La propuesta es un Israel para todos los israelíes, un Israel para todos sus ciudadanos. Para los electores que llevan en sus corazones los valores de la izquierda: paz, justicia, igualdad, democracia, derechos humanos para todos, feminismo, protección del medio ambiente, separación entre estado y religión. Hablo de una izquierda renovada que defina un nuevo modelo del Estado de Israel, con una sociedad civil participativa. Soy un israelí postsionista, no antisionista.
miércoles, 26 de enero de 2011
Mordejai Anilevich: Líder De La Rebelión
Fue el guía, conductor, líder de la Rebelión en el Gueto de Varsovia durante los terribles días de la opresión nazi en Europa y mostró a la faz del mundo un judaísmo combatiente que en total inferioridad de condiciones físicas se alzó contra la maquinaria más sanguinaria del militarismo en la historia. Mordejai Anilevich (cuyo nombre también puede hallarse como Mordejay Anielewicz) vivió en la época de la Shoá, lo que quiere decir en el punto más notorio de la criminalidad nazi. Fue la fuerza joven que supo organizar la resistencia y enarboló una antorcha que nunca se apagaría. Tuvo siempre a Eretz Israel en la mira de la realización de la vida judía.
El hogar
Oriundos originariamente de Galitzia, los Anilevich se instalan en un humilde barrio de Varsovia al terminar la Primera Guerra Mundial. Mordejai es el hijo de Abraham Anilevich y Cyril Zeldman. Tiene tres hermanos: un varón, Pinjas -menor que él-, y dos niñas: Eva y Frida.
Cuando la mamá enferma de tuberculosis, los médicos le aconsejan que se muden a una región donde haya un pinar, por lo que se trasladan desde Varsovia a Wyszkow, que está rodeado de grandes bosques.
Nace allí -hace noventa años- en 1919, Mordejai, quien lleva el nombre del fallecido abuelo materno.
Humilde posición
Una vez restablecida su salud, la madre retorna con los suyos a Varsovia, viviendo en la calle Stolec en el humilde barrio obrero Powisle. Los abuelos paternos ayudan a Abraham para abrir una tienda de comestibles y verduras, lo mismo que para viajar por distintas aldeas y poder adquirir la carne que vende a sus vecinos.
Al crecer, Mordejai colabora en la tienda y hace el reparto del pan antes de ir a la escuela, donde incluso a veces asiste sin antes haber comido.
Es un niño flacucho, debilucho, a quien la mamá le prodiga enormes cuidados.
Fortalecido
Con el crecimiento, paulatinamente Mordejai se vigoriza, transformándose en muchacho atlético y fuerte. Asimismo, es un aventajado alumno en la escuela estatal.
Tiene curiosidad social. Muy observador, con sentido del humor, pronto reconoce los hábitos de los parroquianos de las tabernas.
En su barrio hay tiendas a las que concurren desde distintas zonas, para comprar allí los cueros de la cerda para sus fábricas de cepillos.
Muchas transacciones se llevan a cabo en las tabernas, casi siempre atestadas de joviales -cuando no ebrios- parroquianos.
Judeofobia
Es un barrio de pocos judíos, que por lo general viven en casas agrupadas, rodeados de obreros y algunos artesanos. Muy festivos, muchos de estos mercaderes se emborrachan y cantan a voz en cuello por las calles, incluso en horas de la madrugada.
Y abundan las pandillas, los “juligans” (de aquí proviene el término inglés “hooligan“, gamberro) y distintos tipos de malechores y hampones. “¡Zid!” (Judío) es gritado con enorme carga de desprecio por individuos de toda laya. Y también la discriminación se manifiesta cuando los quieren fuera del país: “¡Judíos a Palestina! ” es una clásica consigna de los irascibles iletrados antisemitas. En distintas oportunidades, les cortan las barbas a los religiosos, les apedrean los vidrios de las tiendas, y cometen otras fechorías de rutina.
Bravura
Para llegar a la escuela los niños judíos tendrían que sortear diversos escollos, atravesando calles donde los atorrantes los hostilizan. Mordejai los enfrenta, incluso en desventaja numérica o ante chicos mayores que él. Por su bravura, más de una vez le dicen “¡No pareces judío!“. También aprende a tenderles celadas.
“Bandas” de niños y adolescentes analfabetos, no tienen habilidad en el aprendizaje escolar pero en cambio saben conseguirse tabaco y alcohol, exigiendo por la fuerza que los niños judíos les entreguen dinero.
Asimismo el grupo de niños judíos también se organiza y consiguen que por un tiempo los grupúsculos de atorrantes los dejen en paz.
Recomendación
Él quiere continuar estudios en el Ciclo Medio, y el padre no quiere que lo haga, porque entiende que debe ayudar en el hogar. En la casa no hay fondos para costear la escuela secundaria que establece un arancel, pero la madre quiere que Mordejai “sea alguien en la vida” y toma la iniciativa de entrevistarse con el director de la escuela primaria, que lo valora mucho. Y consigue de éste una carta de recomendación destacando las cualidades del niño. La madre recorre vanamente por varios establecimientos, dado que ninguno le concede el acceso a una enseñanza gratuita. Hasta que finalmente tiene éxito con el director del Colegio Laor, el Dr. Tenembaum, que conmovido por los ruegos de la Sra. Cyrl, acepta un simbólico pago, posibilitando la incorporación de Mordejai.
En esta escuela judía se discute acerca del antisemitismo, y también se difunden ideales sionistas de consustanciación con la “aliá” a Eretz Israel.
Activismo Sionista
En la casa tiene que ayudar con las tareas y la limpieza, colaborar en la tienda con la madre y hacer el reparto. Es buen estudiante, pero comienza su militancia en el Sionismo y por reuniones políticas muchas veces falta a la escuela.
En altas horas de la noche, a la luz de una pequeña lámpara de querosén se dedica a repasar sus lecciones. Los libros no los puede comprar y va a estudiar a casa de sus compañeros, a los que más de una vez ayuda a entender los textos.
El Sionismo es desde temprano un vigoroso ideal de Mordejai Anilevich. Si como ya hemos visto en el Primer Cuatrimestre de este Curso, Menajem Beguin se inicia en el Hashomer Hatzaír para pasar luego al Betar, con Mordejai Anilevich se da el proceso inverso: con todavía muy precoces 13 años de edad comienza su activismo en el Betar, pero al poco tiempo se persuade de que su pertenencia a las filas del Movimiento Sionista está más acorde con las formulaciones del Hashomer Hatzaír (El Joven Guardián), agrupamiento de ideas socialistas. Algunos autores suponen que Iosef Szamir, estudiante de la Universidad de Varsovia es quien incide en este cambio de agrupación que efectiviza Mordejai.
Si ya en la escuela era el que hablaba en representación de su clase, también aquí demuestra pronto dotes para el liderazgo y la organización.
Lidera el grupo “Jazit” (Frente), y, poco después, crea el grupo “Méred” (Rebelión), que crece incorporándose a una “kvutzá” (grupo) más grande, “Tel Amal“.
Mirando a Mira
Carismático, de camisa blanca y cuello abierto, pantalón oscuro, se lo ve transitar con seguridad y aplomo. Los jóvenes lo siguen incondicionalmente. Y las muchachas quieren que deposite sus ojos en ellas. Con franqueza responde en una oportunidad que el trabajo, la tarea organizativa y el estudio ocupan todo su tiempo.
Sin embargo, sí hay una muchacha a la que mira… ya que poco más tarde es ganado por la especial simpatía de Mira Fukrer, hermana de una activista que es “janijá” (alumna) de él. Es Mordejai antes que ninguno el primero en advertir las condiciones de liderazgo de esta joven chica. Al lado de él, ella pronto tiene también responsabilidad ejecutiva. Y, entre ambos dirigen a cerca de un millar de niños.
Campamento
Los alumnos mayores de distintas escuelas parten en Campamento durante las vacaciones. Reciben allí una instrucción semi-militar. Los instructores son oficiales del ejército, y prevalece entre ellos el antisemitismo, al igual que en muchos de los compañeros de estudios de Mordejai.
En 1937 en Polonia hay quienes quieren tener fraternales vínculos con la Alemania nazi. Los instructores estigmatizan a los judíos como cobardes, endilgándoles que en caso de guerra los polacos no pueden confiar en ellos. En ese campamento los judíos son alojados en aposentos separados del resto de sus compañeros.
Reacción y sentencia
Un día, no estando los muchachos judíos en su aposento ingresan allí los provocadores y se apoderan de varias piezas de los fusiles, para demostrar que los judíos son irresponsables y que no se puede confiar en ellos.
Mordejai organiza a los jóvenes judíos para la pronta recuperación de aquellas piezas. Al ingresar por la noche al sitio donde duermen los asaltantes, además de recuperar las pertenencias, les dan una aleccionadora tunda (golpiza), huyendo los antisemitas -incluso a medio vestir-.
Luego los directores del Campamento improvisan un Tribunal, juzgando no ya a los culpables del robo, sino a los judíos por la represalia. Pese a que el comandante del campamento reconoce que los judíos están en su derecho a la defensa, el veredicto sentencia la separación del campamento de Mordejai Anilevich, que lidera la valiente actitud por la causa de la justicia.
Otro activista sionista, Shmúel Braslaw afirma por esa época: “Si Mordejai no fuera judío, llegaría a general“.
Invasión nazi
Desde el 1º de septiembre de 1939, es tremendo el bombardeo en Varsovia, en particular sobre las calles de los barrios judíos. Por una orden de un general polaco aliado de los nazis invasores, los jóvenes en edad militar deben dejar Varsovia.
El 7 de septiembre Mordejai junto a otros jóvenes judíos intenta llegar a Rumania para desde ahí trabajar en pos de la “aliá” de los judíos a Eretz Israel. Pero en Kuty cae prisionero de los soviéticos. Liberado más tarde, vuelve a Polonia y ya desde comienzos de 1940 su acción se lleva a cabo en la clandestinidad. Entra en contacto con otros líderes de los movimientos clandestinos judíos, como Arie Wilner que organiza al judaísmo en Vilna (hoy capital de Lituania, que entonces pasa a ser parte de la Unión Soviética). Retorna a Varsovia y se reencuentra con Mira.
Cuello al viento
Vistiendo su camisa blanca de largo y abierto cuello al modo en que lo usan en el Kibutz en Israel (en Polonia este rasgo caracteriza la vestimenta del poeta nacional Juliusz Slowacki), joven alto y de físico atlético, ojos celeste-grisáceos de mirada ensoñadora y rostro que expresa energía y gran voluntad, es así descrito por Jonas Turkow, que lo conoce en febrero de 1940. Turkow es entonces un hombre de 41, algo más del doble de la edad del joven Mordejai, que allí tiene 20, y que llega hasta ese dirigente judío para pedirle que no se ubique más gente en la casa de la familia Szafirsztein, en el número 6 de la calle “Leszno“.
Esta vivienda es amplia y en estos tiempos de estrechez los dirigentes piensan ubicar allí refugiados, familias judías cuyas viviendas han sido destruidas. Ignora Turkow el verdadero objetivo de ese pedido del joven Anilevich. Sólo mucho más tarde se enteraría de que allí funcionaban una radio y una imprenta clandestinas del movimiento de resistencia judío.
Combate
En lo que hace a la actitud frente al antisemitismo, desde temprano Mordejai Anilevich tiene como consigna -que hacen suya los activistas que lo acompañan- que con el fascismo no se discute, sino que se lo combate.
Asimismo, en lo que hace a sus ideas sobre determinadas actitudes grupales, es interesante lo que en una carta del 11 de marzo de 1940 le escribe a un compañero de militancia; allí afirma respecto de la ayuda que algunos grupos reciben de las organizaciones judías -como el Joint, por ejemplo-: “… Si bien la ayuda es una cosa bendita, deben tener cuidado con la Psicología que se forma a causa de esto en un refugiado… hay que cuidarse de no adquirir la actitud de que todo nos corresponde y que todos deben ayudarnos; esto sería algo maldito, ya que mata en las personas la propia iniciativa creadora“.
Enfrentamiento
A comienzos de 1941 se enfrenta a las autoridades de la Alemania nazi que mandan en la Polonia ocupada. Ordena a los miembros del Hashomer Hatzaír que dejen de ir a los llamados para cubrir lugares de trabajo. Una noche elude a la Gestapo, que no consigue atraparlo.
Entre marzo y abril de 1942, junto a algunos “javerim” crea el Grupo Antifascista, en el cual surgen divergencias entre sectores de diferentes ideologías.
Algunos plantean la lucha de guerrillas en el bosque, pero Anilevich entiende que no se puede dejar librados a su suerte a los judíos que aún quedan en Varsovia (60.000 de los 350.000).
Lucha armada
Luego de una gran deportación masiva, su idea de la rebelión armada en el gueto ya es aceptada por la mayoría de los resistentes.
El 28 de julio de 1942 es creada la ZOB (Zydowska Organizatsia Bojowa), Organización Judía de Combate.
Asesinados Iosef Kaplan -jefe del Hashomer Hatzaír- y el mencionado Shmúel Braslaw, en noviembre de 1942 el joven Mordejai es elegido Comandante en Jefe del Comité Coordinador de la Resistencia Judía.
Tras algunos intentos fallidos para obtener la colaboración de los combatientes gentiles polacos, logra finalmente establecer contacto con los hombres del Ejército de Polonia Libre -que comanda el Gral. Anders desde el exilio, en Londres-, y de esa manera obtiene algunas armas que le destinan desde la parte gentil de Polonia.
En la clandestinidad, igualmente el joven Mordejai Anilevich trabaja intensamente en la educación. Y es responsable de la edición de la publicación “Negued Ha Tserem“ (Contra la Corriente).
Enfrentamiento
Luego de una nueva deportación masiva de los judíos varsovianos (en gran cantidad eran enviados a los campos de la muerte, como Treblinka) es designado por sus compañeros como Comandante en Jefe para organizar la batalla por las armas. El día 15 de enero de 1943 la Schutzpolizei (Cuerpo de Policía) trae un millar de gendarmes, que realizan muchos arrestos. Cuando tres días más tarde, llega la orden de desalojo del gueto, la ZOB decide desobedecer. Anilevich y otros valientes se juegan la vida cuando una gran cantidad de judíos es trasladada al “Umschlagplatz ” (de ahí se los lleva a los campos de exterminio). Abriendo fuego a diestra y siniestra consiguen abrirse paso, y la resistencia con gran arrojo posibilita la huída de muchos judíos. Sólo con revólveres y mal pertrechados contra el cruel ejército asesino de los que en ese momento se adueñaban del mundo, se produce ese día el primer gran combate de fuego. Resisten heroicamente, y al cuarto día del Alzamiento Judío los nazis se ven obligados a suspender la deportación. Mueren muchos activistas en este combate. Los alemanes se habían propuesto trasladar treinta mil judíos, pero sólo pudieron llevarse siete mil. Fue la primera demostración de que ya nada les sería fácil a los criminales nazis.
Anilevich, Vilner, Goldstein, Zukerman, Gueler, Rotblat y otros fueron en distintos momentos los responsables de generar conciencia sobre la importancia de la lucha armada judaica contra los opresores nazis.
El Levantamiento
Los meses siguientes son decisivos para librar una frontal batalla de fuego. El Levantamiento se produce en la víspera de Pésaj, el lunes 19 de abril de 1943. Son poco más de doscientos combatientes judíos muy mal armados, sólo con armas livianas y con no muchas municiones. Pero con la fuerza que da saber que se lucha contra la opresión, la injusticia, el asesinato masivo de su pueblo.
Sueño cumplido
En el cuarto día del Heroico Levantamiento del Gueto de Varsovia, le escribe a Itzjak Zukerman: “ El sueño de mi vida se ha cumplido. La Autodefensa Judía en el Gueto ya es un hecho; la resistencia armada es una realidad. Soy testigo de los actos heroicos de los sublevados judíos“. Digamos también, que Mordejai Anilevich no sólo fue testigo, sino fundamental protagonista de esta resistencia armada.
La lucha se extiende casi por un mes, en un Levantamiento heroico que le significó un gran número de bajas a los genocidas nazis.
Caído en combate
Tuvia Borzykowky regresa al lado ario para trasladar allí a los heridos, y cuando llega con Mordejai Grovas y Tzivia Lubetkin al búnker de Mila 18 advierten el tremendo cuadro, con los cadáveres de Mordejai Anilevich -muerto el 8 de mayo de 1943-, de Mira Fruker y de otros combatientes. Era un joven de 24 años al que le tocó vivir la más cruel época, y que supo ir al combate con la frente en alto, enseñándole el mismo camino a sus “javerim” y a su pueblo.
En su memoria
En Israel en su memorial, el escultor Natan Rapaport levantó una estatua que lo muestra como un guerrero de la justicia, en el Kibutz Iad Mordejai. Èste como también el Kibutz Neot Mordejai, en el Galil, portan ambos el nombre “Mordejai“ en homenaje a Mordejai Anilevich.
Todos los judíos y todos los hombres y mujeres de buena voluntad le rinden Homenaje a su Valor y Heroísmo.
http://www.hagshama.org.
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