La propuesta es un Israel para todos los israelíes, un Israel para todos sus ciudadanos. Para los electores que llevan en sus corazones los valores de la izquierda: paz, justicia, igualdad, democracia, derechos humanos para todos, feminismo, protección del medio ambiente, separación entre estado y religión. Hablo de una izquierda renovada que defina un nuevo modelo del Estado de Israel, con una sociedad civil participativa. Soy un israelí postsionista, no antisionista.
martes, 3 de mayo de 2011
¿Se dividen los musulmanes en 'moderados' e 'integristas'? por Ahmed Lahori
Fuente: Webislam
La farsa: Islam radical vs Islam moderado.
Se ha construido a nivel mediático una distinción entre musulmanes “moderados” y “radicales”, donde la palabra radical es rápidamente sustituida por “fundamentalista”, “integrista” u “ortodoxo”, sinónimos todos de retrógrado y de fanático. Los "moderados" serían aquellos que abogan por la adaptación plena del islam a la modernidad occidental.
En esta y otras clasificaciones, se muestra la incapacidad de comprensión que el islam genera en un mundo basado en las imágenes y los estereotipos.
Para la mayoría de los periodistas la religión no puede ser más que algo primitivo, frente al universo civilizado. Cuando nos llaman “musulmanes moderados” en realidad están pensando: “primitivos, pero poco”. Nosotros sonreímos ante estas clasificaciones. El sometimiento a Al-lâh (el islam) no puede sino ser un acto radical mediante el cual el ser humano se compromete a abandonar toda idolatría, a iniciarse en un despojamiento de todo dogmatismo, de todas las proyecciones que el hombre realiza sobre el mundo para velar su pertenencia a lo incondicionado. No hay un islam moderado porque no ha ningún islam no moderado, por la misma regla de tres: si alguien es fanático es que ha hecho de su religión una barrera, un ídolo enfrentado con otras religiones, y por tanto no ha aceptado la diversidad como un mandato, no se ha sometido a un Creador que nos regala la diversidad como uno de Sus signos más maravillosos. Pero tampoco existe un islam no-integrista, si tomamos la palabra en su sentido preciso: que quiere preservar su integridad, una concepción de la vida como un todo indivisible. Dicho de otro modo: el islam es una apertura radical hacia la Unicidad de lo diverso, y esa radicalidad excluye el sectarismo.
La palabra integrista solo es peyorativa cuando se habla de religión, pero no cuando se trata de medicina integral, o de un concepto integrado de la naturaleza, ni tampoco cuando se habla de una persona íntegra. Si ser integrista es tratar de recuperar el islam como un modo de vida orgánico, que abarque todos los aspectos de la vida, por supuesto que somos integristas.
Sin embargo, para la prensa un integrista es alguien que quiere devolver el mundo a la Edad Media, época de la cual se tiene una imagen pre-fabricada. ¿De que Edad Media se trata, de ese momento en el cual París era un lodazal y Córdoba tenía un millón de habitantes y unas bibliotecas con miles de volúmenes que se perdieron para siempre? Cuando oímos el término “Edad Media” como sinónimo de oscurantismo no podemos dejar de sorprendernos, ya que esa época representa el periodo de máximo esplendor cultural de España. En este y otros casos el colonialismo intelectual es evidente.
Para ejemplificar la división entre “moderados” y “fundamentalistas”, la prensa suele referirse al wahhabismo, esas corrientes que vienen de la Península Arábiga, caracterizadas por el fanatismo y el totalitarismo, un puritanismo extremo, la aplicación de castigos corporales, la discriminación de la mujer y de las minorías religiosas... Todo esto es presentado como la “ortodoxia” ante la cual los “moderados” representan una corriente modernizadora. Pero este esquema es, una vez más, completamente falso. El wahhabismo no es sino una corriente modernista dentro del islam, y así fue reconocida desde su nacimiento.
La concepción de la ortodoxia como algo rígido e inmóvil frente a la modernidad como la superación del dogmatismo forma parte de la mitología occidental, pero en el islam sucede lo contrario. Lo “ortodoxo” —según el mensaje coránico y el ejemplo del Profeta (paz y bendiciones)— sería el pleno reconocimiento de otras tradiciones, la ausencia de fanatismos o actitudes exageradas en la práctica del islam, la ausencia de instituciones jerárquicas, la toma de decisiones en asamblea, la igualdad entre hombres y mujeres, la solidaridad y el apoyo mútuo como vertebradores de la sociedad, la libertad de conciencia y el derecho de cada uno a desarrollarse dentro de los límites establecidos por Al-lâh...
La recuperación del islam pasa por vivir plenamente esos valores, de forma tanto íntegra como radical. Podrían citarse hadices y Corán reforzando todo ello... pero sería inútil, pues en cuanto lo hagamos seremos clasificados como "musulmanes moderados", o "heterodoxos", o incluso "progresistas", de modo que la contradicción quede salvada. ¡Qué fastidio!
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