Mañana sábado 8 de diciembre de 2012, al salir la primera estrella es
la primera noche de Janucá, que en hebreo significa “consagración”, es una
celebración que se realiza durante ocho días generalmente en el mes de
diciembre –mes de Kislev en el calendario hebreo- para conmemorar el logro de
los Macabeos en la conservación de la identidad judía. El símbolo esencial de
esta celebración es la luz y se representa a través del encendido de velas: una
la primera noche, otra la segunda y así hasta que al final de la octava jornada
arden todas las luminarias en un candelabro de ocho brazos. Simboliza el
derecho de todos a ser diferentes, a expresar una identidad, una cultura, a
vincularnos con otras culturas por libre elección y a decir no a la opresión.
Conmemoramos la reapertura del Gran Templo mediante la victoria militar sobre
los Asirios que imponían entonces su cultura y valores los hebreos mediante la
opresión. Pero una victoria militar implica muerte, dolor y angustia. Mientras
que el encendido de la Menoráh representando la re-dedicación del Gran Templo
es un acto humano positivo. De esta forma no rendimos tributo a la victoria
militar sino a la vida. En Janucá celebramos los derechos de las minorías a ser
diferentes, a expresar sus sentimientos y a practicar sus costumbres y
tradiciones. Un sistema democrático se distingue por ser representativo de la
voluntad de la comunidad que se expresa a través de él. En las tiranías y los
modelos despóticos, los grupos que no gozan del consentimiento de las masas,
imponen mediante la opresión sus intereses. El pueblo si no establece
resistencia sufre entonces el yugo que se le impone. Pero aún en sistemas ostensiblemente
democráticos, se intenta imponer con frecuencia una dictadura de las mayorías. Éstas
pueden ser más opresivas aún, porque gozan del aval de las elecciones libres.
En el judaísmo, en cambio, sostenemos la inviolabilidad de ciertos derechos humanos
básicos, que ningún grupo puede abrogar. Janucá es una auténtica manifestación de
los valores de la libertad y los derechos civiles. Cada individuo y cada grupo
tienen el derecho inviolable del libre pensamiento, de la libre expresión y a
vivir de acuerdo con sus propias tradiciones y creencias. En la historia de la
humanidad todos los pueblos, en todas las épocas, tienen sus mártires por una
vida digna, tienen victimas renombradas
y desconocidas. Los pueblos siempre avanzan en la construcción de su historia. Jánuca
en el calendario común promedia el 10 diciembre, Día Internacional de los
Derechos Humanos. Con la universalización de los derechos humanos estos se vuelven
generales en todo el mundo y el hombre ha adquirido la calidad de sujeto del
derecho internacional, ya que todo hombre puede llevar denuncias o quejas ante
las organizaciones supra-estatales, para que sus derechos sean respetados y
defendidos. Universalizar los derechos humanos, es admitir que todos los
hombres en todo el mundo, deben gozar de derechos porque el hombre es persona.
Internacionalizar los derechos humanos es hacer exigible en virtud del derecho
internacional público que todo estado reconozca derechos a todos los hombres,
también porque el hombre es persona. Los derechos humanos significan una estimativa
axiológica en virtud del valor de justicia, que se impone al estado y al
derecho positivo. Todo el mundo debe reflexionar sobre estas cuestiones,
nosotros en Jánuca, los israelíes judíos estamos más que obligados. Nada mejor
para concluir que aquella frase de Spencer: “Si es un deber respetar los
derechos de los demás, es también un deber mantener los propios”. ¡Feliz Jánuca!¡Jag
Jánuca Sameaj!חג חנוכה סמח
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de
Derechos Civiles de Israel. Militante por la coexistencia judeo-árabe y un
camino alternativo a la globalización neo-liberal. Miembro del Partido Meretz
(Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos
Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).
Derechos reservados: Instituto Campos Israel ISBN963-03- 0316- 2 מסת"ב
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