La violencia
en los Territorios Ocupados no es diferente a otras violencias, no difiere de
ninguna otra ocupación. No conozco ocupaciones morales prolongadas en el tiempo
y que no distorsionen las conductas y enfermen a las sociedades ocupantes. La
ocupación deshumaniza, se puede llegar a hablar de hechos aberrantes con total
naturalidad, con el agravante que mucha gente no quiere escuchar, ni pensar en
el tema y menos ver. Las ONGs organizamos recorridos y encuentros para esos
fines, entre otras acciones que llevamos a cabo. Esta deshumanización ocurre
sin que el actor se aperciba de ella. Avanza sola, insidiosa, gradual e
inexorablemente. No pongo en duda la necesidad de la seguridad, ni profundizo
un conflicto de 120 años. Me detengo en un aspecto que atañe a
la salud de todos. De los palestinos y de los israelíes. Se
cuenta que 1948, en medio de la Guerra de la Independencia, el poeta
Nathan Alterman escribió una canción sobre a los soldados israelíes, que se
excedían en sus acciones más allá de lo racional en estas
circunstancias. El primer ministro Ben Gurión ordenó que una copia del
poema de Alterman se enviará a todos los soldados para que se enteraran de la
cuestión y ordenó medidas en el momento.
Hace unas semanas el cantante Izhar Ashdot
lanzó un tema en su nuevo álbum, "Habitual" se llama, escrito por su
esposa Alona Kimhi. Da cuenta de lo que un policía de frontera registra
habitualmente en su quehacer, no la transcribo completa pero sí textualmente
los conceptos, algunos de ellos solamente: "aprender a matar es una
cuestión de impulso, es empezar poco a poco y luego sigue... Al principio
es sólo un ejercicio, golpear con la culata en la puerta, los niños
y la familia sorprendida y asustada ... Corazón palpitante,
miedo, sabe que en el futuro será más fácil. No es un hombre,
no una mujer, son sólo objetos, sólo una sombra. Aprender a matar es una
cuestión de costumbre... Aprender crueldad es una cuestión de impulso, se
inicia en forma reducida y luego aumenta. Cada niño es un
hombre, las victorias son codiciosas. Los brazos, las piernas traseras la
diferencia. "El comandante, Yaron Dekel, a cargo de la Radio del
Ejército Galai Tzahal- no permitió tocar la canción en la
estación " porque su contenido daña la moral de los soldados de las
FDI que sacrificaron sus vidas por la seguridad del Estado ", declaró.
Siguió un camino contrario al que entonces prefirió Ben Gurión. El primer jefe
de gobierno no era precisamente muy permeable a las críticas, pero ante esta
situación similar extrema, actuó pertinentemente. Más allá de lo que Alona
Kimhi describe sobre el accionar en Hebrón y aledaños, y lo que no quiere ver
la sociedad israelí en términos generales, es verdad ahora la sospecha del
comandante a cargo de Galei Tzahal, la canción se convirtió en una
amenaza. Todos sabemos que prohibir crea tentaciones y ésta llamará la
atención. Por otra parte es la hora de dejar de vivir en una fortaleza, colgar
la armadura y darse cuenta que adentro si todavía está, habita un ser humano al
que debemos venerar. Para ello hay ciertas obligaciones que son compatibles con
nuestra seguridad.
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y
Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Militante
por la coexistencia judeo-árabe y un camino alternativo a la globalización
neo-liberal. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv).
Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias
Políticas).Derechos reservados: Instituto Campos Israel ISBN963-03- 0316-
2 מסת"ב
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