miércoles, 23 de enero de 2013

Doble demonización y necesidades populares por Carlos Braverman


La izquierda israelí tiene el privilegio de ser demonizada en el país y fuera de él. Acá para muchos somos traidores, odiamos a Israel y somos extremistas que no vacilaríamos en colaborar con las fuerzas más extremistas que buscan destruir nuestra patria. Fuera del país la izquierda bien pensante del mundo nos mira como la cortina rosada de la devastadora política del establishment israelí. Ayer las elecciones fueron importantes, hubo un cambio y lo dije, la población no dio un cheque en blanco a la derecha extrema. No soy muy optimista, pero aspiro a profundizar esta nueva coyuntura.
Las elecciones de ayer no van a poner fin a la ocupación, ni a las políticas que destruyen la democracia israelí y es probable que el centro-derecha naciente perpetúe las líneas actuales o las agrave. Lo nuevo es que Netanyahu se está quedando aislado con su excluyente discurso securatista que choca con las también fundamentales necesidades sociales. Hoy sorpresivamente Bennett, rutilante y prometedora figura de la derecha nacionalista religiosa con un resultado obtenido ayer menos excepcional del esperado, coincidió en estos términos con la naciente estrella Lapid. Yair Lapid fue la figura indiscutida de la jornada electoral de ayer. Ahora esperamos un ajuste económico grave y ortodoxo con alzas preocupantes de precios en artículos de primera necesidad, déficit fiscal e incremento del I.V.A. que recaerá sobre la población más débil, menos fuentes de trabajo y aumento inexorable generalizado del costo de vida e impuestos. Ahí veremos el ejercicio de la democracia y sus actores como un acto concreto más allá de los comicios.
Es indudable que si llegamos a este esperado e inminente ajuste se debe a la crisis mundial, pero además al excesivo costo de la ocupación y la colonización; es decir las remesas que se restan de este lado de la línea verde y se destinan a los colonos y asentamientos en Cisjordania por los patrióticos servicios que prestan con su empresa colonizadora.
La lucha no se reduce a elecciones cuando se trata de mejorar el perfil de una sociedad y de elevar la calidad de vida de sus ciudadanos en las franjas populares.
Nuestro camino continúa y siempre nuestro corazón está en la izquierda, el día después de los comicios y cada día del año. 
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Militante por la coexistencia judeo-árabe y un camino alternativo a la globalización neo-liberal. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).
Derechos reservados: Instituto Campos Israel ISBN963-03- 0316- 2 מסת"ב

No hay comentarios:

Publicar un comentario