miércoles, 6 de marzo de 2013

Bases afectivas de la dominación: más allá del marxismo y el psicoanálisis

La existencia de adhesiones a ideas irracionales, como el fascismo o el capitalismo, han intentado ser abordadas mediante distintas formas de combinación, entre la obra de Marx y diferentes formas de psicoanálisis. En este sentido intentos conocidos son los de Erich Fromm, con su psicoanálisis humanista, el de Wilhelm Reich que analiza la función de una sexualidad reprimida, como mecanismo de control y el más actual, el del filosofo Slavoj Zizek que realiza una explicación desde la teoría del fetichismo de la mercancía de Marx y el psicoanálisis de Lacan.
En el caso de las obra de Reich se le puede considerar una herramienta inadecuada para comprender la realidad actual, debido a que si bien alguna vez el control de la sexualidad jugó un papel importante como sistema de control social, actualmente vemos el fenómeno contrario su mercantilización.
En cuanto a la obra de Fromm se puede apreciar un avance al incorporar una compresión interactiva entre ideología, condiciones socioeconómicas concretas y psicología individual que configura un psicoanálisis cultural, sin embargo en un intento de salir del biologicismo de Freud, deja de lado la dimensión biológica y afectiva que ya había señalado Reich, abstrayéndola en dos fuerzas una orientada a la vida (biofilia) y otra a la muerte (necrofilia).
Zizek se hace cargo en forma parcial de las objeciones realizadas a Fromm y Reich, al incorporar el psicoanálisis de Lacan que difiere bastante de las versiones de psicoanálisis, antes citadas, pero recupera el dilema sobre la necesidad de dominación y sumisión que aparece en la obra de Fromm.  Zizek lo enuncia como un conflicto entre asumir nuestra condición de vulnerabilidad como seres vivos o convertirse en un garante omnipotente de una aparente moral absoluta y verdadera. Para este autor el capitalismo mediante el fetichismo de la mercancía rompe todas las relaciones humanas transformándolas en relaciones económicas, perviviendo el nacionalismo como una forma patológica, que intenta sustituir la exposición a ese vacío cultural, recreando de manera forzosa un mito de comunidad.
El capitalismo “tardío” introduce una modificación evitando identificaciones con un líder omnipotente, que es sustituido por una tecnociencia anónima y aparentemente neutral, en que se exacerba la trasgresión de lo que antes era prohibido (sexualidad, formas de vida antes sancionadas, etc.), produciéndose una biopolitica, que administra los deseos de las personas, pero a la vez los despoja de su iniciativa, al convertirlos en sujetos pasivos que se abandonan en la administración anónima de esta tecnociencia. Una idea bastante semejante a la de Guy Debord, sobre la diversificación de la imagen del líder en múltiples mercancías, supuestamente capaces de satisfacer todas las ilusiones posibles, es lo que él describe como el paso de un espectáculo concentrado a uno difuso.
De esta forma Zizek señala que el discurso del igualitarismo que presenta el capitalismo, mediante la democracia formal, es una forma de totalitarismo en que sucumbe tanto lo individual y lo universal, ya que se rompen los lazos que nos unen y desaparecen aquellos aspectos que nos diferencian, en contraposición Zizek plantea una visión en que lo universal, es la búsqueda de lo que tenemos en común a partir de aquello que nos hace únicos.
La comprensión de la situación actual que realiza Zizek me parece adecuada en el sentido que recupera el dilema planteado por Fromm pero realizando una aguda critica a la idea del igualitarismo, sin embargo al emplear el psicoanálisis de Lacan centrado exclusivamente en el lenguaje y en lo simbólico, reintroduce la misma mutilación del ser humano que efectúa el postmodernismo, de esta conversión del ser humano en un artefacto simbólico se ramifican una serie de ideas en Zizek, que en mi opinión contribuyen a limitar las posibilidades de emancipación integral del ser humano, al contemplar como unidad de análisis esta abstracción.
Entonces la pregunta obvia es, ¿Que es lo que se está mutilando? y la respuesta ya se la anticipo hace mucho Reich, y la respuesta es nuestro cuerpo y afectividad el terreno concreto en que se administra la biopolitica, sin embargo el control de la sexualidad no es un mecanismo principal de coerción en estos momentos. Esta incongruencia se resuelve en lo más concreto, que son los afectos, los que son un fenómeno psicofisiologico que están a la base de cualquier discurso simbólico o de cualquier forma de relación social, ya sea mediante el control de la sexualidad o el fetichismo de la mercancía.
Este detalle es lo que permite pensar en una transformación mucho más radical que la que puede vislumbrar Zizek con su visión de una administración lo más humanitaria posible del sistema, me explico: En la obra de Zizek persiste la visión central del psicoanálisis, de un ser humano fracturado entre deseos inconscientes e irracionales que requieren ser armonizados con una realidad externa, y en el caso del psicoanálisis de Lacan esta fragmentación navega en un nivel “real”, “simbólico” e “imaginario” donde dentro de las 3 categorías se vuelven a combinar todas entre sí en forma interdependiente como 3 anillos unidos (nudo borreo).
Estas unidades de análisis basados en lo simbólico y en lo inconsciente y conciente, pueden considerarse ficticias, básicamente porque la neurociencia contemporánea ha descubierto que no existe algo como una separación entre mente y cuerpo, siendo nuestro cuerpo el que al actuar pone en funcionamiento grupos descentralizados de neuronas y desde ahí emerge un fenómeno que es nuestra mente.
El neurobiólogo Francisco Varela lo describe como un país cualquiera que solo existe como fenómeno cuando sus miembros interactúan, sin embargo el concepto de país no lo puedo encontrar en ninguna parte ya que carece de una encarnación concreta. De esta manera más nuestro cerebro y cuerpo funciona como una sinfonía musical en que cada instrumento armoniza con otro.
Esta unidad mente y cuerpo tiene una continuidad en la acción, sin embargo en cuanto a su contenido, de acuerdo a las investigaciones de este científico varia a cada instante, deshaciendo las conexiones neuronales de un momento, para pasar a otras tal como si se cambiara la melodía de la sinfonía a cada momento. Todo este movimiento continuo nos da la sensación de identidad, si no existiera este movimiento seriamos rígidos completamente como un cadáver.
Cuando somos reproducidos por una cultura, ya sea basada en la coerción o en la administración de deseos, lo que incorporamos no “mentalmente” sino en nuestro hacer es un libreto o repertorio de comportamientos limitados que nos “rigidiza” ,eso es lo que erróneamente ha sido llamado “alienación”, ya que simplemente es una pauta comportamental, afectiva y perceptual, mas cuya particularidad no es generar una sensación de “extrañamiento de uno mismo”, sino que limita nuestra capacidad integral de espontaneidad.
Zizek basándose en la física cuántica, piensa que estos niveles simbólicos de Lacan tienen por objetivo protegernos del vacío total que existe, de ahí que en esa homogeneidad general, ya sea el amor o una construcción cultural, surgen como “anomalías” que nos cuidan de estos temores “inconscientes”. En realidad hacer un corte teórico en ese vacío implica tratar de entender la idea de sinfonía musical congelándola y examinando uno a uno, como los instrumentos funcionan, como si esa fuera la realidad fundamental, cuando en realidad a diferencia de la física que parte de un universo inerte hacia uno vivo, el neurobiólogo Varela considera el fenómeno de la vida como un movimiento inherente al universo mismo.
Esta diferencia de entender la mente como una propiedad emergente de nuestra actividad concreta desde una tonalidad afectiva, que da el marco motivacional a nuestros pensamientos, en contraste con la idea de una mente fragmentada en un laberinto de niveles que deben extraer del exterior determinados símbolos para consensuarlos con las demás personas, nos da resultados disimiles a la hora de la transformación de la realidad, ya que si tenemos un ser humano conflictuado entre su irracionalidad y racionalidad o entre su conciente e inconciente las posibilidades de emancipación integral son bastante modestas.
En cambio si nos respaldamos en la evidencia experimental nos encontramos con una unidad mente-cuerpo, que puede ser modificada desde sus afectos más profundos, si es alterado su hacer mismo, a la vez que se rompe con esta visión fragmentada del ser humano que existe en el psicoanálisis, y recuperamos un ser humano no conflictuado ni de dentro de sí, ni con el exterior, ya que puede dirigir su atención en forma tranquila hacia sus afectos y las ideas que emergen desde ahí.
Un ser humano capaz de usar sus sentidos en el presente inmediato, derrumba las construcciones simbólicas, pensando desde una racionalidad afectiva, ese fenómeno de estar situado en el presente concreto, totalmente vaciado de conceptos previos al percibir y sentir un fenómeno, es el que recupera su espontaneidad y razonamiento critico, es el ser humano que percibe como una ficción todos los controles ideológicos, y que por lo mismo sería capaz de reconocer su propia individualidad y la de los otros, siendo conciente mediante la empatía de su interdependencia (tal como es descrita en el artículo anterior a este auto liberación integral y apoyo mutuo parte 2).
El vivir la mente como un fenómeno fragmentado y distinto al cuerpo, como lo describen de una u otra manera todos los psicoanalistas, no constituye nuestra condición natural, sino el efecto de la programación cultural, cuyo origen es intentar solucionar la propia condición de desamparo del ser humano, frente a su propia finitud dentro un ambiente siempre difícil de predecir. No existen  contradicciones entre fenómenos conciencientes e inconcientes, más bien tenemos una atención más rápida o menos rápida para responder a los afectos que nos perturban en todo momento, y toda ideología es una focalización forzosa en ciertos aspectos, destinada a limitar una percepción y acción distinta a la impuesta, de ahí la sensación de conflicto, es una necesidad de descentración sensorio-perceptual, que permita hacer algo diferente, capacidad que a larga se puede atrofiar casi totalmente hasta que se alcanza la sumisión, aniquilando la capacidad crítica.
La posibilidad de cambio radica en que si de cada ser humano, comunidad, etc. emerge un fenómeno como un sistema debido a sus relaciones sociales concretas y la base afectiva, el afirmar otro tipo de relaciones sociales basadas en el apoyo mutuo, alteraran el sistema que emerge, y a la vez este sistema cambiado altera otros componentes del sistema en esa dirección. Este cambio si parte desde modificar el hacer, ya que genera una reestructuración afectiva que permite afirmar una sociedad comunista o anárquica, ya que proporciona la base afectiva que hace innecesario adherirse a la jerarquía o una ideología hegemónica, porque soluciona nuestra condición de desamparo, afirmando una individualidad interdependiente, en que se reconoce lo que nos hace singulares y lo que tenemos en común con los otros.
De esta manera más que enfrentar en falsos dualismos lo racional frente a lo irracional, lo consciente frente a lo inconsciente, lo simbólico frente a lo concreto, reestructuramos nuestra afectividad, en una forma en que podemos mediante una atención dinámica mirar y actuar hacia adentro y afuera a voluntad, de esa flexibilidad en el actuar, pensar y sentir emerge un ser humano distinto, porque cambiara lo que somos estructuralmente, al comenzar a hacer cosas concretas diferentes, lo que además plantea la necesidad de una pedagogía libertaria que incorpore esta educación emocional, claramente no como cursis libros de autoayuda, sino como una educación para pensar usando nuestros sentidos, vaciándonos de conceptos previos para enfrentar un fenómeno, razonando en el presente cada situación, es decir usando nuestras facultades en sincronía con su propia biología, el evitar tal cosa es lo que está a la base de cualquier sistema de dominación .
Nuevamente es importante señalar que lo se pretende describir es una forma de generar una base cultural y material autónoma, desde una visión libertaria, que se oponga contra el sistema de dominación, que al alcanzar una masa crítica rompa el consenso de la ideología dominante, pero que en ningún caso excluye el enfrentamiento violento, porque evidentemente la clase dominante no renunciara a sus privilegios en forma voluntaria. Pero si puede contribuir a afirmar un mundo distinto desde lo más profundo de las personas, a la vez que se reduce lo más posible la violencia, que es un medio para un fin.
video recomendado: Entrevista a Francisco Varela
parte 1  https://www.youtube.com/watch?v=jV7V4ePlR8A
parte 2 https://www.youtube.com/watch?v=0FQQa6aLDAc
parte 3 https://www.youtube.com/watch?v=Zq7toE-Je9k
http://elvirusdelasubversion.blogspot.com.es/2013/03/normal-0-21-false-false-false-es-x-none_4.html
De: http://www.portaloaca.com/articulos/opinion/7063-bases-afectivas-de-la-dominacion-mas-alla-del-marxismo-y-el-psicoanalisis.html
Escrrito por humanizer

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