcanzar una paz verdadera. Muchos poderes egoístas de adentro y de afuera saben que una paz que abra horizontes a nuestra sociedad será un freno para sus ambiciones particulares. Por eso quieren bloquear el camino de los acuerdos y tratan de impedir que el proceso en cualquier momento cruce la línea de no retorno.
Como decía Víctor Hugo, hay regiones donde la tierra todavía está blanda y mojada del diluvio. Colombia todavía padece en todo el cuerpo los quemonazos de la vehemencia guerrerista. No está lejos aquella política que concebía la paz sólo como redes de informantes, delaciones, intercepciones telefónicas, y falsos positivos. Todavía padecemos la pesadilla de los asaltos guerrilleros, los campos minados, el fuego en toda la línea.
El expresidente Uribe sabe por qué lo enfurece la posibilidad de que el país alcance la paz con que soñamos hace décadas, una paz que su política no podía alcanzar, aunque se le concedieran muchos períodos presidenciales. Y el expresidente Pastrana sabe por qué deplora que otros logren lo que a él le fue negado o en realidad nunca quiso. Pero si ellos sienten que la paz que este país requiere para ser grande los perjudica, ¿quién los podrá salvar para la historia?
Ahora lo importante es la paz. Vuelvo a oír el rumor de que el tiempo es escaso, de que las próximas elecciones pueden ahogar el proceso, de que se está luchando contra el reloj.
Aunque a todos nos gustaría un acuerdo rápido y definitivo, el talento de los estadistas radica en ser capaces de dar a cada cosa su tiempo y su ritmo. Pertenece al reino de fábulas de las Mil y una Noches el arte riesgoso de construir una gran torre en un día. Lo verdaderamente importante es construir una torre que no se caiga, y la paz es, para decirlo con palabras de Rimbaud, la canción de la torre más alta.
Lo que deberían estar haciendo con urgencia las delegaciones que están sentadas en La Habana, y quienes las dirigen, es darle verosimilitud y prestigio al proceso. A nadie puede interesarle un acuerdo improvisado y endeble, que no brinde garantías, pero el país necesita saber que los pasos se van dando con firmeza, que el proceso avanza con madurez. No es conveniente que se termine a cualquier precio en tiempo récord, pero es fundamental que tenga credibilidad y muestre resultados. Ello no es cuestión de tiempo sino de voluntad.
Los que siempre han ganado y algo pueden perder no dejarán de poner el grito en el cielo porque se cambien unos hábitos políticos y económicos que han desgarrado al país durante siglos y que a ciertos poderes les parecen leyes naturales.
¿Por qué tendría que concluirse el proceso de paz en este período presidencial? Si empieza a mostrar resultados, es muy difícil que la comunidad lo abandone. Las elecciones del próximo año no dejarán de convertirse en un gran plebiscito sobre el proceso, y si hay resultados convincentes, el país sabrá recompensar a quien abra horizontes a su futuro.
Lo que buscan los profesionales del desaliento y los palos en la rueda de quienes temen a la paz, es acaso paralizar a los protagonistas del diálogo e impedir que empiecen a mostrar resultados convincentes. Pero si bien la paz no puede ser una feria de vanidades tampoco puede ser un ceremonial en una cripta hermética.
Así como los enemigos de los acuerdos exhiben con franqueza su hostilidad y su vehemencia, los que sabemos que la paz es necesaria, y que podría estar a las puertas, tenemos que dejar de ser espectadores de tercera fila, debemos tomar iniciativas y asumir posiciones. Hay momentos en que la historia exige actuar; jornadas decisivas que reclaman la presencia en la arena. Y lo que no hacemos en el día adecuado, podemos deplorarlo por décadas.
No habrá paz sin una comunidad que la apoye y la exija, que la vigile y la acompañe. Y no será pequeña recompensa la posibilidad de dejar atrás el país mezquino que sacrifica sus jóvenes y gasta todos sus recursos en una guerra sin horizontes, y que mientras tanto tiene las carreteras de hace 50 años, los puertos de hace 80, los puentes de hace 100, y las ideas de hace más de 200.

domingo, 28 de abril de 2013

Cruzada transgénica contra los hambrientos


Las multinacionales se unen. 
La Cruzada Nacional contra el Hambre, programa insignia del gobierno, no tiene nada que ver con terminar el hambre, ni atender o modificar sus causas, pero sí tiene mucho de cruzada. Ahora los "infieles" son indios y campesinos que cometen el pecado de tener cultura propia, de ejercer y defender sus propias formas de organización, de producción, de vida, de lucha. A ellos hay que convertirlos a la fuerza a la "modernidad": comida chatarra, refrescos embotellados, y si insisten en que en lugar de limosnas quieren seguir cultivando, que sean transgénicos. Todo sazonado con la creación de "consejos comunitarios" y apoyos selectivos, para asegurar votos y promover el enfrentamiento dentro y entre comunidades.

Es paradigmática la incorporación de las trasnacionales de comida basura Nestlé y PepsiCo a esa Cruzada. Ocupan el primero y segundo lugar como las trasnacionales más grandes del planeta en procesamiento de alimentos y bebidas, ambas ampliamente conocidas por dar al mundo abundantes fuentes de desnutrición, obesidad, diabetes y, en general, promover los malos hábitos alimentarios, generando una enorme carga de gastos públicos en salud. Nestlé ha sido por más de dos décadas el blanco de un boicoteo internacional en numerosos países, por su agresiva promoción de sustitutos de leche materna, provocando mayor desnutrición y colaborando en aumentar la mortalidad infantil, sobre todo en los países más pobres. Por detalles, vea el expediente de la ’International Baby Food Action Network’, IBFAN, galardonada con el Premio Nobel Alternativo justamente por estas denuncias.

Digamos, hablando de desnutrir niños, Nestlé es toda una experta. Por ello, la Cruzada le asignó un programa de "educación" de promotoras, que la trasnacional entrenará en "autoempleo". Traduciendo: un pequeño ejército de 15 mil mujeres pobres que hagan propaganda de los productos de la trasnacional, con respaldo público. Con razón, Nestlé tituló el proyecto "Mi dulce negocio". Para complementar los efectos devastadores de Nestlé con sus sustitutos de leche materna, Pepsico distribuirá "galletas nutritivas" (traducción: industriales, con químicos, transgénicos, conservadores, etcétera), dirigidas a "mujeres embarazadas, en etapa de lactancia y niños menores de cinco años".

Como si fuera una defensa, Rosario Robles, secretaria de desarrollo social, coordinadora de la Cruzada, aclara que Nestlé participó en el programa Hambre Cero en Brasil. Omite agregar que la trasnacional tuvo que salir de allí por las protestas de la sociedad brasilera en su contra. Estas dos nefastas trasnacionales son apenas la punta del iceberg: también se anuncia la participación de Walmart, el supermercado más grande del planeta, cuyo negro historial en competir con producción nacional, eliminar pequeñas tiendas, bajar salarios, discriminación racial y de género y muchas otras condiciones para generar más hambre, le califican ampliamente para esta Cruzada. Avizoran ganancias muchas otras grandes compañías del sector agroalimentario. No hay duda, el hambre de ganancias de las megaempresas será bien atendido por este programa.

Robles abunda que estamos en una sociedad de globalización y libre mercado, por lo que la participación de las empresas "es determinante". Nuevamente omite decir que son determinantes para desatar y continuar la crisis alimentaria y de salud, la pobreza rural, la emigración a las ciudades, a través de la apropiación cada vez mayor de la cadena agroalimentaria, facilitada como ahora, por políticas gubernamentales. Cadena que finalmente se propone apresarnos a todos, con Monsanto en una punta (semillas y agrotóxicos) y Walmart en la otra, y cuyos eslabones son las grandes cerealeras como Cargill y ADM y los procesadores industriales de alimentos y bebidas, como Nestlé y Pepsico.

Al principio de la cadena, Monsanto espera que el gobierno le autorice en breve la siembra comercial de millones de hectáreas de maíz transgénico en el Norte del país. Si las solicitudes en Tamaulipas y Sinaloa sorprendían por que pedían se les autorizara más de un millón de hectáreas para cada tipo de transgénico, ¿qué se puede decir de las que están en curso para Chihuahua, Coahuila y Durango, donde la trasnacional solicita casi 12 millones de hectáreas (11 millones 985 mil 951) para cada uno de los tres eventos de maíz transgénico, en distintas localidades de esos estados? Las superficies solicitadas superan con mucho las actuales sembradas con maíz, porque la intención es ir cubriendo cada vez más en varias estaciones de siembra, garantizándose así la decisión a futuro de qué sembrarán los agricultores (no venderán ninguna otra semilla), haciendo además imposible la fiscalización de lo realmente plantado.

Se configura desde varias aristas una cruzada contra los hambrientos, contra los campesinos, contra la soberanía alimentaria y la autonomía de los pueblos del maíz, para que ni ellos ni nadie más que las trasnacionales puedan decidir qué plantar y qué comer.

Entre muchas respuestas a estas realidades, la Red en Defensa del Maíz, Ceccam, la Vía Campesina, YoSoy132 Ambiental, Jóvenes ante el Desastre y la Emergencia Nacional, el Movimiento Urbano Popular y otras organizaciones, llaman del 25 al 30 de abril a unas Jornadas contra el Maíz Transgénico, con la participación, entre otros, de los premios Nobel Alternativos, Vandana Shiva (India), Pat Mooney (Canadá) y Camila Montecinos (Chile). Acuden además como dictaminadores de otra pre-audiencia nacional del proceso del Tribunal Permanente de los Pueblos, esta vez sobre contaminación transgénica del maíz, en Oaxaca el 26 y 27 de abril. (Programa en http://redendefensadelmaiz.net/ ). Rendirse ante la cruzada transgénica, definitivamente no está en la agenda.

Silvia Ribeiro

* Investigadora del Grupo ETC La Jornada


viernes, 26 de abril de 2013

¿Cómo podemos evitar el colapso de la civilización global?


abril 24, 2013 por Firmas Amigas. De la Web Colectivo Novecento

Gonzalo Andrade, del Colectivo Globalízate
Durante las próximas décadas la humanidad va a enfrentarse a innumerables problemas ambientales y sociales cuyas consecuencias pueden conducirnos al colapso global. Para evitar esta situación no solo es necesario poner en marcha determinadas acciones, sino también promover un profundo cambio social y político que enmarque las mismas y las haga realmente eficaces.
El cambio climático, la extinción acelerada de especies animales y vegetales, la degradación de la tierra cultivable, los cambios en el uso del suelo de regiones enteras, la dispersión de componentes químicos nocivos en el ambiente, la acidificación de los océanos y la escasez de agua potable son tal vez los problemas más importantes a los que se enfrenta la humanidad hoy en día. Todos estos problemas están interconectados entre sí, tienen importantes consecuencias en los sistemas naturales y socio-económicos del planeta, y su acción combinada puede dar lugar al colapso de la “civilización global” durante las próximas décadas. Por lo menos esto afirman Paul y Anne Ehrlich, ambos investigadores y docentes en la Universidad de Stanford (EEUU), en un esclarecedor artículo que ha sido publicado recientemente en la prestigiosa revista Proceedings of the Royal Society – Biological Sciences.
Estos autores nos recuerdan que tras los recientes fracasos de la agenda climática el mundo puede verse sujeto a un aumento de al menos 2,4°C en la temperatura media global hacia mediados del siglo XXI, lo que está por encima del límite de 2°C que hace una década era considerado como “seguro”. El cambio climático antropogénico está provocando un incremento en la frecuencia y la intensidad de eventos climáticos extremos tales como sequías, olas de calor, inundaciones y huracanes, que será aún mayor en el futuro. Ello podría tener importantes efectos en la producción agrícola, que también se encuentra amenazada por la progresiva erosión y degradación del suelo.
La agricultura actual es también excesivamente dependiente de los combustibles fósiles y enormemente ineficiente en el uso de fertilizantes, agua y energía, lo que está provocando un aumento de la contaminación ambiental y las emisiones de gases de efecto invernadero, y una reducción de las reservas de agua. Por otra parte, el cambio en la dieta de varios países hacia un mayor consumo de proteínas animales está provocando la expansión de cultivos destinados a la producción de grano para el ganado. Ello se produce a costa de tierras fértiles que podrían utilizarse para alimentar a un mayor número de personas, o de áreas no agrícolas (bosques, sabanas, humedales) que proporcionan importantes servicios ambientales como la regulación del ciclo del agua y los climas locales y regionales. Aunque no están tan presentes en la agenda política no podemos olvidarnos de los problemas derivados de la presencia de químicos nocivos en el ambiente, así como de los crecientes riesgos epidemiológicos en muchas partes del mundo.
Todos estos problemas pueden verse amplificados por el progresivo incremento de la población mundial (que en 2050 puede alcanzar los 9.5 millones de personas) y el excesivo consumo de energía y alimentos por parte de ciertos países. A su vez, los problemas anteriormente señalados pueden tener importantes consecuencias socio-políticas como el desarrollo de conflictos bélicos por el control de recursos naturales y el aumento en el número de refugiados ambientales.
Para los autores de este artículo, la clave para mitigar muchos de los problemas anteriormente comentados y evitar el colapso de la civilización global está en la transformación de los sistemas de producción de alimentos y energía. Entre otras cosas es necesario restringir la expansión de nuevas zonas agrarias para preservar el capital natural aún existente, desarrollar políticas de conservación del suelo fértil, incrementar la eficiencia en el uso de fertilizantes, agua y energía, promover dietas basadas en un menor consumo de carne y reducir el desperdicio de comida. La equidad en la alimentación debe estar en el centro de la agenda política, y es necesaria una enorme inversión económica en investigación sobre agricultura y acuicultura sostenibles. También es importante tener en cuenta que en un futuro próximo los sistemas agrarios van a tener que enfrentarse a un clima más cambiante e impredecible que el actual, lo que hace necesario fomentar el ahorro de agua y desarrollar infraestructuras adecuadas para su almacenamiento y distribución.
Otra de las claves para evitar el colapso está en la limitación del crecimiento poblacional, un debate enormemente mediático durante los años 70 y prácticamente olvidado hoy en día. En los países empobrecidos es necesario profundizar en los programas de planificación familiar, en la lucha contra el fundamentalismo religioso y a favor de los derechos de la mujer. El triunfo del feminismo en el sur global tiene una enorme importancia no solo desde un punto de vista ético y social, sino también ambiental y económico.
Los países ricos deben limitar su excesivo consumo de recursos, un reto aún mayor y más difícil, dada la arraigada adicción cultural al crecimiento económico en las sociedades opulentas. Son estos países también los que tienen que liderar la puesta en práctica de soluciones a los problemas anteriormente mencionados mediante el fomento de la investigación científica. Sin embargo, esta debe centrarse mucho más en la búsqueda de soluciones y en llevar sus resultados a la agenda política. También es imprescindible fomentar la colaboración entre los científicos procedentes de las ciencias naturales con los procedentes de las ciencias sociales. Y dentro de estos últimos, los economistas tienen un importantísimo papel. A los economistas corresponde la tarea de contrarrestar el predicamento del libre mercado y los dogmas que han infectado esta disciplina académica durante las tres últimas décadas. Deben trabajar, además, por el desarrollo de sistemas económicos estacionarios, nuevos modelos económicos que reflejen la conducta irracional de grupos e individuos, y mercados basados en la información “simétrica” (igual) entre sus actores. Los economistas deben potenciar la lucha por la sostenibilidad y la equidad como los nuevos paradigmas de su disciplina.
Los autores de este trabajo conceden también una enorme importancia al ámbito cultural, social y político en el que se deben enmarcar estos cambios. Los seres humanos debemos luchar contra nuestra propia selección natural, que no nos ha hecho previsores frente a un medio ambiente cambiante, y ciertas medidas solo van a poder ser llevadas a cabo mediante una transformación social y política sin precedentes. También va a ser necesaria una fuerte cooperación internacional que sea capaz de adaptar las soluciones a los marcos culturales de las diferentes sociedades. Paul y Anne Ehrlich terminan con una llamada urgente a la valentía, el esfuerzo, la ética y la solidaridad. El momento para llevar a cabo una reestructuración profunda del sistema socio-económico, afirman, es ahora, y si no lo hacemos la naturaleza lo hará por nosotros.
 Referencias

jueves, 25 de abril de 2013

Somos Femen, las desnudas tropas de choque del feminismo



Por Inna Shevchenko





 
Femen está en guerra con un patriarcado que contempla a las mujeres como objetos sexuales. ¿De qué armas disponemos? De nuestros pechos desnudos.

Femen es nuestro intento de repensar la historia del feminismo en su conjunto. Creemos que si se les deja como propósito vital a las mujeres poco más que satisfacer deseos sexuales, entonces nuestra sexualidad debe politizarse. No estamos negando nuestro potencial de ser tratadas como objetos sexuales. Por el contrario, tomamos nuestra sexualidad en nuestras manos, volviéndola contra nuestro enemigo. Estamos transformando la subordinación sexual femenina en agresión, y empezando por tanto la guerra de verdad.
Que nadie se confunda: estamos en guerra. Es esta una guerra ideológica, una guerra del tradicionalismo contra la modernidad, de la opresión contra la libertad, de la dictadura contra el derecho a la libertad de expresión. Tomamos como blanco las tres manifestaciones principales del patriarcado: la religión, la industria del sexo y la dictadura.
"No tuve tiempo de ver si parecían o no atractivas, si eran rubias o no", esas fueron las palabras de Putin después de nuestra acción más reciente de distracción, cuando las activistas de Femen se enfrentaron a él en Hannover, gritándole a la cara: "¡Que te jodan, dictador!". Putin se apresuró a sonreír, pero un funcionario del Kremlin ya andaba pidiendo que Alemania castigara a nuestras activistas. En un lapso de media hora se abrieron cuatro procedimientos judiciales contra las asaltantes del dictador.  
Esta es nuestra realidad. Las activistas de Femen sufren detenciones, palizas o incluso secuestros, como nos sucedió en Bielorrusia después de la protesta nuestra que ponían en ridículo al presidente Alexander Lukashenko en Minsk.
Al machismo se le puede derrotar mediante la rebelión femenina. Ningún líder autoritario está interesado en la opinión pública, que puede perjudicarle personalmente. Las tácticas de Femen se proponen justamente eso: lastimarle y humillarle personalmente. Tirarle zapatos a Bush no es nada comparado con nuestro ataque contra Putin. Antes nunca se había encontrado su cuerpo sagrado, protegido por docenas de guardas de seguridad profesionales, tan en peligro.  
Éramos todavía unas aficionadas cuando nos manifestamos contra Putin en Kiev en 2011, a docenas de kilómetros de distancia de nuestro blanco. Pero mejoramos nuestras habilidades cuando sitiamos el colegio electoral en Moscú en 2012, sólo 20 minutos después de que se marchara Putin del lugar. Un año más tarde, nos enfrentamos a él desnudando nuestros pechos como desafío.    
Putin es un homófobo y un oligarca que encarna la fusión de Iglesia y Estado, poniendo sus intereses personales por delante de los de 150 millones de personas en ese proceso. Recientemente anunció que  Rusia no es país para los gays, tal como George H. W. Bush afirmó en su día que los EE. UU. no son país para ateos. Putin no se para en eso, de modo que vamos nosotras a pararle a él.
¿Cómo, se preguntan ustedes? Sí, queridos lectores, ¡sólo con nuestros pechos desnudos! Respondemos tumbando al gran oligarca y sus payasos del servicio de seguridad, y con ellos, la imagen que tan cuidadosamente ha ido cultivando.   
Femen constituye un inmenso experimento. Cada día encontramos nuevos modos de destruir el patriarcado, nuevas palabras con las que responder a nuestros oponentes. Apelamos a una revuelta sexual global contra el sistema. No podemos contarles nuestros planes más inminentes, o cuál será el resultado final de nuestra lucha, pero trabajamos en ellos las 24 horas del día. Lo único que puedo decirles con seguridad a todos aquellos contra los que luchamos es que no vamos a dejaros que consagréis como culto la mierda que sois.
Inna Shevchenko es activista y dirigente del movimiento internacional de mujeres Femen
De la Web Sin Permiso.

La catástrofe del centroizquierda italiano


. Dossier
Rossana Rossanda · Norma Rangeri · · · ·




Este dossier consta de los siguientes dos textos:
1)     Rossana Rossanda: Apuntes sobre el Quirinal: caen los grandes consensos
2)     Norma Rangieri: La derrota de Bersani


1) Rossana Rossanda: Apuntes sobre el Quirinal: caen los grandes consensos
La derrota de Marini ha venido a desmentir brutalmente a la secretaría del PD y ha puesto fin al proyecto de unidad nacional con Berlusconi. Para el Quirinal [palacio de la Presidencia de la República], una carrera al rebufo de la improvisación. 
Nunca había ocurrido en el PD –ni en los Demócratas de Izquierda, ni menos en el PCI— que su dirección resultara tan brutalmente desmentida como ayer lo fue en las cámaras reunidas para discutir le nombre propuesto para ocupar el Quirinal. Franco Marini ni siquiera ha logrado una parte de los votos previstos en la víspera. Era el personaje acordado con Berlusconi, y su caída no sólo ha mandado al garete los planes de Bersani, sino los de todos quienes apoyaban una política de amplios acuerdos. Comenzando por el Giorgio Napolitano y siguiendo con D’Alema y secuaces. El único que se había atravesado en su camino era Renzi. Naturalmente, Bersani debería haber tenido los redaños para oponerse, atendiendo de paso a los humores furibundos del partido; pero ni siquiera ahora los ha tenido.
Lo más significativo no es, pues, sólo que haya fracasado el primer nombre para el Quirinal un centroizquierda, aun por poco, mayoritario, sino que ha venido a menos la perspectiva de un gobierno de unidad nacional que incluía a Silvio Berlusconi. Bastaba ver ayer su faz lívida, furioso porque estaba convencido de que estos a quienes él llama comunistas, es decir los demócratas, tendrían una disciplina de hierro, y en cambio, no han respetado ninguna decisión. Bersani habría avanzado ayer al mediodía un nombre distinto “para un escenario totalmente distinto”: el nombre de Prodi, recibido con furor en el PDL y con júbilo por la Margarita. Pero no está dicho que sea un nombre bien recibido por la generación excomunista del PD. Algunos observadores sutiles me dan a entender que la invitación a la rebelión de las bases habría sido pedida y aun orquestada por Massimo D’Alema, quien trabaja por el gran consenso, pero que, para empezar, no está en el corazón de los grandes electores, y además, preferiría –y por mucho— gobernar él mismo; se trataría, entonces, de ir fusilando, uno tras otro, todos y cada uno de los nombres que se propongan, empezando por Marini. Se sabe que D’Alema sería del gusto del cavaliere, porque las mallas de los grandes consensos en versión dalemiana son harto holgadas y escurridizas.
Podría ser que el nombre del vencedor salga a parir del mediodía de hoy, vista la improvisación de los vértices de los partidos, y es posible también que sigan las zancadillas, en la Plaza del Quirinal, no menos que en la del Palazzo Chigi.
Addendum de SP (21 de abril de 2013)
Rossana Rossanda acertó de lleno en sus apuntes del pasado 18. La carrera al Qurininal ha terminado con una improvisación que –con la caída de Prodi— deshace al PD, y las zancadillas de D’Alema terminan con la reelección del viejo Napolitano. La candidatura del prestigioso constitucionalista Stefano Rodotà (apoyada por los grillini) habría sido el antídoto contra el ridículo de la enésima vuelta de tuerca de la vieja política politizante italiana, y acaso un camino hacia la reconstrucción de una política democrática.—SP
Rossana Rossanda es miembro del Consejo Editorial de SinPermiso.
Traducción para www.sinpermiso.info: Casiopea Altisench
sinpermiso electrónico se ofrece semanalmente de forma gratuita. No recibe ningún tipo de subvención pública ni privada, y su existencia sólo es posible gracias al trabajo voluntario de sus colaboradores y a las donaciones altruistas de sus lectores. Si le ha interesado este artículo, considere la posibilidad de contribuir al desarrollo de este proyecto político-cultural realizando una DONACIÓNo haciendo una SUSCRIPCIÓNa la REVISTA SEMESTRAL impresa.
Fuente: www.sbilanciamoci.info, 18 abril 2013 



2) Norma Rangieri: La derrota de Bersani
 ¿Por qué no deberían votar el secretario del Partido Democrático y el centroizquierda a Stefano Rodotà [1] como presidente de la República? ¿Qué método, si no el de una lúcida locura, ha conducido a la fuerza de mayoría relativa a depositar en las manos de Berlusconi la elección del próximo jefe del Estado? ¿De qué sirve entrar en una asamblea de grupos parlamentarios, constatar las fuertes disensiones de buena parte sobre el nombre de Franco Marini y no tenerlas en consideración?  
Naturalmente, Bersani non responderá a nuestras preguntas, pero debería por lo menos escuchar las que le dirigen los electores y un gran número de los dirigentes mismos de su partido, despistados y muchos enojados, sobre todo después de haber asistido al espectáculo de las votaciones de ayer en Montecitorio [sede parlamentaria italiana]. Una derrota clamorosa, tafazziana [masoquista] [2].  
Sin embargo, el secretario del PD, tras el batacazo de las elecciones de febrero, había enviado señales interesantes. Con la elección de los dos presidentes de la Cámara y el Senado, con la pertinaz insistencia en un gobierno de cambio, con el inteligente seguimiento de los “grillinos”, dejando a un lado el orgullo, haciendo surgir la copla del «no» de los exponentes del 5 Estrellas, que con este comportamiento descendían ya en las encuestas. Y luego, ese darse la vuelta, brusco y masoquista, para embarcarse en un tándem para el Quirinal [residencia del Presidente de la República] con el jefe del centroderecha. Lo cual, inútil es negarlo, prefigura otra extraña mayoría de gobierno, otra forma de "montismo" hasta las próximas elecciones.  
Un cambio de ruta, justo cuando, siguiendo el camino emprendido, Bersani, y una ingente parte del centroizquierda, hubieran podido adherirse a la candidatura de Rodotà. Tanto más cuando no estamos hablando de un señor que pertenece a un partido sino de una figura capaz de dirigirse a un amplio campo de 27 millones de votos, por lo menos, los recibidos en el referéndum del 27 de junio de 2011 [sobre el carácter público del agua], entre cuyos tenaces promotores figuraba Rodotà.   
Fue una espléndida primavera de la política, la revelación de un yacimiento de movilización y conocimiento que salía del populismo y se convertía en democracia deliberativa. Ese país existe, y no haberlo escuchado, seguir ignorándolo, no sólo le ha hecho perder al PD más tres millones de votos sino que le ha minado la identidad y le ha nublado la visión.
Para Bersani suena la campana de la derrota, su liderazgo está acabado, y los pedazos que le han quedado (con la ayuda de todo el grupo dirigente) ya no los vuelve a pegar nadie.  
NOTAS T: [1] Stefano Rodotà (1933), ilustre jurista italiano, profesor emérito de Derecho Civil de la Universidad La Sapienza de Roma, fue en los 70 miembro del Partido Radical de Marco Pannella, diputado independiente en las listas del PCI en 1979, y luego en las del PDS, de que fue primer presidente.  [2] Tafazzi, personaje cómico de la televisión italiana que se caracteriza por su masoquismo.
Norma Rangeri (1951) es desde 2010 directora del diario italiano Il Manifesto, en el que lleva trabajando desde 1974, primero como crítico de televisión, experiencia recogida en su libro Chi l´ha vista? Tutto il peggio della tv da Berlusconi a Prodi (o viceversa), Milano, Rizzoli, 2007).
De la Web Sin Permiso


miércoles, 24 de abril de 2013

Alternativas


POR MARÍA GONZÁLEZ REYES

Conforme las multinacionales han ido extendiendo su actividad por el planeta, se han creado distintas resistencias a este poder corporativo que trata de marcar los pasos de la economía mundial: las empresas recuperadas, la banca ética, las cooperativas de consumo o el comercio justo son ejemplos de alternativas que muestran que hay otra manera de producir que no se base en la lógica de la acumulación. Son propuestas de base que critican y cuestionan el poder de las multinacionales, que plantean otra manera de organización entre los trabajadores y trabajadoras, y que ponen sobre la mesa la incompatibilidad entre un sistema socioeconómico basado en la extracción y generación de residuos creciente y un planeta con límites.

Las multinacionales devoran el planeta

En las últimas décadas, las empresas transnacionales han venido creciendo no sólo en tamaño, sino también en influencia económica, social y política. Por eso, hoy ya se han convertido en los principales exponentes del proceso de globalización neoliberal, con efectos devastadores sobre la sostenibilidad ambiental, los derechos de los trabajadores y trabajadoras, la distribución de la riqueza y la soberanía alimentaria de los pueblos. Prueba de este hecho es que la producción mundial se está duplicando cada 25 o 30 años.

Este crecimiento no es una consecuencia posible del sistema capitalista, es una condición indispensable para que funcione. Si la economía deja de crecer se colapsa, es una cuestión de las reglas de juego que marcan, entre otros actores, las multinacionales: las empresas tienen que maximizar sus beneficios un año tras otro, y maximizar los beneficios implica que lo único que importa son las cuentas a final de año. Esta expansión de la economía planetaria se hace a costa de un requerimiento de materiales que no para de crecer y de un incremento alarmante de las injusticias y desigualdades sociales.

Las alternativas frente a las multinacionales como forma de resistencia

Frente a esta lógica capitalista surgen alternativas y resistencias al poder corporativo que tratan de transmitir y rebatir con la práctica el hecho de que este sistema está acabando con la vida en el planeta. Buscan construir nuevos espacios y prácticas que no se rijan por el máximo beneficio sino por la cooperación y los cuidados.

En este contexto, para generar alternativas se hace necesario establecer criterios que aporten coherencia práctica a la crítica política. Estos criterios han de enmarcarse en los principios de la biomímesis (imitar a la naturaleza): cerrar los ciclos de la materia, consumir y producir residuos en función de las capacidades naturales, centrar la producción y el consumo en lo local, basar la obtención de energía en el sol, potenciar una alta diversidad e interconexión biológica y humana, acoplar nuestra “velocidad” a la de los ecosistemas y aplicar el principio de precaución son las bases, a partir de las cuales, comenzar a actuar desde lo colectivo para construir un modo de relación con el entorno y con el resto de seres humanos en el que la economía no ocupe la centralidad.

Estas alternativas son de diverso tipo y, en muchos casos, tienen un desarrollo desigual: mientras que algunas están disputando el poder de las multinacionales, otras se encuentran en una etapa más incipiente, constituyendo valiosos ensayos o laboratorios de experiencias. En uno u otro caso comparten el requisito de no ser actos individuales sino procesos colectivos que persiguen una acción política.

Como muestra, un botón: algunos ejemplos de alternativas

En regiones como América Latina, muchas de estas propuestas alternativas han puesto a prueba la hegemonía de las trasnacionales y están caminando hacia la concreción de otro modelo socioeconómico, desde el caso de las empresas recuperadas en Argentina a la nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia. Sin embargo, en el Estado español y en otros países centrales este tipo de prácticas tienen un carácter más incipiente: se están construyendo y expandiendo proyectos que, a pequeña escala, ensayan prácticas social y ambientalmente responsables, basadas en la economía social y ecológica. Estas alternativas están cada vez más presentes y ponen en entredicho el sistema de producción, distribución, financiación y consumo, a la vez que van acompañadas de una crítica profunda: el comercio actual no es justo ni equitativo, la banca convencional no es ética y la industria de la alimentación no es sostenible.

Cada uno de estos proyectos nace a partir de objetivos distintos, pero comparten su riqueza a la hora de señalar posibles soluciones a los problemas del modelo económico capitalista basado en las directrices que marcan las multinacionales.

Así, las cooperativas autogestionadas de consumo de productos ecológicos son una iniciativa ciudadana que fomenta el trato directo entre quienes ejercen el consumo crítico y quienes se dedican a la producción sostenible, además de generar una cultura de cooperación local y regenerar el tejido comercial que las grandes superficies han deteriorado. En el mismo sentido, el comercio justo propone unas relaciones comerciales más equitativas, poniendo el énfasis en conseguir unas condiciones dignas de trabajo en distintas partes del planeta.

También las cooperativas de trueque y las redes de intercambio crean estructuras ciudadanas que intercambian bienes y servicios, cuestionando la cultura de la competitividad y el economicismo del comercio convencional. Son proyectos basados en la cooperación y la ayuda mutua, alterando la esencia monetarista del sistema de intercambios.

En un sistema en el que gran parte de los recursos naturales empleados se transforman en desechos, destacan diferentes iniciativas que apuestan por la recuperación de residuos que, una vez tratados, vuelven al mercado. Los proyectos de reutilización como las tiendas gratis o libres van en la misma línea: son espacios de gestión colectiva que recogen productos textiles para ofrecerlos de forma gratuita, partiendo de una crítica a la industria de la moda y a la deslocalización de las actividades productivas hacia las zonas periféricas, donde los costes laborales son menores y hay una mayor permisividad ambiental.

De la reutilización y del reciclaje nacen igualmente propuestas de “bricolaje social”, que reeducan a las personas en la reparación y el arreglo de muebles, electrodomésticos y demás productos que son víctimas de la obsolescencia programada. Y este modelo de aprendizaje se ha extendido a muchos otros bienes, como pequeñas viviendas, productos de elaboración natural y alimentos artesanales.

En definitiva, propuestas como éstas u otras similares que se basen en los mismos principios, suponen una apuesta por la innovación y la creatividad y tienen sus raíces en procesos colectivos y participativos, por lo que comparten no sólo una mirada crítica al consumismo y al papel de las multinacionales, sino también una esencia propositiva para que pueda hacerse efectiva una transformación del modelo de sociedad en que vivimos.

La necesidad de crear alternativas

La propuesta neoliberal parte de su propia esencia contradictoria: ante el colapso social, ambiental y financiero propone seguir alimentando el mismo modelo de vida, de producción, de acumulación, de distribución, de movilidad y de consumo que ha creado el problema.

Por todo ello urge la búsqueda de alternativas que se sustenten en crear un estilo de vida que apueste por recuperar el valor de lo colectivo, de la sencillez, la diversidad, lo duradero y lo lento, que dé prioridad a los procesos de reproducción frente a la hegemonía de la producción, que privilegie el equilibrio frente al crecimiento y el uso frente a la posesión. Un modelo comunitario y de cercanía, donde la construcción de la cultura y la identidad no se basen en la adquisición de bienes de consumo.

En este sentido, es necesaria una transformación de la conciencia colectiva que conlleve acciones políticas que promuevan un cambio del sistema y que potencie aquellas alternativas que rompan con el paradigma del crecimiento económico y del máximo beneficio en el mínimo plazo. Para llegar a ser realmente alternativas al sistema socioeconómico, el desafío de estas propuestas es romper las barreras de lo micro y lo local para llegar a poder tener una perspectiva macro y global.

Para comenzar este camino se hace necesario un cambio de mirada, una revisión de nuestros valores para poner en práctica cuestiones como colocar la vida en el centro de la reflexión y de la experiencia, vincularse al territorio próximo, alentar la diversidad, tejer comunidad y poder comunitario, hacer acopio de saberes que acercan a la sostenibilidad, desenmascarar y denunciar el actual modelo de desarrollo y, claro está, experimentar alternativas. Disputarles el poder a las multinacionales creando alternativas que rompan con su hegemonía permitirá crear otros mundos más justos, sustentables y en paz con el planeta.

Publicado en el "Diccionario Crítico de Empresas Trasnacionales"
www.omal.info/diccionario


martes, 23 de abril de 2013

Para cortarle alas al golpismo hay que salir del extractivismo



POR RAÚL ZIBECHI


Esta semana quedó en evidencia la estrategia de la tensión y el caos que promueven las agencias estadunidenses para desestabilizar gobiernos. Si tomamos en cuenta las experiencias más recientes, incluyendo la primavera árabe, podemos concluir que los golpes de Estado son apenas uno de varios caminos posibles para desalojar gobiernos molestos. Ni el Pentágono ni la Casa Blanca apuestan por una sola estrategia para conseguir sus fines, sino que ponen en marcha un abanico de acciones convergentes y complementarias.
La crisis económica global y la necesaria contención de los gastos militares (al parecer el Comando Sur vio su presupuesto reducido en 26 por ciento, pero puede haber partidas ocultas) otorgan prioridad al poder suave, o sea mecanismos no tan ostensibles como los tanques y los bombardeos de palacios de gobierno. Los medios de comunicación, la acción legal y la semilegal, incluyendo las masas en las calles, que siempre sirven para legitimar proyectos innombrables, son algunas de las herramientas en uso.
En el caso de Venezuela y la escalada desestabilizadora que se escenificó horas después de la publicación de los resultados electorales, emergen un conjunto de mensajes que el tiempo permitirá develar completamente, pero que muestran la aparición de nuevas y más refinadas estrategias. Para mostrar no sólo los aspectos negativos de la coyuntura, habría que mencionar que la casi unanimidad de los miembros de la Unasur mostraron su apoyo a Nicolás Maduro, incluyendo un rápido reconocimiento por parte del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.
Sólo el Paraguay de Federico Franco, a quien le queda poco tiempo en el cargo, se alineó con Estados Unidos en la región sudamericana. Esto es relevante porque muestra el aislamiento de Washington y la creciente autonomización de gobiernos como el de Colombia. Parece evidente que la estrategia desestabilizadora no conviene a nadie en esta parte del mundo, muy en particular a un gobierno que busca la paz con la guerrilla con la oposición del mejor aliado del guerrerista George W. Bush, el ex presidente Álvaro Uribe.
La consolidación de las instituciones y alianzas regionales, tanto la Unasur como el Mercosur, está mostrando ser una eficaz barrera contra la injerencia del norte en la región sudamericana. Sin embargo, así como constatamos que algunos gobiernos no siguen mecánicamente la política de Estados Unidos (Ollanta Humala y Sebastián Piñera tampoco se sumaron a Washington), es muy probable que estemos ante una relativa autonomización de las derechas de esos mismos centros de poder.
Quiero decir que las derechas hacen sus propias lecturas de la realidad global y hacen también su propio juego. Sobre todo cuando las tendencias hacia un mundo multipolar se intensifican. Cinco de las 10 principales economías del mundo ya no utilizan el dólar en sus intercambios con China (Russia Today, 14 de abril de 2013). Entre ellas, Rusia, India y Brasil, pero también Japón, importante aliado de Estados Unidos. Australia, otra aliada de Washington, es el último país en dejar de lado el dólar en su comercio con China. India y Japón también comenzaron a efectuar transacciones en sus respectivas monedas nacionales.
La nueva realidad global golpea de tal modo al centro imperial que hasta sus gastos militares cayeron, por primera vez en 20 años. Estados Unidos tiene una participación menor a 40 por ciento de los gastos militares globales, que sólo en 2012 cayeron 6 por ciento, en tanto el gasto militar de los miembros de la OTAN en Europa se contrajo 10 por ciento (SIPRI, 15 de abril de 2013). En contraste, los gastos militares de los emergentes crecen de modo continuo, aunque están muy lejos del presupuesto de defensa del Pentágono.
Sin embargo, operan otras fuerzas menos visibles pero tanto o más desestabilizadoras que las que conocemos de larga data. Me refiero al modelo extractivo o extractivismo. Con el modelo extractivo de megaminería y agronegocios no se puede profundizar la democracia, asegura Diego Montón, miembro de la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra de Mendoza (Argentina) y nuevo coordinador continental de la CLOC-Vía Campesina (Página 12, 17 de abril de 2013).
El extractivismo es mucho más que un modelo productivo y de acumulación de capital. En rigor, forma parte del complejo especulativo-financiero que hoy domina el mundo. En nuestros países tiene efectos depredadores: está creando un nuevo bloque de poder, corruptor políticamente, polarizador y excluyente socialmente y depredador del medio ambiente.
En lo político, el modelo extractivo necesita un conjunto de gestores que alimenta con sus inmensas ganancias (soya, minería a cielo abierto y varios monocultivos), que velan por sus intereses (universidades, gobiernos nacionales o locales, medios e intelectuales). Exagerando apenas, el extractivismo juega un papel desintegrador similar al del narcotráfico, porque destruye el tejido social, expulsa a los campesinos de sus tierras, infla ciudades hasta límites insoportables y mata a la gente, en particular a los más pobres, que no tienen acceso a un sistema sanitario de calidad.
En todos los países de nuestra región, paraísos extractivos del capital especulativo global o de los intereses expansionistas de países emergentes como China, una larga década de extractivismo no ha hecho sino fortalecer a las derechas. No me refiero sólo a los partidos o políticos conservadores, sino a una derecha difusa, social y cultural, que promueve el individualismo, un consumismo atroz y depredador de los vínculos sociales, comportamientos casi fascistas hacia los pobres, o sea contra los jóvenes de las barriadas populares, en particular las gentes del color de la tierra.
Denunciar el golpismo es imprescindible. Defenderse del Pentágono es urgente. Incrementar la militancia es clave (no sólo las declaraciones y los desplegados). Pero el modelo extractivo sigue criando y creando camadas de jóvenes conservadores que buscan líderes ultraderechistas.

http://www.jornada.unam.mx/2013/04/...