sábado, 13 de noviembre de 2010

LA MUJER SAHARAUI EN LOS CAMPOS DE REFUGIADOS


http://www.solidaritat.ub.edu/observatori/sahara/transver/mujer.htm
Redactat per l'alumna Nina Serrano Borrull del curs Conflictes i Convergències 1998/99, organitzat per la Fundació Solidaritat UB
Introducción
El Sáhara Occidental está situado al noroeste del continente africano y cubre la superficie de 284.000 km. Limita al Norte con Marruecos, al Este con Argelia, al Sur-este y Sur con Mauritania y al Oeste con el Oceano Atlántico.
Se compone de dos regiones diferentes: Saguia-el-hamra al Norte y Rio Oro al Sur. Sus fronteras heredadas de la época colonial, están determinadas por las conquistas franco-españolas en 1900,1904 y 1912.
El Sáhara Occidental cuenta con recursos naturales de gran importancia. En 1947 se descubren los yacimientos de fosfato en la región de Bucraa, al Sureste de la capital, el Aaiún. Las reservas de esta zona se calculan en más de diez millones de toneladas. Otros recursos minerales se encuentran también en el subsuelo saharaui: petroleo, oro, plata, uranio, hierro, cobre, estaño...El banco pesquero saharaui se extiende sobre 150.000 km.cuadrados e incluye más de 150 especies marinas, moluscos, cefalopodos y crustaceos.
Debido a su estratégica posición geográfica y sus riquezas naturales, el Sahara Occidental ha sido y sigue siendo un territorio codiciado.Prueba de ello es que hoy en día, el Sáhara Occidental se encuentra luchando por sus libertad, tras 21 años, bajo un total bloqueo informativo. Los hombres, mujeres y niños saharauis están viviendo en un permanente exilio desde hace casi dos decenas de años en una de las regiones más inóspitas del planeta: la hamada, donde la temperatura alcanza los 50º a la sombra, mientras soportan bajas temperaturas por la noche.
Los campamentos de refugiados se sitúan al este del desierto argelino, cerca de las fronteras de Argelia y los territorios saharauis de la República Democrática Saharaui. Los campamentos se dividen en cuatro provincias o wilayas diferentes. Reciben el nombre de las ciudades originales del Sáhara Occidental, ocupadas en la actualidad por el Gobierno de Marruecos. El Aaiún, la capital; Smara,la ciudad sagrada; Dajla, la gran portuaria; y Aousserd la pequeña ciudad interior del país. Cada campo esta subdividido en 6-7 grupos o dairas y estas en barrios. La organización de los campamentos está en manos de las mujeres la mayoría de los hombres no viven en los campamentos; están en el ejército.
Todos los jóvenes de edad inferior a 21 años han nacido en estos campos. Al principio el índice de mortalidad fué disparatado; pero gracias a una política sanitaria se han prevenido epidemias y controlado dicho índice.
En este momento no hay índices de desnutrición gracias a las medidas emprendidas para la distribución de alimentos infantiles. La mayor atención está puesta en la prevención realizada por el Comité de Salud. En los campamentos las mujeres han sido preparadas para ser auxiliares de enfermeras y ayudar a los dispensarios; un número de estudiantes se preparan en el extranjero para ser enfermeros/as o doctores. El Ministerio de Salud continua realizando progresos. Un nuevo hospital nacional se ha inaugurado, cuenta con salas de operaciones y posibilidades para ofrecer tratamientos físicos o psicológicos. En el momento de la invasión marroquí, el índice de analfabetismo se acercaba al 95%. Hoy en día, tras 20 años de exilio, el número de saharauis capaces de leer y escribir es del 90%. En cada Daira exiten escuelas y guarderías; en cada wilaya existen escuelas de primer grado. Respecto a la educación secundaria se han construído dos grandes internados: Escuela de 9 de Junio y Escuela de 12 de Octubre. Un cierto número de estudiantes va a la Universidad de Argelia. Otros países también ofrecen la Enseñanza Superior. Es el propósito del Ministerio de Educación, mejorar el potencial de la poblacion saharaui.
Es conveniente destacar el papel de las mujeres saharauis en esta campaña para la eliminación de la analfabetización; de hecho el futuro pasa por las tareas que en materia administrativa y reconstitutiva realizan las mujeres.
La formación de una nueva sociedad supratribal.
La conciencia nacional surgida en Sáhara ex-español y la abortada independencia constituyen la formación de nuevas estructuras políticas saharauis, pero hacia ellas acuden también distintos grupos de orígenes sociales y tribales diversos, que superponen la solidaridad de sangre, la "ashabiya" o la estructura de una sociedad, a la dudosa dependencia estatal en los países circundantes, el profundo sentimiento de parentesco, unido a la imprescindible necesidad de defenderse contra el invasor del norte, impulso bélico que tiene entre los nómadas una tradición de siglos, aporta a los campamentos familias y combatientes emparentados con los que han huido de las zonas ocupadas en dolorosas circunstancias. Muchas de las cabilas saharauis tenían un antepasado fundador que escapó en el desierto de las persecuciones de los sultanes de Marruecos. Así, se unieron a los grupos saharauis muchos Erguibat de las regiones de Béchar y Tinduf, como también otros procedentes de Mauritania e incluso de Malí y de Níger y, sobre todo, de la provincia de Tarfaya en Marruecos, si bien éstos encontraron mayores dificultades para su desplazamiento por la persecución de las fuerzas marroquíes y aprovecharon los sucesivos ataques del Frente Polisario para huir.Marruecos sabía con certeza de la existencia del nacionalismo saharaui en Tarfaya Y Mauritania; expresando su temor de que la creación de un Estado de los nómadas podía poner en peligro su propia identidad. Estas razones reforzaban su oposición a la independencia del Sáhara.
Por parte de los saharauis existía el convencimiento de que sería necesaria una larga lucha para imponer la aceptación de su propia nacionalidad, al tiempo que se consolidaba el Estado surgido el 27 de febrero de 1976, pero no era más que una repetición con características distintas de los dolorosos enfretamientos tribales que duraron largos años al final del siglo XIX y principios del actual. Si la solidaridad tribal y familiar había sido un factor fundamental y aglutinante de la República Saharaui, este mismo tribalismo, representaba un peligro latente para su supervivencia ya que su perpetuación y el protagonismo tribal podrían hacer revivir envidias, enfrentamientos e intentos de supremacía, repitiendo las estructuras que la sociedad colonial había mantenido. En poco tiempo se impuso la desaparición de la adscripción de las tribus y fracciones y la calificación de saharaui se mantuvo sobre cualquier otra consideración, hasta el punto de que hoy sólo gozando de su confianza se podrá obtener de un saharaui la declaración de la familia o tribu a la que pertenece, o pertenecía antes.
Los orígenes sociales y la situación de la económica de la de los distintos grupos se fueron entremezclando en la nueva sociedad. Las procedencias eran muy diversas; había una mayoría de nómadas ganaderos, pero también abundantes residentes de la ciudad, comerciantes que habían sido ricos, trabajadores en las minas de Fosbucrá o de Zueratt y en las carreteras, transportistas, antiguos soldados y suboficiales de la Policía Territorial o de la Agrupación de Tropas Nómadas, una gran parte de los chiuj jefes de las fracciones nombradas por la potencia colonial y miembros de la Yemaa, estudiantes en el Sáhara o en las universidades españolas, marroquíes y de otros centros argelinos o mauritanos. La solidaridad fue lo que mantuvo unidos a este grupo de procedencia heterogénea y de distintos intereses, para hacer frente al peligro que amenazaba con su extinción.
De los campamentos del desierto surgió una sociedad sin clases, ya que la propiedad individual era mínima, apenas lo que cada uno pudo salvar del desastre, y porque los escasos medios de producción que se fueron generando se pusieron totalmente al servicio de la comunidad. De no haberse producido esta carencia de medios, no se hubiera podido mantener un duro espíritu de combate y sacrificio durante tantos años, puesto que la preocupación por los propios intereses hubiera desvirtuado el objetivo único de la libertad del territorio.Pero esta sociedad gozaba de la ventaja de tener un terreno propio, donde actuaban sus fuezas combatientes, y de otro situado en Argelia donde se encontraban sus bases de aprovisionamiento, de recuperación y de descanso, así como una gran parte de la población civil.
En esta sociedad sin clases una de las primeras preocupaciones fue proceder a la desaparición de viejas instituciones y situaciones; fue abolida la esclavitud, la institución del chej como jefe de una fracción, la calificación de majarreros y libertos, la subvaloración de la mujer, que pasó a ocupar un puesto de protagonismo y dirección en los campamentos, al tiempo que se transformaba la enseñanza tradicional basada en el Corán, ampliándola con estudios modernos de considerable extensión, sin olvidar la enseñanza
religiosa, disminuyendo progresivamente el analfabetismo; en el aspecto sanitario se combatió la medicina tradicional, sustituyéndola por una asistencia permanente, sobre todo a la mujer embarazada y al niño, siguiendo una política de crecimiento demográfico.
La pujanza del nacionalismo, que relegaba al pasado las estructuras de la tribu y fracción, potenció el concepto de familia nuclear tipo occidental, considerándola como la cécula fundamental de la sociedad, estimulando una alta tasa de natalidad como un arma básica para la supervivencia nacional.Cada pareja recibía de la organización de los campos de refujiados una jaima para establecerse y unos pocos enseres, pero las relaciones matrimoniales experimentaron un profundo cambio. Se desecharon los matrimonios convenidos y los matrimonios de niños, así como aquéllos que se basaban en la endogamia dentro de la misma cabila. Desapareció la cantidad que el marido pagaba por la mujer tanto como la dote convenida y la poligamia sincrónica, si bien ésta nunca había tenido excesiva importancia en el Sáhara; aunque se mantuvo legalmente el divorcio y éste no dejó de practicarse, los comités encargados de los asuntos sociales lo desaconsejaban, siguiendo las directrices del Frente Polisario.
La ideología política
El Frente Polisario había elaborado desde sus comienzos un ideario político que tenía como base principal la salvaguardia de la independencia nacional y la integridad territorial, así como el ejercicio de su derecho inalienable a la autodeterminación, reconocido por los organismos internacionales. La necesidad de organizar a las poblaciones de los campamentos, así como la relativa complejidad de un nuevo Estado, añadieron nuevos conceptos, extraídos del mundo árabe y de la ideología socialista de corte democrático occidental. Así, la R.A.S.D. se consideraba parte de la nación árabe, de la familia africana y de los pueblos del tercer mundo, optando por una política de no alineamiento y buscando la unidad de los pueblos del Maghreb como una etapa hacia la unidad árabe y africana. Pero aunque en el IV Congreso del Frente Polisario se declaraba que su lucha era una guerra de liberación para la independencia nacional y que no tenía por objetivo derribar ningún régimen extranjero, exístia la convicción de la dificultad de coexistencia entre un progresismo nacionalista y un régimen reaccionario, y por tanto la necesidad de consolidar en el noroeste africano la unificación de todos los focos árabes de carácter revolucionarios, lo que suponía una identificación con la ideología libia y argelina.
El programa nacional manifestaba también su oposición al imperialismo, al colonialismo y a la explotación. Las ideas democráticas de corte occidental quedaban reflejadas en la Constitución: la soberanía y la autoridad en la República Saharaui pertenecían al pueblo, quien las ejercía a través de sus instancias nacionales; el Estado saharaui tomaba su autoridad de la voluntad del pueblo, la justicia se fundaba sobre la separación de poderes y los juicios se dictaban y ejecutaban en nombre del pueblo.
La definición socialista se especificaba en la Constitución como objetivo del Estado: la realización del socialismo y la aplicación de la justicia social. Junto a ello la libertad de expresión de creencias, aunque el Islam era la religión del Estado y fuente de las leyes, estaban garantizadas dentro de los límites de la ley y de los intereses del pueblo. Todos los ciudadanos eran iguales ante ella, teniendo los mismos derechos y deberes; asimismo se garantizaban el derecho de asilo polític, la presunción de inocencia, el derecho de defensa y la inviolabilidad del hogar.
En los aspectos sociales la ideología encauzada por el Frente Polisario tendía a la emancipación de la mujer y a su participación plena en la nueva sociedad, a la protección de los minusválidos y ancianos y a la asistencia social. El Estado garantizaba la protección y seguridad del ciudadano, la enseñanza obligatoria y gratuita, la sanidad y el derecho y el deber del trabajo.
En resumen, la ideología dominante del Frente Polisario y de la República Saharaui suponía una simbiosis entre el tradicionalismo islámico y las corrientes modernas de regeneración social y democrática del mundo árabe progresista, con un componente de mayor peso de las segundas con respecto al primero.Esta profunda transformación de la vieja sociedad nómada, precolonial y colonial, suponía un importante choque para diversas mentalidades, sobre todo entre las personas de mayor edad.
Una economía de subsitencia en guerra
La invasión transformó todos los sistemas económicos del pueblo saharui. Los grandes propietarios vieron destruído y disperso su ganado; los comerciantes, los transportistas, los importadores de productos manufacturados de Canarias, que exportaban a su vez grandes partidas de mercancías hacia Marruecos y Mauritania; los dueños de viviendas y pequeñas industrias; los asalariados en las minas y en la construcción y obras públicas; los pequeños funcionarios de la Administración; los militares al servicio del ejército y la policía; toda la sociedad en éxodo quedó desprovista de medios para sobrevivir y dependiendo de las ayudas internacionales, de la Cruz Roja y el Creciente Rojo, de la F.A.O., del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los refugiados, A.C.N.U.R.; y de otras organizaciones internacionales así como de la ayuda argelina y de otros países.
La necesidad obligó entonces a la formación de un sistema económico de subsistencia en el que el Frente Polisario organizó la distribución de recursos de una manera equitativa y muy próxima a un comunismo primitivo. Desapareció el salario y prácticamente los intercambios mediante el pago en dinero; la moneda llegó a ser desconocida.
Sin embargo, las formulaciones teóricas de la República Saharaui sobre la economía parecían tender más bien hacia un sistema mixto en el futuro cuando se recuperaran los territorios ocupados. Así, la Constitución señalaba que la propiedad nacional pertenecía al pueblo, quedando garantizada la propiedad privada mientras no comportara explotación, no pudiendo ser confiscada más que con arreglo a la ley; el pago de impuestos era un deber ciudadano y el Estado definiría la moneda.El programa de Acción Nacional General concedía relevancia al desarrollo agrícola y a los recursos animales, lo cual parecía indicar que se conservarían los recursos tradicionales de la economía sahariana, ganado y agricultura, lo que suponía un mantenimiento de la propiedad y la iniciativa privadas como apoyo a otras estructuras económicas estatales. Pero en los campamentos de refugiados se estableció una propiedad comunal de los medios de producción, tanto para la mayor parte del ganado recuperado como para las granjas avícolas, de donación internacional, y las huertas que se pusieron en cultivo. Asimismo la artesanía, alfombras, vestidos, calzado, objetos de adorno, eran también producciones comunales.
La economía de la República Saharaui no perdía de vista las grandes posibilidades del territorio en el futuro para una población escasa, que no superaría el medio millón de habitantes; por lo que la industrialización estaba muy avanzada en las explotaciones del fosfato de Bulrá y existían otras posibilidades mineras en hierro, minerales radioactivos y petróleo en las zonas próximas a Aaiún y la frontera. Igualmente la pesca ofrecía enormes prespectivas, tanto para el propio aprovechamiento como por los derechos de pesca que la C.E.E. estaba pagando a Marruecos. Las relaciones comerciales con Canarias, que constituían un punto obligado de referencia para la economía sahariana por su antigüedad y mutua aceptación y atracción podrían volver a relanzar unos importantes intercambios en el futuro, con proyección en los países vecinos. El porvenir económico de la República Saharaui estaba asegurado, una vez terminada la guerra y recuperado el territorio, aunque existieran los problemas de adaptación de una economía comunitaria de subsistencia a otra mixta.
La organización del Frente Polisario y del Estado
Las estructuras políticas de la R.A.S.D., entroncan directamente con una amplia tradición democrática de la sociedad nómada representada por la institución de la Yemaa y el chej. La Yemaa como asamblea,consejo o parlamento libre de representantes de todos los linajes y el chej como poder ejecutivo limitado por la Yemaa para poner en práctica las decisiones de aquélla.
Dividida la población de los campamentos en dairas o municipios, agrupados en wilayas o provincias, la estructura de la Administración comienza en los Congresos Populares de Base que se reúnen todos los años al nivel de cada daira para elegir los Consejos Populares encargados de la administración de la daira y compuestos de un presidente y cinco responsables de los comités de la daira: sanidad, enseñanza, justicia y asuntos sociales, abastecimientos y artesanía y trabajo. A su vez, los Consejos Populares de daira son coordinados por el Consejo Popular de la wilaya, presidido por el wali o gobernador, nombrado por el ministro del Interior y que comprende a los presidentes de los Consejos de daira y los directores de los departamentos especializados en los mismos sectores de actuación que los comités de las dairas nombrados por cada ministro.
Pero los Congresos Populares de Base eligen también sus representantes, lo mismo que los encuadrados en el Ejército Popular de Liberación para el Congreso Popular General del Frente Polisario, el cual se había reunido cada dos años en 1974,1976 y 1978, deciéndose a partir de esta fecha una reunión cada cuatro años. El Congreso Popular General es la máxima representación de la voluntad de la población saharaui y elabora el manifiesto político y el programa de acción nacional general a corto y largo plazo; su principal designación es la elección del Consejo del Mando de la Revolución, cuyas funciones son asumidas por el Comité Ejecutivo del Frente Polisario hasta la celebración del primer Congreso después de la liberación.
El comité Ejecutivo, surgido de una elección popular es el órgano supremo del poder en la R.A.S.D. y el encargado de elaborar la estrategia militar y diplomática del Frente fijando la política general del Estado, con competencias en asuntos de soberanía y legislación. El secretario general del Frente Polisario elegido al tiempo que el Comité Ejecutivo y miembro de éste, es el Jefe del Estado, con amplias atribuciones como son la representación del mismo, la protección de la Constitución y la aplicación de las leyes, la presidencia y organización del Consejo del Mando de la Revolución, la dirección de las Fuerzas Armadas, la concertación de los acuerdos internacionales y la designación del Primer Ministro y de los miembros del Gobierno, cuyas reuniones preside; el primer ministro es miembro del Comité Ejecutivo.
Si los primeros Congresos del Frente Polisario habían tenido lugar con pocos representantes bajo la presión de la clandestinidad y la necesidad de organizarse en pleno combate anticolonial, el III en agosto de 1976, contó ya con 200 delegados y estructuró las nuevas organizaciones políticas y estatales, pero también tuvo que atender a los grandes problemas que planteaban los refuagiados de los campamentos, una Constitución surgió de este Congreso y un nuevo Gobierno se formó en septiembre de 1976, variando el nombrado al proclamarse el nacimiento de la R.A.S.D. Tras el IV Congreso de septiembre de 1978 la organización era similar y el nuevo Gobierno de primeros de octubre comprendía dos ministros más, manteniéndose los nueve componentes del Comité Ejecutivo elegidos en 1976. El V Congreso de octubre de 1982 redujo a siete los miembros del Comité, conservándose tal número en el VI Congreso, diciembre de 1985, y VII, mayo de 1989, así como el mismo secretario general, Mohamed Abdelazis, elegido en el III Congreso. El VII Congreso ha supuesto una nueva estructuración del Gobierno, reduciéndolo a ocho ministros y absorbiendo el Primer Ministro, Mahafud Ali Beiba, los ministerios de Interior y Justicia. En este Congreso se daba un amplia articulación a la Constitución, manteniéndo idéntica línea política.
Siendo todos los saharauis considerados como miembros del Frente Polisario, la población de los campamentos se organiza en células de orientación política compuestas de un responsable elegido y 10 miembros, dos por cada comité popular; el departamento de orientación de la daira comprende a los responsables de cada célula bajo la dirección de un responsable político; el departamento de orientación de la wilaya está compuesto por el wali, los responsables políticos y los presidentes de los Consejos Populares de daira. Esta organización política es paralela con la organización administrativa de funcionamiento y mantiene la concienciación de la ideología del Frente Polisario. Su máxima representación es el Buró Político del que parten las directrices aunque no es un organismo constitucional, estando subordinado al Comité Ejecutivo. El Buró Político se compone de 27 miembros siendo elegidos por el Congreso Popular General, formando parte del mismo los walis de las wilayas, los secretarios generales de la Unión de Estudiantes, de la Unión de Trabajadores y de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis, así como distintos responsables militares u otros cargos.
El Consejo Nacional Saharaui, es un poder legislativo y consultivo. Se compone de 52 miembros,los 27 del Buró Político y los presidentes de los Consejos Populares de daira. La justicia en la R.A.S.D. está fundada sobre la separación de poderes y los juicios son dictados y ejecutados en nombre del pueblo. El comité de justicia de la daira tiene una composición especial ya que el director del mismo es el juez o cadi de la daira y está asistido por dos adjuntos. Los tribunales se componen de estos tribunales primarios, la Corte de Apelación y la Corte Suprema del Pueblo. El Consejo Judicial se compone de los presidentes de los tribunales y está presidido por el ministro de Justicia; nombra a los jueces y los revoca, elbora su reglamento interno y propone las leyes de organización de los tribunales y sus competencias al Consejo Nacional Saharaui.
El papel del Ejército Nacional Saharaui viene definido en la Constitución. Las Fuerzas Armadas están al servicio del pueblo garantizando la defensa de la integridad territorial de la patria y participando en la actividad nacional, social y económica. El Jefe del Estado es el comandante en jefe de las fuerzas del Ejército Nacional.La organización del pueblo saharaui responde a dos tipos de estructuras, la estatal y la política. La estructura estatal ha dado mayor consistencia al nacionalismo saharaui al presentar a la República Arabe Saharaui Democrática como un Estado de derecho con plenas competencias en el interior y en el exterior. Pero el Frente Polisario constituye la columna vertebral de todo el sistema, ya que la ideología del combate anticolonial y de la liberación del territorio tras la invasión se genera en él mismo y absorbe todas las demás corrientes.
No puede ser considerado como un partido político monopolizador del poder sino como el aglutinante de una conciencia nacional sin fisuras. El Consejo del Mando de la Revolución reúne en sí mismo un máximo de competencias y atribuciones, estrategias de guerra, estrategia diplomática, política general del Estado, poder legislativo, poder ejecutivo, nombramiento del Gobierno y otros cargos..., constituye una poderosa dirección colectiva, que se personifica en el secretario general del Frente Polisario, Jefe del Estado y Presidente de la República. La homogeneidad y la coherencia es la actuación del Comité y la continuidad de bastantes de sus miembros a lo largo de los años de guerra, han facilitado su eficacia en la dirección de la República contribuyendo a ello el progresismo de la juventud que lo componía y su identificación y entendimiento, a pesar de que no todos eran originarios del Sáhara ex-español, aunque sí saharauis por sus familias. Ningún chej o dirigente tribal de la época de la colonización tuvo un destacado protagonismo en la dirección del movimiento o del Estado.
La elección del Comité Ejecutivo en los Congresos Generales del Frente Polisario, mediante delegados de toda la población civil o combatiente, garantiza su legitimidad y su aceptación a nivel popular, si bien tal elección tiene escasa similitud con un sistema democrático de corte occidental con partidos y disidencias políticas y una oposición gubernamental, lo que un esfuerzo continuado de guerra y de supervivencia desaconsejarían . El Comité Ejecutivo tiene también un poder legislativo, por lo que el Consejo Nacional presenta un carácter secundario como organismo legislador, quedando relegado a desempeñar un papel consultivo.El gobierno de los municipios o dairas es totalmente representativo al surgir de los Congresos Populares de Base en los que toma parte toda la población anualmente, mientras que la dirección y adoctrinamiento políticos de los campamentos corre a cargo del Buró Político, órgano subordinado al Comité Ejecutivo a través también de los departamentos de orientación hata llegar a las células de base.
La organización de los campamentos
La población saharaui de los campamentos, cuaquiera que sea su anterior procedencia estatal, se organiza en cuatro wilayas o provincias distantes entre sí de 20 o 60 km. y situadas al sur y sudeste de Tinduf en una expansión de terreno puesta en la práctica bajo la administración de la República Saharaui, cuya bandera ondea en todas las organizaciones. Las wilayas toman los nombres de las localidades del Sáhara abandonadas, (Aaiún, Dajala, Smara y Auserd, creada esta última en noviembre de 1985) y cada wilaya se divide a su vez en seis dairas o municipios, separados entre sí de 2 a 4 km. con nombres geográficos correspondientes a los de cada poblado saharaiano. Las dairas se dividen en cuatro barrios donde se alinean las filas de tiempo numeradas, existiendo un responsable de cada barrio y de cada grupo de tiendas.
La determinación de la población saharaui que habita en los campamentos no se basa en publicaciones oficiales; el presidente del Creciente Rojo argelino, Mulud Belaouane, citaba la cifra de 165.000 personas en los campamentos en 1986, alcanzando en total 240.000 los refugiados en Argelia, comprendiendo los nómadas que residían fuera de las organizaciones cercanas a Tinduf y que cuidaban sus ganados lo cual no parece una cifra excesiva. En marzo de 1989, el número de habitantes por daira era de 7.000 a 9.000 y unos 50.000 en cada wilaya, lo que daba una población asentada de unas 200.000 personas a las que habría que sumar fuerzas combatientes, estudiantes y representaciones en el extranjero, nómadas..., pudiendo alcanzar los 270.000 para el total de la República Saharaui.
Las tiendas utilizadas en los campamentos no son las jaimas de tipo tradicional confeccionadas con pelo de camello o cabra, puesto que hubiera sido imposible disponer en el éxodo de tal cantidad de ganado o transportar jaimas, sino que se trata de tiendas de lona proporcionadas por organismos internacionales y que presentan peores condiciones de aclimatación para el calor y el frío; junto a cada tienda se instala una construcción de adobes para la cocina y diversos usos y el combustible, tanto como la iluminación, son proporcionados por bombonas de gas argelino ya que sería imposible encontrar suficiente leña en tal zona desértica. Algunos edificios de dirección y recepción disponen de grupos electrógenos y de una iluminación eléctrica con horario limitado.
Los campamentos saharauis están habitados en una gran mayoría por mujeres, ancianos y niños y los hombres se encuentran o bien encuadrados en unidades combatientes o en universidades o representaciones en el extranjero; sólo durante quince días cada dos o tres meses, si es combatiente o cada seis si está en el extranjero, pueden los esposos, hijos o padres retornar con su familia. El núcleo familiar está en muchos casos disperso y sujeto a las necesidades de la guerra.
La dirección de los campamentos queda así en su mayoría en manos de mujeres, como miembros y presidentes de los comités populares de las dairas (cinco mujeres presiden los comités de la daira de Bir Lehlú) que son los encargados de regular todas las actividades de la comunidad. La mujer por lo tanto ha adquirido un papel preponderante en los campamentos de la R.A.S.D., papel que tiene sus raíces en la antigua distribución de actividades de la sociedad nómada en la que el hombre se ocupaba de la guerra y del ganado mientras que la mujer tenía a su cargo la responsabilidad del "frig", el grupo de jaimas. Ahora sus actividades alcanzan mayores cotas de permanencia y responsabilidad, recibiendo incluso un entrenamiento militar y vistiendo con frecuencia el uniforme, aunque no están encuadradas en el ejército de liberación. Por otro lado, sin llegar a formar parte del Comité Ejecutivo, varias de ellas han tenido un puesto en diversas ocasiones en el Buró Político. La creación de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis se remonta a 1974 como rama femenina del Frente Polisario, celebrando su primer congreso en marzo de 1985 y siendo además miembro de numerosas asociaciones o federaciones de carácter internacional. La mujer ha sido promocionada mediante estudios superiores en el extranjero. Pero su liberación de las formas tradicionales no ha seguido el camino occidental de equiparación con el hombre en funciones y en su gratificación, sino una revalorización propia por distintas vías, impuestas por la guerra, como son el protagonismo organizativo y social, la contribución a una alta demografía que excluye el control de la natalidad, y la custodía de los hijos en la primera infancia. Si bien este estatus no sería aceptable para la sociedad occidental, hay que reconocer que se presenta como superior.
El matrimonio generalizado descarta toda pretensión de celibato y se realiza para las mujeres en edad temprana por mutuo acuerdo, sin que intervengan los antiguos factores familiares o de cabila. Tampoco representa dificultades económicas ya que el Estado proporciona todo lo imprescindible aunque sea escaso. La patria potestad sobre los hijos corresponde a ambos cónyuges pero en realidad es ejercida por la madre a causa de la ausencia paterna. El divorcio, sujeto a los tribunales de justicia y tan característico de la sociedad nómada tradicional, no ha desaparecido aunque es desaconsejado, e incluso el Estado proporciona una nueva tienda para el hombre que deja la anterior; los hijos quedan con la madre hasta su adscripción a un centro escolar de los campamentos o del extranjero.
La infancia y la juventud han recibido una atención preferente por parte del Frente Polisario tanto en los esfuerzos sanitarios, como en la educación mixta que ha reducido todo sexismo diferenciador. Sin embargo, adolece de la incidencia de dos factores inevitables: por una parte los niños se educan en un ambiente bélico que exalta el constante combate y los prepara ya para la guerra; y por otra su desconocimiento de las condiciones del desarrollo moderno, las ciudades, los edificios, la circulación, los árboles, el mar, han llevado a programar vacaciones de los niños saharauis en diversas ciudades españolas y europeas para que tengan un contacto con la realidad del mundo de hoy en el que más adelante tendrán que vivir.
El respeto tradicional de la sociedad nómada por sus mayores ha mantenido el aprecio por éstos tanto con la actividad de una función utilataria dentro de la organización hasta ciertas edades, como en los centros de ancianos y centros de recuperación. Los primeros suponen una concentración generacional para sus propias mentalidades y los segundos una atención sanitaria preferente en caso necesario. El fuerte choque que pudiera surgido entre las concepciones tradicionales de los protagonistas de la época colonial y la juventud bélica y revolucionaria del Frente Polisario, quedó amortiguado a partir de la reunión nacional de Ain Ben Tili, el 12 de octubre de 1975, con el propósito de crear una fuerza propia para imponer la independencia; por si ello no fuera suficiente, la invasión, los bombardeos marroquíes y la persecución implacable decantaron decididamente a toda la antigua clase política hacia las oposiciones del Frente Polisario. Los antiguos jefes y los ancianos todavía desempeñan un papel y constituyen para la sociedad saharaui un acervo cultural de hechos históricos, recuerdos, tradiciones, costumbres..., que es recogido por las nuevas generaciones. La carencia de documentación de un pueblo nómada en donde sólo existía la propiedad privada de algunos libros y escritos, la destrucción de una importante biblioteca como la Smara en 1931 y la despreocupación colonial por promocionar la cultura saharaui, hacen de esta fuente cultural una reserva de alto valor. Por otra parte, existen centros culturales en cada wilaya provistos de televisión y biblioteca y son abundantes los receptores que recogen las emisiones de radio Sáhara Libre que emite programas culturales, sanitarios e informativos. Otros órganos de información son la revista del mismo título y la titulada "20 mai". La guerra también ha incidido en las formas de expresión, danzas, cánticos, celebraciones, poesía y expresiones literarias. Las manifestaciones culturales y artísticas reúnen parte del folklore tradicional con aportaciones de las ideas bélicas y políticas, como un componente obligado.
Al estar cubiertas las necesidades mínimas por el Estado, las relaciones económicas casi han desaparecidio; no obstante existe una tienda en cada daira para algunas pequeñas adquisiciones, pues hay saharauis que pueden recibir aportaciones en metálico del exterior tanto de particulares como de los retiros que les corresponde del Estado español. También los visitantes extranjeros pueden adquirir objetos de artesanía en otra tienda especial para ello, abonando sus compras en divisas.
La actividad general de las dairas se centra en un trabajo colectivo con distribución de funciones para la supervivencia y el desarrollo, de forma que se ocupe prácticamente a toda la población entre los centros asistenciales de sanidad, la enseñanza, la artesanía, los trabajos agrícolas, la actualización cultural e ideológica, las campañas de alfabetización...Los cinco comités populares con un dirigente elegido y numerosos miembros, así como un representante especializado del ministerio correspondiente, se ocupan de organizar y llevar a cabo las actividades de cada sector. Los programas de actuación son elaborados en líneas generalse en los Congresos Populares y los consejos de wilaya o de daira los ponen en práctica en su nivel correspondiente.
La sanidad
Uno de los primeros campos a los que dedicó su interés la República Saharaui fue el de la sanidad, puesto que las condiciones de instalación de los campamentos fueron muy precarias y las epidemias infantiles, sobre todo y a causa de la desnutrición, dieron lugar a una alta mortalidad en los primeros tiempos. La sanidad está enfocada en tres direcciones básicas: preventiva, asistencial y formativa. En la medicina preventiva los médicos y enfermeras en coordinación con los comités de las dairas organizan cursos de formación mendiante conferencias de divulgación sanitaria y de higiene con objeto de eliminar los restos de la medicina tradicional que, si bien utilizaba amuletos y escapularios, también empleaba otras prácticas perjudiciales. Las campañas de prevención abarcan las vacunaciones recomendadas por la Oficina Mundial de la Salud consiguiendo eliminar las epidemias de sarampión y tosferina entre otros. La prevención comprende una síntesis de educación sexual y una política natalista en la que el índice de fertilidad está en seis u ocho hijos por mujer. La preparación para el parto supone una revisión médica cada mes en el dispensario de la daira o en el hospital de la wilaya y se realiza en el propio dispensario, acudiendo a los hospitales cuando presenta complicaciones; las cesáreas han de realizarse en el Hospital General y las incubadoras existen en varios hospitales.
La medicina asistencial comienza en los dispensarios o ambulatorios de las dairas donde se resuelven los casos sencillos y la puericultura y se deciden los traslados de otros casos a los hospitales de wilaya. Cada provincia cuenta con uno de ellos estructurado en departamentos de medicina general, ginecología y pediatría, además de laboratorio, rayos X, estomatología y sala de consultas para externos. En cada hospital de wilaya hay un médico al frente de un equipo de otros varios así como enfermeras. El Hospital General está situado a una distancia media de cada wilaya, unos 20 km., en él se pueden realizar todo tipo de intervenciones quirúrgicas si no presentan complicaciones superiores, en cuyo caso se envía a los pacientes a los hospitales de Argelia o a los europeos. El hospital materno-infantil está dirigido por una doctora y cuenta con 35 camas. También como medicina asistencial existen los centros de recuperación para madre postparto, ancianos y convalecientes, donde este colectivo recibe tratamiento adecuado y una alimentación controlada. Las unidades combatientes tienen sus propios hospitales de sangre en las inmediaciones de sus zonas de acción.
Estableciendo una sanidad no sofisticada pero sí suficiente, en edificios elementales de mampostería y adobes, pero provistos de modernos aparatos, la salud del pueblo saharaui, donde son desconocidas las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, el sida y los accidentes de carretera, no parece correr grandes riesgos. Los catarros, el asma, las alergias, la conjuntivitis, la bronquitis de invierno, los procesos diarreicos de verano, representan las amenazas más importantes para la población que alcanza en general altas esperanzas de vida. Si por una parte la titulación de médicos ha tenido lugar en el extranjero, Argelia, Libia, Cuba y otros países, en el aspecto formativo las promociones de técnicos sanitarios y enfermeras han empezado ya a brotar con abundancia de los propios centros de la R.A.S.D.
La enseñanza y la educación
Los escasos resultados de la política educativa de la época colonial ( 4.862 escolares, 911 estudiantes, 11 en carreras medias, 27 carreras superiores, según el censo de 1974) se transformaron en los primeros años de la República Saharaui en una dedicación generalizada a la enseñanza y a la educación, pasando en diez años a la escolarización total de la población de 3 a 16 años. Si sobre la población censada en 1974 co más de cinco años se daba un total de analfabetismo del 70% y en las mujeres del 84%, hoy en día el analfabetismo práticamente ha desparecido en la R.A.S.D. Ello ha sido debido tanto a la escolarización como a las campañas de albatezación de adultos que se han llevado a cabo por grupos de alumnos y profesores en las épocas de vacaciones.
En 1977 un gran número de niños ya estaban escolarizados en condiciones mínimas y 4.500 estudiantes saharauis habían sido admitidos en centros secundarios argelinos. Progresivamente médicos, enfermeras, maestros, técnicos de todo tipo, agrónomos, empezaron a regresar a los campamentos saharauis y a ejercer sus actividades en beneficio de la colectividad. A partir de 1978 se puso en marcha el programa obligatorio de enseñanaza así como la formación de cuadros y la construcción de centros. Las líneas generales del plan de enseñanza se elaboran en los Congresos Generales y los comités de educación de las dairas así como el Consejo Popular de wilaya coordinan la actuación de los centros escolares.
A partir de 1984 se abrieron en cada daira los jardines de infancia para niños de tres a seis años, donde reciben una educación preescolar, y de esta forma las madres quedaban libres para acudir a otros trabajos.
Un equivalente de la educación general básica comprende seis cursos desde los siete a los trece años, y hasta 4º grado se imparte en las escuelas de las dairas, donde el profesorado es femenino en un 97%. A partir de los diez años los niños se encuentran en un régimen de internado en las escuelas secundarias.La formación de este tipo comprende desde los trece a los dieciséis años y abarca tanto una preparación académica como una profesional para las necesidades generales como son la mecánica, soldadura, electricidad, agricultura, carpintería, sanidad, administración, confección...Las mejores calificaciones académicas suponen el acceso a la enseñanza universitaria y desde la formación profesional, la especialización como técnicos de grado medio. La escuela "12 de octubre" y la "9 de junio" tienen capacidad para más de 2.000 alumnos con una plantilla de 60 profesores, contando con talleres de prácticas y huertas experimentales. La enseñanza es mixta para todos los actos, excepto en los dormitorios; en la escuela "9 de junio" se ha organizado un centro especializado con equipos de recuparación para 126 minusválidos. Un caso característico es el de la escuela "27 de febrero" destinada a la promoción de la mujer de toda edad con objeto de preparar maestras, auxiliares de clínica, enfermeras, expertas en administración, puericultura o artesanía y que funciona desde 1978.
A partir de 1983 el centro empezó a recibir promociones ya alfabetizadas, lo que mejoró su rendimiento. En cuanto a la enseñanza universitaria se imparte en el extranjero, principalmente Argelia, Cuba o Libia, en base a los convenios culturales suscritos por la R.A.S.D. y a las becas concedidas, siguiendo también una política de estudios para las necesidades prioritarias. La enseñanaza de idiomas ha sido considerada como muy importante y el español es la segunda lengua a partir de la enseñanza básica; en general todos los saharauis con cierta formación dominan dos idiomas y en ocasiones incluso tres. Las diferencias de la enseñanza radican en la falta de medios: masificación de algunos niveles por no poder absorber una creciente población juvenil e infantil y falta de material escolar, sobre todo de bibliotecas especializadas y medios audiovisuales.
Los abastecimientos, la agricultura, la ganadería
La República Saharaui no es autosuficiente para su alimentación, este hecho evidente condiciona todos los demás y hace depender a la población de las ayudas internacionales. Los organismos de este tipo, tanto de carácter estatal como de Naciones Unidas o de la Cruz Roja, están en contacto con el Creciente Rojo saharaui para el suministro de víveres, ropas , calzado, combustible...,así como material sanitario, de enseñanza o de campamento. El Creciente Rojo proporciona a cada wilaya mensualmente sus abastecimientos en función de una cuota por persona que los comités populares se encargan de distribuir, de ahí procede la importancia de los mismos. La alimentación ha experimentado algunas variaciones al introducirse el consumo de legumbres y cereales.
Pero la necesidad, tanto de obtener agua de consumo como de proporcionar una ocupación rentable, llevó a la perforación de diversos pozos hasta alcanzar la capa freática a variables profundidades, segú puntos. De ahí se pasó luego al establecimiento de pequeñas o medianas huertas experimentales, de las que existe una en cada daira y también en algunos centros de enseñanza; al frente de las explotaciones se encuentran ingenieros agrónomos y la mano de obra es en general femenina, empleándose unas 30 mujeres por cada explotación; algunas huertas alcanzan hasta 12 hectáreas. Los cultivos lucharon contra diversas dificultades; la salinidad de algunos terrenos se combate con abono orgánico y parcelas a distintos niveles, que se riegan por inundación consiguiendo cultivos como las tomateras, contra el fuerte viento, se han utilizado muros vegetales de cañas o arbustos así como protectores artificiales de red o plástico. Así se ha conseguido una producción importante de tomates, cebollas, remolachas, zanahorias, nabos, coles y habas, tras experimentar con multitud de semillas cuáles podrían ser las más idóneas para unas condiciones desventajosas. Sin embargo, la prodrucción agrícola es todavía insuficiente para el total de la población y se encamina con preferencia hacia los hospitales, las escuelas y los centros de recuperación.
En cuanto al ganado; hoy día existen pocos rebaños de ganado camellar y sólo cierto número de cabras en las proximidades de las dairas. Las aportaciones internacionales han permitido la instalación de una granja avícola automizada con capacidad para 25.000 gallinas ponedoras con una nave de cría para 30.000 pollitos, procedente del A.C.N.U.R, el Alto Comisariado de Naciones Unidas, que surte de huevos y carne a algunos centros especiales.
El trabajo y la artesanía; los asuntos sociales
El comité de organización del trabajo adquiere una gran importancia porque es el encargado de planificar la distribución del mismo entre los otros sectores de acuerdo con los planes programados, así como de coordinar la asignación de personal, especializado o no, en las distintas actividades, de forma que toda la población de la daira tenga una responsabilidad y una ocupación. El trabajo comprende también los talleres artesanales; los talleres de producción de alfombras corresponde a cada wilaya y a la escuela "27 de febrero" y cada uno comprende unos 15 telares empleando cerca de cien mujeres que producen bellas alfombras de lana de brillantes colores. Otros talleres confeccionan vestuario típico o calzado así como una variada producción de objetos tradicionales de adorno en cobre, latón, madera o cuero, muchas veces elaborados con material de guerra capturado, actividad en la que desde antaño destacó un sector de la sociedad saharaui y que contribuye ahora a una acción propagandística colocando el esfuerzo bélico en primer plano.
Los asuntos sociales son tratados por los comités de justicia dirigidos por un cadi o juez y sus adjuntos. Los problemas a resolver, dada la especial estructura económica de la R.A.S.D, no tienen como principio básico la protección de los intereses privados, puesto que son mínimos, añadiendo además que el robo y la delincuencia eran de escasa identidad en época colonial. A estos comités se dirigen las cuestiones matrimoniales y personales que pueden surgir por desaveniencias u ofensas, ya que la regulación del resto de las actividades corresponde a los otros comités. Pero los de justicia realizan una importante labor censal pues ante ellos se formalizan los matrimonios, divorcios, nacimientos, adopciones y defunciones, siendo por tanto la fuente demográfica imprescindible para un estudio de la población del la R.A.S.D
El ejército de Liberación Popular Saharaui
Se puede considerar a toda la población de los campamentos como movilizada en un esfuerzo de guerra e incluso con preparación militar para un encuadramiento en caso de invasión. La característica tradición guerrera se mantiene incluso en las personas de edad; teniendo en cuenta la preparación militar de las mujeres y el acondicionamiento de los niños y de la juventud. En cuanto a las unidades propiamente militares, actúan lejos de los campamentos, en las zonas liberadas próximas a los muros. Toda la población masculina recibe una instrucción militar de los diecisiete a los diecinueve años, antes de convertirse en un verdadero combatiente, compaginando su situación con otras actividades. La escuela "Mártir EL Ueli", situada en zonas liberadas, proporciona una formación básica para el combate en el desierto, sobre todo en el conocimiento del mismo, en el manejo de armas portátiles y automáticas, conducción, morteros, cañones sin retroceso y minas siendo impartida por instructores propios. Otras escuelas están especializadas para la instrucción de carros, ingenieros, transmisiones, artillería o defensa antiaérea, formándose en ellas determinados dirigentes o responsables ya que ni los empleos ni las divisas se utilizan en el ejército saharaui. Su organización se basa en pequeñas unidades, patrullas, secciones, compañías o batallones, según la entidad de la operación que se vaya a realizar, características que se han mantenido con escasas variaciones a lo largo de una guerra, enfocada fundamentalmente como un enfrentamiento de desgaste del enemigo.
En estas precarias condiciones de vida, superadas por una detallada y escrupulosa organización hacia el esfuerzo bélico, ha pervivido el pueblo saharaui desde el comienzo de su exilio; condiciones que sólo se han hecho asumibles puesta al mismo tiempo toda su esperanza en la recuperación de su territorio, por sus excepcionales características de sobriedad, resistencia y valor, no siendo soportables para cualquier otra sociedad de enraizamiento urbano o de acomodación a formas de vida menos austeras.
La escuela de mujeres
La escuela 27 de febrero es el estanadarte de la formación femenina saharaui, el símbolo de una organización sin la que los campamentos saharauis se parecerían a todos los demás refugiados. Su originalidad nace del compromiso de toda la población en un proyecto común. Luchar para apropiarse de un saber y una formación que garanticen el éxito de la independencia. Los objetivos de la sociedad saharaui se concretan en los espíritus de aquellas que tienen el privilegio de vivir en esta escuela. Los ocho meses pasados en la escuela refuerzan la solidaridad entre mujeres hasta el punto que, después de alguna discusión en una daira se escucha a una mujer decir a otra: "se ve que no has estado todavía en el 27".
Desde el 14 de noviembre de 1978, fecha de su creación y del comienzo efectivo de la cruzada por la educación de todas las mujeres, la escuela tiene un papel indispensable para todo el pueblo. Es el escenario del aprendizaje para la gestión de los campamentos. Anima a la participación de las mujeres en todas las actividades, la toma de postura en las reuniones públicas. Favorece la presencia activa de las mujeres en esta sociedad en pleno cambio. Cambios verticales en la jerarquía social rígida del tiempo aún cercano del nomadeo. Cambios horizontales en las relaciones entre hombres y mujeres, jóvenes y ancianos.
Suelma, la directora de las guarderías de la escuela de 27 de febrero, fue una de las pocas jóvenes saharauis que asistía a una escuela española en el Aaiún. "Imagínese, en febrero de 1976, cuando España nos dejó, ninguna mujer saharaui había podido acceder al nivel de estudios superiores". Llegada a los campamentos en 1976 con los primeros refugiados, Suelma formaría parte de la segunda promoción, salida de la escuela en 1980. Allí aprendió a leer y escribir en árabe, y se formó también para las duras tareas que le esperaban: participar con sus hermanas refugiadas de los comienzos, en la concepción de la organización de los camapamentos. "Entre mujeres, entre responsables, nos hemos reunido a menudo para desarrollar esta escuela según nuestras necesidades. Nos preguntábamos acerca del lugar de la mujer en la situación saharaui actual. Reflexionábamos sobre nuestro papel en este período de guerra, sobre nuestros objetivos. No habíamos apartado nunca la cuestión esencial: ¿Cuáles son las metas a alcanzar? ¿Qué sociedad queremos y de qué medios nos dotamos para realizarla? Todavía seguimos discutiendo sobre estos temas nunca agotados. Está claro que no hay una única respuesta. Sabemos que queremos trabajar por una sociedad que no margine al hombre ni a la mujer. Como hemos tenido menos posibilidades de formación que los hombres, y para evitar que se desarrolle un sistema de presión de aquellos "que saben" sobre los "que ignoran" hemos creado la escuela de 27 de Febrero. Poco a poco, hemos perfeccionado los programas de formación que respondan, a corto plazo, a las necesidades de gestión de los campamentos, y a largo plazo, a las futuras exigencias de nuestro Estado. Ante cualquier acontecimiento político nos preguntamos si es preferible seguir mejorando las estructuras de los campamentos o si hay que orientarse más hacia la preparación de la vuelta a casa, a nuestra tierra. Oscilación en continuo movimiento. Dilema irresoluble en función del cual vamos estableciendo prioridades de modo bastante pragmático. La actualidad nos lo pide.
En 1978, tomar el riesgo de crear un centro de formación esencialmente femenino, cuando justo acabábamos de instalarnos en esta hamada desconocida, era por mucho uno de los retos más peligrosos que nos lanzamos. Debíamos acoger mujeres de todos los niveles, de todos los grupos sociales del conglomerado saharaui. Hacer evolucionar las mentalidades, toma tiempo. Mucho más tiempo del que uno quisiera. Hacer aceptar una vida en común agrupos de mujeres que no tenían la costumbre de vivir nunca juntas. Las nómadas llegaban del interior del país; las urbanas, de El Aaiún, Dajla o Smara. Todas las edades mezcladas. Además, había que acoger a toda la familia de cada alumna en la escuela. Era el precio a pagar por nuestra participación real en la lucha de liberación social. En ningún caso podíamos pensar en separar a las mujeres de sus niños o en que pudiesen volver a casa cada día. La escuela queda demasiado lejos de la wilaya. Nuestros medios de transporte civiles son muy limitados. Consecuencia natural: abrir una guardería, un jardín de infancia, una escuela para los jóvenes. Por otro lado, los niños con edad de escuela secundaria van a los internados de 12 de Octubre y 9 de Junio. Hubo que preparar un verdadero pueblo de tiendas al lado de la escuela para albergar la vida familiar de las alumnas."
En las escuelas de 27 de Febrero, las mujeres dedicadas a sus tareas cotidianas, se desplazan entre las tiendas y los edificios de ladrillo donde tienen lugar las clases y la formación profesional. Aparte de los cursos elementales como lectura y escritura, la escuela propone formaciones que pueden aparecer esencialmente femeninas y aparecer como una persistencia del reparto tradicional de roles. Pero estas actividades productivas e indispensables se llevan a cabo fuera de la tienda y promueven a las mujeres en todos los aspectos de la vida social extrafamiliar. Suelma pasa más tiempo trabajando que en su tienda: "Cada curso acogemos desde adolescentes a alumnas de 50 años. Los niveles corresponden a la base que traen las alumnas. La enseñanza comprende cursos de cultura general (lectura, escritura, cálculo). Especialidades de textil, costura, cordelería. Una formación militar para la defensa de los campamentos. Formamos también conductoras de vehículos, personal para-médico, educadoras, empleadas administrativas. También ofrece ahora nuestra escuela institutos especializados en profesiones educativas.
Desde hace varios años, una escuela de magisterio forma en el mismo lugar, a las futuras maestras de guardería y de los niveles de enseñanza obligatoria. Para la formación profesional, la escuela posee un centro de artesanía donde se confeccionan numerosos objetos indispensables en la vida diaria. La lucha por la autosuficiencia centra todos los programas de formación. Debemos inventar medios que nos permitan depender menos del exterior. Se recicla el hierro, los envoltorios de plástico, la madera de las cajas de transporte. En un taller seis grandes bastidores textiles dan trabajo cada uno a 4 o 6 artesanas según la anchura del tapiz. En otro departamento, unas cien costureras utilizan gruesas máquinas de coser de pedal. Confeccionan vestidos para los niños de las escuelas. Otras tricotan, escriben a máquina.Nuestro mayor problema es el del material, el de las materias primas.
Todas las mujeres ponen mucho de su parte para formarse a pesar de las dificultades. Aprender a leer y a escribir es, en ocasiones más duro de lo que una se imaginaba. A una cierta edad, no es fácil comenzar una formación diferente a la que se tenía hasta entonces".
"Las mujeres viven ocho meses en la escuela 27 de Febrero. Cada daira envía allí el mismo número de alumnas para que el desarrollo de las unidades administrativas de los refugiados se haga de forma armoniosa. Las mujeres son escogidas por cada Consejo popular de la daira según sus necesidades de formación, las situaciones familiares, la necesidad momentánea de su presencia en un sector. Nadie contesta el papel primordial que tiene la escuela 27 de Febrero en el lugar que la mujer saharaui ocupa en la sociedad. Todos los cuadros femeninos han sido formados aquí. Cada año, intentamos mejorar el nivel de la enseñanza. Cuando llegamos, había una carencia general de hombre y mujeres formados para encargarse de la gestión de los campamentos. Poco a poco, con la salida de las primeras promociones, las mujeres han tomado a su cargo la responsabilidad de la vida cotidiana de los 165.000 refugiados. La escuela ofrece ahora un programa más variado, más completo que al principio. Por ello, las primeras alumnas vuelven para reciclarse, para una formación continua. Las mujeres gracias a las que se organizaron inicialmente los campamentos y que no han tenido más que una modesta formación y a menudo un aprendizaje sobre el terreno no deben sentirse apartadas por nuevas generaciones más letradas. Debemos ofrecerles medios para ponerse a estudiar y adquirir, además de su experiencia, una formación complementaria."
"Además de un aprendizaje profesional concreto, organizamos durante todo el año numerosas actividades culturales, culinarias, sanitarias. Debemos adaptarnos a hábitos alimentarios nuevos que surgen de los víveres que nos envía la ayuda internacional. No es siempre fácil. Ahora aprendemos cómo preparar los huevos de nuestra granja productora avícola, pues por primera vez desde nuestra llegada a la hamada, tenemos una fuente propia de proteínas. Cada semana, todo el mundo participan en las campañas de higiene. Las basuras se juntan, se queman fuera de los campamentos. Las esteras, las alfombras se sacan de las tiendas. Se sacuden, se limpian, se airean al sol. Un potente desinfectante. Sólo la prevención, entre otras, la limpieza, nos ayuda a mantener a la población de los campamentos en buena salud."
Cada año la escuela 27 de Febrero da salida a 800 nuevas responsables, a 800 mujeres que comprenden mejor el papel que han de jugar en la sociedad saharaui. Una vez terminado su tiempo de formación intensiva, vuelven a su daira con nuevas ideas, con una fuerza atemperada a los campamentos sahararuis.
La mujer saharaui, depositaria privilegiada del alma del pueblo, lucha en nombre de su historia. Hace de su tradición un arma ofensiva permeable a los cambios necesitados por las nuevas situaciones. La escuela 27 de Febrero es la concreción a la vista de todos, de la voluntad saharaui actual para intentar la aventura de una sociedad en la que hombres y mujeres tengan sus propios lugares. La pregunta es si esta escuela deberá acoger a muchas promociones en tierra de exilio o; por el contrario, podrán recibir la formación en casa, en una nueva escuela de mujeres destinada a tomar a su cargo la responsabilidad de las instituciones del país.
De "hijas de las nubes" a refugiadas
La vida nómada estaba articulada a través de la solidaridad, pero también de la guerra entre distintas facciones tribales que habitaban el desierto y se consideraban a sí mismas "hijas de la nubes". De esta forma la etapa de colonización que abarca desde fines de siglo pasado para el norte de Africa en general, y desde 1934 para la implantacion española en el Sahara, significó un cambio en las relaciones entre los grupos, que se vieron obligados a reemplazar las estrategias tradicionales de resolución de conflictos por la aceptación de una legislación externa administrada por los colonizadores.
En la lucha contra el colonialismo las mujeres estuvieron desde el comienzo en primera línea: En los años 60, se produjpo la formación inicial del Frente, en contra de España, hasta 1970 o 1973. Las mujeres se rebelaron contra el colonialismo español y fueron las primeras que iniciaron la lucha, respondiendo así al llamamiento que se había hecho contra el colonialismo. En definitiva las células estaban formadas por mujeres. Tras la descolonización española en los años sesenta, y la entrega del territorio y el pueblo saharaui a Marruecos y Mauritania, la guerra de independencia y la retirada a la Hammada argelina impusieron nuevas y duras condiciones de vida.
Hassan II en 1975 instrumentó la Marcha Verde para ocupar el territorio saharaui, originando un enfrentamiento armado en el que la población fue bombardeada y obligada a refugiarse en la región de Tinduf. El pueblo saharaui respondió entonces a la agresión mediante el Frente Polisario y organizando la población para la resistencia armada. La respuesta del pueblo fué tan contundente que Mauritania optó por retirarse y Marruecos ocupó así la totalidad del territorio.Como ya se ha señalado anteriormente, el refugio argelino obligó a modificar la división tradicional del trabajo por género; puesto que los hombres se trasladon fuera de los asentamientos para ejercer su función de soldados; mientras que las mujeres se asumían su papel de organizadoras de la vida en los campamentos. Una mujer saharaui señalaba que: "en ese tiempo en que empezaron los campamentos, en que comenzó el exilio, aumentaron las dificultades pero también la gran participación, la participación masiva de la mujer en todo esto que es la administración, ya sea política o económica de los campamentos. Para entender toda esta etapa de participación, no tenemos que olvidarnos en la sociedad actual, lo que es el nivel cultural de las mujeres, todo lo que es la participación cultural, las capacidades que actualmente han desarrollado. Para ir con la sociedad actual y con el mundo actual como un todo, tiene que haber una capacidad determinada y una participación determinada, para poder ir conjuntamente, sino entonces te quedarías al margen."
En 1979 la ONU reconocía los derechos saharauis al territorio y exigía la retirada de las tropas marroquíes, sin imponer ninguna presión efectiva contra el país ofensivo. Sin embargo, todos los países interesados por los recursos de la zona se afanaron por tramitar con Marruecos las licencias pertinentes. Esta situación prosiguió hasta que la ONU proclamó un Plan de Paz en 1988, que fué aceptado por Marruecos y por el Frente Polisario. Este proclamó un alto al fuego en 1990, seguido por un cese bilateral de las hostelidades en 1991, que se mantiene hasta ahora. De este modo, los hombres disponían más tiempo para ocuparse del control de la organización y de la economía de los campamentos. Esta nueva situación requería de nuevas negociaciones sobre los espacios legítimos que correspondían a cada uno; puesto que las mujeres no parecen dispuestas a replegarse a la vida doméstica: "Todas las mujeres aquí en los campamentos de refuagiados son trabajadoras, es decir que todas trabajan, no importa la edad ni las condiciones en que están; cada cual según sus capacidades tiene su trabajo, cosa que facilitó el disponer de muchas cosas con respecto a los derechos de la mujer en la sociedad. El Frente Polisario ha ayudado a las mujeres para que puedan ejercer todo tipo de trabajos y todo tipo de profesiones. Pero las mujeres en sí, han pensado si esta posibilidad del Frene Polisario va a seguir después de la guerra, o si sólo se hará en esta etapa de la guerra, ha hecho una distribución por la que todos los hombres son militares y van al combate, y todas las mujeres trabajan en lo que son las bases. Nos preocupa que es lo que pasará ahora.(Entrevista a Mariam).
Esta preocupación por mantener los logros se encuentra muy generalizada; en otra entrevista: " Todo lo que son estos logros, esperemos que las mujeres los mantengan; que los mantengan entre sus manos en tiempo próximo, porque lo han cogido en un momento durísimo y han de conservarlo cuando se descansa y cuando hay comodidad; hay que conservar todo lo que han logrado. Todo lo que hemos logrado, lo hemos logrado en ausencia de los hombres, y no sabemos cuando ellos retornen a la sociedad, cuál será la realidad. Ellos socialmente han tenido más liberación dentro de la sociedad y dentro de todas las sociedades, han sido más capacitados y entonces en una administración, se estima más un hombre que una mujer. No digo que sea más capacitado moralmente, ni culturalmente, sino que las mismas condiciones sociales le han favorecido a él mucho más que a la mujer. Cuando retornan los hombres al trabajo, esto sería otra lucha y otro carácter de lucha. Sabemos que en la sociedad saharaui la mujer tiene ese respeto, tiene esa consideración y esa confianza, pero cuando se entra a competir en este campo conjuntamente con los hombres, las mujeres no sabemos todavía como serán las cosas, ni el sistema en la sociedad (Entrevista a Suelma).
Derechos Humanos
Según Amnistía Internacional en su Informe de 1996, la situación de muchos saharauis en Marruecos o en el Sahara Occidental es una situación de violación de los derechos humanos.Prueba de ello son los seis saharauis, que en mayo de 1996, fueron indultados después de ser condenados por el Tribunal Militar Marroquí a 20 años de prisión en 1993. En agosto de 1996 se indultó a ocho saharauis condenados en junio de 1995 de 15 a 20 años y que habían sido arrestados por amenazar la seguridad externa y la integridad territorial me Marruecos. Estos ocho saharauis habían sido detenidos por mientras participaban en una manifestación pacífica en la ciudad de El Aaiún, en el Sahara Occidental, en la que se pedía la independencia del pueblo saharaui; se les acusó además de participar en una manifestación de apoyo al frente, de llevar banderas y opúsculos del Frente Polisario y de gritar consignas pidiendo la independencia del sahara. Tras cumplir sus condenas durante un año, permanecieron en prisión unos tres meses más.
Este no es un caso aislado ya que muchas personas han sido detendidas después de participar en manifestaciones y reuniones pacíficas en las que se pedía la independencia del Sahara Occidental. La suerte de los detenidos variaba en varias semanas, algunos eran detenidos durante varios añosa, incluso en régimen de incomunicación. Algunos informes de amnistía denuncian la desaparición de un número indeterminado de saharauis como marroquies tras ser arrestados y aún hoy se encuentran en paradero desconocido. Sin embargo, no se ha investigado las mencionadas desapariciones de marroquies liberados en 1991 tras 18 años de detención secreta, ni tampoco la muerte de muchos otros; por lo que los responsables de estos hechos no pudieron ponerse a disposición judicial.
En el Informe de Amnistía Internacional de 1996 se resaltaron las vulneraciones de los derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad marroquies en el sahara a pesar de la presencia de observadores de la MINURSO, y también los abusos cometidos por el Frente Polisario en los campamentos de refugiados de Tinduf. Este documento denuncia la existencia de detenciones secretas como un comportamiento rutinario y extendido de la policía marroquí en el Sahara Occidental.
En junio de 1991 más de 300 saharauis desaparecidos desde hacia diciseis años fueron liberados de los centros de detención secreta de Qal'at M'Gouna y El Aaiún. Las autoridades marroquies continúan negando cualquier conocimiento sobre los desaparecidos. Los familiares de los desaparecidos no pueden dirigirse a ninguna instancia para conocer la situación de los suyos. A causa de la sensibilización que el tema del Sahara Occidental provoca, la situación de los saharauis desaparecidos no se un tema muy tratado en Marruecos puesto que las personas que pueden denunciar estos casos temen por su seguridad.
La situación durante los años 90 parece haberse suavizado por parte del gobierno marroquí en términos de respeto de los derechos humanos, pero todavía siguen produciéndose violaciones en el Sahara Occidental; lo cierto es que los saharauis son objeto de severas restricciones de libertad de movimientos, incluídos arrestos domiciliarios y confinamientos. Desde 1977 las provincias de Aaiún, Smara y Boujdour han participado en las elecciones locales controladas y organizadas por el gobierno marroquí. La provincia del sur de Oued El Dahab participa en las elecciones controladas por marroquies desde 1983. La población civil que vive en el Sahara Occidental bajo la administración marroquí está sujeta a las leyes de éste país. Según Human Rights "los saharauis tienen dificultades en obtener pasaportes marroquies y el acceso al territorio del Sahara Occidental está limitado por el gobierno marroquí; a diferencia del resto de regiones del país, el acceso a las cuales es más libre y en las cuales los habitantes no tienen restricciones de libertad de movimiento que sufren las llamadas provincias saharauis".
Las cárceles del rey
Mema es directora de la escuela primaria, está completamente integrada en la sociedad saharaui de los campamentos de refugiados. En 1984 vivía en las regiones del país ocupadas por Marruecos, en el Aaiún. Ella, en este testimonio resume la situación que vivieron las familias saharauis."En 1975, cuando la Marcha Verde se desplegó sobre el Sáhara colonizado por España, Mema tenía diecisiete años. Hacía ya dos años que se había unido al Frente Polisario el cual, cansado de las respuestas belicosas de España ante las exigencias saharauis de autonomía e independencia, organizaba la resistencia y la lucha armada contra el colonizador.
Mema tenía la esperanza de la descolonización cercana...España abdicaba ante la resistencia de la población saharaui. La ONU, los estados vecinos habían puesto todo a punto para aquella hora de la independencia. Mauritania, Marruecos y España se alían por el mal del pueblo saharaui. Acuerdos secretos en Madrid. El catorce de noviembre de 1975 el Sáhara Occidental se deja en manos de Marruecos y Mauritania. Poco tiempo antes de la muerte de Franco, España rompe todos sus lazos de dominación colonizadora...Precio a pagar por los nuevos ocupantes: España mantendrá importantes privilegios en los famosos yacimientos de fosfato que a cielo descubierto se hallan en Bu Craa y que son explotados desde hace algunos años. Desolación, revueltas entre la población del Sáhara Occidental. Huida ante la entrada del Ejército marroquí, entrada criminal. Mema no tuvo tiempo de escapar. La ciudad de El Aaiún fue sitiada. Las comunicaciones cortadas. Además, es la mayor de ocho hermanos. ¿Quién se ocuparía de ellos si escogiera la vía de su corazón? Sabe que el Frente Polisario prefiere poder seguir contando con buenos relevos en el interior. Ella sería una de ellas.
-"De repente, nos encontramos en una isla. Todo el territorio saharaui era un inmenso enclave, rodeado dos veces. Todos los desplazamientos eran sospechosos en el interior y al exterior de las ciudades."
En aquella pesada atmósfera, Meima fue detenida en la madrugada de 1976 junto a otras 26 personas. España estuvo todavía presente algunas semanas pero era ya Marruecos el que encarcelaba, torturaba, hacía desaparecer, el que quería saber costase lo que costase.
-"Sois unos traidores.¿Qué os une al Frente Polisario?...¿Qué es lo que esperáis? Sí, estaremos aquí por mucho tiempo...En adelante sois marroquíes."
-"Y entonces ¿Qué es lo que hay que confesar? Ni con torturas tenemos nada que revelar. Pero sí, una cosa sí: nuestra identidad saharaui."
Al cabo de un mes las mujeres fueron liberadas. Mema se unió a su familia. Empobrecida, sin medios de subsistencia. Los hombres permanecieron en la cárcel. Varios murieron. De enfermedad, por los malos tratos, por las torturas.
-"La prisión refuerza nuestra solidaridad. Por supuesto que la cárcel espanta. Sobre todo cuando los funcionarios reaccionan como animales. Una se siente completamente a merced del enemigo. No hay escapatoria. Pero poco a poco, entre presas y presos nos decimos que ya saldremos. Y que hay que salir fuertes. No dejarse destruir, ni física ni moralmente. Cantábamos, retomando nuestros cantos tradicionales, componiendo palabras de resistencia. Discutíamos sobre futuras acciones."
Algunos meses después de aquella dolorosa experiencia de encarcelamiento, es nuevamente interrogada. Sin embargo, había tomado precauciones. No había participado en más manifestaciones, conformándose con mirar los desfiles valientes de sus amigos, de sus amigas sobre todo, llevando la bandera negra, blanca, roja y verde con la estrella y la media luna, desplegando banderolas, dando muestras de resistencia al ocupante, demostrando la pertenencia al Frente Polisario. Los gritos estridentes apenas ocultaban las palpitaciones de Mema. Quería que la olvidasen por algún tiempo. Había escogido la prudencia. Permaneció de espectadora.
¿Por qué fue nuevamente llevada a aquel almacén que servía de cárcel? No sabe nada. Sus compañeras y compañeros de celda tampoco. Entre ellos, chicos jóvenes, ancianos, mujeres embarazadas. Esta vez son centenares los detenidos, y de todas las edades. En el Aaiún y también en Smara y en Dajla. La policia marroquí trata de romper toda conexión entre la organización del Frente Polisario en el interior con la del exterior. Sin éxito. Se refuerzan las medidas de intimidación. El ocupante no admite la cofrontación de una resistencia organizada, estruturada, con la cual la población saharaui se identifica. Se podrá acabar con las hostilidades individuales. Pero, ¿por dónde intentar sofocar el incendio generalizado de la resistencia colectiva? El ocupante retoma la vieja receta tantas veces utilizada en la negra historia de los pueblos ocupados: torturas, encarcelamintos, desapariciones. Mema y los otros prisioneros y prisioneras exijen ser juzgados a fin de conocer los crímenes de que son culpables. Se les responde que no son nadie, que son va-nu pieds, presos comunes sin importancia de los que el mundo puede prescindir.
-"Queríamos pasar ante un Tribunal. Teníamos la ilusión de poder de esta manera demostrar nuestra inocencia o al menos dar a conocer nuestra situación."
Pero no hubo juicio para Mema y sus amigos. Ni siquiera una parodia de justicia. Torturas. Veinticinco personas mueren junto a ella en los primeros meses. Está dos años pudriéndose en las celdas...Sin embargo, Marruecos nunca ha admitido haber reducido al silencio a prisioneros políticos saharauis. Afirma no haber detenido más que a presos comunes. Y, trágicamente, desde 1976, nadie ha podido ni en el Sáhara Occidental ocupado ni en Marruecos seguir la huella de todos esos prisioneros; las paredes de sus inhumanas celdas son las únicas en hacer eco a sus llamadas. Nadie ha podido tener noticia de los desaparecidos. El mundo, ignorando estas violaciones crónicas de los derechos humanos, permanece silencioso. De forma obstinada.
...En 1978, ella sale de la cárcel. Se encuentra entre los últimos saharauis detenidos que serán liberados. Efectivamente, desde 1980 es sabido que los presos ya no salen nunca del presidio marroquí.
Tiene que encontrar un trabajo. Una especie de despacho de turismo le contrata para un empleo subalterno de secretariado. Sigue un cursillo en árabe durante seis meses. Contenta de poder por fin ganar unos ahorros para la educación de sus hermanos y hermanas, pronto es despedida. Por incompatibilidad de humor con el responsable. ¿No sería más bien porque ciertas indiscreciones han dejado caer que Mema era una resistente?
Viendo desesperadamente que bajo la ocupación marroquí no saldrá adelante, Mema intenta huir. Desde 1978, el Frente Polisario facilita las evasiones desde las zonas ocupadas pero aún así hay que encontrar el medio de hacerlo. Por fin en 1984, Mema pasa al otro lado. No sabemos cómo. Quizás todavía algunos saharauis necesiten de esa ayuda. En los campos de refugiados, alegría de encontrar familiares, amigos, después de ocho años de preocupante silencio. Desesperanza de haber dejado tras ella a sus hermanos y hermanas. Pero desde aquí luchará para que también ellos sean libres...
Desde su llegada a la hamada, Mema es insertada enla estructura de los campamentos. Los primeros días de exilio en un entorno completamente desértico son difíciles. Permanece con el pertinaz temor de saber que a causa de ella, de su fuga, su familia está en peligro ante el enemigo. Pero su adaptación se ve muy facilitada por la convicción que encuentra en sus compañeros de exilio que viven el presente como algo a superar y el futuro como algo a imaginar mejor. Mema toma responsabilidades en la Unión Nacional de la Mujer Saharaui. Con la finalidad de conocer mejor las estructuras de los campamentos, las necesidades más elementales y la manera de dar una respuesta, es la llamada para seguir una formación de ocho meses en la escuela 27 de Febrero donde obtiene su diploma de docente. Después de algunos años de práctica en clases de diferentes niveles, se convierte en la directora que acoge, en el centro 27 de Febrero,a los niños en edad de escolarización primaria, de las mujeres en formación.
Bibliografía
PERREGAUX, Christiane. Gulili. Mujeres del Desierto Saharaui.Tafalla:Txalaparta Editorial, 1993. 153 p. ISBN 84-86597-76-5.
JULIANO, D. et al. La Causa de las Mujeres Saharauis. Siempre Fuimos Libres.Barcelona.1998. ISBN 84-7426-354-9.
DIEGO AGUIRRE, Jose Ramón.Guerra en el Sáhara.Madrid:Ediciones Itsmo,1991.386 p.ISBN: 84-7090-252-0.
La Mujer Saharaui.Asociación de Amigos de la R.A.S.D. de Bizakaia.Bilbao
http://www.observatori.org
http://www.tirisnet.org
http://www.cambios.es/amnistia

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