martes, 6 de noviembre de 2012

El espejo nos miente por Carlos Braverman



Voy a ser escueto, cosa rara, pero suele pasar cada tanto. El 22 de enero de 2013 tenemos elecciones y el espejo nos sigue diciendo  que somos los más bonitos. Nos sucede como en el cuento de Blancanieves y en el mito de Narciso, estamos entrampados en nuestra propia imagen y la realidad real es otra.
Haaretz la semana pasada, publicó una encuesta que es a mi entender no exacta en su precisión científica, pero acertada en la conclusión sobre el fortalecimiento de las tendencias excluyentes de la minoría árabe entre los israelíes.
El panorama se completa con la fusión en principio electoral de los partidos Likud e Israel Beiteinu, Netanyahu y Lieberman van juntos a los comicios, la expresión más pura de la ocupación  y la vocación excluyente de las minorías árabes se unen como propuesta electoral contundente.
Podría escribir sobre la nueva alianza electoral, que tal vez sea el ensayo de un nuevo partido que anuncia el fin de la separación entre la derecha más racional si cabe el término y la xenófoba,  pero prefiero ocuparme de que rompamos el espejo que nos entrampa. Debemos aceptar que no somos los más bonitos y que más allá del espejo hay un horizonte, donde está el resto el mundo y que muy probablemente nos cierre aún más las puertas. Eso puede suceder si las cosas son como se esperan con esta oferta electoral.
Lo que debemos hacer desde el socialismo de izquierda es  redoblar nuestros esfuerzos y convencer que la ocupación y su final, son la cúspide de la agenda política. Por ahora a excepción de Meretz, el extrañamente llamado centro-izquierda, no acusa recibo de esta circunstancia y cifra sus esperanzas en el retorno de Olmert. Es patético y alucinante, pero desgraciadamente es lo que jerarquiza cierta agenda errática, una alianza con éste a la cabeza, como el único capaz de hacer frente al dueto Bibi-Lieberman.
Abbas en una entrevista al canal 2 de Israel dijo en inglés que podría visitar su ciudad natal Safed como turista y fue interpretado por amplios sectores como él esperaba, es decir, como una renuncia al derecho del retorno. Abbas en declaraciones
al diario egipcio Al-Hayat aclaró luego en árabe:”Lo que he dicho acerca de Safed es mi postura personal. No quiere decir nada sobre renunciar al derecho del retorno. Nadie renunciaría a su derecho al retorno. Pero todas esas fórmulas internacionales, en especial la Resolución de ONU 194, hablan de una paz justa y recordaba el tema de la solución al problema de los refugiados”. En la acotación le decía a Israel otra cosa, le recordaba el tema y la forma de abordarlo, no renunciaba a nada.
De cualquier manera el gobierno y sus socios, que serán prácticamente los mismos después de los comicios no consideraron analizar la cuestión frente a la próxima Asamblea General de la ONU. No importa el doble mensaje del mismo, no interesa acá el conocido truco de decir  algo en inglés y  reinterpretar lo dicho luego en otro idioma, no lo voy a enaltecer, pero si como cultor de la Realpolitik lo voy a tener muy en cuenta como un avance. Es una señal de que se puede conversar al respecto, que hay un interlocutor dispuesto a dialogar. Agregó también lo que todos sabemos, “no permitiré una tercera intifada”, cuando es conocido que ya su postura ante la negativa de diálogo por parte de Israel es insostenible y una tercera intifada no es una mera especulación.
En el futuro gobierno
, la estrella será Lieberman, de seguro estamos hablando del próximo ministro de defensa, ya a cargo de exteriores logró ser boicoteado por la mayoría de los líderes más importantes del mundo.
Su único amigo en la arena internacional es Alexander Lukashenko, el presidente de Bielorusia, el último dictador que queda en Europa. Su figura idealizada es sin duda Vladimir Putin.
Como ministro de defensa, el Sheriff Lieberman será la autoridad máxima de los Territorios Ocupados y dispondrá del arsenal del país y sus recursos militares.
En los Territorios Ocupados se nos perdió algo y fue cuando la retención de los mismos se prolongó en el tiempo, pero no lo vamos a encontrar ahí, para ello debemos romper el espejo y que podamos ver el horizonte. Mucho más urgente es que deje de decirnos que somos los más bonitos y que aceptemos que miente.
Tanto el cuento de Blancanieves, como en el mito de Narciso, son dos buenos ejemplos, donde entramparse en la propia imagen, terminan en tragedia.
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Militante por la coexistencia judeo-árabe y un camino alternativo a la globalización neo-liberal. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).
Derechos reservados: Instituto Campos Israel ISBN963-03- 0316- 2 מסת"ב

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