miércoles, 19 de octubre de 2011

Shalit y la respiración asistida por Carlos Braverman


Shalit volvió a nuestro país y cientos de prisioneros palestinos hasta completar la cifra de 1027 regresarán a sus hogares o por lo menos están abandonando las prisiones de Israel.
Hay que conocer a cada uno de los que integran las listas para poder dilucidar el dilema ético o problema moral que suscita este acontecimiento.
También hay que profundizar el contexto político que da lugar a este intercambio.
Escribí hace poco que Netanyahu sabe que Israel necesita un retoque de su imagen después del discurso de Abbas en la ONU y que si Hamas aceptó un acuerdo sobre Shalit es porque se estaba sintiendo también acorralada en un rincón por el presidente de la ANP.
El acuerdo sobre Shalit revaloriza al alicaído Hamas a los ojos de los palestinos, mientras el gobierno de Netanyahu está haciendo lo posible por devaluar a Fatah.
Mientras tanto Benjamin Netanyahu, ha tomado una iniciativa que tira abajo los esfuerzos internacionales para superar el estancamiento actual en el proceso de paz.
Pocos días después de que Israel fue reprendido por los líderes del Cuarteto sobre la construcción prevista en el barrio Jerosolimitano de Gilo, en la Línea Verde de 1967 y después de que pidió al Gobierno que se abstenga de similares medidas unilaterales, el primer ministro ha encontrado una nueva manera de provocar así a los palestinos, enlodar el camino a Abbas y dar espacio a las contraofensivas políticas de Hamas contra la ANP.
Pero se supo también del progreso de un plan para crear un nuevo barrio en Jerusalén más allá de la misma Línea Verde. Este barrio por su ubicación sería el mayor obstáculo para un acuerdo sobre Jerusalén por el trastorno que genera en la continuidad territorial de las poblaciones palestinas.
Un alto funcionario de Hamas, se burló de la propia Autoridad Palestina por los intentos fallidos para lograr un acuerdo con Israel como el que su organización alcanzó prodigiosamente.
No se sabe lo que Hamas ahora va a hacer con su incrementado capital político. Pueden volver a la política palestina con una mano mucho más fuerte para jugar la partida, o se quedan recluidos y fortalecidos en su propio feudo en Gaza. Hace unos meses Hamas comenzó la emisión de visados para la entrada en el territorio de Gaza.
Es motivo de interrogación cómo la organización más radical y tajante enemiga de Israel al punto de no reconocerlo oficialmente, logra arrancar del gobierno más derechista de este país en las últimas décadas un acuerdo sin par y de total desventaja para este.
Acabo de ver la televisión palestina y el contraste entre el fervor en Gaza y en Cisjordania es muy marcado, tanto como la euforia de Haniye , jefe de Hamas y el módico como forzado guiño triunfal de Abbas en los actos de Ramallah.
Fortuito o no hay un enroque entre dos extremos poco sanos para el bienestar de la región.
Netanyahu y Hamas obtienen claramente un rédito nada desdeñable de esta operación y veo muy incómodo para mis convicciones que Shalit sea el instrumento para la respiración asistida que oxigene proyectos y caminos que no favorecen a ambos pueblos, ninguna de los dos partes del acuerdo podría actuar libremente según sus estilos particulares con las recomendaciones y el plan de trabajo del Cuarteto.
Celebro que haya existido un acuerdo aunque sea en el contexto que detallé, pero como dije en mi nota anterior sobre el tema, evitemos pasar aquellos límites que no auguran nada positivo y que sólo nos prometen escuchar una vez más los tambores de guerra.
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judéo-árabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).

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