martes, 21 de mayo de 2013

El asno del Mesías por Uri Avnery



Compaginado en español Carlos Braverman 
"¡La solución de dos estados está muerta!" Este mantra ha sido repetido últimamente tan a menudo por parte de tantos comentaristas autorizados que debe de ser verdad.
Bueno, pues no lo es.
Le recuerda a uno aquella palabras tan citadas de Mark Twain: "La noticia de mi muerte fue una exageración".
A estas alturas la cosa se ha convertido en una moda intelectual. Abogar por la solución de los dos Estados significa que uno es antiguo, viejo, pasado de moda, bastante pesado, un fósil de una época pasada. Izar la bandera de la "solución de un solo Estado" significa que uno es joven, con visión de futuro, "guay".
En realidad, eso sólo demuestra cómo las ideas se mueven en círculos. Cuando a principios de 1949, justo después del final de la primera guerra árabe-israelí, declaramos que la única respuesta a la nueva situación era el establecimiento de un Estado palestino al lado de Israel, la "solución de un Estado" ya era vieja.
La idea de un "Estado binacional" se puso de moda en la década de 1930. Sus principales defensores eran intelectuales bienintencionados, muchos de ellos luminarias de la nueva Universidad Hebrea como Judá Leon Magnes y Martin Buber. Los reforzaron el movimiento kibutznik Hashomer Hatzair, que más tarde se convirtió en el partido Mapam.
Nunca llegó a arraigar. Los árabes creían que era un truco judío. El binacionalismo se basaba en el principio de la paridad entre las dos poblaciones de Palestina: 50% judíos y 50% árabes. Dado que por aquel entonces la población judía representaba menos de la mitad de la población total del país, los recelos árabes eran razonables.
En el lado judío la idea parecía ridícula. La esencia misma del sionismo era disponer de un Estado en el que los judíos fueran dueños de su destino, preferentemente en toda Palestina.
En aquel momento nadie lo llamó la "solución de un único Estado" porque ya existía un Estado: el Estado de Palestina, gobernado por los británicos. La "solución" fue llamada "Estado binacional" y murió sin pena ni gloria con la guerra de 1948.
¿Qué ha provocado la resurrección milagrosa de esta idea?
No es el nacimiento de un nuevo amor entre los dos pueblos. Algo así habría sido maravilloso, incluso milagroso. Si los israelíes y los palestinos hubieran descubierto sus valores comunes, las raíces comunes de su historia y sus idiomas, su amor común por este país, ¿no habría sido eso algo absolutamente maravilloso?
Pero, por desgracia, la renovada "solución de un Estado" no nació de otra concepción inmaculada. Su padre es la ocupación y su madre la desesperación.
La ocupación ya ha creado de facto un Estado único: un malvado Estado opresivo y brutal en el que la mitad de la población (o un poco menos de la mitad) priva a la otra mitad de casi todos sus derechos: derechos humanos, económicos y políticos. Los asentamientos judíos proliferan y cada día trae consigo más historias de dolor.
La buena gente de ambos lados ha perdido la esperanza. Pero la desesperanza no es buen acicate para la acción. Fomenta la resignación.
Volvamos al punto de partida. "La solución de los dos Estados está muerta". ¿Por qué? ¿Quién lo dice? ¿En base a qué criterios científicos se ha certificado su muerte?
En general, se menciona la expansión de los asentamientos como signo de su fallecimiento. En la década de 1980 el respetado historiador israelí Meron Benvenisti sentenció que la situación se había convertido en "irreversible". En aquel tiempo no había más de 100.000 colonos en los territorios ocupados (aparte de Jerusalén Este, que de común acuerdo se considera como una cuestión aparte). Ahora dicen que son 300.000, pero ¿quién los está contando? ¿Con cuántos colonos se llega al punto de irreversibilidad? ¿Con 100.000, 300.000, 500.000, 800.000?
La historia es un vivero de reversibilidad. Los imperios crecen y se derrumban. Las culturas florecen y se marchitan. Lo mismo ocurre con los modelos sociales y económicos. Sólo la muerte es irreversible.
Se me ocurre una docena de formas diferentes para resolver el problema de los asentamientos, desde el desalojo por la fuerza hasta el intercambio de territorios pasando por la ciudadanía palestina. ¿Quién pensaba que los asentamientos del norte del Sinaí se evacuarían tan fácilmente? ¿O que la evacuación de los asentamientos de la Franja de Gaza se convertiría en una farsa nacional?
Al final, es probable que se combinen varias fórmulas, según las circunstancias.
Todos los hercúleos problemas del conflicto se pueden resolver si hay voluntad. La voluntad es el verdadero problema.
A los uniestatistas les complace basarse en la experiencia sudafricana. En su opinión Israel es un Estado apartheid, igual que la antigua Sudáfrica, y por lo tanto la solución debe seguir el modelo sudafricano.
La situación de los territorios ocupados, y en cierta medida del propio Israel, en efecto, se asemeja bastante al régimen de apartheid. El ejemplo del apartheid puede ser justamente citado en el debate político. Pero en realidad apenas existen semejanzas más profundas –de existir alguna- entre ambos países.
En cierta ocasión David Ben Gurion dio un consejo a los líderes de Sudáfrica: partición. Concentrar a la población blanca en el sur, en la región del Cabo, y ceder a los negros las otras partes del país. En Sudáfrica ambas partes rechazaron enérgicamente esa idea porque ambas partes creían en un solo país unido.
Hablaban en gran medida los mismos idiomas, practicaban la misma religión, estaban integrados en la misma economía. La lucha se refería a la relación amo-esclavo en un contexto donde una pequeña minoría gobernaba sobre una inmensa mayoría.
Nada de eso ocurre en nuestro país. Aquí tenemos dos naciones diferentes, dos poblaciones de casi igual tamaño, dos idiomas, dos (o, más bien, tres) religiones, dos culturas, dos economías completamente diferentes.
Premisas falsas conducen a conclusiones equivocadas. Una de ellas es que Israel, como la Sudáfrica del Apartheid, puede ser doblegada mediante un boicot. Con respecto a Sudáfrica, se trata de una condescendiente ilusión imperialista. El boicot, por muy moral e importante que de hecho fue, no fue el factor determinante. Fueron los propios africanos, ayudados por algunos idealistas blancos locales, quienes hicieron el trabajo por medio de sus valientes huelgas y levantamientos.
Soy optimista y espero que con el tiempo los judíos israelíes y los árabes palestinos se convertirán en pueblos hermanos que vivirán armónicamente uno al lado del otro. Pero para llegar a ese punto debe darse un período en el que convivan pacíficamente en dos Estados vecinos, espero que con fronteras abiertas.
Las personas que hablan ahora de la "solución de un único Estado" son idealistas. Pero hacen mucho daño. Y no sólo porque se apartan a sí mismos y a otros de la lucha por la única solución realista.
Si vamos a vivir juntos en un solo Estado, no tiene sentido luchar contra los asentamientos. Si Haifa y Ramallah van a estar dentro del mismo Estado, ¿qué diferencia hay entre un asentamiento cerca de Haifa y uno cerca de Ramallah? Sin embargo, la lucha contra los asentamientos es absolutamente esencial, es el principal campo de batalla en la lucha por la paz.
De hecho, la solución de un único Estado es el objetivo común de la extrema derecha sionista y de la extrema izquierda antisionista. Y ya que la derecha es incomparablemente más fuerte, es la izquierda la que está ayudando a la derecha, y no al revés.
En teoría, así debería ser. Porque los uniestatistas creen que los derechistas sólo están preparando el terreno para su futuro paraíso. La derecha está uniendo al país y acabando con la posibilidad de crear un Estado independiente de Palestina. Someterán a los palestinos a todos los horrores del apartheid, y mucho más aún, ya que el objetivo de los racistas sudafricanos no era desplazar y sustituir a los negros. Pero cuando llegue el momento -tal vez dentro de unas pocas décadas o en el plazo de medio siglo- el mundo obligará al Gran Israel a conceder a los palestinos plenos derechos e Israel se convertirá en Palestina.
Según esta teoría ultraizquierdista, la derecha, que es la que está creando en estos momentos el Estado racista unitario, es, en realidad, el asno del Mesías, el legendario animal sobre el que el Mesias cabalgará hacia la victoria.
Es una hermosa teoría, pero ¿qué garantías hay de que eso suceda realmente? Y antes de que llegue la fase final, ¿qué pasará con el pueblo palestino? ¿Quién obligará a los gobernantes del Gran Israel a aceptar los dictados de la opinión pública mundial?
Si ahora Israel rechaza ceder ante la opinión pública mundial y permitir que los palestinos tengan su propio Estado en el 28% de la Palestina histórica, ¿por qué razón cederá ante la opinión mundial del futuro y aceptará el completo desmantelamiento de Israel?
Hablando de un proceso que seguramente durará 50 años o más, ¿quién puede saber lo que pasará? ¿Qué cambios ocurrirán en el mundo en el ínterin? ¿Qué guerras y qué otras catástrofes desviarán la atención mundial de la "cuestión palestina"?
¿Alguien se jugaría realmente el destino de su nación con una teoría descabellada como esta?
Suponiendo por un momento que la solución de un solo Estado se realizara, ¿cómo funcionaría?
¿Los judíos israelíes y los árabes palestinos servirán en el mismo ejército, pagarán los mismos impuestos, obedecerán las mismas leyes, trabajarán juntos en los mismos partidos políticos? ¿Se forjarán lazos sociales entre ellos? ¿O se abismará el Estado en una interminable guerra civil?
Otros pueblos han descubierto que es imposible vivir en el marco de un único Estado. Ahí están los ejemplos de la Unión Soviética, Yugoslavia, Serbia, Checoslovaquia, Chipre, Sudán. Los escoceses quieren separarse del Reino Unido. Lo mismo desean los vascos y los catalanes de España. Los franceses en el Canadá y los flamencos en Bélgica están inquietos. Que yo sepa, durante décadas en ningún lugar del mundo ha ocurrido que dos pueblos diferentes hayan acordado unirse en un solo Estado.
No, la solución de los dos Estados no está muerta. No puede morir, porque es la única solución que existe.
La desesperación puede ser conveniente y tentadora. Pero la desesperación no es en absoluto una solución.

domingo, 5 de mayo de 2013

¡Darle duro al Islam!



POR ALAIN GRESH
De  Web Vientto Sur
[En el artículo que reproducimos a continuación se explica como la islamofobia continúa bajo el gobierno Hollande. Para luchar contra ella y en defensa de la laicidad el colectivo “Mamans toutes égales” (Madres todas iguales) ha convocado una manifestación el próximo 18 de mayo: http://www.mamans-toutes-egales.com/hot-news-1/nos-actions/20130518-rassemblementa14hdevantlunicefcontrelislamophobie

Hemos hecho un extracto de sus razones porque pensamos que complementan el artículo de Alain Gresh:

“El informe de 2012 de la Comisión Nacional Consultiva de los Derechos Humanos (CNCDH) confirma el inquietante aumento de los sentimientos y las acciones antimusulmanas en Francia. Las mujeres son las principales víctimas.../..”

“Al mismo tiempo, las discriminaciones ya existentes se mantienen. El colectivo Mamans toutes égales continua informando y defendiendo a las numerosas madres que, por llevar un pañuelo en la cabeza, son impedidas ilegalmente de acompañar a sus hijos en las salidas escolares y de todas las actividades paraescolares a la vista de sus hijos.../..”

“La especificidad de la islamofobia es que no se reconoce como lo que realmente es: racismo. Unas medidas que sólo tienen a los musulmanes por objetivo, se esconden detrás de una pretendida defensa de la laicidad.../..”

“La laicidad no consiste en atentar contra las libertades religiosas. Por el contrario, es su garantía. No consiste en el ateísmo obligatorio o en la obligatoriedad de invisibilidad religiosa en los lugares públicos.../..”

“François Hollande y su gobierno no cambian nada. Al contrario, están multiplicando los anuncios:

Proposición de ley, registrada en la Asamblea Nacional el 16 de enero de 2013, que pretende extender el principio de “neutralidad religiosa”, en particular a las asistentes maternas [tatas], incluso en su domicilio y en las estructuras de acogida de la primera infancia.

Puesta en pie de un observatorio de la laicidad, compuesto por partidarios de una laicidad de exclusión.

Anuncio de una nueva ley de exclusión, que denominan de “laicidad” en el trabajo.../..”

“Concretamente, lo que están pisoteando es el derecho de las mujeres que llevan pañuelo a participar en la vida pública, a trabajar, a participar en la escolarización de sus hijos. Estas medidas contribuyen también a afianzar las agresiones que viven cotidianamente y que las excluyen totalmente del espacio público.”

“Aunque las discriminaciones son ya muy numerosas, parece que la exclusión de las personas musulmanas del mundo del trabajo forma parte de la agenda del gobierno.../..” Redacción VS]


Francia está en crisis. Como el resto de Europa. Y Chipre no es más que el último episodio (antes del próximo) de esta espiral infernal: hundimiento del sistema financiero, imposición de la austeridad a la población en nombre de un rigor que no llega ni a los bancos ni a los ricos. Cada vez un poco más de paro, un poco más de sufrimiento.

Pero no os enteráis en absoluto... Lo que nos amenaza verdaderamente, lo que pone en cuestión nuestra identidad misma, nuestras razones para vivir, lo que hace que no nos sintamos ya en nuestra casa, no son ni las finanzas ni nuestros dirigentes, sino esos musulmanes, esos extranjeros, esos “pelados”, esos “sarnosos” que nos traen todos los males. No es la religión en general -basta con leer las apologías del nuevo papa, el respeto con el que es tratado- sino, en concreto, esa religión. Muy diferente del cristianismo que, por su parte, habría permitido el laicismo. Y todo el mundo machacando, sin comprender, con la fórmula “dad al César lo que es del César”, como si toda la historia cristiana se reflejara en esa máxima...

Felizmente, al contrario que las élites, el pueblo comprende. Comprende que esa amenaza existe. Y demanda medidas, leyes, sanciones. Hay que escuchar al pueblo, ¿no es cierto? En este cas, no se trata de populismo demagógico. Y si mañana la opinión pública exige la vuelta de la pena de muerte, ¡votemos una ley para restablecerla!.

El estado de la opinión pública es inquietante. La punzante amenaza islámica inquieta/1. Y el último informe de la Comisión Nacional Consultiva sobre los Derechos Humanos (CNCDH) lo ilustra.

Como señala Le Monde, “Los actos anti-musulmanes progresan por tercer año consecutivo”/2:

“Para la presidenta de la CNCDH, Christine Lazerges, todos esos indicadores son el reflejo de situaciones diferentes. Según ella, “en el caso del antisemitismo, actualmente las causas son fundamentalmente coyunturales”. En concreto, Lazerges las vincula al contexto del asunto Merah, en marzo de 2012, y al del ataque a una tienda casher de Sarcelles (Val-d´Oise) en septiembre de 2012.

En su opinión, el aumento de los actos anti-musulmanes -contados como tales desde 2010- es más preocupante. “Nos encontramos ante un fenómeno mucho más estructural, pues observamos este aumento desde hace ahora ya tres años, según detalla. Numéricamente, las cifras son pequeñas, pero no muestran más que la parte visible del iceberg”.

Todos esos indicadores corroboran los resultados de una encuesta del instituto CSA desvelada en el informe de la CNCDH. Realizada sobre una muestra de 1.029 personas del 6 al 12 de diciembre de 2012, confirma que la población francesa tiene una visión cada vez más negativa del islam. El 55% de las personas entrevistadas consideran que “no hay que facilitar el ejercicio del culto musulmán en Francia” (7 puntos más que en 2011). Este fenómeno de rechazo no existe para el resto de las religiones”.

Estas encuestas muestran cómo una parte de los simpatizantes de izquierdas (socialistas, verdes, Frente de Izquierdas) comparten esta islamofobia. En lugar de luchar contra esta evolución inquietante, a la que han contribuido en gran medida los medios de comunicación, de todas las tendencias (quizás, incluso un poco más los de “izquierdas” como Marianne o Le Nouvel Observateur -leer “La ruse est leur mot d´ordre”/3-), se nos llama a tomar nuevas medidas, a adoptar nuevas leyes, para “liberar” a las mujeres musulmanas (hay que decir que ese fue también nuestro objetivo en Argelia durante más de un siglo y que fracasamos; parece que ahora haya sonado la hora de la revancha).

Por tanto, hay que legislar con valentía y determinación, en particular tras el juicio sobre el asunto de la guardería Baby Loup/4 de Chanteloup-les-Vignes. El Tribunal Supremo anuló el 19 de marzo el despido de una empleada que había decidido llevar el fular en ese establecimiento de las Yvelines. Según el Tribunal, el principio de laicismo no puede aplicarse en una empresa privada.

Como señalaba Liberation el 22 de marzo/5:

“El viernes, el Defensor de los derechos pidió al legislador “clarificar” la ley sobre el laicismo y, en un correo dirigido al primer ministro tras el asunto de la guardería Baby Loup, recomendó una amplia consulta previa. “Me parece altamente necesaria una clarificación de la situación dirigida por el legislador”, escribe Dominique Baudis a Jean Marc Ayrault, estimando que el recorrido judicial del dossier Baby Loup ilustra las “dificultades de interpretación” de los textos”.

Y el semanario Marianne, implicándose en el tema, “apoya el llamamiento a favor de una nueva ley sobre los signos religiosos”:

“El año pasado se votó en el Senado una proposición de ley propuesta por el Partido Radical de Izquierdas sobre las guarderías y jardines infantiles. Al no haber gozado de la misma diligencia que otros textos sobre temas de sociedad, sigue sin haber sido presentada a la Asamblea Nacional. Manuel Valls, transgrediendo la regla que prohíbe a un ministro comentar una decisión de la justicia, acaba de declarar en el Hemiciclo: “Saliéndome unos segundos de mis funciones, quiero deciros cuánto lamento la decisión del Tribunal Supremo sobre la guardería Baby Loup y sobre esta puesta en cuestión del laicismo”. (Leer la tribuna, censurada por Le Point, de Sihem Souid, “Monsieur le Ministre de l´Interieur, vous faites fausse route!”/6).

Que el ministro viole las reglas de separación del poder ejecutivo y judicial no conmueve al semanario. Como podéis entender, estamos en una situación de guerra: ¡al diablo las viejas leyes del Estado de Derecho!. Recordemos que ese Ministro del Interior, Manuel Valls, tan amado por la derecha, es el mismo que declaró, seguramente en nombre del laicismo, que “por (su) mujer, está vinculado de forma eterna a la comunidad judía y a Israel” (leer “Vous avez aimé Claude Guéant, vous adorerez Manuel Valls”/7) y que estima que la lucha contra el yihab “debe seguir siendo para la República un combate esencial”, pero afirma que un judío debe poder llevar orgullosamente su kipa (que es sin embargo un signo religioso).

Marianne prosigue:

“He aquí pues una contradicción más entre los compromisos políticos y la triste realidad: el candidato Hollande había explicado que el laicismo era uno de los pilares de su “República ejemplar” y que grabaría sus principios en la Constitución. A falta de ese símbolo del que ya no se habla, hay algo mejor y más urgente a hacer: seguir la sugestión de los firmantes (entre ellos numerosos parlamentarios) del llamamiento que publicamos/8. Llenar rápidamente, mediante una ley, los últimos vacíos jurídicos que los amantes de los radicalismos, animados por el Tribunal Supremo, han localizado ya bastante bien.

El presidente de la República ha dado como primera justificación de la intervención militar francesa en Malí la voluntad de “proteger a las mujeres”. Las de Chateloup-les-Vignes merecen también ser protegidas”.

Así pues, ¿las tropas francesas en Malí están para proteger a las mujeres de la misma forma que las tropas de la OTAN las protegen en Afganistán?

¿Quién recordará que la ley del 15 de marzo de 2004 ha sido condenada por la comisión de derechos humanos de las Naciones Unidas y que Francia tiene seis meses para responder a las demandas de esta última? (leer “ Signes religieux dans les lycées : L’ONU condamne la France à revoir la loi du 15 mars 2004”/9). Según un sondeo del IFOP publicado en Ouest France, parece que el 84% de los franceses se oponen a la utilización del fular por mujeres empleadas en lugares privados que atiendan al público (comercios, supermercados, consultas médicas, guarderías, escuelas privadas). Poco importa que una decisión así sea contraria a todas las convenciones internacionales y europeas: somos Francia, la gran nación que ilumina el porvenir de la humanidad.

Y mientras tanto, tranquilamente, la derecha radical progresa por toda Europa, como muestra la elección de Oskar Freysinger en Suiza (“L’extrême-droite européenne salue l’élection d’Oskar Freysinger” 22/03/2013/10), el hombre que se hizo célebre ganando un referéndum contra la construcción de minaretes.

Apostamos que se alegrará de una nueva ley francesa hostil a los musulmanes (“Suisse, une victoire de l’islamophobie, une défaite de la raison” /11).

24/03/2013

http://blog.mondediplo.net/2013-03-...

Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR

Notas

1/ http://blog.mondediplo.net/2012-10-...">http://blog.mondediplo.net/2012-10-...

2/ http://www.lemonde.fr/societe/artic...">http://www.lemonde.fr/societe/artic...

3/ http://blog.mondediplo.net/2013-03-...">http://blog.mondediplo.net/2013-03-...

4/ http://blog.mondediplo.net/2010-11-...">http://blog.mondediplo.net/2010-11-...

5/ http://www.marianne.net/Pourquoi-Ma...">http://www.marianne.net/Pourquoi-Ma...

http://www.demainonline.com/2013/03...">http://www.demainonline.com/2013/03...

6/ http://www.demainonline.com/2013/03...">http://www.demainonline.com/2013/03...

7/ http://blog.mondediplo.net/2012-05-...">http://blog.mondediplo.net/2012-05-...

8/ http://www.marianne.net/Signataires...">http://www.marianne.net/Signataires...

9/ http://lesactualitesdudroit.20minut...">http://lesactualitesdudroit.20minut...

10/ http://www.rts.ch/info/regions/vala...">http://www.rts.ch/info/regions/vala...

11/ http://blog.mondediplo.net/2009-11-...">http://blog.mondediplo.net/2009-11-...