La propuesta es un Israel para todos los israelíes, un Israel para todos sus ciudadanos. Para los electores que llevan en sus corazones los valores de la izquierda: paz, justicia, igualdad, democracia, derechos humanos para todos, feminismo, protección del medio ambiente, separación entre estado y religión. Hablo de una izquierda renovada que defina un nuevo modelo del Estado de Israel, con una sociedad civil participativa. Soy un israelí postsionista, no antisionista.
lunes, 29 de noviembre de 2010
Mi cumpleaños cincuenta y cinco 30/11/10 por Carlos Braverman
El cumpleaños es magia y reflexión, es una apuesta al futuro y un testimonio de nuestro pasado, diría que es un alegato por la vida y una presencia de lo que una vez fue presente, lo que nos acompaña de la vida que desarrollamos hasta ese momento
Ciertas costumbres de los cumpleaños nacen dentro del dominio de la magia y la religión. En la antigüedad las costumbres de felicitar, dar regalos y hacer una fiesta, tenían el propósito de proteger de los demonios al que celebraba su cumpleaños y de garantizar su seguridad durante el año entrante. La costumbre de las tortas con velas encendidas comenzó con los griegos; se ponían sobre los altares del templo de Artemis pasteles redondos como la luna, hechos con miel, que tenían cirios encendidos.
Lo concreto es que no puede pasar desapercibido ya sea con alegría o tristeza, con compañía o soledad, con proyección de futuro o capturado en un presente continúo sin expectativas.
Para mí es el recuerdo y la memoria que me permite construir el porvenir, son mi familia, son también mis muertos queridos y los que me acompañan en mis locuras utópicas plagadas de racionalidad militante.
En estos días con mi cumpleaños cincuenta y cinco, se cumplen también treinta y cuatro años de mi trabajo en el campo de los derechos civiles.
Está la marca de represión en mi propia existencia corporal, el eco sórdido que evocaba el grito del torturado y el hedor a dignidad masacrada. En mi memoria está el grito primal del dolor digno y el odio, sentimiento muy humano que en la humanidad de bien no se puede convertir en una respuesta criminal a los depredadores de la vida. En mi recuerdo está la historia de todos los pueblos, de todas las épocas, en todos los mártires por una vida digna, en las victimas renombradas y las desconocidas, las que tienen su nombre en la historia y las anónimas, desde entonces repito siempre: presente y adelante.
Esta poesía de Neruda es el mejor obsequio que puedo compartir con los amigos:
Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito
repitiendo todos los días los mismos
trayectos,
quien no cambia de marca,
no se atreve a cambiar el color de su
vestimenta
o bien no conversa con quien no
conoce.
Muere lentamente
quien evita una pasión y su remolino
de emociones,
justamente estas que regresan el brillo
a los ojos y restauran los corazones
destrozados.
Muere lentamente
quien no gira el volante cuando esta infeliz
con su trabajo, o su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir
detrás de un sueño
quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos...
¡Vive hoy!
¡Arriesga hoy!
¡Hazlo hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡NO TE IMPIDAS SER FELIZ!
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judeo-árabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas). Derechos reservados Instituto Campos Abiertos Israel ISBN 965 387 008 9
sábado, 27 de noviembre de 2010
Es asesinado el presidente Kennedy por Hernando Calvo Ospina
http://hcalvospina.free.fr/spip.php?article247
Hace 47 años asesinaron al presidente John F. Kennedy. Por tal motivo, y con autorización de la editorial El Viejo Topo, se reproduce aquí el capitulo correspondiente a tal hecho, retomado del libro de muy reciente publicación “El Equipo de Choque de la CIA”, de Hernando Calvo Ospina.
El 22 de noviembre de 1963 Kennedy es asesinado en Dallas, Texas. Lyndon B. Johnson, quien lo sustituye, nombra una Comisión investigadora encabezada por el presidente de la Corte Suprema de Justicia, el republicano Earl Warren. Curiosamente, en ella incluye a Allen Dulles, el cual había dejado su cargo casi en condición de enemigo de Kennedy.
Después de diez meses de investigación, tan solo se encontró un responsable: Lee Harvey Oswald. Un inculpado detenido poco después del magnicidio, y asesinado horas después en las propias instalaciones de la policía, por lo cual no pudo aportar a las pesquisas. Esta, que es la versión oficial, nunca ha explicado cómo fue posible que Oswald disparara tres balas con tanta precisión, una tras otra. No sólo porque él no era un diestro tirador, sino porque ni un experto puede impactar, bala tras bala, utilizando la mira telescópica: a cada tiro el objetivo desaparece.
Ante los interrogantes que suscitó la Comisión Warren, en 1976 la Cámara de Representantes decidió crear un Comité Selecto Sobre Asesinatos (U.S. House of Representatives Select Committee on Assassinations) y así realizar su propia investigación. En las conclusiones, hechas públicas en 1979, se aseguró que además de Oswald existía por lo menos otro tirador, aunque no lo identifica.
También expuso una tesis siempre negada por la Comisión presidencial: Kennedy fue asesinado dentro del cuadro de una conspiración. Lo más impactante es que se declaró incapaz de reconocer a los conspiradores. También limpió de responsabilidades a la mafia, los servicios de seguridad y a los miembros de la JM/WAVE. Aunque criticó fuertemente a la CIA y al FBI por no haber dado la seguridad adecuada al presidente.
Buscando provocar la reactivación de la agresión militar a Cuba, algunos intentaron encontrar en Fidel Castro al responsable intelectual. Bill Colby, que tuvo suficiente información a su alcance, sostuvo: “se puede decir que no existe ni la sombra de una prueba, por tanto esos señalamientos son razonamientos descabellados.” (36)
Reconocidos investigadores han demostrado que sí existen suficientes pruebas como para señalar a personas que sirvieron de operarios en el complot, pero ninguna autoridad ha querido mirar hacia ellas.
Se asegura que miembros de la JM/WAVE y jefes de la mafia estarían involucrados. Los primeros se sintieron traicionados por el acuerdo de Kennedy con los soviéticos; mientras los capos empezaron a ser perseguidos una vez pasada la Crisis de los Mísiles. Lo lógico es que si miembros de uno u otro grupo hubieran actuado por su propia voluntad, de manera independiente, alguno habría sido arrestado.
Ciertos investigadores que colaboraron con la Comisión senatorial, (37) han afirmado que ambas comisiones desecharon fuertes indicios que permitían llegar hasta los responsables del complot. O por lo menos hasta el conjunto de personas que participaron del operativo.
Pero parece que poderosos intereses se interpusieron. En el mismo sentido otros investigadores independientes aseguran: “Las figuras importantes relacionadas con el asesinato de Kennedy, de una forma u otra, están relacionadas con el Proyecto Cubano, incluida la mafia [...] La CIA ocultó el involucramiento de sus operarios y fachadas clandestinas en el asesinato de Kennedy.” (38)
Siguen diciendo estos mismos investigadores, que la CIA mintió acerca del asesinato, “porque si no lo hacía revelaba la infraestructura de la misma guerra, y los cuestionables vínculos del gobierno clan destino con hombres como Lansky y Nixon.” Por ello la teoría de una gran conspiración a nivel de Estado siguió flotando.
Además de los mafiosos de la Cosa Nostra, los hombres sobre los cuales existen fuertes sospechas de haber participado en el asesinato, se encuentran: Ed Lansdale, Ted Shackley, David Atlee Phillips, Rip Robertson, Howard Hunt, Tom Clines, David Sánchez Morales, Rafael “Chichí” Quintero, Eugenio Martínez, Virgilio González, Frank Sturgis, Bernard Barker, Guillermo Novo Sampoll, Félix Rodríguez Mendigutía, Orlando Bosch Ávila y Luis Posada Carriles.
Y estos nombres figurarán constantemente en momentos claves de la política estadounidense, a lo largo de dos, tres y hasta cuatro décadas. Sirviendo al poder en la sombra y desde la sombra. En particular al partido Republicano. Muy cerca del clan Bush.
Como lo dijera Bill Colby, a partir del Proyecto Cuba los hermanos Kennedy le dieron un poder inmenso a la CIA, que se tradujo en una avalancha de crímenes y actos de delincuencia mayúsculos, con proyección planetaria. Así lo comprobó la Comisión Church en 1975.
Y, quizás, lamentablemente, ambos hermanos recibieron de su propia medicina. Porque también Robert moriría el 6 de junio de 1968, luego de un atentado el día anterior en Los Ángeles. Como en el caso del presidente, se detuvo al presunto responsable material, pero en el aire quedó la sensación que atrás existía un complot. Arthur Krock era corresponsal del New York Times ante la Casa Blanca. Cubrió desde la presidencia de Roosevelt a la de Johnson. El 3 de octubre, mes y medio antes del asesinato del presidente Kennedy, escribió: “La creciente importancia de la CIA es comparada con un tumor maligno contra el cual los altos funcionarios y hasta la Casa Blanca no puede hacer gran cosa. Si un día los Estados Unidos son víctimas de una tentativa de golpe de Estado, eso será obra de la CIA. La Agencia dispone de un poder fenomenal. Ella no tiene a quien rendir cuentas.” (39) Posiblemente era su constatación. O quizás se lo confió el propio presidente, con el cual almorzaba regularmente.
"El Equipo de Choque de la CIA. Cuba, Vietnam, Angola, Chile, Nicaragua".
Editorial El Viejo Topo. Barcelona. 190 págs. Precio: 19 euros
Notas:
36. Colby, William. Op. cit.
37. Por ejemplo: Fonzi, Gaeton. The Last Investigation. Thunder’s Mouth Press. New York, 1993.
38. Hinckle, Warren y Turner, William. Op. cit.
39. Krock, Arthur. Sesenta años en la Casa Blanca. Dopesa. Barcelona, 1971.
El doble juego chino-estadounidense por Martine Bulard. Le Monde diplomatique
Gira europea para el presidente chino Hu Jintao a principios de noviembre, pivote del G20 los días 11 y 12 del mismo mes, presencia dominante en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (Asia-Pacific Economic cooperation, APEC) (1) el día 14; China confirma su posición central en los negocios mundiales. Europa, abandonada durante mucho tiempo, ahora está siendo cortejada por Pekín, que incluso ha declarado su intención de comprar una parte de la deuda portuguesa, como hizo con Grecia con quien ha firmado, al menos, 13 acuerdos de inversiones. En Francia, el presidente chino prometió contratos fabulosos –una gran parte ya está en curso de negociación, pero la zanahoria financiera siempre es eficaz para evitar los temas molestos-
Naturalmente Estados Unidos no le va a la zaga. Antes de reunirse con los veintiún jefes de Estado o de Gobierno en Seúl, el presidente estadounidense se lanzó a una gira asiática marcada por su visita a la India, a la que asignó, como su predecesor, el papel de contrapeso de China; después viajó a Indonesia, esencial para controlar el estrecho de Malacca (lugar de tránsito del comercio); a Corea del Sur y a Japón, en tensión con China.
Unos días antes su secretaria de Estado Hillary Clinton emprendió un viaje a Vietnam en el que se comprometió «a alquilar el puerto estratégico de Cam Ranh en el Mar de China Meridional, para los barcos de guerra de todos los países», incluidos los de Washington (AFP, 30 de octubre de 2010); después fue a Camboya, Malasia, Nueva Zelanda y Australia, donde reforzó el acuerdo de cooperación militar. Ambos dirigentes estadounidenses han creado una especie de cordón diplomático alrededor de China, cuyos líderes lo perciben como un asedio.
Estamos muy lejos de la «Chinamérica» o el G2 inventados por los periodistas que jugaban a dar miedo. Ya no se trata de sumergirnos en un escenario de guerra abierta entre los dos gigantes. En un mundo que se ha vuelto multipolar e inclinado hacia Asia todos utilizan sus bazas para defender los intereses nacionales. Salen a reforzar los desequilibrios internacionales (Le Monde diplomatique publicará un análisis de la guerra monetaria, por Laurent Jacque, en su próximo número, a la venta a partir del 1 de diciembre).
Estados Unidos acusado
Estados Unidos está en primera fila. Ha logrado la hazaña de conseguir la unanimidad (o casi) en su contra en la cumbre del G20. Algunos días antes el banco central estadounidense, la FED, decidió poner en marcha la máquina de hacer billetes para inyectar 600.000 millones de dólares (más de 440.000 millones de euros) a la economía. Eso ha implicado automáticamente una bajada del dólar y una subida de las demás monedas, aparte del yuan que permanece muy vinculado al billete verde.
Desde el punto de vista estadounidense esa decisión se puede justificar: la economía está anémica, la producción industrial estancada, la tasa oficial de desempleo roza el 10% y las ejecuciones hipotecarias se aceleran... En esas condiciones, insuflar medios financieros no es un horror económico si se combina con condiciones favorables a la inversión (en la industria e infraestructuras), un escalonamiento de las deudas inmobiliarias de las familias (o incluso una moratoria), una mejora de los sistemas de salud, educación, etc. En la época de su esplendor electoral Barack Obama no pudo –o no quiso- imponer reglas a los grandes bancos. Así, desde 2008, se han inyectado 1,7 billones de dólares en la economía estadounidense. Con los resultados que conocemos. Es poco probable que el presidente cambie de rumbo después de su derrota en noviembre (leer de Serge Halimi «La derrota electoral de un presidente sin proyecto»)
Una parte de la patronal –y de los elegidos- espera que la caída del dólar, que automáticamente hace que bajen los precios de las mercancías vendidas en el extranjero, facilite las exportaciones para relanzar la máquina. También será necesario que las economías socias sean dinámicas. En Europa, las curas de austeridad sin precedentes reducirán más la demanda. En Asia, Japón no consigue salir de la trampa en la que está inmerso desde hace más de un decenio. A pesar de la insistencia de Obama, Corea del Sur todavía no ha ratificado el acuerdo de libre comercio firmado en 2007, que trata especialmente de la importación de automóviles y carne estadounidenses: en junio de 2008 importantes manifestaciones -«la revolución de las velas»- condujeron a una remodelación ministerial en Seúl. Quedan la India y su 8% de crecimiento y China que ronda el 10%, pero los obstáculos son numerosos. El balance corre el riesgo de ser magro.
En cambio la bajada del dólar implicará de facto una subida de los precios de las importaciones. Los economistas liberales (y algunos otros) quieren convencer de que eso favorecerá las fabricaciones locales… Se olvidan de añadir que las oleadas de deslocalizaciones han hecho desaparecer sectores enteros de producciones industriales y mineras. El ejemplo de las «tierras raras», imprescindibles para los productos de alta tecnología, es simbólico: juzgadas no rentables hace dos decenios, su producción se abandonó en beneficio de China, que ahora impone sus tarifas y las cantidades que se venden (leer Olivier Zajec «Comment la Chine a gagné la Bataille des matériaux stratégiques», Le Monde diplomatique, noviembre de 2010). También se podría hablar del textil, de la electrónica o de los demás productos de consumo masivo. Todavía durante mucho tiempo el gigante de la distribución Wal-Mart continuará acumulando beneficios comprando en el otro-Pacífico y… repercutiendo los aumentos de tarifas sobre los clientes. Los primeros que corren el riesgo de perder son los estadounidenses cuyas rentas no sigan la curva.
En cuanto a la inundación de dólares emitidos por la FED, la mayoría irán hacia otras regiones donde la rentabilidad sea más alta. Irán a las deudas públicas (a los bancos centrales que dan por casi nada sumas considerables a los establecimientos financieros que prestan a los Estados endeudados a altas tasas de interés). Servirán para especular sobre las materias primas (cobre, estaño, petróleo, oro…) y también sobre los productos agrícolas, que se han convertido en los favoritos de los fondos de inversión (leer «El hambre y los medios», Le Monde diplomatique, octubre de 2010, y de Fréderic Therin, «Genève, au paradis du negoce alimentaire», Les Echos, 9 de noviembre de 2010).
Finalmente los especuladores no desdeñan las monedas, los valores bursátiles, etcétera. Así, Brasil ha tenido que enfrentarse a un flujo de capitales que ha empujado al Gobierno a poner impuestos (ligeramente) a la entrada para evitar un estallido del real. Sin grandes resultados. A pesar de las tasas de interés próximas a cero, Japón ha visto subir vertiginosamente su moneda, aunque gastó 24.000 millones de dólares en el mes de septiembre para intentar calmar el juego. Según las estadísticas oficiales, los bancos centrales de Corea del Sur, Malasia, Indonesia, Tailandia y Taiwán han vuelto a comprar casi 30.000 millones de dólares en menos de un mes (entre el 27 de septiembre y el 11 de octubre) con el fin de apoyar la divisa estadounidense y evitar una subida de su propia moneda. En efecto, la revaluación conlleva de facto una subida de los precios de las exportaciones, y todos esos países están enfocados a las ventas exteriores.
La decisión estadounidense implica un doble desequilibrio: refuerza la locura de los mercados y empuja a una guerra comercial y financiera, sobre el fondo de compresión de los salarios y de los gastos sociales. Lo que ha hecho declarar al presidente brasileño Lula da Silva: «Si los estadounidenses toman una medida económica para intentar resolver un problema de Estados Unidos, deberían pensar en las consecuencias que eso va a tener en China, Brasil, Argentina, Alemania, Francia o en un país de África» (AFP, 10 de noviembre de 2010). Vanos deseos. Es inevitable pensar en la frase que lanzó el ministro de Finanzas estadounidense John Connally en 1971, cuando Washington decidió desvincular el dólar del oro: «El dólar es nuestra moneda, pero es vuestro problema». Desde entonces, nuevos actores han adquirido poder (China, Brasil…) pero su peso monetario permanece débil y por ahora prevalecen los pequeños arreglos: China continúa comprando los bonos del Tesoro estadounidense. La supremacía del billete verde no ha muerto.
China elimina los ataques
Mientras que la víspera del G20 Pekín aparecía como el principal acusado debido a su moneda subvalorada, fueron Washington y el dólar los que ocuparon el centro de la escena. Pero el problema permanece. Desde la crisis de 2008, el yuan se ha enganchado a la divisa estadounidense y baja con ella. En julio de 2010 el gobierno aflojó la soga y la moneda china se revalorizó ligeramente (1,5% con respecto al dólar). Sin que eso cambie nada, por otra parte. Haría falta una sensible subida del yuan (que los expertos fijan en el 40%) para que tuviera algún efecto –como se lo impuso Estados Unidos a Japón a mediados de los años 80-. De 1985 a 1998, el valor del yen había pasado del 100%, causando una caída vertiginosa de la economía japonesa de la que en la actualidad todavía no ha salido (The Economist, «Fear of the Dragon», 12 de enero de 2010). Un escenario que Pekín quiere evitar a toda costa.
Desde el punto de vista chino esa elección es coherente. El gobierno teme un hundimiento de las exportaciones –y un estallido del desempleo- sin ser capaz, de momento, de volver su aparato de producción hacia las necesidades internas. En realidad el plan de relanzamiento de noviembre de 2008 permitió desarrollar la inversión (especialmente en infraestructuras), que se ha convertido en el primer motor del crecimiento; pero al precio de un considerable derroche de capital (en la prensa china se multiplican los ejemplos de corrupción, construcción de inmuebles fantasmas…). Incluso en alza (18,6% más en el primer semestre), el consumo no es lo bastante sostenido para tomar el relevo de la actividad. Máxime que las subidas de las rentas se extienden más hacia el ahorro, cuyo nivel bate todos los récords (con una tasa del 56%).
Además las autoridades intentan apaciguar el hervidero económico mientras la inflación se acelera: oficialmente un 4,4% más en octubre (del 10% al 11% según la Academia de las Ciencias de Pekín), con un auténtico estallido de los productos alimentarios e inmobiliarios. El Gobierno ha tomado medidas rápidamente para frenar las subidas (desbloqueo de cerdo, subvenciones al arroz, control de algunos precios, lucha contra la especulación), cerrar la espita del crédito (aumentando las reservas obligatorias de los bancos…) y seguir restringiendo la entrada de capitales extranjeros que se infiltran con la esperanza de una pronta revaluación del yuan. Todavía no ha llegado el momento de una apertura total del mercado chino.
Sin embargo la situación no está estabilizada. Las industrias exportadoras necesitan una revaluación del yuan: en la actualidad los precios de las importaciones necesarias para la producción (materias primas, productos intermedios…) escalan más deprisa que los precios de la exportación; si el yuan se revalúa, las importaciones serán más baratas y los precios de las exportaciones más elevados, restableciendo los márgenes incluso aunque la competencia sea mayor en los mercados exteriores. Por eso las autoridades chinas quieren revaluar la moneda progresivamente, pero «a su ritmo».
Mientras tanto están inmersas en una contradicción principal: para evitar una subida muy rápida de su divisa, Pekín sigue comprando dólares masivamente y al hacerlo infla sus reservas (2,5 billones de dólares) cuyo poder adquisitivo corre el riesgo de hundirse al mismo tiempo que la divisa estadounidense. Esto explica, en parte, el incremento de las inversiones en el extranjero para reciclar esos dólares: compra de deudas soberanas europeas, participación en los puertos (como en Grecia), las minas, las empresas… Las empresas chinas ya son dueñas del 6% de las inversiones extranjeras.
Pero este ejercicio tiene sus límites. Incluso en China se alzan las voces para que el país salga de ese dilema. Incluidos los círculos del poder. Como testimonio el libro blanco de la muy oficial Comisión para el Desarrollo Económico y Reforma Institucional, que acaba de dar «la alarma contra la (muy) grave dependencia del mercado internacional y las enormes reservas de cambio que constituyen un riesgo enorme para la estabilidad del país» («Report warns of China’s export dependency», China Securities Journal).
Al mantener un sistema enfocado hacia el exterior, China contribuye al desequilibrio internacional. Pero por razones internas –más que debido a las fanfarronadas exteriores- el cambio de rumbo se inicia poco a poco. Para gran beneficio de sus vecinos más próximos. Corea del Sur y Taiwán, por ejemplo, que han visto escalar sus exportaciones al Imperio del Medio llegando respectivamente al 10% y al 14% de su Producto Interior Bruto (PIB). Hasta entonces se trataba sobre todo de componentes y productos semiacabados que se ensamblaban en territorio chino antes de volverlos a exportar hacia otros lugares. Ahora ese género ha pasado de «casi un 40% hace un decenio al 27% en 2008», según un estudio de la universidad de Seúl citado por The Economist. Los productos de consumo han tomado el relevo y reflejan, señala el estudio, «la transformación progresiva de China, que de ‘taller del mundo’ se está convirtiendo poco a poco en el ‘consumidor del mundo’». El semanario liberal precisa por otra parte que «las economías filipina, surcoreana y taiwanesas ahora dependen más de la demanda china que de la estadounidense». En esos países, los intereses económicos a menudo tienen prioridad sobre el miedo al dragón chino….
En realidad sería erróneo creer que una simple revaluación del yuan bastaría para sacar al mundo de la recesión. Incluso en los países para los que China constituye el principal destino como Brasil (12% de las exportaciones), Japón (18,9%) o incluso Australia (21,8%), esas ventas sólo suponen una pequeña parte de las riquezas producidas, como señala The Economist: 1,2% del PIB brasileño; 2,2% de Japón; 3,4% de Australia. Las exportaciones hacia China no podrían constituir, ellas solas, los principales motores de crecimiento de dichos países.
Más globalmente los principales desequilibrios mundiales se deben menos a las manipulaciones monetarias –aunque tienen su influencia- que a la combinación de políticas fiscales que favorecen la renta sobre el trabajo y a las estrategias de las empresas que constriñen el empleo y los salarios. Las enormes desigualdades, especialmente en las dos mayores economías mundiales (Estados Unidos y China), y los tremendos planes de austeridad, en particular en Europa, aplastan los mercados interiores. Y todos intentan captar los de sus vecinos…
En 2008 todo el mundo blandió el espectro de la crisis de 1929. En 2010 no sólo el peligro no está descartado sino que todo está preparado para hundirse de nuevo…
Nota:
(1) El APEC está formado por: Australia, Brunei, Canadá, Corea del Sur, Estados Unidos, Indonesia, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Filipinas, Singapur, Tailandia, China, Hong Kong, Taiwan, México, Papúa, Nueva Guinea, Chile, Perú, Rusia y Vietnam.
http://blog.mondediplo.net/2010-11-22-Le-double-jeu-sino-americai
jueves, 25 de noviembre de 2010
Jánuca: el día de mi cumpleaños y los derechos humanos por Carlos Braverman
El miércoles próximo 1 de diciembre es la primera noche de Janucá, que en hebreo significa “consagración”, es una celebración que se realiza durante ocho días generalmente en el mes de diciembre –mes de Kislev en el calendario hebreo- para conmemorar el logro de los Macabeos en la conservación de la identidad judía. Coincide generalmente con Eid al- Adha (musulmán) y Navidad (cristiano), este año coincide también con mi cincuenta y cinco cumpleaños que es el 30 de noviembre. El símbolo esencial de esta celebración es la luz y se representa a través del encendido de velas: una la primera noche, otra la segunda y así hasta que al final de la última jornada arden todas las luminarias en un candelabro especial de ocho brazos.
Simboliza el derecho de todos a ser diferentes, a expresar una identidad, una cultura, a vincularnos con otras culturas por libre elección y a decir no a la opresión.
Conmemoramos la reapertura del Gran Templo mediante la victoria militar sobre los Asirios que imponían entonces su cultura y costumbres. Pero una victoria militar implica heridos, muertos, dolor y angustia. Mientras que el encendido de la Menoráh representando la re-dedicación del Gran Templo es un acto humano positivo. De esta forma no rendimos tributo a la victoria militar sino a la vida.
En Janucá celebramos los derechos de las minorías a ser diferentes, a expresar sus sentimientos y a practicar sus costumbres y tradiciones. Un sistema democrático se distingue por ser representativo de la voluntad de la comunidad. En las tiranías y los modelos despóticos, los grupos que no gozan del consentimiento de las masas, imponen sus propias apetencias e intereses. El pueblo si no establece resistencia sufre entonces el yugo que se le impone.
Pero aún en sistemas ostensiblemente democráticos, se intenta imponer con frecuencia una dictadura de las mayorías. Estas pueden ser más opresivas aún, porque gozan del aval de las elecciones libres. En el judaísmo, en cambio, sostenemos la inviolabilidad de ciertos derechos humanos básicos, que ningún grupo puede abrogar. Janucá es una auténtica manifestación de esta posición. Cada individuo y cada grupo tienen el derecho inviolable del libre pensamiento, de la libre expresión y a vivir de acuerdo con sus propias tradiciones y creencias.
En estos días con mi cumpleaños cincuenta y cinco, se cumplen también treinta y cuatro años de mi trabajo en el campo de los derechos civiles.
Inicié mi tarea bajo la dictadura del general Videla y del sanguinario proceso militar instaurado en 1976, sufrí los apremios que todos sufrimos en estos casos, es decir la marca de la represión en mi propia existencia, pocos días después lo que pudo ser el comienzo de mi calvario mortal quedó atrás, pero entendí que el camino debía continuar y continué fuera de aquella oscura Buenos Aires. Cuando dejé Argentina y comisionado en temas de derechos humanos para instituciones internacionales competentes en su defensa, la historia me llevó por caminos y paisajes horrendos, cada campo de detención "no legal" que visité en todas las latitudes donde trabajé tenían aquel eco sórdido que evoca el grito del torturado y el hedor a dignidad masacrada. Cada entrevista realizada, queda en mi memoria como el grito primal del dolor digno que afirma: sí, esta es la historia que vivimos, las heridas que ve en mi cuerpo son las heridas de todos, queremos contarla y que se sepa. Decían también: no queremos venganza sino justicia.
Un día tuve la osadía de preguntar a una víctima si odiaba a sus victimarios, la respuesta fue clara: ¿si se es humano, se puede no odiar?, pero sepa me dijo, que nunca yo podría convertir ese odio en acto criminal.
Pensé entonces en la historia de todos los pueblos, de todas las épocas, en todos los mártires por una vida digna, en las victimas renombradas y las desconocidas, las que tienen su nombre en la historia y las anónimas, desde entonces repito siempre: presente y adelante.
Continúo la tarea en mi país, en Israel, para contribuir a un mundo mejor con sociedades diferentes y más humanas.
Pero Jánuca tiene otra coincidencia y es con el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos.
Con la universalización de los derechos humanos estos se vuelven generales en todo el mundo, comienza entonces la formulación de los derechos de primera generación, es decir los derechos civiles y políticos, los cuales fueron también denominados derechos públicos subjetivos y derechos individuales.
Con esto, el hombre ha adquirido la calidad de sujeto del derecho internacional, ya que todo hombre puede llevar denuncias o quejas ante las organizaciones supra-estatales, para que sus derechos sean respetados y defendidos.
Universalizar los derechos humanos es admitir que todos los hombres siempre y en todas partes deben gozar de derechos porque el hombre es persona. Internacionalizar los derechos humanos es hacer exigible en virtud del derecho internacional público que todo estado reconozca derechos a todos los hombres, también porque el hombre es persona.
Los derechos humanos significan una estimativa axiológica en virtud del valor de justicia, que se impone al estado y al derecho positivo.
Nada mejor para concluir que aquella frase de Spencer: “Si es un deber respetar los derechos de los demás, es también un deber mantener los propios”.
¡Feliz Jánuca!¡Jag Jánuca Sameaj!חג חנוכה סמח
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judeo-árabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas). Derechos reservados Instituto Campos Abiertos Israel ISBN 965 387 008 9
miércoles, 24 de noviembre de 2010
Jean-Jacques Servan-Schreiber, L'Express y Mendes France ¿Quién le pone el cacabel a De Gaulle? Síntesis de Carlos Braverman
Originario de una influyente familia, Jean-Jacques Servan-Schreiber era el primogénito de Émile Servan-Schreiber, codirector del diario Les Échos, y de Denise Brésard. Desde muy joven se mostró interesado por las reuniones sociales a las que su padre lo llevaba, en donde trató a personalidades como el ministro Raoul Dautry. Accede a la École polytechnique, uno de los centros más prestigiosos de Francia en 1943, y se une, junto a su padre a Charles de Gaulle. Se forma como piloto de caza con el Ejército de los Estados Unidos en Alabama, aunque no llegó a entrar en combate. Tras terminar sus estudios al acabar la Segunda Guerra Mundial, no ejercerá nunca su trabajo de ingeniero.
Apasionado por la ciencia y la política, Jean-Jacques Servan-Schreiber se interesa por la escritura y el periodismo. Escritor brillante, el propio Hubert Beuve-Méry le contrata para trabajar en Le Monde y a los 25 años es editorialista en temas de política internacional. Su profundo conocimiento de los Estados Unidos le permite especializarse en lo relacionado con la guerra fría.
Siendo consciente desde mucho antes que la clase política francesa de que la descolonización era inevitable y necesaria, escribe una serie de artículos acerca del conflicto en Indochina. Debido a ello conocerá a Pierre Mendès France, diputado de Eure y vehemente opositor a la continuación del esfuerzo militar francés en Indochina. Este encuentro cambiará su vida.
Considerando que Mendès France es el único político capaz de sacar a Francia de la mediocridad política en la que la Cuarta República está sumida, JJSS crea en 1953 el periódico L'Express junto a la periodista Françoise Giroud. Su objetivo es crear un periódico generalista, en el que sin embargo manifiestan su deseo de conducir a Pierre Mendès France al poder. A pesar de unos difíciles comienzos, L'Express pronto pasará a ser el periódico más innovador, referencia tanto de los jóvenes como de los intelectuales.
Con sólo 30 años, Jean-Jacques Servan-Schreiber dirige su propio periódico, en el que colaborarán Albert Camus, Jean-Paul Sartre, André Malraux y François Mauriac. Junto a secuestros y censuras, el éxito de L'Express es creciente. Tras un año de existencia, el objetivo inicial está alcanzado, ya que Mendès France, tras el desastre de Dien Bien Phu, alcanza la Presidencia del Gobierno. JJSS pasa a ser uno de sus consejeros en la sombra, y será determinante en el hecho de que su amigo François Mitterrand pase a ocupar el Ministerio del Interior.
Cercano tanto a François Mitterrand como a Valéry Giscard d'Estaing, al que había conocido en la Politécnica, JJSS es un editorialista vehemente e influyente. Al iniciarse los acontecimientos de Argelia, JJSS y L'Express luchan de nuevo contra los abusos del Ejército Francés y contra una guerra colonial que ni siquiera se nombra como tal. Debido a su condición de teniente, se le moviliza a las órdenes del general Jacques Pâris de Bollardière, el único general francés que rechazó la tortura al dejar su puesto de mando. De su experiencia argelina, JJSS sacará su primera libro "Teniente en Argelia" por la que será acusado de atentar contra la moral del ejército.
A finales de los años 1950, la fama de L'Express trasciende las fronteras francesas. Su compromiso reformador le lleva a que el senador estadounidense John Kennedy, muy interesado en los temas relacionados con la descolonización en general y con el caso de Argelia en particular, contacte con el periódico. L'Express será el primer periódico europeo que dedicará su portada a John Kennedy en 1957. Más adelante, Kennedy preparará su visita oficial a Francia contactando con Mendès France y JJSS para saber cual era la postura respecto a él del General de Gaulle. JJSS y Kennedy se encontrarán por última vez a principios del año 1963 en la Casa Blanca. JJSS hará entrega al presidente estadounidense de un volumen de Jules Roy acerca del conflicto en Indochina. Su objetivo era prevenir al Presidente sobre los riesgos de un enquistamiento de la situación en Vietnam. JJSS mantendrá siempre excelentes relaciones con la familia Kennedy, de la que esperaba quizás copiar el modelo para su propia familia. Quizás por ello François Mauriac le apodó "Kennedillon".
Opuesto al retorno del General De Gaulle en 1958, JJSS ve como su periódico pierde tirada a principios de los años 1960. Es además un período de grandes cambios. Tras una disputa familiar, los Servan-Schreiber pierden el controle de Les Échos y JJSS se pelea con su mentor, Mendès France. Se divorcia de su primera esposa Madeleine Chapsal y se separa de su amante Françoise Giroud para casarse con Sabine Becq de Fouquières con la que tendrá cuatro hijos.
En 1964, JJSS decide, tras un estudio encargado a su hermano Jean-Louis Servan-Schreiber, transformar su diario en una revista semanal siguiendo el modelo de Time Magazine y de Der Spiegel. Vuelve a acertar de lleno, y L'Express vuelve a despegar y a hacerse más generalista: nuevas tecnologías, liberación de la mujer... L'Express se convierte en el reflejo de los cambios de la sociedad francesa y su tirada aumenta semana a semana.
Jean-Jacques Servan-Schreiber resulta a ser a mediados de los años 1960 un empresario periodístico de éxito y un editorialista político siempre preparado a acoger nuevas ideas. Debido a sus brillantes análisis y síntesis, consigue atraer a las mentes más ilustres de su generación. L'Express fue el principal órgano de oposición al General de Gaulle y contó entre sus colaboradores a los líderes de opinión posteriores más importantes: Claude Imbert, Jean-François Kahn, Catherine Nay, Michèle Cotta o Ivan Levaï.
Cada vez más anti-gaullista y convencido de que el viejo general ya no es el hombre que necesita una Francia moderna, JJSS no se resigna a ser un mero observador político. Y sin embargo, tiene influencia en los medios de izquierdas. Por ejemplo, trata de forzar a su amigo Gaston Defferre para que se presente a las elecciones presidenciales de 1965. Sin embargo, esta campaña será un fiasco. Sigue con interés después la formación de la FGDS, creada con el objetivo de reunir en una única estructura a toda la izquierda no comunista alrededor de Mitterrand y de Mendès France. Pero JJSS es ante todo un agitador de ideas. Cree que sus editoriales no bastana para despertar a sus conciudadanos acerca de los desafíos que Francia debe afrontar en el futuro. Se plantea una posible entrada en la política activa.
En esa época conocerá a Michel Albert, que trabaja en Bruselas para el Mercado Común. Éste le proporcionará una enorme documentación y una gran cantidad de informes económicos que Servan-Schreiber utilizará cada vez más en sus editoriales. Uno de ellos le impresiona especialmente: entre los Estados Unidos y Europa se estaría llevando a cabo una guerra económica silenciosa en la que Europa estaría totalmente superada, tanto a nivel de los modernos métodos de gestión como en cuanto a equipamiento tecnológico y capacidad de investigación. Servan-Schreiber encuentra en ese informe la trama de fondo que le servirá para elaborar un volumen impactante. Pero aporta también claves de lectura y propuestas concretas para una contraofensiva. Su volumen El desafío americano, publicado en 1967, sigue siendo hoy en día el mayor éxito editorial en Francia en libros literarias de ensayo político. El volumen se tradujo a quince idiomas, entre los que se encontraba el español, vendió millones de ejemplares en todo el mundo y se considera un brillante ensayo.
Recibe invitaciones de toda Francia y de Europa. Llena los auditorios y empieza a preconizar una Europa federal con una moneda común y una descentralización en Francia.
La dimisión del General de Gaulle en 1969 le convence de que hay un lugar para él en la renovación política que necesita el país. Pasa a ser Secretario General del Partido Radical-Socialiste en octubre de 1969 y entra de lleno en la arena política.
En 1962, JJSS había dado sus primeros pasos en política en su amado Pays de Caux. Se había presentado a las elecciones legislativas, pero había sido derrotado por Roger Fossé que luego llegó a ser presidente del Consejo Regional de Alta Normandía.
Cocreador junto a Michel Albert del Manifiesto radical en 1970, Jean-Jacques Servan-Schreiber es un político atípico. Su carrera está hecha de grandes luchas vanguardistas en una Francia sociológicamente conservadora. Luchará en favor de la descentralización, de la regionalización, contra el programa Concorde para concentrar esfuerzos en el Airbus, económicamente más rentable, contra los ensayos nucleares, a favor de una progresividad más justa en el impuesto sobre la renta, por la informatización.
Sus posiciones estaban cercanas a las de los socialdemócratas suecos. De hecho, se entrevistó con el primer ministro sueco Tage Erlander y con su sucesor Olof Palme. Tanto François Mitterrand en la SFIO como Michel Rocard en el PSU sitúan a la izquierda no comunista francesa en 1969-70 lejos de la socialdemocracia europea y con un discurso cercano al marxismo. JJSS aporta un estilo nuevo al panorama político francés. Sin embargo, hay que situarlo claramente en el centro-izquierda, ya que denuncia una economía que está "tratando al ser humano con la ley que aplica a todas las demás cosas: la ley de la rentabilidad. Y de ese modo nos está mutilando" escribe.
En junio de 1970, Roger Souchal, diputado por la UDR por Nancy norte, en Meurthe-et-Moselle, dimite a causa del trazado de una autopista que él cree demasiado favorable a la ciudad de Metz. Souchal piensa que obtendrá la reelección sin grandes esfuerzos. Sin embargo, a instancias del director local del periódico L'Est républicain y de varias personalidades de la ciudad de Nancy, Servan-Schreiber decide presentarse. El éxito parece imposible, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un parisino "cunero" contra el político local, héroe de la Resistencia. Sin embargo, los habitantes de Nancy parecen sentirse halagados por el hecho de que un personaje de tanta influencia se interese por la Lorena. JJSS inicia una campaña muy novedosa, haciendo valer su influencia mediática. Consigue un gran éxito, puesto que a pesar de tener a todos los partidos de izquierda y de derecha en su contra, obtiene la primera posición en la primera vuelta. En una segunda con tres candidatos decidió mantenerse.
Mientra Pierre Mendes France derrotado en las elecciones legislativas de 1958, como todos los líderes de la Union des Forces Democratiques fundada a toda prisa para competir contra el general de Gaulle, dimitió inmediatamente de todos sus cargos tanto en Francia como en organizaciones internacionales.
Fundó el Centre d'Action Democratique, integrado inmediatamente en el Partido Socialista Autónomo, que fue cofundador del Partido Socialista Unificado, participando así ampliamente en la reconstrucción de la izquierda socialista francesa. En 1965 apoyó la candidatura de François Mitterrand en las elecciones presidenciales y en 1967 ganó un escaño por Grenoble en la Asamblea Nacional francesa.
En mayo de 1968, durante el llamado Mayo francés, apereció en medio de la agitación como uno de los recursos políticos disponibles en el caso de hundimiento del régimen. Su presencia en un acto público en el estadio Charléty de París el 27 de mayo le fue posteriormente muy reprochada, aunque no tomó la palabra en el acto.
En las elecciones legistativas de 1968, a las que se presentó en las listas del PSU a pesar de que ya había decidido abandonar dicho partido, no logró revalidar su acta de diputado. Se presentó en las listas del partido por no querer abandonarlo justo en un momento difícil para el partido y justo antes de unas elecciones.
En 1969 apoyó la candidatura de Gaston Defferre para las elecciones presidenciales, anunciando que en caso de victoria de este último sería su primer ministro. La candidatura cosechó un amplio fracaso, al no obtener más que el 5% de los votos del electorado.
A partir de 1972, por motivos de salud, Pierre Mendès France inició un distanciamiento de la vida política francesa, aunque dio algunos pasos en la escena internacional en busca de un acuerdo de paz en Oriente Próximo.
En las elecciones presidenciales de 1981 repitió su apoyo a François Mitterrand, elección en la que Mitterrand logró la Presidencia de la República.
Pierre Mendès France falleció el 18 de octubre de 1982, permaneciendo desde entonces como un referente de la clase política francesa y símbolo de una determinada concepción de la política.
André Malraux recuerdos y reflexiones sobre el poder
Pregunta: —¿Qué fue lo más notable de su última entrevista con el general Charles de Gaulle?
André Malraux: —Fue la única vez que De Gaulle me habló de la muerte. Era un hombre que decía "yo" y que no hablaba de sí. ¿Acaso sentía que el fin llegaba? No lo sé. Pienso que en cierta manera el asunto no le interesaba. Pertenecía a esa raza para la cual la muerte no es un accidente. La muerte de la que hablaba era mucho más profunda. Era la declinación, el frío, el temor eterno en él de que Francia desapareciese de la historia de los hombres. Cuando me mostraba esa campiña alrededor de Colombey y me repetía que se había vaciado en el curso de los siglos, siempre era la idea de la muerte la que volvía. En el fondo, aún entonces, encontraba la manera de no hablar de sí. ¿Por qué me habló con el estilo de Malraux? Creo que la respuesta es bastante simple. De Gaulle piensa lentamente, metódicamente, y yo pienso a sacudones. De Gaulle aceptaba entrar en ese ritmo. Quizás lo distrajera. En cambio, cuando se ponía a describir una situación, su palabra se volvía tiesa, a la vez majestuosa y cáustica. Se expresaba pesadamente —había algo de elefantino en él, sabe— y trituraba, bajo las patas de esa especie de intuición que le servía de brújula, hombres y acontecimientos.
—La frase de De Gaulle sobre Pompidou que usted cita: "Por eso tomé a Pompidou", ¿es uno de esos acontecimientos?
—¿Por qué quiere que interprete? Es una frase que me dijo y que yo prefiero. Nada más. Literalmente, no tiene sentido. Es una broma o un lapsus. Por supuesto que creo en los lapsus. El padre Freud está ahí detrás, en cuatro patas. Hay algo irritante en ese antagonismo que todos buscan descubrir entre De Gaulle y Pompidou. Recuerde esto: desde los años que siguieron a la Liberación, vivieron juntos. ¿Entiende lo que quiere decir? El entrevero de los lazos que los unieron, separaron, reunieron. Y esto a todo lo largo de ese inmenso período. No eran los mismos, ni uno ni otro, al cabo de la ruta. De Gaulle era demasiado fino como para no comprender que Pompidou correspondería a la Francia que él dejaba a sus espaldas. Evidencia insoportable. En el fondo. De Gaulle no podía tener como sucesor más que a su adversario absoluto. Pero no lo tenía.
—¿Y los comunistas?
—Los comunistas sí, quizás. Si hubiesen sido distintos. Más inmensos. Pero entonces no habrían sido comunistas franceses. A veces. De Gaulle se ensoñaba: "¡Ah, Malraux!, suspiraba, habrían podido ser mis soldados del año II". ; Eran bromas, sueños... Pasaban por su cabeza como nubes. Bien sabía que los comunistas franceses no estaban hechos para eso. Jamás olvidaba la primera frase que Stalin le dirigió al día siguiente de la Liberación, en Moscú, y que yo refiero en Les chénes qu'on abat: "¿Thorez? En su lugar yo no lo haría fusilar. Es un buen francés". Y hubo más contactos de lo que se cree durante todo el gaullismo entre el Partido y el Elíseo. Por ende, no eran adversarios absolutos.
—¿Qué unió hasta tal punto a De Gaulle y a Malraux? ¿El sentimiento de su dignidad recíproca? ¿El antagonismo radical de su pensamiento original? ¿Su gusto por la acción? ¿Su común frecuentación del poder?
—Occidente ya no sabe qué es el poder. Alejandro lo sabía; César lo sabía; Napoleón lo sabía; Clemenceau, durante dos años, estuvo al borde de saberlo. Hoy se acabó: Norteamérica tiene la potencia, pero no el poder. Cuando muera Mao, se acabará una tajada de la historia del mundo. Porque habrá finalizado una forma del gobierno de los hombres. Un día pregunté a Mao si se sabía emperador de China... Sí, puede parecer una pregunta insolente. Pero nosotros nos conocemos. La Historia, sabe... En todo caso, no se mosqueó. Me miró. Su cigarrillo, eternamente apretado entre dos dedos, describió una vez más un arco de círculo para pasar de la extremidad de su rodilla a sus labios. Luego me respondió: "¿Qué otra cosa sería, si no?". Stalin, que también sabía qué es el poder, jamás habría reconocido que era el heredero de Pedro y Catalina. Al menos, no hubiera osado decirlo. Eso no le impedía pensarlo. Mientras que Lenin jamás hubiera osado rozar, así fuese en espíritu, una idea tan escandalosa. El poder, es el poder de matar. El paseo con Bujarin por plaza del Odéon, que cuento en Les chénes, significaba eso. De hecho, Bujarin me explicaba esa noche la política de Stalin, con perfecta lucidez. Y cuando concluía que Stalin llegaría hasta el final y decía: "Por ejemplo, me matará", sólo era la expresión de una evidencia simple. Ni un reproche. Por lo demás, Stalin lo hizo. La idea de liquidar hombres no tenía significación moral para él. Simplemente perseguía una meta que le parecía gigantesca. Cuando declaraba que Rusia "era Esparta y Bizancio", describía menos una antinomia que un temor. Y, además, añadía: "Cuando Esparta domina, todo va bien...". Lo cual quería decir que sentía miedo de Bizancio. Y tenía razón. Una vez más, Bizancio llegó a Moscú, ya que los rusos desean ahora poseer lavarropas. Queda China... Hoy es Mao quien tienta hacer Esparta, con 700 millones de hombres. De la ciudad griega a la ciudad prohibida. ¡Qué novela! Como le dije un día: "Nadie logró conquistar la India", me respondió: "Se equivoca. Los ingleses la tuvieron dos siglos y sin embargo la cambiaron. No haría falta más a China, en situación análoga, para modificar al mismo tiempo la faz del planeta". Lo sorprendente es que Esparta resiste. Reflexione en lo que es la Revolución proletaria cultural. Pongo la palabra "proletaria" primero porque es el término importante. "Cultural" es una palabra-relleno...
Mao tiene el poder. Lo conquistó con las armas. Y ahí están los rusos atribulados, que olvidaron apoyarlo cuando los necesitaba, y ahora intentan dictarle su ley. El rompe. Porque le parece que no puede elegir. Si China corre en pos de ellos, se encontrará con Citroens 2CV sobre las pistas del Imperio. Pero no habrá Citroens para todo el mundo. Y la aventura fallará, una vez más disuelta Esparta. Entonces, el círculo de Mao quedará con un palmo de narices. Los mariscales salen de 30 años de combates y de aislamiento. No tienen ganas de perder las ventajas adquiridas. Razón de más para que Mao vuelva a partir de cero. Entonces decide quebrar al Partido Comunista, para evitar que se extienda la esclerosis. Decisión sin precedentes para un comunista. Y la manera como la manejará será genial. Claro que sólo hay una fuerza que pueda acabar con el Partido: el Ejército. Pero Mao no es hombre de dar un golpe de Estado militar. Entonces lanza a los niños a las calles de las ciudades, en las plazas de las comunas, y a lo largo de los arrozales. Ellos lo bloquearán todo, porque constituyen un ejército imparable. Y el Partido, contra ellos, nada podrá hacer. Detrás de ellos avanzará el Ejército, que devolverá el poder a Mao. La única pregunta que ahora se plantea, el problema que domina toda esta época, es saber cuánto tiempo resistirá el resorte. Y, de resistir, qué harán esos millones de hombres de 20 años, educados en el fanatismo de una nación resucitada.
Me acuerdo que Mao, un día, acusó a Stalin ante mí. Pero no veía qué había detrás de él. Una inmensa pared blanca con 4 fotos: Marx, Engels, Lenin y —por supuesto— Stalin. El lo destruía con frases, y el otro me miraba triunfante por encima de la cabeza del Emperador de la China. Ese mismo día, un poco más tarde, me llevó a otro salón donde se habían juntado todos los mariscales. Y Mao, para fastidiarlos, me hablaba en un dialecto que no entendían. El intérprete traducía, yo respondía, y los otros permanecían allí como estatuas, sin comprender nada y cuidando de no moverse. Al final de la conversación, Mao me acompañó para despedirme, cosa que —parece— constituye un hecho sin precedentes.
Cuando llegamos a la escalinata, caía la noche. Subí en el auto que me aguardaba. Un auto viejo como aún tienen los chinos, y cuyo vidrio posterior estaba cubierto por cortinas de cretona. Cuando arrancó el motor, levanté la cortina para volver a saludar a Mao. Estaba inmóvil sobre la escalinata, cigarrillo en mano, mientras su secretario lo ayudaba a mantenerse erguido. Un poco de humo se elevaba por sobre su cabeza en el cielo de China. Era una visión apenas creíble. No se equivoque: ese hombre domina nuestra época.
—¿Por qué, para usted, el poder es el poder de los príncipes? ¿Y si hoy explotara la noción de poder? ¿Si Mao fuese simplemente el último representante de la época de los reyes? ¿Si la pulverización del poder fuese el inicio de esa liberalización del hombre con que usted soñó?
—No es el mismo sentido de la palabra poder. Y, en todo caso, no pienso que una civilización pueda vivir sin sistema de valores. Pero no se equivoque: por primera vez en el mundo, una generación entera descubre la existencia sin referencia a valores. Y ahí hay una lógica que uno vuelve a hallar a lo largo de toda la Historia. Cuando los dioses mueren y se vienen abajo los sistemas de valores, el hombre sólo reencuentra una cosa: su cuerpo. El dominio de lo físico. La droga, el sexo y la violencia son los sustitutos naturales para la desaparición de los dioses. Los hombres de negro que, con escudos, cascos y barras de hierro se arrojan unos contra otros no tienen, realmente, la ambición de conquistar el Estado. Primero buscan existir. ¿Se acuerda del día de mayo de 1968, cuando los estudiantes pasaron delante del Palacio Borbón vacío, gritando "¡Hop!, ¡Hop!", sin pensar siquiera en entrar? ¿Se imagina la cabeza de Lenin si le hubieran dicho que sus tropas habían tenido la posibilidad de invadir la Duma y que, en cambio, prefirieron tirar piedras al agua del Neva? Los rebeldes de 1968 no buscaban el poder. Otra cosa.
—¿Otros valores?
—...
—¿Qué lo acercó a Edmond Michelet? Ustedes no tenían gran cosa en común.
—¿De dónde sacó eso? Los campos de concentración y las guerrillas de Corréze, ¿no son nada? Y de yapa, la fidelidad al General. Es un lindo ejemplo, ¿no? Además, Michelet tenía su parte de grandeza. La bondad y la dignidad son una mezcla rara. Andaba con su Peguy en la cabeza. Digamos que todos teníamos también en común la vidriera de Chartres...
—¿Por qué, cuando publicó las Antimemorias, modificó de punta a punta Los nogales de Altenburg? Usted no los redujo, los trasformó. En la primera versión, todo el relato del encuentro de Altenburg gira en torno a la meditación de Walter, una especie de Lawrence que se interroga sobre el sentido o la vanidad de la acción. Por el contrario, en la versión de las Antimemorias, se desvanece la silueta de Lawrence, y no queda más que la meditación en la muerte del padre. Todo pasa como si, en algunos años, le hubiese parecido inútil continuar reflexionando sobre el alcance de los actos de un hombre, como si sólo tuviese un único deseo: fijar los héroes, los cuadros, las estatuas.
—Sobre todo, quise acortar. Pero cada uno es libre de interpretar como quiere. Y, después de todo, no terminé de redactar las Antimemorias. Quizás, por entonces, pensaba menos en Lawrence.
Lawrence: lo encontré una vez. Una sola. En el bar de un gran hotel, en París, no recuerdo de cuál. Estábamos en igualdad, sabe. El tenía en el bolsillo Los siete pilares, su colaboración con Churchill durante la Conferencia de Paz, su ruptura con el mundo y ese halo de misterio que le daba el Intelligence Service.
Claro que el verdadero misterio no estaba allí. Yo lo sospechaba, sin que en esa época estuviese completamente seguro. En cuanto a mí, era un pequeño escritor francés que sólo tenía un premio Goncourt en el bolsillo. Resultaba leve. El era extraordinariamente elegante. De una elegancia de hoy, no de su época. Un pullóver de cuello alto, por ejemplo, una especie de desenfado y de distancia.
Me hace mal recordar a la gente que hemos abordado. Simplemente me acuerdo que, entonces, estaba en una pasión por los motores, los de motos y de barcos. Era relativamente poco tiempo antes de su muerte. ¿Acaso quería morir? A menudo me hice esa pregunta, sin poder responderla.
Pero hay una historia que habría que elucidar cabalmente. Cuando se mató en la moto, parece que iba a llevar un telegrama a un correo cualquiera. Ahora bien, a mí me hicieron creer que era un documento muy singular. Texto: "Diga no a Hitler". ¿No a qué? ¿Y quién decía "no"? En todo caso, el laconismo es ciertamente de Lawrence. ¿Acaso oyó hablar de esa historia?
—Jamás. ¿Sintió que había algo de común entre ustedes?
—Hay familias, sabe. Uno se reconoce desde lejos entre miembros de un mismo clan. Antes de habernos visto, nos habíamos reconocido, y nuestro encuentro no hizo más que confirmarnos lo que ya sabíamos: el gusto por la acción, la búsqueda de una significación en la existencia y en la Historia, un gusto por la soledad y una pasión por la dulzura.
—Usted emplea a menudo la palabra dulzura, pero no se da frecuentemente en lo que escribe.
—Es una palabra reciente. En su sentido moderno, está ligada a la mujer. Pero no siempre fue así. Lo que marcó a Occidente quizás sea el cambio de papel de la mujer. Todo el mundo se engaña con él. Por lejos que uno se remonte a la historia de las civilizaciones pasadas, las mujeres nunca son encantadoras ni dulces. Son inmensas, potentes, pesadas. Son Valkirias. Mire bien el Antiguo Testamento e inclusive el Nuevo. No hay una sola mujer que corresponda a la idea que de ellas nos hacemos hoy. Las reinas de Egipto son Valkirias. Y luego, de repente, muy adelantada en la Historia, una reina del valle del Nilo que hallaron entre las dos guerras. Su piel se había apergaminado, cosa que no dio lugar a error. Un caso excepcional, porque, ordinariamente, los trozos de los reyes se pasearon de sarcófago en sarcófago antes de que la ciencia europea metiera la nariz. ¿Sabe cómo se llamaba, esa reina que no se asemejaba a las demás? Dulzura. Ahí tiene el anuncio de los tiempos modernos,
—¿Solamente el anuncio?
—Solamente el anuncio. Porque después hay que franquear los siglos. El cristianismo tenía sus ideas, pero sabía por instinto que sólo progresan lentamente en las masas. La verdadera revolución occidental data de Clotilde. Y Clotilde es un golpe de la Iglesia. Algo de eso lo digo en Les chénes. Pero la historia vale desarrollarla.
Usted recuerda la situación. Occidente, entonces, es el desorden. La Iglesia ha logrado hacer vacilar en su campamento a Clodoveo y sus guerreros. Pero es una victoria frágil. En esa época —¿acaso cambió?— todos traicionan a todos. El problema de los obispos es fijar a Clodoveo. ¿Qué es lo que puede fijar a un hombre? Una mujer. La Iglesia saca del bolsillo a Clotilde, que viene de Suiza y a quien conducen a Tournai, Bélgica, para que aguarde al jefe, su destinatario. Pero Clotilde no es muy hermosa, ni muy alta ni muy fuerte. Es inteligente, encantadora, dulce. Nada más. Y el jefe franco pega la vuelta con sus cascos, sus broqueles, sus caballos y sus Brunildas Valkirias llenas de pujanza y de brillo. Las casan.
El prodigio se cumple en 3 meses. Las Brunildas desaparecen, liquidadas, disueltas. ¡Tragadas, las Valkirias! Sólo queda Clodoveo, inmenso, y a su zaga una tímida y frágil Clotilde, que hace lo que quiere con él. Ese día la Iglesia inventó el encanto. Una nueva manera de gobernar el mundo. Quienquiera detente el poder y se rodee de mujeres, ya no es libre. Vea a Napoleón, enredado en sus historias de amor. Y a la inversa, mire a Stalin. Las mujeres no contaron para él. Del seminario, conservó una desconfianza fundamental. Era un hombre solo.
—¿Y Mao?
—Con él, es más complicado. Tuvo 4, sabe. De la primera no se conoce gran cosa. Parece que se la llevaron velada. Un día, levantó el velo, y "pftt", se salvó. Era la novia. A la segunda la desposó mucho más tarde. E hizo la guerra contra Chang con ella. Chang la capturó y la decapitó. Más tarde, Chang y Mao amagaron reconciliarse. Creo que existe una foto que muestra a Chang victorioso y a Mao que finge someterse. Y en la foto se ve perfectamente que Mao no se atreve a mirar a Chang de frente. La tercera desapareció, creo, por el lado de Moscú.
Pero la historia de la cuarta, la actual, es la que resulta fabulosa. Era una beldad, una Greta Garbo del cine chino Comunista. Un día decide abandonar todo para reunirse al Partido en la montaña. Atraviesa China, llega donde se encuentra Mao y le propone montar espectáculos para los combatientes. Entre nosotros, eso se llamaría "el teatro en los ejércitos"... El la acepta. Después se casa con ella.
Desde entonces, desaparece a los ojos de todos. Abandona su carrera, su prestigio. No existe más que para él. Por ello será recompensada. Juntos entran victoriosos en Pekín. Y ya es algo entrar en Pekín como dueño de China. Pueden instalarse en la ciudad prohibida: 5 ó 6 veces Versailles. Pero no van allí. Eligen casi enfrente una especie de palacete siberiano, construido, si mal no recuerdo, por los rusos, una construcción de una fealdad total. Y allí es donde se instalan. De nuevo, ella no hace más que recibir a los mariscales y servirlos.
Y después viene la Revolución cultural. China entra en ebullición. Ella lo sigue siempre. De repente, en medio de la remezón, él tiene una idea. Le ofrece su nuevo poder que está inventando. Y, puesto que él lo quiere, ella obedece. Como si jamás hubiera hecho otra cosa. La Greta Garbo china, a quien los años han deslucido, se metamorfosea en una especie de Juana de Arco sin la hoguera. Aquélla ha sido sucesivamente Clotilde y la Valkiria. Quizás sea simbólico. Me pregunto si el tiempo de la mujer dulce no está desapareciendo. Quizás las Valkirias estén saliendo de la tumba. Desde ahora, el mundo cambia rápido.
—¿Qué pasará en Francia ahora?
—No sé más que usted. Sin duda nada, por un período bastante largo...
—¿A qué llama un periodo bastante largo?
—¿Y usted?
—Cinco años es mucho, ¿no?
—Cinco años. De acuerdo. ¿Por qué nos parece inmenso y casi inverosímil? Antaño, los períodos que separaban una guerra de una revolución estaban etiquetados en la Historia bajo el nombre de "paz romana", hasta de "paz carolingia". Y era triunfo de los reyes el haber logrado establecer esa paz. Hoy, miramos los entreactos de la Historia como períodos aburridos. Estamos hechos de una graciosa manera.
Hay una pregunta que me hago. Una pregunta que no consigo entender. ¿Qué es lo que constituye el éxito de los libros del General en las librerías? Las Memorias, pase... ¿Pero los textos de los discursos? ¿Y los libros entre las dos guerras? ¿Acaso los leen? ¿Qué hacen con ellos? ¿Snobismo, fidelidad? ¿O una manera oscura de testimoniar una vez más su respeto por el sueño que él tuvo en su lugar?.
L'Express y Panorama 1971 PANORAMA, ABRIL 13, 1971
"El crecimiento sirve siempre a los intereses de los más ricos" por Jade Lindgaard
Paradoja de la actual crisis económica: a pesar de la mundialización, no es verdaderamente global. Violenta en los países industrializados en los que el paro progresa, sólo toca superficialmente a los grandes países emergentes del antiguo tercer mundo, que conocen insolentes tasas de crecimiento. Para el geógrafo David Harvey es un giro geopolítico: a partir de ahora, las riquezas emigran del Oeste hacia el Este. Esta nueva cartografía de los flujos de capital es fuente de inestabilidades políticas y sociales. Pero no modifica en nada la profunda naturaleza de desigualdad del crecimiento, que sigue sirviendo, en su opinión, a los intereses de los más ricos. Plantea, a la inversa, la instauración de verdaderas políticas de desarrollo que beneficien a la mayoría.
Jefe de fila de la "geografía radical" ("radical geography"), corriente constituida en los años 1960 sobre una base antiimperialista y anticapitalista, David Harvey es una de las figuras de la izquierda intelectual americana. Nacido en Gran Bretaña, enseña en los Estados Unidos desde hace muchos años, hoy en la universidad de New York (Cuny). Muchas de sus obras están publicadas en castellano por Akal, particularmente, Espacios de Esperanza, El nuevo imperialismo, Breve historia del neoliberalismo…
¿Cambia algo la crisis económica y financiera actual en la "geografía de la dominación"?
David Harvey: Ratifica una situación ya perceptible anteriormente. En 1987, a la salida de una de las precedentes crisis económicas, los Estados Unidos habían llegado a la conclusión de que, cualquiera que fuera su estrategia económica, en adelante no podían ya actuar solos. Tenían necesidad de los demás países. En 2010, la mitad del mundo se comporta de forma keynesiana y la otra mitad es monetarista. Pero los gobiernos de los países en crisis no han cambiado nada hasta ahora en las políticas que llevaban. Intentan prolongar el mundo tal como era antes. La economía de antes de la crisis era favorable a los más ricos. La política era dirigida por los más ricos, la utilizan para mantener su dominación.
Los grandes países industrializados atraviesan una crisis económica y social fuerte, pero no es el caso de China o Brasil. ¿Cambia la geopolítica de las economías?
Es un momento clave desde el punto de vista geopolítico. Hasta ahora las riquezas iban del Este hacia el Oeste. Pero hoy tienen tendencia a seguir la trayectoria inversa: del Oeste hacia el Este. Se oye mucho que es una crisis mundial, pero no lo creo. O entonces, todas las crisis desde hace treinta años lo han sido, salvo que cada vez afectan a ciertas partes del mundo más duramente que a otras. Si estuvieras en China dirías: "¿qué crisis?". Pero en 2001, cuando Argentina conoció una enorme recesión con el 30% de paro, los americanos no veían la crisis. Mis amigos argentinos me dicen hoy: "¡Atravesaréis un programa de ajuste estructural! Ahora vais a saber lo que es…". Esto podría crear una situación incómoda, incluso peligrosa.
Casi en todas parte crece una fiebre antiinmigrantes: en Europa, en los Estados Unidos, en Asia oriental. Hay también una recuperación de los nacionalismos y de los estereotipos nacionales. La lectura de los periódicos alemanes en el momento de la crisis griega era muy dolorosa. En Europa, la idea de una solidaridad entre los países ha saltado en pedazos. En los Estados Unidos, se desarrolla la expresión política de un miedo al declive. Las últimas recesiones americanas han sido seguidas de episodios de crecimiento que no creaban empleos. Esta vez es aún peor, porque el paro continúa aumentando mientras la recesión ha terminado oficialmente. Alrededor de la mitad de las pérdidas de empleos de los países industrializados se concentran en los Estados Unidos.
La loca reacción de la derecha americana, con el movimiento del Tea Party, pero también la actitud de la derecha del Partido Demócrata que no ha defendido el balance de Obama, son indicadores de que mucha gente tiene miedo. El gobierno americano está tentado de endurecer su posición respecto a China. Pero los chinos no quieren que los maltraten. La suspensión por China de sus exportaciones de tierras raras [nombre dado a un conjunto de metales raros] es también por su parte una forma de provocación. Hemos vivido un episodio de "guerra de las divisas". Emergen antagonismos que no son aún terribles, pero que podrían serlo.
La tentación proteccionista de las economías desarrolladas puede verse como una reacción antichina, pero es también una forma de proteger las industrias nacionales y el empleo.
Pero la única fuente de mejora de las condiciones de vida de los trabajadores americanos desde hace veinte años proviene de ¡las importaciones muy baratas de China! Si os protegéis contra eso vais a provocar inflación y la gente se sentirá menos rica. Los trabajadores de las industrias tienen quizá interés en el proteccionismo, pero no todos los demás.
Si tomas medidas proteccionistas y aumentas los salarios, será diferente. Pero tengo tendencia a no defender el proteccionismo. Creo que el control de los flujos de capitales es más importante. A corto plazo, instaurar una tasa sobre las transacciones y el capital para frenar la especulación. A largo plazo, habría que obligar al capital a asumir los costes políticos, sociales y medioambientales que implican sus desplazamientos. Por ejemplo, tasando las empresas para hacerles pagar el coste social de sus deslocalizaciones.
Mencionas los costes medioambientales de la actividad económica. Para los ecologistas, son tan elevados que hay que salir del modelo del crecimiento, y algunos llegan incluso a plantear un decrecimiento. ¿Qué piensas de esto?
A largo plazo será preciso el crecimiento, pero débil. No hay forzosamente necesidad de crecimiento para desarrollarse, contrariamente a lo que se nos sigue diciendo. Desde hace treinta años el crecimiento no ha servido en absoluto para el desarrollo. Al contrario, ha producido subdesarrollo, incluso en los Estados Unidos: la desindustrialización ha transformado vidas estables en vidas inestables, muy precarias. Lo mismo ha ocurrido en Europa.
El crecimiento sirve siempre a los intereses de los más ricos, no los de la amplia mayoría de la población. Se nos ha dicho siempre que era más fácil redistribuir con un crecimiento más fuerte. Pero esto no es lo que ha ocurrido. Mira los países que tienen un fuerte crecimiento hoy, India por ejemplo: el año pasado, el número de multimillonarios se duplicó allí. Algunos salen muy bien. Pero no todo el mundo se beneficia de ello. Lo mismo en China, donde las desigualdades sociales son gigantescas.
Sin embargo la noción de crecimiento cero me plantea problemas. Estamos en situación de crecimiento demográfico. Proponer el decrecimento en África no me parece razonable. La situación actual es muy interesante: no es verdaderamente crecimiento cero, pero no se está muy lejos con un muy débil crecimiento en el mundo industrializado capitalista. No es forzosamente un problema en sí mismo. Son los planes de rigor en la educación, las economías en los gastos sociales los que son problemáticos. Los poderes políticos, para preservar los intereses de los más ricos atacan a lo que permite el desarrollo del resto de la población. Sólo los movimientos sociales pueden esperar cambiar este curso de las cosas, a imagen de las manifestaciones en Francia contra la reforma de las jubilaciones.
Sin embargo este movimiento de las jubilaciones no ha logrado proponer alternativas radicales y ambiciosas a la política de alargamiento de la duración del trabajo. Según las movilizaciones, los sindicatos continúan reclamando más poder de compra, más empleos, por tanto más crecimiento.
La izquierda tiene tendencia a ser muy conservadora y a llevar a cabo batallas dictadas por las condiciones económicas y políticas de hace treinta o cuarenta años. No es cierto para todos los sindicatos, pero para un cierto número de ellos seguimos en los años 60. En aquella época, se creía que el crecimiento era algo bueno, y que la izquierda haría de él mejor uso que los capitalistas. Eso no se puede creer hoy. La izquierda no juega su papel. No sabe verdaderamente porqué luchar. Con Seattle en 1999, y luego la experiencia de los foros sociales, hubo signos esperanzadores pero no han sido concluyentes. La izquierda sigue sufriendo los mismos problemas: está dividida y atrapada por su fetichismo de las formas organizativas. Cada grupo tiene su visión de lo que es una organización perfecta, pero independientemente de los problemas con que se encuentran. Es como si un médico propusiera el mismo tratamiento para un simple arañazo en el dedo o una grave gripe.
http://www.mediapart.fr
“Hay estereotipos sexistas: se diagnostica como psicológico lo que es biológico o social”
ENTREVISTA A CARME VALLS-LLOBET, DIRECTORA DEL PROGRAMA MUJER, SALUD Y CALIDAD DE VIDA DEL CENTRO DE ANÁLISIS Y PROGRAMAS SANITARIOS
Revista Diagonal.
Soraya González Guerrero
Desde 1991, esta doctora en medicina y cirugía coordina un programa que intenta responder a la ausencia de estudios sobre la morbilidad entre mujeres y sobre su creciente medicalización.
Mujeres y psiquiatría, de la histeria a la depresión
DIAGONAL: ¿Por qué es necesaria una ciencia de la morbilidad que tenga en cuenta las diferencias entre hombres y mujeres para garantizar un sistema de salud equitativo?
CARME VALLS-LLOBET: Porque existen diferencias entre hombres y mujeres en la forma de enfermar, de manifestar los síntomas, en las causas del dolor, la metabolización de fármacos, etc. Podemos hablar de diferencias biológicas para referirnos, en el caso de las mujeres, a los trastornos de la menstruación, las enfermedades derivadas de embarazos y partos o los tumores ginecológicos.
También se ha visto que las enfermedades autoinmunes son de predominio femenino y que hay más mujeres que mueren por enfermedades cardiovasculares. Otras enfermedades relacionadas con el dolor y el cansancio (la fibromialgia, la fatiga crónica...) afectan más a las mujeres; es decir, enfermedades que están más relacionadas con la calidad de vida que con la mortalidad y que por eso son menos estudiadas. Las condiciones de vida –si tienen hijos o no, si hay reparto de tareas en casa, etc.– y las condiciones de trabajo pueden aumentar el estrés en hombres y mujeres de forma diferente. Por tanto, hay factores de riesgo diferenciales.
D.: Uno de los condicionantes globales de la salud es el medioambiente, que ha empezado a ser estudiado recientemente, ¿cómo afecta a mujeres y a hombres?
C.V.: Hay productos químicos, en los disolventes, insecticidas, metales pesados, derivados de los plásticos, etc., que pueden dañar la salud. Estos productos contienen átomos de carbono hidrógeno, dioxinas o metales pesados que pueden persistir durante años en las células grasas, tanto si entran en el organismo por inhalación o a través de la alimentación.
Todos son posibles cancerígenos y alteran la inmunidad, el sistema nervioso, y son disruptores endócrinos, es decir, que pueden alterar la función hormonal del cuerpo humano. El efecto depende de la dosis y la repetición de la exposición, pero se han encontrado diferencias entre mujeres y hombres porque estas sustancias tóxicas son más fáciles de acumular en las personas con más tejido graso. Como el sexo femenino presenta casi un 15% más de materia grasa, las mujeres tienen más posibilidades de ser bioacumuladores químicos de productos que están en el medioambiente y en el lugar de trabajo.
La contaminación ambiental puede afectar al núcleo de las células (cambiando el ADN) y el funcionamiento de las mitocondrias, que son las que transforman la energía en comida. Y estos cambios están relacionados con enfermedades que afectan más a las mujeres, como la fibromialgia, la sensibilización química múltiple –una enfermedad relativamente nueva que te vuelve sensible a pequeñas cantidades de sustancias químicas– y el cansancio crónico.
D.: La perspectiva de género ha hecho cambiar el enfoque tradicional de salud, ¿cómo está siendo el cambio en el sistema público español?
C.V.: Veo positivo que haya un Observatorio de Salud de la Mujer del Ministerio de Sanidad, donde además se estudian enfermedades emergentes que no se conocían. También hay una revolución dentro de los artículos científicos: Marcia Angell, de la revista científica New England, estableció una cláusula para que los estudios que se publicasen especificasen el sexo del sujeto de estudio y esto ha permitido ver muchas cosas que pasan más en un sexo que en otro. Y también hay que mencionar las encuestas públicas sobre salud, en las que ha habido una mejora gracias a la voluntad de epidemiólogas como Carme Borell e Izabella Rohlfs, que han introducido temas de género, como la doble jornada laboral y la sobrecarga del papel de las cuidadoras.
Pero la ciencia médica sigue siendo muy androcéntrica. En los trabajos de investigación no se incluye por igual a mujeres y hombres. Ahora mismo, por ejemplo, un 70% de los estudios sobre enfermedades cardiovasculares sólo incluye a hombres; hay un sesgo en la selección de pacientes que invisibiliza a las mujeres y que afecta a la docencia y a la ciencia médica misma porque conduce a un reduccionismo etiológico.
En los diagnósticos, nos topamos con estereotipos sexistas cuando las enfermedades del sexo femenino se asocian a la salud mental; diagnostican como psicológico lo que es biológico o estrés social. En la primera consulta ya les recetan ansiolíticos y antidepresivos sin entender las causas de lo que les pasa, lo que conduce a una medicalización de la salud de las mujeres. El antidepresivo es el segundo medicamento más recetado en España y el 70% de las personas que los toman son mujeres.
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TECNOLOGÍAS REPRODUCTIVAS, ¿OPORTUNIDAD O MAYOR CONTROL DEL CUERPO?
DIAGONAL: ¿Qué efectos tienen las tecnologías reproductivas?
CARME VALLS: Hemos manipulado mucho el sistema de ovulación de las mujeres sin tener en cuenta que el medioambiente es tóxico, está lleno de productos químicos que alteran el sistema hormonal. En un mundo industrializado lleno de compuestos químicos, la esterilidad de hombres y mujeres se está viendo afectada; las mujeres no ovulan. ¿Nuevas tecnologías reproductivas? Sería preferible mejorar el medioambiente. Las terapias hormonales generan sufrimiento, las mujeres se sienten como una máquina de reproducir. Y tienen efectos a largo plazo, por eso se recomienda no realizar más de ocho intentos.
Hay estudios que hablan del incremento del riesgo de cáncer de mama y de los infartos de miocardio. ¿Recordáis el caso de la anciana de 68 años que tuvo gemelos de forma asistida en 2009? Pues ha muerto de cáncer de ovarios. Es una noticia que se ha silenciado. Se minimizan los efectos secundarios porque contradicen los supuestos beneficios de la farmacología oficial lo que no deja de ser un gran negocio. Aunque también es difícil investigar sobre los efectos a largo plazo de la reproducción asistida por una cuestión de tiempo, pero debería haber más perspectiva al introducir una técnica.
En nuestro equipo hemos reflexionado sobre la anticoncepción, la medicalización del parto, los efectos secundarios de estas tecnologías reproductivas, la vacuna del papiloma humano y toda la avalancha de agresiones al cuerpo de las mujeres.
Malraux y el sueño invencible por Valentí Puig
Reconocer que André Malraux supo dejarse fotografiar con mucho acierto no implica que La condición humana sea sólo un maquillaje. Para todo pensamiento trágico, calzar coturno da mayor alcance a la voz y agrega nobleza a la forma. Así fue como el aventurero mitómano encauzó su personalidad al lado del general De Gaulle. Ahora que "pensar el mundo" viene a ser casi un requisito diario, Malraux reafirma una visión de ciclos y divinidades que todavía sirve para cartografiar la tierra de nadie entre el destino y la libertad. Fue más dandy que guerrero, más escenógrafo que hombre de acción, más enigma que sistema. Cien años han pasado desde su nacimiento y una reciente biografía de Olivier Todd ha practicado el habitual ejercicio de demolición, según el conocido método de confundir la caspa en las solapas con la decadencia moral: mentir en la vida real no exime a nadie de alcanzar la grandeza del escritor. Hay a la vez quien todavía no le perdona a Malraux su lealtad a la figura del general De Gaulle.
Para Malraux, De Gaulle creía haber hecho algo verdaderamente grande por Francia: "Afirmar que Francia existía". Ese fue el llamamiento del 18 de junio de 1940, cuando Hitler dominaba la Francia que tanta energía había perdido en la Gran Guerra y que se entretenía escuchando a Maurice Chevalier. De Gaulle había advertido prontamente de los anacronismos estratégicos de Francia. En su mensaje para la Francia ocupada, De Gaulle se refrendaba en aquella legitimidad que —según escribe Denis Tillinac en Las máscaras de lo efímero— significaba reconocer que ningún orden político, ni tan siquiera con el respaldo público que tuvo el régimen de Vichy en sus orígenes, puede prevalecerse de una legalidad si ofende la integridad moral de un pueblo.
Por entonces, Malraux ya había deambulado por China, había estado en la Guerra Civil Española y tenía el premio Goncourt. En algún momento siente la tentación del comunismo. Pasa ligeramente por la resistencia y conoce a De Gaulle en un encuentro casi fortuito. Será su escritor de guardia, portavoz y ministro de cultura, la declamación subyugante para los grandes mítines del gaullismo. Como conglomeración de un movimiento más que como partido político, el rpf tiene en Malraux al orador que arrebata a las masas con un enfatismo implacable y lujoso. Su capacidad de seducción a la distancia corta se transfigura en actos públicos en un verbo que con los años entra en declive y se hace patético en televisión.
"Lo que quiere ante todo el gaullismo es devolver a Francia una arquitectura y una eficacia. Nosotros no afirmamos que lo lograremos, pero sí afirmamos —de la manera más firme—
que nuestros adversarios no lo lograrán". De Gaulle le dice a Malraux que la razón no será de Marx sino de Nietzsche al afirmar que el siglo XX será el siglo de las guerras nacionales. Paralelamente, Malraux tendía a creer que el creador del individualismo había sido Napoleón.
En una de sus conversaciones entrecruzadas de paréntesis sombríos y síntesis fulgurantes, Malraux intenta precisar cuándo comenzó a sentir la metamorfosis del mundo: "Ninguna época tendrá tan cabal conciencia como ésta de su carácter provisional, de hecho, de que señalaba el fin del mundo: para nosotros,
todas las mañanas es la entrada de Alarico en Roma". El febril lector de Spengler había encontrado en De Gaulle al héroe que sabía cortar cualquier nudo gordiano en el acto. También tenían en común la vidriera de Chartres.
Mauriac, volátil en sus etapas de fidelidad gaullista, escribe que Malraux "se bate contra Stalin mucho más de lo que se bate por De Gaulle". Se advierte la sutileza algo aviesa de Mauriac: el Malraux que había acariciado el comunismo como mitología de la esperanza ha pasado a compartir con De Gaulle la certidumbre de que no hay democracia verdadera allí donde existe un poderoso partido comunista.
Gaston Palewski —gaullista de primerísima hora— dijo que Malraux había ingresado en la gesta de De Gaulle como quien se convierte a una religión. Quien fuera un joven surrealista de repente creía haber conocido a César o a Alejandro Magno. Durante el resto de su vida iba a representar el gaullismo simbólico, la grandeur de la civilización francesa renacida después del descrédito de la derrota. Para Malraux, De Gaulle había preservado el honor del país "como un sueño invencible".
También fue inteligente al negar sustancia posible a un gaullismo sin De Gaulle. En Las voces del silencio André Malraux dice que para un número muy pequeño de hombres, vivamente interesados por la Historia, el pasado es "un conjunto de enigmas que piden ser resueltos, y cuya aclaración progresiva es una serie de victorias sobre el caos. Para la gran mayoría, sólo recobra vida cuando se presenta como una saga romántica, revestida de esplendor legendario". Se estaba refiriendo a los poderes del arte y al tiempo parece estar pensando que también el gaullismo tuvo en sus mejores momentos algo de saga romántica y esplendorosamente legendari
martes, 23 de noviembre de 2010
"Aún tenemos un discurso racista": El análisis del lenguaje de Teun van Dijk Por Virgina Arce y Cecilia Diwan
http://www.escueladeletras.com/bagdad/aun-tenemos-un-discurso-racista-el-analisis-del/128
Teun van Dijk"Uno de los retos de la globalización es vivir juntos, en paz, y desaprender el racismo de siglos. Hay que buscar otra alternativa al genocidio que hemos visto en el Holocausto, en Bosnia y, por supuesto, en las Américas", afirma el reconocido lingüista holandés Teun A. van Dijk. Especializado en el análisis del lenguaje, Van Dijk, de 64 años, dijo desde Barcelona, donde vive, que los discursos racistas sirvieron como medio para legitimar la explotación y la discriminación.
En sus investigaciones, Van Dijk ha llegado a la conclusión de que a partir de los tiempos coloniales, los "otros", los no europeos, fueron percibidos y tratados sistemáticamente como inferiores. Dice que, desafortunadamente, el racismo no es ni de derecha ni de izquierda, sino, en principio, de toda la gente dominante. Hay una tradición de valores de igualdad en la izquierda y de más racismo en la extrema derecha la abolición de la esclavitud, en el siglo XIX, no terminó con esta forma de concebir al diferente.
Desde la década del 80, Van Dijk advirtió que el lenguaje tiene una incidencia muy importante en la reproducción de fenómenos racistas, aun en los casos en que se lo usa indirectamente, para velar prejuicios raciales y étnicos latentes.
Teun van Dijk nació el 7 de mayo de 1943 en Naaldwijk, Holanda. Desde 1999 se desempeña como profesor de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona. Fue fundador y director de las revistas Poetics, Text, Discourse & Society y Discourse Studies. Sigue editando personalmente las dos últimas y ha lanzado recientemente una revista por Internet, Discurso & Sociedad.
Entre sus libros más reconocidos, traducidos al español y que circulan en las librerías argentinas, se encuentra La noticia como discurso (Paidós, 1990). Este año, la editorial Gedisa publicará Discurso y poder.
-Gracias a la inmigración, los países en la actualidad son cada vez más multiculturales. ¿Cómo funciona el discurso racista en estas sociedades así caracterizadas?
-Este tipo de sociedad multicultural tiene la potencialidad de la convivencia, de una ciudadanía más diversa y más próspera. Pero la tradición europea siempre ha sido abusar de su poder económico y militar, dominar a los otros, a la gente de otros continentes y culturas. En la sociedad multicultural, el grupo blanco quiere mantener el poder y, por lo tanto, discrimina.
-Usted dice que gran parte de la producción del lenguaje surge de las elites dominantes. ¿Cómo legitiman el discurso racista?
-Tradicionalmente, el discurso discriminatorio, por ejemplo en las ciencias, se basó en el concepto de la superioridad de la raza blanca. Eso es menos común hoy, pero se sigue manifestando de modos más sutiles. Se nota, por ejemplo, en la autoglorificación de la cultura europea: nosotros somos más inteligentes, más democráticos, más tolerantes que "ellos" (indígenas, africanos, árabes, musulmanes, etcétera). En esto, las elites tienen un papel y una responsabilidad especiales. Sus discursos no son privados, sino públicos, y pueden afectar a millones de personas. Una palabra racista de un ministro en un titular de un diario puede hacer más daño que miles de conversaciones informales.
-¿Se puede hablar sólo de un racismo de derecha o de grupos conservadores?
-El racismo no es ni de derecha ni de izquierda, sino, en principio, de toda la gente dominante. Hay una tradición de valores de igualdad en la izquierda y más racismo explícito en la extrema derecha. Sin embargo, como es cierto también para el sexismo, el racismo puede venir de todos lados.
-¿Cómo cree que influyen los medios de comunicación en la construcción del discurso racista?
-Los medios de comunicación tienen una influencia primordial: llegan a todos los hogares. Por su prestigio, su fama de credibilidad y objetividad, se supone que dicen la verdad. Pero la selección de los temas o problemas, la preferencia de grupos blancos como fuentes de información y la formulación sesgada de las noticias contribuyen significativamente a la formación de prejuicios.
-¿Se debate en Europa sobre el discurso racista?
-Por supuesto, sobre todo por parte de la gente antirracista y de los inmigrantes más conscientes, pero no por las elites. La primera estrategia del discurso elitista blanco es, precisamente, la negación del racismo. En muchos países es muy difícil publicar sobre el racismo de las elites. En los periódicos casi nunca se debate sobre el racismo de los medios de comunicación. En Barcelona, la policía puede tratar de una manera agresiva a los inmigrantes de Africa o de América latina sin que eso provoque un escándalo nacional. Esto es posible porque a las elites políticas y a los medios de comunicación no les parece un problema fundamental la discriminación.
-¿En América latina hay países más racistas que otros?
-Del libro Racismo y discurso en América latina, que publicamos el año pasado junto a otros investigadores, se desprende que la situación en Guatemala es atroz. Allá, las elites mestizas tienen actitudes e ideología tan explícitamente racistas como casi ya no existen en otros países. La Argentina, tanto en su historia como en la actualidad, muestra muchas formas de racismo, desde la discriminación de indígenas y africanos y el racismo generalizado contra los "cabecitas negras" hasta el trato dispensado a los inmigrantes pobres de los países latinoamericanos cercanos. Por otro lado, también hay una conciencia antirracista y grupos, organizaciones y científicos que se oponen al racismo cotidiano.
El soporte de la dominación
Entrevista a Teun van Dijk *
Entrevista especial concedida a UN Periódico por Teun van Dijk, a propósito de su conferencia "Discurso y dominación: crítica a los discursos contemporáneos del poder" del Congreso Internacional de Lingüística organizado por el Departamento de Lingüística y el Instituto de Estudios en Comunicación.
Por María C Rojas y Zoraida Rueda
En Periodistas Unimedios
Un Periódico: ¿De qué manera influyen los discursos periodísticos sobre las creencias y comportamientos de los ciudadanos?
Teun van Dijk: Hay dos tipos de influencia: la primera, es la lectura preferida o modelo mental, en donde el periódico o noticiero tiene una idea de lo que quiere que la gente interprete. El periodista tiene un modelo mental que comunica y espera que el público reconstruya. Un periódico quiere que un asesinato se lea como un acto subversivo de tal grupo armado, pero otro quiere que se entienda como un acto de resistencia contra la dominación de los terratenientes. La segunda, es más general, y no tiene que ver con un modelo mental, sino con cosas más globales para influir en las actitudes e ideologías de la gente. La repetición sistemática en la lectura preferida de las noticias, al final genera actitudes ante la violencia, el aborto, la globalización. Esta influencia es la más importante y duradera, porque es ideológica y no puntual.
- ¿Esto es preconcebido?
Van D.: Por supuesto. Toda interpretación es sesgada dependiendo de tu perspectiva. Si eres una mujer feminista e informas acerca de acoso sexual o violencia contra las mujeres, interpretas de manera diferente lo que pasó y tu texto será diferente, es una expresión de tu manera de ver las cosas. Cada periódico lo hace y ese modelo mental se manifiesta en el discurso de la noticia, en todos los niveles del texto. Pero los medios no quieren solo eso, van más allá para influenciar las representaciones sociales, las ideologías, las normas, los valores, en una palabra, lo social compartido.
- Entonces, cuál modelo mental se ajustaría mejor al poder que manejan los medios masivos de comunicación de cara a la neutralidad.
Van D.: La objetividad es práctica y teóricamente imposible. Hoy en día la psicología social y cognitiva habla de construcción de la realidad. La noticia no es un reflejo de la realidad, tampoco una reconstrucción, sino una determinada forma de construir la realidad. La realidad no determina las noticias como si fuera un tipo de lectura, de fotografía o de reflejo.
- A qué responde que el Norte magnifique las noticias negativas o fracasos del Sur y refuerce la idea de lo precario, lo pobre, lo desvalido, en tanto minimiza sus esfuerzos positivos.
Van D.: Cierto. La tendencia general de la prensa del Norte es hablar bien de nosotros y mal de los demás. He encontrado que hay una manera de enfatizar nuestras cosas buenas. Por ejemplo, en Europa somos modernos, esforzados, democráticos, y todo lo contrario en los otros países: terroristas, comunistas, atrasados, dependiendo de quién sea nuestro adversario. El problema de las noticias sobre el Tercer Mundo es que las producen las mayores agencias, en su mayoría de Europa y Estados Unidos, y que casi no las hay en estos países. Aunque hay cambios (CNN en inglés y en español, la BBC tiene cada vez más periodistas del Tercer Mundo en el Tercer Mundo, etc.), eso no quiere decir que para trabajar en cualquiera de esas cadenas el periodista latino, africano o asiático deba tener los mismos valores que ellos. Los medios son dominantes, tienen su agenda y sus objetivos, pero se puede esperar que con más gente de diversos países, por lo menos haya una visión menos racista y Norteña de las cosas.
- De todas maneras siguen existiendo relaciones asimétricas entre los dos mundos en materia informativa. ¿Esta circunstancia no da lugar a una especie de colonialismo informativo?
Van D.: En la década del ochenta hubo una publicación de la Unesco, Many voices, one world, famosa precisamente porque los países del Tercer Mundo querían una representación más equitativa y relevante en la prensa del Norte y no una visión sesgada del Sur. Yo lo analicé con mis estudiantes y todos los medios del Norte estaban en desacuerdo con la propuesta, pues significó censura. De hecho, por esa razón Estados Unidos salió de la Unesco. Ellos tenían miedo de que el organismo internacional de repente tomara partido por la opinión de los países en desarrollo, que reclamaban cambiar la visión sistemática de "golpes de Estado y terremotos" sobre el Sur y tener un periodismo de desarrollo. Sin excepción, los países del Norte divulgaron la idea como una amenaza a la libertad de prensa y hasta ahora no hay cambios fundamentales, porque todavía, la del Norte, es una prensa dominante y cada vez más concentrada en pocas empresas.
- Con ese panorama, ¿cuál es el compromiso de la prensa con la democracia? O es que las comunidades del Norte tienen su propia acepción de democracia.
Van D.: Eso es cierto... pienso que los periódicos deben venderse y son simplemente objetos económicos. Lo que se vende mejor en los tabloides de Europa es sexo y violencia, mientras los periódicos de análisis social se venden mucho menos. Tú puedes hacer un periódico de calidad, pero ¿vendes, al mismo tiempo, a la publicidad?
- Entonces ¿con quién y con qué está comprometido el periodismo?
Van D.: En realidad el periodismo está comprometido con sus empresas. En este momento es solamente un periodismo del mercado, casi en el mundo entero. En China, de pronto, pero eso está cambiando rapidísimo. Gran parte de lo que aparece en la prensa no es necesariamente relevante para la gente. Si me preguntan cuáles son los criterios de una buena prensa, diría que lo primero es la democracia y segundo lo que está en los intereses de la gente y no solo en los de los propietarios de los medios masivos. Pero no. Ahora nuestros periódicos hablan de Irak y terrorismo, ¿eso es relevante para la gente? Cuánta gente muere de terrorismo: yo diría que en España uno o dos al año, en Holanda ninguno y en Estados Unidos quizá un poco más. En Colombia es diferente, pero probablemente mueren más de hambre, por ejemplo.
Es una jerarquía de la relevancia. En cambio, cada año en España mueren 50 mujeres por violencia doméstica, una información que debería estar con mayor frecuencia en las noticias del periódico El País, que tiene bastante cobertura. Pero si tú vas a preguntar a la gente qué es lo más importante para el país, estas cosas estan abajo y el terrorismo y la migración están arriba. La jerarquía de lo que es más importante para la gente es totalmente diferente de la que los periódicos hacen creer.
- ¿Hay que darle a la gente lo que pida?
Van D.: Cada día se publica sobre sexo y violencia, y la gente está acostumbrada a esa "basura", piden lo que "existe" y las leyes del mercado que dominan la prensa juegan a eso. Es igual que con la comida, la mayoría de la gente va a McDonalds y busca comida poco sana. Eso tiene que ver con la educación. Si aprendes a leer un periódico de una manera diferente, con preguntas diferentes, posiblemente las demandas serán distintas. Podemos aprender a leer de manera diferente y crítica; y también pedir otro periódico, menos racista, más democrático, más veraz.
- ¿Usted cree que existe una tendencia a la homogeneidad de los contenidos?
Van D.: Hay medios populares y otros para las élites, aunque muchas veces es una misma compañía la que publica los dos dentro de una leve variación. Tú tienes posiciones a favor o en contra de Irak, y los medios las registran, pero los tabúes jamás aparecen. Nunca se debatiría si necesitamos un ejército; se toma por sentado que cada país lo requiere. ¿Por qué? Sencillamente porque son cosas que están fuera de la teoría del mercado. La prensa europea presenta a los inmigrantes como delincuentes, invasores, como un problema fundamental, pero nunca ha evaluado el aporte a la economía y a la cultura. Aunque esas noticias no venden, las metáforas negativas que repetidamente se publican sobre droga, racismo, violencia, forman estereotipos mentales, que no hacen más que reforzar la exclusión y el abuso de poder, lejos de ayudar a comprender la sociedad y el mundo en que vivimos.
- La Universidad Nacional de Colombia en poco tiempo espera fundar una escuela de periodismo. Qué característica debe tener para mejorar la formación de ese profesional.
Van D.: Primero diría que debe ser una escuela de comunicación, porque no es solo periodismo, con sus técnicas, sino que cada vez debemos ir hacia formas más efectivas de comunicarnos. Me parece muy limitado solo tener periodismo. Miremos: no solo es cómo escribir una noticia, cómo persuadir o cómo hacer una entrevista, sino también aprender de la influencia de los textos en la gente, de psicología social, para saber lo que interesa a las personas; del papel de las noticias en la sociedad, algo de sociología; y de lingüística y análisis del discurso, pues se maneja la lengua y cada palabra tiene una influencia. Hay que saber algo sobre la relación entre lenguaje y comprensión, e influencia, persuasión, manipulación. Definitivamente, debe ser algo interdisciplinario y bastante amplio. Para mí la formación de periodistas tiene que tener en gran medida una buena formación en comunicación.
* Teun A. van Dijk nació en Holanda en 1943. Lingüista, profesor de análisis del discurso en la Universidad de Amsterdam, actualmente se desempeña como docente en la Universidad de Pompeu Fabra en Barcelona (España). Sus aportes superan la esfera académica, pues es uno de los más reconocidos analistas de los discursos en los medios masivos de comunicación y sobre el particular resalta cómo estos influyen en la creación y la difusión de las ideologías dominantes.
Van Dijk inicia sus investigaciones en el área de la literatura, más adelante se interesa por las estructuras gramaticales del discurso, pero, poco a poco, adopta una perspectiva multidisciplinaria a partir de lo sociocognitivo (cómo se piensa colectivamente un tema), la comunicación en general, lo sociocultural y lo sociopolítico. Su análisis va desde conversaciones cotidianas, noticias de prensa, textos escolares hasta debates de las élites políticas, empresariales y académicas.
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