domingo, 23 de enero de 2011

Día Internacional de Recordación del Holocausto, no más mayorías pasivas y silenciosas


Por Carlos Braverman
Naciones Unidas instituyó el Día de Recordación del Holocausto que se conmemora cada 27 de enero (es la fecha que corresponde a la liberación de Auschwitz). La ONU se propuso así asegurar que las lecciones del Holocausto nunca sean olvidadas, la resolución 60/7, condena sin reservas todas las manifestaciones de intolerancia religiosa, incitación, acoso o violencia contra personas o comunidades basadas en el origen étnico o las creencias religiosas, dondequiera que tengan lugar. Rechaza toda negación, ya sea parcial o total del Holocausto como hecho histórico, e invita a que El Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto sea una reafirmación de la adhesión universal a los derechos humanos.
La vida me enseñó a ser cauto en el entusiasmo de las declaraciones de intencionalidad al mismo tiempo que a reafirmar por siempre mi optimismo en el futuro de la humanidad, a pensar que no sólo el futuro puede ser mejor sino que debemos construir esa opción de futuro todos los días y que sin ella éste no podrá llegar. Me llevó también la vida a confiar en la legitimización de las premisas de bienestar, equidad y justicia por vía de toda jurisprudencia posible y también a sostener que la lucha por esos principios no tiene otra alternativa que un camino sin solución de continuidad. Pienso también más en el presente que se entrampa en la historia, que en el pasado de luto con que ésta nos envuelve en oportunidades como la que recordaremos el 27 de enero próximo. En este sentido la lucha contra lo que representó el Holocausto continúa y deberá continuar.
Fue la expresión máxima del capitalismo que sistematizó e industrializó la muerte para cimentar su eficacia, sentando las bases por excelencia del crimen contra la humanidad, que es la negación de la condición humana a miembros de un grupo de hombres en virtud de la aplicación de una doctrina. Es decir, avalar el asesinato sistemático en base a una ideología que niega a un colectivo el derecho de vivir su diferencia, ya sea de origen o adquirida, atentando contra la propia dignidad de cada uno de sus miembros, que es la esencia del género humano. Se calcula que murieron víctimas de este exterminio alrededor de 6 millones de judíos, junto a unos 800.000 gitanos, 4 millones de prisioneros de guerra soviéticos o víctimas de la ocupación que fueron también objeto de exterminio sistemático, polacos y otros calificados como asociales de varias nacionalidades (presos políticos, homosexuales, discapacitados físicos o psíquicos, delincuentes comunes, etc.). De modo que se estiman que 11 o 12 millones fueron las víctimas del Holocausto.
En síntesis, el odio al pueblo judío fue emblemático en esta oscura etapa irracional de la historia pero lo acompañó en la desgracia cuanto segmento de población fue considerado necesario para los planes de la industria criminal nazi- fascista al servicio de la más tenebrosa fórmula para optimizar el rendimiento del capitalismo, sucumbiendo así ante esta lógica industrializada del terror y la muerte.
Es mucho aún lo que se debe hacer para revertir este lúgubre legado y es poco lo que avanzamos.
Las guerras fraticidas de lógica geoeconómica imperialista, el terrorismo de estado y otras variantes de la ideologización del crimen, es decir de convertirlo en actos de lesa humanidad no han cesado sino por lo contrario han aumentado.
Treinta y cuatro conflictos bélicos activos, 1,400 Billones de dólares relativos al comercio mundial de armas, unas 650 mil víctimas fatales al año producto de estos conflictos y 2.7000 millones de víctimas potenciales y colaterales de ellos entre las cuales pueden haber fatales o no, hablan por sí solas del tema. La lógica capitalista del rinde y multiplicación del capital se encuentra enhebrado en estos conflictos.
Según el mismo Pentágono, revela que los estadounidenses poseen u ocupan entre 700 y 800 bases militares en el mundo con un total de 255.065 efectivos militares. Este último país divide al mundo en 6 zonas militares a través de lo que entiende el “arco de conflictividad permanente”. EEUU camina así hacia las reservas de petróleo en los Urales, Caspio y Sureste Asiático custodiando los 19 gasoductos y oleoductos que dictan la política mundial dejando en el camino las consecuencias que mencionamos, o sea miles de víctimas en conflictos necesarios para estos fines y fatales para los pueblos. Una cifra que oscila en alrededor de 3.500 millones de pobres en el mundo víctimas de la concentración de la riqueza, con reducción total de los derechos civiles y humanos es otro testimonio del estado de cosas.
Según Amnesty 2300 ejecuciones legales se produjeron en el mundo de acuerdo su último informe, más de 80 países recortaron la libertad de expresión y hay presos de conciencia en por lo menos 50 países. La historia se sigue repitiendo, pero la iniciativa de la ONU y el recuerdo a los mártires del holocausto son reparatorios e invitan a reflexionar no sólo sobre la historia sino también sobre la actualidad, más en esta época de fanatismos fundamentalistas que hacen de la ideologización del crimen una bandera indiscutible para consolidar su existencia.
Una vez comenté que los luchadores de los Guethos se lanzaron a la resistencia gritando: por nuestra y por vuestra libertad.
Sabían que se ofrendaban en sacrificio, pero querían abrir un camino concreto, un legado y creo que el mejor homenaje hacia ellos es comprender que cuando un oprimido lucha por su libertad, es por añadidura la libertad de todos. Los amantes de la justicia y la equidad debemos entonces comprometernos con ellos donde se encuentren.
Como reto existencial para un porvenir rescatado de la trampa de la historia, nada mejor que interpretar a aquel Sartre que nos legó un pensamiento clave: ojalá haya llegado el momento de decir que se acabaron las mayorías pasivas y silenciosas.
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judéo-árabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv).
Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).

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