En español revisado por Carlos Braverman
Original:http://www.haaretz.com/blogs/strenger-than-fiction/netanyahu-and-the-mystics-of-safed-1.368294
La desvinculación del gobierno del mundo tiene mucho en común con la psicología de las sectas religiosas que, habiendo llegado a estar tan convencidos de su propia verdad, ya no le prestan atención al mundo en general.
Los futuros historiadores que vuelvan la mirada al Israel del 2011 menearán sus cabezas con incredulidad. Advertirán que hubieron voces de la razón que convocaban por un compromiso constructivo con el mundo árabe; que estas voces incluían algunas de las grandes luminarias de la clase dirigente de la Defensa como los ex jefes del Shin Bet, Yaakov Peri y Ami Ayalon, el ex jefe del Mossad, Danny Yotam, el ex jefe de las IDF (Fuerzas de Defensa de Israel), Amnon Lipkin- Shahak y el General (Reserva) Amram Mitzna. También advertirán, con gran interés, que el ex jefe del Mossad conocido por sus tácticas audaces, Meir Dagan, ciertamente no sospechado de ser un tonto intelectual liberal, también pidió la participación de Israel en la Iniciativa de Paz de la Liga Árabe, mientras advertía respecto de la estupidez de atacar a Irán militarmente. Ellos harán notar que la reacción de un ministro fue pedir acciones legales contra Dagan en lugar de tratar de tomar seriamente las palabras de Dagan.
¿Que es lo que estuvo haciendo Netanyahu durante ese tiempo? Reunió a su coalición en Safed, la ciudad que estuvo en la primera plana de los diarios, debido a que su rabino Shmuel Eliyahu se hizo famoso con sus declaraciones cada vez más extremas en contra de los árabes. La coalición de los miembros del Knesset (MKs) finalizó el fin de semana cantando la canción basada en el texto del rabino Nachman de Bratslav “El mundo entero no es más que un estrecho puente, lo esencial es no tener temor.”
Nuestros futuros historiadores tendrán que tratar de entender porqué el gobierno de Israel y los legisladores prefirieron apiñarse en Safed cantando contra el temor, en lugar de comprometerse con el mundo exterior en intentos constructivos de salvaguardar la existencia de Israel para el futuro; porqué no escucharon al presidente Shimon Peres alertando que sin un acuerdo de paz con los palestinos, Israel dejará de ser un país judío y democrático (NdeR: ver al final del artículo nota de Yossi Verter).
Peres, escribirán los historiadores, tuvo buenas razones en estar preocupado, porque lo único que no se llega a saber de Netanyahu, Lieberman, Yaalon y el resto del gobierno de Israel es una inteligible visión del futuro de Israel. Entraron en trance- como estado, mucho más cerca, efectivamente, con los místicos de Safed que escribieron las grandes obras de la Cábala en el siglo 16. Algunas de ellas son de una belleza hechizante. – pero los místicos de Safed no tuvieron que gobernar un país.
La actual desvinculación del mundo del gobierno tiene mucho en común con la psicología de las sectas religiosas que, habiendo llegado a estar tan convencidos de su propia verdad, ya no le prestan atención al mundo en general. El suyo es un estado mental que prefiere una visión mística y un equivocado falso heroísmo por desafiar al mundo entero con políticas pragmáticas. Consiguientemente el gabinete está por revocar el derecho de veto de Ehud Barak sobre construcciones en la Margen Occidental: intoxicados con su sueño del Gran Israel ya no quieren ningún impedimento en su visión mesiánica.
Historiadores futuros señalarán que Netanyahu gustaba pensarse a sí mismo como el Churchill de Israel, pero que su estado mental parecía más cercano a Bar Kojba, quien condujo el levantamiento contra los romanos en el siglo segundo de la era cristiana (e.c), y que finalizó con la muerte violenta de más de medio millón de judíos. Los historiadores podrían señalar que Netanyahu pudo haber estado demasiado influenciado por la canción para niños que decía
“Bar Kojba fue un héroe….todo el pueblo lo amaba;” y que había olvidado que las posteriores generaciones del Talmud vieron en Bar Kojba como una de las grandes catástrofes de la historia judía.
En otras palabras: Netanyahu & Co han creado de hecho una atmósfera en la cual Bar Kojba y Masada son más reales que la Unión Europea, las Naciones Unidas, la Liga Árabe y el resto del mundo. El país parece comprar con su mitología, que el mundo está ahí para entendernos y, que como finalmente lo dijo claramente Netanyahu, el conflicto Israelí-Palestino es insoluble.
Viviendo en el 2011, no sabemos a que se parecerá el futuro. No sabemos si Netanyahu y Lieberman, como preocupa a Peres, destruirán el sueño sionista de un país judío y democrático, o si, después de años inútiles de aislamiento internacional, Israel recuperará un gobierno con objetivos pragmáticos que salvarán al país.
El misticismo mesiánico y el falso heroísmo ciego de Bar Kojba se han apoderado de la imaginación de Israel. Debemos esperar que las consecuencias no sean tan catastróficas, y que la historia no se repita.
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