miércoles, 21 de noviembre de 2012

Acuerdo entre radicales o entre estadistas por Carlos Braverman



El estado de las cosas hace pensar que todo puede salirse de curso, puede desmadrarse. Con Clinton y Ban Ki-moon en la zona, la escalada continúa, tanto Israel como Hamas y otras formaciones de Gaza no escatiman esfuerzos. No sólo se redobla el accionar israelí, sino la andanada de misiles desde Gaza no cesa y dos autobuses fueron atacados hoy por Hamas con explosivos desde su interior en Tel Aviv. Al matar al líder de Hamas Ahmed Jabari el 14 de noviembre, sabía Israel que intensificaba intencionalmente la lucha militar contra Hamas. Ambos campos están utilizando medidas militares indiscriminadas, ya sea misiles de Hamas contra civiles israelíes e Israel con diferentes niveles de asedio a Gaza. Es obvio que Israel tiene derecho a su legítima defensa, pero no podemos acentuar el unilateralismo y el aislacionismo que pueda profundizar la inseguridad de todos nosotros en los años venideros.
El plan original de Netanyahu, y el ministro de Defensa, Ehud Barak era simple: para hacer frente a Hamas bastaba con un golpe sólido, matar a su jefe de Estado Mayor Ahmed Jabari y destruir la mayor parte de sus misiles de largo alcance, para después atacar los lugares de lanzamiento sin una operación terrestre. Esta operación podría transformarse en una amplia guerra de Oriente Medio, pero la idea era llamar a la presión internacional que parece no surtir efecto para evitarla y nos coloca ahora  ante lo no deseado. La operación terrestre podría ser ante un cuadro que no cede en su gravedad, una opción no descartada, aparte de una ayuda gratuita a quienes desean ver a un Israel agresor y devastador. En vísperas de elecciones la derecha reaccionaria y racista de Israel se da la mano y un abrazo con Hamas y socios más radicales en Gaza. Por otra parte, un gobierno que se niegue a negociar con los palestinos es lo que Hamas quiere, porque esta organización no es compatible con las negociaciones, y no quiere dar a Abbas la chance de ser un socio viable para un gobierno israelí dispuesto a verlo como tal. Un gobierno de derecha radical en Israel actúa como un agente de reclutamiento de Hamas y gana seguidores para los radicales palestinos. Lo último que Hamas quiere ver  es un gobierno razonable israelí que ofrezca la paz a los palestinosAbbas está en el umbral de la creación de un Estado Palestino viable en Cisjordania, y me temo que su logro es muy poco apreciado por el establishment actual en Israel como por Hamas; Motivo suficiente para asociarse a su manera en esta tragedia que vivimos y que puede ser la antesala de un horror mayor.
Decir que Israel debe negociar un acuerdo a largo plazo con los gobernantes fundamentalistas islámicos de Hamas en Gaza, es en estos momentos una humorada patética. Pero es lo que se debe hacer para concluir un ciclo de violencia sin sentido desde que Israel se retiró unilateralmente de la Franja de Gaza en 2005.  Gaza es gobernada por Hamas desde que expulsó a Fatah, convirtiéndose en un territorio hostil, y es cierto que Israel no tiene que aceptar este estado de cosas. El ejército de Israel puede terminar una rápida operación terrestre en forma exitosa, pero el costo político sería fatal, peor que en 2008. A pesar del mito de que las negociaciones con Hamas son imposibles y no hay nada para hablar, Israel ha negociado en el pasado con el movimiento islámico y ha llegado a acuerdos con él. Aparte de varias treguas temporales, se negoció la liberación de Gilad Shalit. No hay absolutamente ninguna necesidad de que Israel gaste grandes sumas en reforzar sus edificios en torno a Gaza y aún mayores sumas en sofisticados sistemas antimisiles. A partir del sábado, según la BBC  Israel habría gastado $ 29 millones en intercepciones de misiles. Cada batería de Cúpula de Hierro se estima en 50 millones de dólares y hay cinco desplegadas para proteger el sur. El costo de los misiles que utiliza varía de $ 40000 a $1000000. Tampoco es necesario que los israelíes y los palestinos a ambos lados de la frontera vivan bajo un temor constante. Israel debe cambiar de dirección: si no está dispuesto a pagar el precio militar y diplomático de una acción militar a gran escala, debe sentarse con sus enemigos y negociar una tregua a largo plazo. Por una vez nuestra derecha gobernante debe ser lúcida y entender que no se puede vivir en este estado de beligerancia permanente, que apoyar a Abbas puede ser necesario y que si quiere neutralizar a Hamas, que es lo que todos queremos, el camino es otro. Se debe parar las políticas de mutuas escaladas militares y ante todo terminar con la ocupación. Soy iluso y pienso en ver a un Abbas exitoso en la próxima Asamblea General de la ONU el 29 de noviembre próximo.
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Militante por la coexistencia judeo-árabe y un camino alternativo a la globalización neo-liberal. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).
Derechos reservados: Instituto Campos Israel ISBN963-03- 0316- 2
מסת"ב

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