La propuesta es un Israel para todos los israelíes, un Israel para todos sus ciudadanos. Para los electores que llevan en sus corazones los valores de la izquierda: paz, justicia, igualdad, democracia, derechos humanos para todos, feminismo, protección del medio ambiente, separación entre estado y religión. Hablo de una izquierda renovada que defina un nuevo modelo del Estado de Israel, con una sociedad civil participativa. Soy un israelí postsionista, no antisionista.
viernes, 30 de septiembre de 2011
Justicia, justicia pereguirás...por Carlos Braverman
Rosh Hashaná deja atrás un año con dos notas relevantes: la andanada de legislación anti-democrática de leyes aprobadas y propuestas en la Knesset y el movimiento por la justicia y protesta social con el que la democracia israelí renació o lo está haciendo. En la víspera de Rosh Hashaná, debemos reflexionar sobre lo que estos dos fenómenos nos anuncian sobre el Israel de hoy y lo que significan para su futuro. Las leyes propuestas por ciertos miembros de la Knesset, no sólo de la coalición sino también de Kadima, violan una de las razones más profundas de la democracia liberal que es evitar el peligro de la tiranía de la mayoría, para proteger la libertad y la discusión crítica, así como los derechos de las minorías.
Zeev Elkin propuso la Ley contra el Boicot y propuso que un comité de la Knesset vetara candidatos a la Corte Suprema. Su justificación era que los valores de la Corte Suprema no reflejan las creencias de la mayoría de Israel. Esto fue seguido por la propuesta de que un comité de la Knesset investigara ONGs de izquierdas y finalmente Avi Dichter de Kadima propuso que Israel se defina como el Estado del Pueblo Judío, dando preponderancia a la ley judía y convirtiendo en lengua oficial sólo al hebreo, desplazando al árabe como lengua co- oficial tal cual es en la actualidad.
En medio de este diluvio antidemocrático el J14- indignados de Israel- intentaron empujar hacia el antiliberalismo el cuadro societario. Este movimiento desarrolló una cultura de respeto, la posibilidad de que los ciudadanos puedan hablar y ser respetados, o sea una cultura de diálogo verdadero. El movimiento por la justicia social, recordó a todos que aparte de la obsesión por el poder hay gente, jóvenes y viejos, que no creen en el atropello a las minorías ya sean raciales, religiosas, étnicas o políticas. Que hay ciudadanos de todas las edades que se preocupan por los demás y sobre todo están dispuestos a escuchar.
El movimiento por la justicia social es el inicio de un proceso de transformación. La comprensión de que el proceso político puede trabajar a través del diálogo y no solamente por el poder en sí, que los seres humanos que piensan diferente o tienen intereses diferentes, no tienen por qué ser pisoteados y debe conversarse con ellos. Los ciudadanos de Israel se dieron cuenta de que eligen políticos que condenan a Israel al aislamiento, a uno cada vez más profundo, que nos lleva a ser una fortaleza sin amigos y que nos condena a que vivamos sólo con el poder de la espada. Esperanza significa esperar, del latín "Esperare" o sea espera activa, la esperanza es actos concretos para el objetivo y el sentido de la espera. El hombre siempre ha tenido esperanza hasta en los momentos más difíciles.
La gente se aferra a la esperanza, porque desean hacer posibles sus proyectos y saben que no se puede vivir la vida sin ella.
Todos los filósofos nos dan algún tipo de esperanza tratando de buscarle sentido a la vida. Pero aunque la vida no tuviera sentido en sí misma, tenemos la capacidad de darle sentido a nuestras propias vidas, con nuestros actos.
Cada uno de nosotros puede ser la esperanza de otros, la esperanza surge en los momentos de gozo que son los que nos inclinan a creer en algo mejor.
El hombre es tiempo y es esperanza. Nada que deseamos ocurre en el mismo instante que lo pensamos, hay que esperar los acontecimientos en el tiempo, hay que esperar, porque la vida es espera.
El deseo y la esperanza se corresponden, porque es el deseo el que hace posible la esperanza y sin deseos no hay esperanza. Así para el que desea vivir, cada mañana es la esperanza de un nuevo día.
Yo tengo esperanza, genero actos para la concreción de ella, para el sentido que nos proponemos y estoy en las filas de los que con esperanza buscamos esas metas. Con la espera mediante actos que no lleven al mañana mejor.
Tengo fe, soy optimista, tengo esperanza y por eso en este Rosh Hashaná pido a todos que redoblemos nuestros esfuerzos para esa esperanza. Para continuar el cambio social camino a la paz y un stop categórico a la decadencia de nuestra democracia y sus bizarras expresiones reaccionarias, que espero tengamos éxito en nuestro camino para ponerle fin y conseguir todos nuestros objetivos.
Justicia, justicia pereguirás... (Deut: 16.20) ¡¡Shaná Tová!!
Carlos Braverman
Tel Aviv Israel
30 de setiembre de 2011
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judeo-árabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).Derechos reservados Instituto Campos Abiertos Israel ISBN 965 387 008 9 זכויות יוצרים
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domingo, 25 de septiembre de 2011
Para Israel y la ANP son tiempos de pragmatismo por Carlos Braverman
Mientras Benjamin Netanyahu presentó su intervención como quien llega para salvar a Israel de un complot para destruirlo, se olvida que lo fundamental es reforzar alianzas con socios pragmáticos como el presidente palestino Mahmoud Abbas y el rey Abdullah de Jordania. Abbas destacó que su campaña para el reconocimiento de la ONU de un Estado Palestino no estaba destinada a reemplazar las negociaciones directas sobre la base de las fronteras de 1967. También aclaró que no deslegitimiza a Israel sino a la ocupación. Antes de eso, el liderazgo de Fatah adoptó la fórmula de intercambio de tierras de común acuerdo. El presidente Barack Obama propuso lo mismo en mayo, así como la iniciativa de paz árabe en 2002.
Por fin los mediadores internacionales descartaron la idea de apoyar negociaciones que exijan a los palestinos el reconocimiento de un Estado Judío. Probablemente fue una buena elección. En este momento, la amenaza de disolver la Autoridad Palestina es creíble y es muy significativa para impulsar un Estado Palestino.
El Cuarteto - compuesto por los EE.UU., UE, ONU y Rusia - emitió un comunicado a raíz de las negociaciones por un Estado Palestino . Los planes iniciales que mencionan las líneas de 1967 como las fronteras finales y el respaldo a la identidad de Israel como un Estado Judío fueron desechadas en favor de un texto más flexible y orientado a los procesos actuales.
Esta fue probablemente una buena elección. El apoyo a las fronteras de 1967 ha sido reafirmado en numerosas declaraciones internacionales, documentos y resoluciones. Netanyahu y sus aliados de extrema derecha han tratado de hacer un tema de esto durante el año pasado, pero se atraparon en su propia red. Todos deberán ceder y se deberán estudiar aspectos fundamentales como la incidencia demográfica de los asentamientos y su futuro.
Los asentamientos siempre fueron minas preparadas para explotar en el momento de pensar en un Estado Palestino. Se concibieron para bloquear esta perspectiva y hoy o se desmantelan, o se cambian territorios por ellos, pero lo que resulta inevitable es desmantelar la infraestructura que los mantiene y son la base de la ocupación.
El tema de Israel como Estado Judío aunque en general es aprobado por los EE.UU., encontró siempre otros actores internacionales más reticentes. Este es un item problemático para los palestinos, mientras que tiene poco efecto práctico sobre el carácter real de Israel, que es de hecho judío.
Si el Cuarteto se mantiene firme en este principio de obviar el tema Estado Judío en su declaración, se le haría difícil a los futuros gobiernos de Israel ceder en este punto y por lo tanto, aumentan las posibilidades de llegar a un acuerdo.
El Cuarteto con su propuesta prevé: "un camino creíble, una alternativa seria y creemos que las dos partes, si son fieles a su palabra, van a encontrar una manera de responder favorablemente a esta." Agrega que "la idea de ofrecer esta línea de tiempo (2012) da a las partes la sensación de que esto no tiene un final abierto, que son objetivos reales y que hay un importante proceso en marcha ".
Los actores internacionales, así como Israel, deberían estar más preocupados por los indicios de que la Autoridad Palestina podría decidir cerrar sus puertas y la responsabilidad sobre Cisjordania pase de nuevo a Israel y a la comunidad internacional. Hasta el momento, estas amenazas no se han tomado en serio.
Yo diría que Abbas está realmente dispuesto a seguir adelante con esta idea si las cosas no cuadran, creo que si transmite credibilidad al respecto podría obtener concesiones importantes para evitar esta situación y es probable que aterrorice a Israel y al mundo mucho más que un Estado Palestino. Pero debe ser creíble en cuanto a que controla toda la ANP, o sea, que puede controlar a Hamas cosa que hoy no parece viable.
Todos sabemos que una nueva oleada de violencia no va a aportar para lograr un acuerdo, pero si el proceso se detiene es posible.
Nuestro primer ministro debe ahora dejar su adicción a los discursos estériles y presentar una perspectiva real a la iniciativa diplomática. Debe así abrirse un camino factible para las negociaciones sobre un acuerdo de estatus final con el miembro 194 de las Naciones Unidas. Abbas debe demostrar que es real que abrió una nueva modalidad en la dirigencia árabe.
Carlos Braverman
Tel Aviv Israel
25 de setiembre de 2011
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judeo-árabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).Derechos reservados Instituto Campos Abiertos Israel ISBN 965 387 008 9 זכויות יוצרים
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sábado, 24 de septiembre de 2011
Israel- palestina, la intención sin actos concretos es pura ilusión por Carlos Braverman
El "cuarteto" para Oriente Medio propuso ayer que Israel y los palestinos deben cumplir con el plazo de un mes para acordar una agenda hacia nuevas conversaciones de paz con el objetivo de llegar a un acuerdo definitivo a finales de 2012. En un comunicado, el Cuarteto - las Naciones Unidas, la Unión Europea, los Estados Unidos y Rusia - dijo que querían ver propuestas integrales dentro de los tres meses sobre el terreno, como así también un progreso sustancial dentro de los próximos seis meses.
Los Estados Unidos e Israel dicen que un Estado Palestino sólo puede lograrse a través de la reanudación de negociaciones directas de paz y los Estados Unidos han dicho que vetarán cualquier propuesta palestina que sea sometida a votación en el Consejo de Seguridad.
Es obvio que todos entran ahora en una nueva carrera para ganar tiempo, Abbas sabe que debía presentar la oferta pero sabe además que la ANP es ingobernable pues Hamas no se alínea en esta propuesta. Israel se opone y EEUU junto con el cuarteto saben que en estas condiciones es poco afortunado lo que se puede conseguir.
Pero en algo Abbas fue claro, los tiempos se acaban y el desastre puede ser mayor.
Mahmud Abbas ya le dijo hace poco a Tony Blair, el enviado del Cuarteto para persuadir a Abbas. Durante la reunión que tuvo lugar en Amman. Abbas presentó a Blair un plan B por si la oferta palestina en la ONU fracasa y ayer lo repitió en su discurso.
“Tomaré una decisión llegado el momento para que Israel vuelva a asumir su responsabilidad como autoridad de ocupación." También dijo: "No vamos a mantener la Autoridad Palestina como algo simbólico”
Ayer, el presidente de la Autoridad Palestina pidió a la comunidad internacional reconocer el derecho del pueblo palestino a un estado independiente.
Dijo: "Esta política de asentamientos amenaza con socavar también la estructura de la Autoridad Nacional Palestina, e incluso poner fin a su existencia."
Esta es una realidad que está ausente en la mente de muchos israelíes. La solución de dos estados no va a durar para siempre. Abbas y los líderes de la OLP saben que no puede seguir navegando en un barco que se hunde.
En diplomacia hay que saber conceder y los asentamientos, como el retiro de las fuerzas de militares de Cisjordania por parte de Israel, deben estar en la presunta agenda como algo real o factible. A su vez la ANP sabe que debe llegar a una formula donde Hamas deje de ser un pedregullo en el zapato y sea digerible. El tiempo se acaba y es cierto, diría que este ya es un tiempo de descuento.
Mientras tanto ayer en los discursos, Abbas subrayó que la continua construcción de asentamientos judíos en territorios ocupados que los palestinos quieren para su futuro Estado, constituía un gran obstáculo para la reanudación de las negociaciones.
A su vez el primer ministro Benjamin Netanyahu, en su discurso, dijo que los palestinos deben reconocer que "Israel es el Estado Judío" - algo que ellos se han negado a hacer.
La intención sin actos concretos es pura ilusión, hay que comenzar a actuar para que tenga validez. Es difícil decir quién nos hace en la vida más daño, si nuestros enemigos con su peor intención o nuestros amigos con la mejor.
Carlos Braverman
Tel Aviv Israel
24 de setiembre de 2011
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judeo-árabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).Derechos reservados Instituto Campos Abiertos Israel ISBN 965 387 008 9 זכויות יוצרים
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jueves, 22 de septiembre de 2011
Israel-Palestina, la terquedad no es útil para defender valores por Carlos Braverman
Gracias a Netanyahu y Lieberman, el Estado palestino es ahora el favorito de la comunidad internacional y ningún país es más odiado y despreciado que el Estado de Israel.
El Israel de Netanyahu y Lieberman es un país incapaz de dar, sinónimo de una diplomacia contrahecha. Es por eso que no recibe nada, no logra aliados mientras se debilita y convierte en un país totalmente aislado.
Esta noche un evento expresará el apoyo israelí para el Estado Palestino y se llevará a cabo en el Boulevard Rothschild a través de la calle donde David Ben-Gurión declaró oficialmente el Estado de Israel el 14 de mayo de 1948. Es organizado por la filial israelí del movimiento One Voice y contará con la presencia de figuras como Yael Dayan, Yehuda Bauer y Yoram Kaniuk.
Es importante tener en cuenta que no todos los israelíes tienen miedo a la independencia palestina. Una serie de eventos conjuntos entre palestino e israelíes han expresado su apoyo y solidaridad para el movimiento unilateral de los palestinos. Desde la marcha del 15 de julio en Jerusalén y la demostración de las mujeres recientemente en Qalandiya, al mitin también de hoy en Beit Jala, un creciente número de israelíes y palestinos se han unido para mostrar a sus comunidades y al mundo en general que la independencia de Palestina es un primer paso necesario en cualquier proceso futuro de reconciliación
Hay un estilo nuevo de lucha no-violenta en la ANP, el llamado palestino a las Naciones Unidas puede presentar para toda la región una verdadera oportunidad para el cambio, un movimiento hacia una realidad diferente, con un nuevo tipo de discusión entre iguales, no entre conquistador y conquistado, amo y esclavo.
La etapa actual no es la de los Acuerdos de Oslo, entonces se trataba más de un problema económico. En pocas palabras, dar a los palestinos lo que parecía ser una autoridad para que podamos dejar de gastar tanto dinero en los territorios ocupados y pretender que los palestinos ya no son un "problema".
Esta vez se trata de preocupaciones diplomáticas que rodean el aislamiento de Israel, se trata de vender la idea de que "dar" un Estado Palestino es "una oportunidad" que está en las mejores intenciones de Israel y mejorar así su posición en la comunidad internacional.
Como si estuviéramos en condiciones de "dar" un estado. No podemos legar permiso a los palestinos para declarar su condición de Estado, es su derecho y no nuestra prerrogativa. Tampoco podemos "desconectarnos" de los palestinos como pasó con Gaza, que todos sabemos que Israel sigue controlando militarmente por aire, mar y tierra. Simplemente no se puede hacer porque nuestras economías y destinos están entrelazados nos guste o no. Nos queda respetar sus procesos históricos, apoyarlos y acabar con la infraestructura de la ocupación. La petición palestina a la ONU no es simple y probablemente tendrá repercusiones a largo plazo en muchos aspectos. Pero no podemos hablar de una medida unilateral ¿sino qué es la construcción y expansión de los asentamientos, no es un paso unilateral? Estamos acusando a los palestinos de tratar de establecer hechos sobre el terreno, ignorando que nuestro gobierno está haciendo precisamente eso. Con cada tractor cultivando la tierra palestina, con cada familia palestina desalojada y reemplazada por colonos judíos, con cada acto de violencia de los colonos maltratando a la policía israelí, se están creando situaciones de hecho unilaterales. La ocupación no es nuestro destino inevitable, es algo que está sucediendo durante los últimos 44 años y es cada vez más sofisticada y refinada para prevenir cualquier posibilidad real de paz.
Por suerte a partir de esta movida diplomática nada podrá retroceder y ser como antes.
Israel no está mostrando imaginación, creatividad y la audacia que se necesita. Era necesario sólo en estos casi tres años anteriores a hoy ofrecer una concesión israelí, una sola aunque sea.
Sin embargo, Netanyahu y Lieberman decidieron no iniciar nada, no ofrecer nada y no conceder nada. Todo lo que han hecho durante los últimos dos años es soportar la presión y preservar su honor, preservar su honor y soportar la presión.
Al hacerlo, han servido a la causa palestina en una forma que ningún estadista hostil lo ha logrado. Con sus propias manos, convirtieron a Abbas en el héroe que no lo es. Con sus propias manos convirtieron a Israel en un solitario sin remedio, el primer ministro y el ministro de relaciones exteriores han conducido a Israel a un descenso sin precedentes en su existencia diplomática.
Esperemos mejores perspectivas y que recuperemos nuestros mejores posicionamientos con un poco de sentido común y menos terquedad, que es muy necesario en las próximas horas.
Carlos Braverman
Tel Aviv Israel
22 de setiembre de 2011
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judeo-árabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).Derechos reservados Instituto Campos Abiertos Israel ISBN 965 387 008 9 זכויות יוצרים
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miércoles, 21 de septiembre de 2011
La solución de dos estados es posible, Réquiem para los asentamientos por Carlos Braverman
Para el primer ministro Benjamin todos los discursos de Bar-Ilan, no pueden cambiar sus líneas ideológicas. Están grabadas profundamente en su visión del mundo y no tiene ni el deseo ni el coraje para borrar el pasado e iniciar un nuevo camino.
El primer ministro no soporta un Estado Palestino. Se apoya en condiciones que los árabes no van a aceptar.
Binyamin Netanyahu sueña con 60 años más de ocupación y los palestinos pueden exigir entonces la igualdad de ciudadanía en Israel.
Si alguien quería saber lo que realmente piensa Binyamin Netanyahu sobre el proceso de paz, lo dijo claramente a sí mismo la semana pasada: Según Netanyahu, el llamamiento palestino a la ONU "será la paralización de las negociaciones durante 60 años". Por lo tanto, 44 años después de la ocupación y 18 años después de que el gobierno israelí y representantes de los palestinos comenzaron a negociar, Netanyahu cree que es factible llevar a cabo unos 60 años más, más o menos. Y, por supuesto, si algo de eso sucede, será culpa de los palestinos. Si fuera por él - que se negó a aceptar el plan de Obama y comprometerse a las fronteras de 1967 - todo esto habría terminado por ahora. Pero los palestinos ahora son siniestros y prefieren ir a la ONU.
Las negociaciones directas entre Israel y los palestinos se iniciaron hace 18 años. Se suponía que debían estar terminadas en mayo de 1999 con un acuerdo final. Lamentablemente hemos sido gobernados por Netanyahu durante tres años críticos durante ese tiempo, Netanyahu dijo a los colonos que hizo todo lo posible para socavar los acuerdos de Oslo, mientras fingía que continuaban. Entonces Barak, fue electo, Arik Sharon subió el Monte del Templo, el ejército israelí disparó un millón de cartuchos en octubre de 2000 haciendo caso omiso de las órdenes del gobierno para un alto el fuego, los palestinos comenzaron su ola de gran terror, Sharon se convirtió en primer ministro y el resto es historia. Durante este período - entre septiembre de 1993 y septiembre de 2011 - el número de colonos en los territorios palestinos ocupados se duplico.
No por casualidad: los asentamientos de Cisjordania fueron lo más importante en las prioridades de Israel. Durante la última década, mientras que el gobierno canceló su apoyo a los presupuestos municipales en el propio Israel, el presupuesto se elevó para los colonos: Se llegó a 951 NIS por colono al año, mientras que el promedio en Israel fue de 303 NIS por persona por año.
Si el crecimiento de la población en el propio Israel fue de 18% promedio, en los territorios ocupados era del 47%.
Sin embargo no está del todo claro si el regreso a las fronteras de 1967 todavía es factible. En la década de 1980 el analista Meron Benvenisti presentó una tesis escandalosa: que dado el número de colonos en la Ribera Occidental y Jerusalén, la solución de dos Estados es una ficción, la realidad sobre el terreno era la de un estado bi-nacional. No es nada gracioso ni para los que no somos sionistas ni para el sionismo de izquierda y creo que el de derecha está a tiempo de reconsiderar el tema.
Cuando escribió Benvenisti sobre la cuestión el número de colonos en Cisjordania era alrededor de 30.000 y ahora son más de 300.000.
Los asentamientos se construyeron como las minas, o sea con la intención de explotar cualquier posibilidad de un Estado Palestino Estamos ante una opción de hierro, si queremos un estado que sobreviva a sus propósitos, a los motivos por los que fue concebido debemos terminar con la ocupación, eso significa retirarnos de Cisjordania y encarar los asentamientos, como sea terminar de resolver la futura ley del retorno de los palestinos negociada palmo a palmo y terminar nosotros de resolver el tema de la Ley de ciudadanía.
Yo veo un futuro optimista y difícil si se encaran las aciagas circunstancias que se generaron en estos 120 años de conflicto, pero veo un profundo abismo para mi país si no las encara y no busca soluciones para ellas.
Veo falta de democracia, veo decadencia, más enfermedad societaria y aislamiento internacional. No me olvido de mis muertos pero con vocación estadista pienso en las futuras generaciones de israelíes y de los demás pueblos de la zona, hablo de los palestinos especialmente y sé que no todos sus sectores son de fácil trato y exhiben vocación de democracia y paz.
Réquiem en latín significa descanso, el tema de los asentamientos debe resolverse con su descanso y retiro. Sin un propuesta razonable al menos sobre el congelamiento de los mismos ninguna propuesta es creíble, menos el fin de la ocupación.
Carlos Braverman
Tel Aviv Israel
20 de setiembre de 2011
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judeo-árabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).Derechos reservados Instituto Campos Abiertos Israel ISBN 965 387 008 9 זכויות יוצרים
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martes, 20 de septiembre de 2011
Palestina e Israel en la ONU: el aislamiento es un precio alto por Carlos Braverman
Netanyahu es un primer ministro dispuesto a pagar el precio del aislamiento regional con el fin de mantener su estrategia electoral interna, es su orden de preferencia frente a la política hacia los palestinos. Esto lo hace menos proclive a la flexibilidad.
El gobierno de Netanyahu se basa en partidos como Shas, Yisrael Beitenu y el propio Likud, que deben su éxito gracias a fomentar la xenofobia y el chauvinismo. Son posturas públicas que nos alienan de otros pueblos y gobiernos de la región.
Nunca escuché algo distinto en su discurso con referencia a sus objetivos estratégicos: el control militar permanente en el valle del Jordán, el control permanente de Israel sobre Jerusalén Oriental y la negatividad hacia una política genuina en relación a la soberanía palestina, ni siquiera unas palabras serias al respecto del porvenir de los colonos judíos ya suficientemente extendidos en Cisjordania.
Comienza el tiempo crucial en la ONU, no veo nada razonable al respecto y estamos a 24 horas.
Abbas jugó como comenté la apuesta mayor, van al Concejo de Seguridad y luego no se sabe, creo como Nabil Shaat su negociador que el camino era la Asamblea General, el juego se abrió y con todas las posibilidades de un final incierto como el comienzo de tiempos aún más inciertos.
Lo positivo es que ya nada puede volver atrás y nada será como antes. Eso sí, esperemos evitar desgracias.
La semana pasada, Maen Rashid Areikat, el embajador de la Organización de Liberación Palestina de los EE.UU., dijo que la separación total es necesaria entre palestinos e israelíes.
La declaración fue hecha durante una conferencia de prensa sobre la oferta de un Estado Palestino patrocinada por el Christian Science Monitor de Washington. La declaración exacta de Areikat fue: "Yo creo que como primer paso, nosotros, o sea los israelíes y los palestinos, debemos estar totalmente separados"
Areikat se vio obligado a dar un paso atrás respecto a sus comentarios diciendo: "En ningún caso se estaba diciendo que no pueden vivir judíos en Palestina." En lugar de perpetuar la aceptación retórica de que la solución de dos estados se está quedando sin tiempo y la separación es un remedio natural para los problemas endémicos en el conflicto palestino-israelí. Areikat y la dirección palestina están en condiciones de reformular el relato del conflicto para poner de relieve su naturaleza, basado en los derechos del pensamiento palestino.
Sin embargo, las declaraciones de Areikat reflejan el pensamiento rancio generalizado dentro de la dirigencia palestina en Cisjordania. La narración de la separación, la afirmación frecuentemente citada de dos estados para dos pueblos, no es realista en el momento actual, dada la profundización de la ocupación israelí en Cisjordania. La mayoría de los palestinos son conscientes de esto y al mismo tiempo sostienen que si la estadidad es su legítimo derecho, también la privación constante de sus derechos es el núcleo de su queja con Israel. La frase del diplomático palestino no ayuda a tender puentes entre dos pueblos que deberán aprender a coexistir construyendo el futuro de sus respectivos estados y ninguno será por suerte un "estado étnicamente puro".
Pero los dirigentes israelíes y palestinos si no entienden los tiempos y las etapas históricas podrían tener que enfrentarse a la proliferación de movimientos de jóvenes activistas en Cisjordania y Gaza como también en Israel y no sólo por parte de su población árabe. Armados con el conocimiento social necesario para los medios de comunicación en contradicción con el discurso palestino-israelí en los corazones y las mentes de la sociedad civil internacional, podrían liderar un movimiento que extraerá la retórica del conflicto hacia la realidad del día a día.
Carlos Braverman
Tel Aviv Israel
20 de setiembre de 2011
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judeo-árabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).Derechos reservados Instituto Campos Abiertos Israel ISBN 965 387 008 9 זכויות יוצרים
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domingo, 18 de septiembre de 2011
El Día Internacional para la Erradicaciónde la Pobreza,17 de octubre
http://www.un.org/es/events/povertyday/17 de octubre
El Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza ha sido observado cada año, a partir de 1993, desde su declaración por la Asamblea General de las Naciones Unidas (resolución 47/196 ), con el propósito de promover mayor conciencia sobre las necesidades para erradicar la pobreza y la indigencia en todos los países, en particular en los países en desarrollo - necesidad que se ha convertido en una de las prioridades del desarrollo.
El tema de la conmemoración de este año es «De la pobreza al trabajo decente: cerrar la brecha». La celebración principal se esforzará para ilustrar las formas en que el acceso al trabajo decente y oportunidades para el aprendizaje y la formación pueden ser desarrolladas con la gente en la pobreza, teniendo en cuenta los esfuerzos existentes y las experiencias de los jóvenes, sus familias, y los que trabajan en el sector informal. Testimonios pondrá de relieve la necesidad de apoyar las iniciativas y programas que sean participativos y basados en los derechos, creando un diálogo entre los diferentes socios (familias, trabajadores, servicios sociales y los empleadores). Se destacarán los nuevos enfoques que superan la exclusión y son ecológicamente, socialmente y económicamente ventajosos.
El Segundo Decenio de las Naciones Unidas para la Erradicación de la Pobreza (2008 - 2017), cuyo tema es: «El pleno empleo y trabajo decente para todos» plantea un marco importante para que los Estados Miembros y las Naciones Unidas pueden reflexionar sobre las prioridades globales de empleo y trabajo decente para la erradicación de la pobreza.
En la Cumbre del Milenio, los jefes de estado y de gobierno, se comprometieron a reducir a la mitad, hasta el año 2015, el porcentaje de las personas que viven en la indigencia - cuyos ingresos sean inferiores a $1 dólar por día.
El Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza ha sido observado cada año, a partir de 1993, desde su declaración por la Asamblea General de las Naciones Unidas (resolución 47/196), con el propósito de promover mayor conciencia sobre las necesidades para erradicar la pobreza y la indigencia en todos los países, en particular en los países en desarrollo - necesidad que se ha convertido en una de las prioridades del desarrollo.
En la Cumbre del Milenio, los jefes de estado y de gobierno, se comprometieron a reducir a la mitad, hasta el año 2015, el porcentaje de las personas que viven en la indigencia - cuyos ingresos sean inferiores a $1 dólar por día.
El tema del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza de este año, “Juntos contra la pobreza”, pone de relieve la necesidad de una alianza verdaderamente mundial en la lucha contra la pobreza, en la que participen de manera activa tanto los países desarrollados como los países en desarrollo.
"Juntos contra la pobreza"
"La campaña destinada a hacer de la pobreza historia -un desafío moral básico de nuestra época- no puede ser tarea de unos pocos; debe congregar a la mayoría. Con ocasión de este Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, exhorto a todos a que se sumen a la lucha. Juntos podemos realizar progresos reales y suficientes para acabar con la pobreza."
Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan
En 1992, la Asamblea General, acogiendo con satisfacción el hecho de que, el 17 de octubre, algunas organizaciones no gubernamentales, por iniciativa de una de ellas (el Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo, con sede en Francia) había celebrado en muchos Estados el Día Mundial para la Superación de la Pobreza Extrema, declaró esa fecha Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza (resolución 47/196, de 22 de diciembre). La observancia del Día tiene por objeto sensibilizar a la opinión pública respecto de la necesidad de erradicar la pobreza y la indigencia en todos los países, en particular los países en desarrollo, necesidad que se ha convertido en una prioridad del desarrollo.
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Bensaid y los trotskismos por Pepe Gutiérrez-Álvarez
Archivo.
La reciente edición del intenso y rico breviario Trotskismos, de Daniel Bensaïd (El Viejo Topo, Barcelona, 2007), con dos epílogos “nacionales” (de Miguel Romero y del autor de estas líneas), nos invita de una historia en las que los problemas serios han formado parte de la vida cotidiana, comenzando por la propia definición (de hecho, una amputación estaliniana), siguiendo con sus propias crisis y divisiones, y concluyendo con su lugar en un mundo en el que el estalinismo no es ni sombra de lo que llegó a ser.
Nos parecía una definición restrictiva, primero porque fueron muchos los personajes, de antes y de después de Trotsky que nos parecían igualmente subyugantes, segundo porque la historia había sufrido numerosos “trastornos” (sobre todo con la Segunda Guerra Mundial que no fue atravesada por la “revolución”), y estábamos descubriendo nuevos continentes geográficos (el “Tercer Mundo”), y de “problemáticas” tan inconmensurables como el feminismo o la ecología que cobraban otra dimensión, y tercero porque el propio legado de Trotsky no siempre nos resultaba satisfactorio. Su palabra no nos convencía por igual en 1917 que pongamos, en 1921, sus escritos sobre España no nos convencía igual que los dedicado al desastre anunciado de Alemania. Por otro lado, se trataba de una opción contra las corrientes mayoritarias en el movimiento obrero, y esto nos situaba en un terreno en el que las propuestas para la acción aparecían a veces desconectada. También nos causaba una profunda desazón lo que algunos grupos llamaban trotskismo “verdadero”, algo así como un asiento “programático” desde el cual dictaminar lo que era correcto o era revisionismo o traición. No serían pocas las ocasiones en la que las inclinaciones sectarias acabaron por destruir una sección con historia, el caso boliviano habla por sí mismo.
Pero a pesar de todas estas reticencias y dificultades, lo cierto es que un sector significativo de nuestra generación (la que resulta definida por el “espíritu” de los mayos del 68), acabó asumiendo el legado que personificaba Trotsky, y lo hizo por una suma de consideraciones que resulta muy importante tener en cuenta. Aunque se trataba de una generación que se reiniciaba en el activismo político después de la derrota devastadora de la guerra y todo lo que vino después (el “reconocimiento” de Franco por las democracias sin la oposición de la socialdemocracia), ya teníamos una memoria, más lejana, la de los años treinta que se sintetiza en el POUM, y en los años sesenta con el Frente de Liberación Popular, el “Felipe”. Aquellos fueron años de tanteos y controversias de todo tipo, y en ellas irrumpieron la trilogía de Deutscher sobre Trotsky, los análisis de Mandel sobre el capitalismo tardío o neocapitalismo, sin olvidar las experiencias guerrilleras en América Latina o la emergencia de nuevas vanguardias en los países capitalistas avanzados, amén del creciente rechazo a lo que se llamaba “socialismo real”.
Entre 1966 y 1968 se dieron unos primeros brotes sin continuidad, pero desde el 68, se crean las condiciones parta un salto cualitativo. Se comienza a escribir una segunda página en la historia del trotskismo entre nosotros con la LCR, que a su vez, dará lugar a una suma de fracciones y subfracciones que aunque minoritarias, contribuyen a fijar una foto del ismo en la que la división (y el mareo) llegan a ofrecer una nota que, con todo, no conseguirá empañar en lo fundamental un combate por el desbordamiento de las premisas reformistas y pactistas cuyas consecuencias se traducirán en la derrota “dulce” que comporta la Transición y cuyas desastrosas consecuencias resultan cada vez más patentes...Ahora, desde la visión que permite una perspectiva histórica, está claro que pagamos muy caro el tajo histórico que se fue superando a través de una experiencia que, con todas sus limitaciones, creemos importante y fructífera, digna de ser contada.
En el prólogo que abre este libro, Daniel Bensaïd nos advierte que está abordando un tema no muy poco conocido en Francia.
Se está refiriendo a un país clave para la historia que cuenta. Aunque en Francia, la cuestión trotskista es la misma que en cualquier parte, se da una continuidad incluso durante la Segunda Guerra Mundial hasta el presente, cuando hasta el PCF crítica su historial estaliniano. Hasta cabe hablar de un prólogo relacionado con la presencia de Trotsky durante la Primera Guerra Mundial y de sus relaciones con la izquierda internacionalista de la CGT (Alfred Rosmer, Pierre Monatte, etc), conexión que prosigue desde los primeros pasos del PCF, cuando se trataba de oponer la extracción sindicalista a la socialdemócrata. Es verdad, se dan crisis y divisiones, pero el hilo organizativo se mantiene. Es más, en los últimos años, cuando en algunos diarios españoles se evoca el trotskismo, el motivo proviene sobre todo de Francia donde la tradición ha logrado una influencia muy significativa en la izquierda sindical, entre la juventud escolarizada, en los nuevos movimientos, y por supuesto en los medios culturales. Luego vienen Italia y Portugal (donde se distingue una presencia parlamentaria bastante molesta para la izquierda transformada, véase sino el “caso Turigliatto con la que fue “Refundazione”), peso que se amplifica en países de América Latina como Brasil (con una amplia participación en el debate sobre la alternativa al curso “gestionador” del actual del PT), Argentina o Venezuela, con un “ministro” en el último gobierno, y presencia en todo el continente, incluyendo Estados Unidos y Canadá.
Aparte de las grandes batallas de la historia social francesa (en junio del 36, la resistencia, la solidaridad activaron la revolución argelina, con Vietnam, contra el ascenso neofascista, etc), el trotskismo galo ha tenido una incidencia nada desdeñable entre los intelectuales Son numerosas las personalidades del mundo cultural que han tenido en un momento dado una conexión más o menos amplia con Trotsky y el trotskismo (cito al vuelo: André Malraux, André Gide, André Breton, Benjamin Péret, Pierre Naville, Gerard Rosenthal, Maurice Nadeau, Daniel Guerin, Pierre Broué, Michel Lequenne, Michael Lowy, y un largo etcétera). Y lo que parecía imposible, además de militante, ahora también incluye una expresión en las elecciones que hace años rebasa en su conjunto el 10%. Por lo demás, la militancia que se la encuentra en primera línea de los diversos Foros Sociales desde su primera plataforma en Porto Alegre (en su día una alcaldía de signo “cuartista”). En todos ellos se reconoce el peso que tienen la participación y las propuestas de la LCR (y de la IV Internacional). Esto sucede cuando el movimiento comunista “oficial” sufre la mayor crisis de su historia, y sus espíritus críticos no pueden por menos que tener muy presente una corriente que desde hace mucho tiempo, dejó de estar sola contra las burocracias y el estalinismo.
La obra de Bensaïd deja constancia de todo lo que, fundamentalmente, contiene esta tradición que se ha tendido a caracterizar como la defensora del período bolchevique leninista, o sea la épica de 1917, la guerra, los cuatro primeros congresos de la Internacional Comunista, etc. Siendo esto cierto, aunque no sin matices, también lo que es que el trotskismo de los tiempos de Trotsky se mantuvo gracias a una nueva época de aportaciones complementarias que comprendía los análisis de los diversos momentos del estalinismo, del significado del fascismo, de la nueva fase histórica que se abría con la derrota de la revolución española y con la Segunda Guerra Mundial, así como diversas rectificaciones en relación al discurso de Octubre, por ejemplo la defensa del pluralismo socialista...Lo mismo ocurrirá sobre todo en los años sesenta, con todas las aportaciones teóricas sobre el período abierto, y es lo que estamos viviendo en el actual ya que, abusos y errores aparte, Trotsky siempre fue plenamente consciente de que toda teoría que no avanza, retrocede.
Una buena muestra de este in crescendo de la Internacional (¿hay alguien que dude de la neecsidad del internacionalismo organizado?), como parte de los sectores más vivos e inquietos de los que se ha venido a altermundialismo. Algo tiene que ver con la recuperación parcial del movimiento obrero y juvenil, valor que se manifiesta aunque sea por el repelús y el odio indisimulado que suscita entre los mandarines neoliberales, como sería el caso del endiosado Jean-François Revel, quien en sus peores pesadillas veía la mano del trotskismo hasta en editoriales de Le Monde (1).
Con todo, a pesar de lo dicho sobre el trotskismo francés, no le falta razón a nuestro “Bensa” para pensar los problemas que comporta un trabajo de estas características. Sobre todo cuando la edición gala estaba concebido para una difusión mucho más amplia que la propia de los círculos de “enterados”. Más allá, se puede afirmar que el trotskismo no forma parte de los temas conocidos, sobre todo con lo que le ha caído encima, ayer con la denigración estaliniana, y en los últimos tiempos con la denigración neoliberal. A mi parecer, no deja de resultar indicativo que su principal referencia sea Tierra y libertad, película que resultó un hito militante en la segunda mitad de los años noventa, aunque dada la vertiginosa aceleración del período histórico quizá esté ya un tanto olvidada. Esto por más que en nuestro caso su amplio significado corresponda al terreno de lo que se ha venido a llamar la recuperación de la “memoria histórica”, un terreno en recobra pleno sentido la revolución española. De ahí que suscitara tantos resquemores entre los guardianes de la historia oficial impuesta con la Transición. Aquí cabría señalar la enorme aportación del ciclo antithatcheriano de Ken Loach, impulsado por un discurso alternativo por el que poca gente apostaba en los tiempos de Riff -Raff.
Aquí pues. estamos en una onda bastante más atrasada, de ahí que su lectura pueda representar mayor dificultad, y de ahí también todo el trabajo complementario, dentro del cual se incluyen estas notas
Dicho atraso tiene motivaciones muy amplias, pero en el caso específico de la tradición hay que remitirse a dos grandes cortes, el de la postguerra, y el que sigue la desaparición de la LCR. El primero fue precedido por la Izquierda Comunista de Nin y Andrade. Su proyección histórica es la de haber sido uno de los pilares del POUM. Comienza cuando todavía no está descartada la posibilidad de una “reforma” del Komintern y del PCE, entonces más bien diezmado y enfermo, imbuido en un izquierdismo sectario duramente criticado por la Izquierda Comunista (“) Este “primer trotskismo” concluye una primera fase, todo ello a continuación del abismo que se abre con la victoria del nazismo en Alemania (1933) y Austria (1934) Es medianoche en el siglo, los años el “gran terror” estalinista que proyecta su oscura sombra sobre la República española, especialmente en el curso que sigue los acontecmentos de mayo de 1937 en Bacelona. Como es sabido, este “gran terror” alcanzará al POUM, y con Nin y Trotsky asesinados por el mismo cuadro de sicarios, entre los que –tremenda ironía de la historia- se contaban comunistas que anteriormente habían sido unos jóvenes idealistas y que acabaron convertidos en criminales sin sin escrúpulos, tema por cierto de otra película popular, Asaltar los cielos (España, 1996), obra de Javier Rioyo y José Luis López Linares dos lcr que habían dejado de serlo.
Hay que hablar de una historia marcada por una tragedia entre comunistas de proporciones “bíblicas”, lo que distorsionara la historia hasta alcanzar el mayor de los absurdos, muy especialmente de la española. En este marco las relaciones de Trotsky y de la IV Internacional con Nin, Maurín y el POUM contienen no pocos contrasentidos. Las desavencias políticas se expresan no por medio del debate, sino de las más rudas descalificaciones. El mismo Trotsky que considera que el POUM es el “partido más honrado” de la izquierda española, lo estigmatiza como “centrista” (o sea como “martoviano”, el de Yuri Martov, el más izquierdista de los mencheviques). Esto ocurre en medio de una guerra provocada por una contrarrevolución militar-fascista que avanza, y sin a la izquierda del POUM exista nada que no sea su propia izquierda interior (“Pep” Rebull). Esto empero no impide que el POUM fuese y siga siendo catalogado como “trotskista”. Y es que a pesar de lo dicho por y contra Trotsky, el POUM era igualmente heredero de la tradición de Octubre, de la línea de frente único desarrollada en el tercer y cuarto congresos de la l, y de la lucha contra la burocracia (3)
Y añadir que la española fue una clase trabajadora más culta y organizada que la rusa, sin embargo no tiene un partido revolucionario, por ende, hay que crearlo en un momento en el que la palabra “trotskismo” se asocia con la “Quinta columna”, y hasta los soldados que siguen a la capitana Mitra Etchebéhère, no saben qué pensar. Las condiciones concretas pues, no pueden ser más adversas. Hay una guerra del fascismo contra la libertad y el socialismo, hay una corriente mayoritaria que quiere hacer la revolución por abajo pero no por arriba, hay una única potencia aliada, la URSS, y un partido comunista que por abajo lucha por una primera etapa, la republicana, y que por arriba se erige en los “sabuesos” para combatir y reprimir la revolución. La única carta que tiene el Trotsky “resucitado” en México es un “grupúsculo” bolchevique-leninista compuesto por jóvenes entusiastas, en su mayoría voluntarios extranjeros. Tendrán su “momento” al calor de los acontecimientos de mayo de 1937, con una convergencia puntual con “Los Amigos de Durruti”, el sector “enragé” del anarcosindicalismo, para acabar devorados por el curso que lleva al desastre sin paliativos. Uno de sus animadores, G. Munis adoptará en su ecuación política este momento como un referente primordial para la crítica al estalinismo, e iniciar una evolución rupturista que le llevará fuera de la internacional para crear su propia fracción. Su último acto será una tentativa de reconstrucción en la segunda mitad de los años setenta que no logrará ni tan siquiera una audiencia “grupuscular” (4).
Lo dicho: durante aproximadamente un cuarto de siglo, el trotskismo desaparece por nuestros lares, para resurgir con muchas dificultades en los años sesenta mediante un prólogo posadista cuya historia se ha perdido (5).
Al calor de mayo del 68 sobre todo, resurge un airado lector de Isaac Deutscher, Ernest Mandel, Pierre Broué y tantos otros. Es parte de lo que se llamó “nueva izquierda”. Aunque tiene sus propios criterios sobre porqué se perdió la guerra (la respuesta sería porqué antes se perdió la revolución), está igual o más interesado en los nuevos factores que están provocando el rápido deterioro del franquismo y en los debates del momento. Su base militante la extraerá de los estudiantes y los jóvenes obreros críticos con el PCE-PSUC, y con las variantes maoístas que capitalizan las disidencias de izquierdas. Su escalón previo será el Frente de Liberación Popular (ESBA en Euzkadi, FOC en Cataluña), el grupo más avanzado e implantado de la “nueva izquierda”, una página de la historia de la izquierda revolucionaria sobre la que solo muy recientemente se ha comenzado a escribir (6).
El capítulo que sigue se inserta en la tentativa de “las Ligas” que nos cuenta Bensaïd como algo muy propio con sus alcance y sus limites. La nuestra se llamará también LCR, y su periplo comienza afinales de los sesenta para concluir abruptamente a principios de los noventa, en opinión de muchos y muchas, cuando más falta hacía o sea cuando el espacio de una izquierda con un mapa sobre todo lo que estaba ocurriendo, se ampliaba. El desconcierto fue tan mayúsculo que ni tan siquiera permitió uno de aquellos debates los que estábamos tan habituados, pero como el Guadiana, la corriente volvió a reaparecer al calor de las esperanzas suscitadas por el altermundialismo. Quizás sea ya momento de ofrecer unas primeras aproximaciones históricas, para analizar nuestras propias tribus, el alcance de unas aportaciones especialmente activas en los setenta y de resistencia en los ochenta, y el sentido que de recuperar el “hilo rojo” de la continuidad histórica que hablaba Trotsky.
Sus inicios fueron fulgurantes, apareciendo como una ruptura frente al paternalismo de los partidos tradicionales, como un desafío abierto. Decir Liga era decir un proyecto para crear el “instrumento de la revolución” desde la periferia juvenil al centro proletario. La Liga despliega un impresionante élan militantista y divulgativo coincidente con una fase de incorporación masiva de una juventud al antifranquismo, y que refleja todos sus sueños liberadores, como el feminismo, la libertad sexual, el psicoanálisis, el rechazo del consumismo, etc. Todo ello como parte del reforzamiento de las expectativas socialistas alimentadas por los mayos, las crisis latinoamericanas, la revolución de los claveles, el cine político y militante, la irrupción del libro de bolsillo, etc. En este impulso, el desbordamiento de las apuestas reformistas llegó a parecer perfectamente posible. Hubo momentos en que las huelgas y las movilizaciones, animadas por la suma de las corrientes más combativas así como por sectores de las bases del PCE-PSUC, sobrepasaron los propósitos pactistas y causaron un importante desbordamiento de los planes de reformas, fueron mucho más allá de lo deseado por las burocracias sindicales y los aparatos de los partidos.
En los ochenta, los plazos de la historia cambiaron, la revolución quedaba muy lejos, ahora se trataba de otra travesía del desierto de la que parecen que tendrá una salida a caballo de la revolución en Centroamérica, o la vuelta a la turca en el Referéndum sobre la OTAN...Derrotas tras derrotas que acabaron por quebrantar seriamente a una generación que ya comenzaba a peinar calvas o canas, mientras que las nuevas hornadas de militantes que aparecen son bastante minoritarias e inmersas en un contexto de declive, y no están, salvo contadas excepciones, por hacer de la militancia su manera de vida, y las comparten con otras exigencias más personales animando tal o cual sector en ebullición. El agotamiento generacional era evidente, el relevo fue francamente exiguo. Por entonces, la restauración conservadora parecía invencible...
Después la historia se complica, y en donde antes se daban amplios debates, el análisis del momento final será –como en mi caso- fruto de criterios compartido por nos pocos.
La solución parecía pasar por una “convergencia revolucionaria” con el MC -último reducto parcialmente reconvertido del ya extinto maoísmo-, y acuerdos más o menos similares habían funcionado, por ejemplo en Portugal...Sin embargo, aquí pronto quedó claro que, si bien la LCR estaba hecha a la pluralidad, para trabajar lealmente como minoría, la dirección del MC era la “dueña” de “los suyos”, un criterio ante el que se estrellaban los argumentos. El desastre fue rápido y letal, de una sola crisis se llevó toda la izquierda radical que había animado en su mejor momento contra la OTAN. A partir de ahí, la quiebra fue inexorable, y para colmo, se habían aceptado las condiciones uniformistas del “caucus” del MC, y se había dejado de lado la propuesta de una minoría de mantener la sección de la Internacional. La disolución afectó muy gravemente a muchos colectivos insumisos, algunos hasta desaparecieron. El ciclo se cerraba nuevamente. Una mayoría se metió en su vida privada, pensando que el mundo que querían cambiar los había vencido. Una minoría aprovechó la formación militante para sumarse a los que ya se habían instalados en las instituciones, especialmente en la burocracia sindical. Otra minoría siguió caminando, pero ya en un tiempo de desaliento obviamente acentuado por la coyuntura histórica.
En los noventa, el mundo parecía cambiar de base pero en sentido muy diferente al que promete la letra de La Internacional. Se imponía pues un suma de replanteamientos. Los pilares ya no parecían tan firmes, todo dependía. Ya sabíamos que la historia podía acabar mal, que la clase obrera podía ser corrompida, y que las grandes teorías revolucionarias tenían serias limitaciones, pero aún y así la militancia más incombustible persistió, y se fraguaron las condiciones para que la tradición pudiera seguir aportando unas adquisiciones que se creían primordiales para comprender lo ocurrido, sobre todo para saber que el fin del estalinismo no tenía porque ser el final de la revolución y de los ideales emancipatorios, es más, los desafueros del triunfal-capitalismo nos convencían de aquello de ahora más necesario que nunca.
Ahora teníamos que empezar de nuevo después de la caída del maldito muro (después vendrían otros muros no menos odiosos pero perfectamente consentidos), pero un cierto escepticismo era poco menos que inevitable, no ya en la crítica al desorden establecido –no había que tomar notas de los datos sobre el hambre y la miseria que suministra la ONU, por ejemplo-, sino en el capítulo de qué alternativa, la pasión militante reportaba mucha vida, llenaba, pero también causaba desgastes, tensiones personales, y no pocas veces el ensimismamientos sectarios.
Estaba claro que la magnitud de la derrota no se podía entender sin los errores y los horrores del estalinismo. Ahora parecía que todo el arsenal de crítica suministrado por el trotskismo era insuficiente, y se detectaban errores graves en cierto bolchevismo. En aquel Trotsky que tardó demasiado en bajarse del tren blindado del Ejército Rojo, en concepciones por arriba compartidas por Lenin, el ascenso del “aparato” que en 1924 ya era “el partido” y ni que decir tiene, en nuestra propia historia, lo del POUM era un buen ejemplo. Trotsky estaba demasiado lejos para apreciar lo que ocurría, en sus diatribas la falta de análisis concretos se suplía con exigencias que no eran aplicables, con un programa “correcto” no se opera el milagro de construir un partido revolucionario, un instrumento sujeto por lo demás, a no pocos inconvenientes cuando el curso de la historia pasa lejos.
Se nos decía que todo eso era la historia de un fracaso, pero lo cierto era que sin la revolución, sin el “fantasma del comunismo”, no habrían tenido lugar las independencias de las colonias, las revoluciones en el Tercer Mundo, las conquistas de las libertades y de los derechos sociales, etcétera. Lo cierto era que sin el miedo a la clase obrera y a la revolución, el Capital estaba arruinando el la naturaleza, al mundo mayoritario, está cercenando los derechos sociales, vaciando de contenido las libertades, desactivando las conciencias... Después de retroceso de los ochenta-noventa, de la victoria del neoliberalismo sobre el principio esperanza, todo comenzaba de nuevo a cobrar un sentido. Entonces nos volvimos a encontrar, con la tradición y con las nuevas aportaciones, las lecciones de las derrotas y las propuestas para dejar de correr, y cambiar nuevamente el curso de los acontecimientos.
Por este tiempo, los restos del naufragio se refugiaron en grupos como el Espacio Alternativo, Izquierda Alternativa, el Col·lectiu per una Esquerra Alternativa en Cataluña o la Plataforma de Izquierdas en Madrid, y luego aparecieron grupos juveniles como Batzac, como parte de un conglomerado trotskiano afín ahora delimitado no tanto por la historia, sino por qué hacer frente a la globalización neoliberal, para llegar a un proceso de reunificación que ha dado lugar a Revolta Global, al tiempo que está insuflado nuevos alientos en el resto del Estado. Entre los primeros, algo estaba claro: tenían que vincular su apuesta de recomposición con el proyecto “transformador” de IU como el “tercer partido” o sea, como una opción alternativa a la obsoleta “casa común” de la socialdemocracia light. Cabría anotar que IU, con todas sus contradicciones, permitía unos grados de democracia interna que al viejo PCE (y también al MCE) le habrían parecido excesivas, y ello a pesar de la línea quebradiza que representaba Julio Anguita, todo un debate que de entrar, alargaría en demasía este atropellado prólogo.
Se puede hablar de una larga travesía contra corriente. De un largo tiempo en el que el trotskista era al decir de Deutscher como el apestado el medioevo, una experiencia de la que otros “malditos” como los anarquistas tienen amplios conocimientos (7). En esta travesía, con las circunstancias tan adversas, a veces se buscan refugios. La cuesta arriba y los círculos minoritarios comportan normalmente crisis y divisiones. Cuesta menos crear partidos con nombres altisonantes que hacerse un lugar en las luchas diarias. Se crea un ambiente en el que debates perfectamente legítimos se pueden convertir en dilemas entre lo correcto y la traición, las diferencias más sencillas, en dilemas que pueden llevar a verdaderos espejismos históricos enconados por líderes que prefieren ser cabeza de ratón antes que cola de gato, y buscan su razón de ser en la demostración de los desafueros del “revisionismo” ajeno, y situar este “principio auténtico” por encima de cualquier otra consideración, incluso la más obvia como la inserción social (8). Esta es una parte de la historia especialmente alambicada sobre la que Bensaïd sabe utilizar el bisturí, y ante todo situarla en los años de la resistencia perpleja, en los cuarenta y cincuenta, tiempo primordial para la dispersión de las tribus y para el desarrollo de sus características específicas. Pero si bien las crisis son bastante comunes en todas las escuelas políticas en los tiempos de vacas flacas, en el caso trotskista adquieren unos ribetes especiales. Sobre todo porque suelen marchar de la mano de elaboraciones especialmente depuradas, nos encontramos con una explicación de unas dinámicas disgregadoras que rizan el rizo, cuando no se extravían en limbos tan dudosos como el que encarnó Gerry Healy, sin duda el más perturbador de todos los nombres de los trotskismo (9).
Este evidente dislate crea unas dinámicas que atraviesan las coyunturas políticas, y que se justifican por su propia inercia como sección de tal internacional o fracción de internacional. A la mayoría las encuentras en lugares tan ajenos a la tradición como las papeletas electorales. Grupos o subgrupos que permanecen apartados de “lo que se mueve”, sacan la cabeza en periodo electorales, o sus Webs correspondientes para destilar las excelencias doctrinarias, ajenos a todo lo que pueda crearles problema con la realidad que, en principio, deberían tratar de transformar. A veces se les puede sentir evocar sus mitos, Trotsky por supuesto, el primero. No hay duda de que el personaje abarca tanta historia, tanta que Deutscher se quedó corto con su tres volúmenes. Sin embargo, Trotsky no se sentó en los “principios fundamentales”, ni nada parecido. De hecho, es tal en la medida en que se movió, trato de conquistar una y otra vez las almenas de la realidad. Y es que si el trotskismo tiene un sentido no es como la gran solución, es ni más ni menos una aportación. Desde la construcción de puede mirar a las demás corrientes desde una superioridad teórica o programática que no puede existir preconcebida. Aportará a las alternativas desde la acción y el debate.
Las generaciones a las que va destinada este libro se encuentran con un bagaje de formación y lecturas más atrasada que las anteriores que sacaron músculo en este terreno. Es más que probable que muchos de los acontecimientos, personajes y debates que cita Bensaïd, le resulten poco o nada conocidos. Pero cabe esperar que libros como este le ayuden a restablecer con el máximo detalle un mapa que conecte el pasado con el presente, para una lucha que -hay que repetir todas la veces que sean necesarias- Ahora es más necesaria que nunca.
Notas
---1) En uno de sus dictámenes el “gran” Jean-François Revel (Le Point nº 1501, 22/6/01), con ocasión del “escándalo” provocado alrededor del pasado trotskista de Lionel Jospin, decía sobre Trotsky: a) que el hecho de que fuera expulsado del partido, de la URSS y finalmente asesinado, se explica porque el "exterminio de unos jefes por otros es inherente a los regímenes totalitarios", b) que a él corresponde la "orden del 4 de junio de 1918, que establece los campos de concentración en la URSS", y por supuesto, "las ejecuciones y las deportaciones masivas de los marineros de Kronstadt"; y c) amén de una frase de la sentencia que entiende la restauración de la "democracia en el partido" como un "derecho del núcleo auténticamente proletario del partido", y de otra en que habla de "dar libertad al arte, a la literatura y a la filosofía destruyendo sin piedad todo lo que se dirija contra las tareas revolucionarias del proletariado". La fórmula empleada por Revel es muy sencilla: ofrecer citas sin indicación alguna de tiempo y de lugar. Nada se dice de una guerra mundial, de una guerra civil en que 21 naciones apoyaban a los zaristas, etc.
---2) El trotskismo libró una de sus mayores batallas contra el izquierdismo del “tercer período”, cuyas consecuencias más desastrosas tuvieron lugar en Alemania al principio de los años treinta. Pero esto no impide que la crítica de Elorza & Bizcarrondo (Queridos camaradas. La Internacional Comunista y España: 1919-1939, Barcelona, Planeta, 1999), esté literalmente construida sobre una suerte de simetría extremista derivada de la tentativa de aplicación mimética de la revolución de Octubre, en tanto que Stalin-Togliatti sirvieron “casi perfectamente” a la República, que era lo único de que se trataba.
---3) Está visto que no hay manera de disociar al POUM de la definición de “trotskista”, incierta si nos atenemos a la áspera controversia Trotsky-Nin. Con todo, no deja de ser curioso que Víctor Alba, uno de los poumistas más furiosamente antitrotskistas, defina al POUM en Operació Nikolai en virtud de dos criterios básicos: 1) la revolución democrática será asumida por la revolución socialista; y 2) el estalinismo había traicionado a la revolución y había que ofrecer una alternativa socialista y democrática... Si esto no es trotskismo, se le parece mucho.
---4) Sobre el “munismo” ver, Guillamón (Agustín), Documentación histórica del trotsquismo español (1936-1948), Madrid, Ediciones de la Torre, 1996; para un mayor análisis me remito a mi reseña sobre el libro aparecida en www.fundanin.org.
---5) La fracción posadista representó al trotskismo antes del mayo del 68 y de la emergencia de grupos como Acción Comunista, después su trayectoria se hizo cada vez más errática hasta desaparecer. Sus fuentes de propaganda provenían de América Latina, y se apoyaba sobre todo en los textos y discursos de J. Posadas, cuyo ideario político se fue haciendo cada vez más desaforado. Fue una primera escuela para algunos cuadros de la LCR, entre otros Diosdado Toledano, Jordi Dauder, Antonio Gil y Lucía González.
---6) Gracias dos trabajos, la crónica periodística de Eduardo García Rico, Queríamos la revolución. Crónicas del Felipe (Flor del Viento, Madrid, 1998, con prólogo de Leguina), todo un modelo de historia “periodística”, muy inferior al trabajo de campo de Julio Antonio García Alcalá Historia del Felipe (FLP, FOC y ESBA). De Julio Cerón a la Liga comunista Revolucionaria en una edición del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (Madrid, 2001). La mayor parte de la “vieja guardia” de la Liga (Mari Causa, Miguel Romero, Jaime Pastor, Manolo Gari, Joan Font, etc) provenían del FLP.
---7) No deja de ser curioso que a pesar de sus múltiples coincidencias entre trotskismo y anarquismo en las barricadas desde julio del 36 hasta mayo del 68, siguiendo con las “movidas” contra la globalización y sin olvidar mayo del 37, no haya permitido una relación “amistosa”, en buena medida porque los segundo siguen considerando a los primeros con trazos no muy diferentes a los de Revel aunque desde sea desde una óptica opuesta...Esto explica que no fue hasta después del asesinato de Nin que algunos (Camillo Berneri sobe todo) empezaron a reaccionar, subrayando por primera vez que no todos los “comunistas” eran los mismos perros aunque con diferente collar como repetían en Solidaridad Obrera.
---8) El lector de algunos manuales del historiador de filiación “lambertista”, Jean-Jacques Marie como El trotskismo (Ed. Península, Barcelona, 1975), o Trotsky, le trotskysme et la IVª Internationale (PUF, París, 1980), podrá creer que la mayoría de la Cuarta ostentaba el “Guinnes” en lo que se refiere a revisiones y traiciones políticas, todas ellas tan evidente que bastan unas pocas líneas para saldar cuestiones cuanto menos bastante complejas...La “cuestión de las cuestiones” para Marie-Lambert radica en la total vigencia de El programa de Transición, escrito en 1938...En una aportación más reciente, El trotskismo y los trotskistas(traducido y editado por el POSI), Marie se muestra mucho más comedido. Centrado en Francia, en la triade LCR, Lutte Ouvriére y lambertismo, en ningún momento informa sobre las enormes diferencias en la implantación entre estos y los dos primeros, y entre oras cosas, convierte los Foros Sociales en montajes financiados por filántropos como Bill Gates al tiempo que se escandaliza por el escaso significado social de luchas como la de gais-lesbianas...
---9) Fecundada desde Gran Bretaña, los “healystas” crearon allá por mitad de los años setenta la Liga Obrera Comunista, y trataron por igual de fundar un diario, Prensa Obrera. Lo voceaban jóvenes militantes en las puertas de los metros, y gritaban proclamaban las pruebas que demostraban la “infiltración” en el trotskismo, acusación centrada en dos antiguos líderes del SWP norteamericano, Josep Hansen y George Novack (filósofo muy traducido en Fontamara)....Broué contaba que en el momento de la apertura de los archivos de Harvard de Trotsky, aparecieron dos investigadores afines al grupo para encontrar las “pruebas” que tanto habían enunciado, “pruebas” que existían pero que inculpaban al mismísimo Trotsky. El asunto radicaba en el hecho de Hansen y Novack con el aprobado de Trotsky tantearon la posibilidad de que el FBI les pudiera servir ocasionalmente ante la presión asesina que se cernía sobre la casa de Coyoacán.
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sábado, 17 de septiembre de 2011
¿Queremos realmente la paz? por Galia Golán
Original en ynet: http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4118832,00.html
En español Carlos Braverman
Yo acuso al gobierno de Israel (a varios de ellos) no sólo por su incapacidad para garantizar el cumplimiento de los derechos socioeconómicos de sus ciudadanos, sino también por su completa ineptitud para garantizarles seguridad. El gobierno de Israel ha sido incapaz de brindarles seguridad a sus ciudadanos porque ha rechazado la búsqueda de una solución al conflicto árabe-israelí.
Es posible remontarse hasta la década de 1950, cuando el primer ministro Daviv Ben Gurión no mostraba ninguna decepción ante el hecho de que los egipcios fueran demasiado exigentes, pues tenía la firme convicción de que el tiempo estaba de nuestro lado. Sin embargo, muchos acontecimientos posteriores - el no menos importante de ellos: la guerra de 1967 - demostraron que esa creencia era del todo equivocada.
Sus sucesores rechazaron la paz, al menos con Jordania, persiguiendo el anhelo de aferrarse a una Jerusalén Oriental ampliada y al Valle del Jordán, a pesar de que la paz con Jordania proporcionaría una protección mucho mayor que la ocupación de una población hostil, una frontera armada y un continuo estado de guerra. Del mismo modo, unos 20 años más tarde, el gobierno de Itzjak Shamir también rechazó el plan de paz elaborado por Shimón Peres y el rey Hussein. En el medio, quién sabe cuántas propuestas habrán sido ignoradas o rechazadas, y las presentadas por Sadat, entre las más importantes, podrían seguramente habernos ahorrado las miles de vidas que se perdieron en la guerra de Yom Kippur.
Pero supongamos que esa paz con Jordania y Egipto no nos hubiera - y de hecho, no lo hizo - liberado de la cuestión central del conflicto: la cuestión palestina. La exigencia de los palestinos era una clara demanda de suma cero: Palestina en lugar de Israel. Hasta 1988 es así.
Una vez que la OLP, en 1988, aceptó la solución de dos Estados, acordando un único estado en Cisjordania - incluida Jerusalén Oriental - y la Franja de Gaza, junto con el reconocimiento y la paz con Israel, el fin del conflicto se hizo posible. Esta decisión fue un avance equivalente a la histórica visita de Sadat a Jerusalén. El resto sería lo difícil; se mantendría una decidida negociación sobre aspectos específicos y procedimientos, límites exactos, población (asentamientos, refugiados) y, como en el caso de Egipto, los estadounidenses podrían ser convocados para allanar el camino. Pero la paz fue posible.
Tardíamente, el gobierno israelí, bajo un nuevo liderazgo y por muchas razones, se decidió a aprovechar esta oportunidad. Rabin sólo exigió una aclaración y una garantía obligatoria para el futuro: el reconocimiento explícito por parte de la OLP del derecho de existencia de Israel.
Sabemos lo que ha sucedido desde entonces: opositores, de ambos lados, gracias al terrorismo; expansión de asentamientos, asesinatos; todo lo cual no hizo más que evitar el logro de la paz, dando lugar al colapso de Oslo. No es de extrañar que el rechazo por parte de Israel del "compromiso histórico" de la OLP condujera al crecimiento de Hamás y de su violencia en contra de Israel.
Por extraño que parezca, en lo que aparentemente fue un esfuerzo genuino por parte del gobierno de Olmert para alcanzar un acuerdo, los problemas pendientes no eran Jerusalén (en cuyas ambas partes había plena disposición para realizar algunas concesiones) ni los refugiados (el mayor compromiso por parte de la OLP). La cuestión pendiente eran los asentamientos - a saber, la cantidad de territorio que Israel tomaría de Cisjordania para dar cabida a los asentamientos. Eso es a lo que se reduce toda la cuestión: los asentamientos.
Ni que decir tiene que el posterior gobierno de derecha de Netanyahu no ha mostrado interés alguno en continuar la tarea iniciada por Olmert, y ha preferido hacer a un lado a Mahmud Abbás quien sigue defendiendo sus compromisos y buscando alternativas.
Y si el incumplimiento de los compromisos de la OLP sólo ha logrado fortalecer a los palestinos radicales, no debe sorprendernos la ira popular de la región - y fuera de ella - ante el continuo rechazo de la Iniciativa de Paz Árabe por parte de Israel, lo cual prometía a Israel todo lo que este país ha buscado, al menos en apariencia, desde su creación: paz, relaciones normales con todos los estados árabes, seguridad.
¿Funcionaría? ¿Duraría para siempre? ¿Es algo sujeto al azar? Tal vez, pero algo nada azaroso, sino más bien bastante seguro es lo siguiente: cohetes lanzados desde el sur; en algún momento, cohetes disparados desde el norte; renovación de la Intifada y terrorismo desde el este y en el interior, por no hablar del aislamiento político y, probablemente, económico en el mundo.
Esta es la "seguridad" que el gobierno nos promete.
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Abbas está haciendo una apuesta mayor por Carlos Braverman
Hace unos días publiqué una síntesis que adjunto por separado más abajo sobre el procedimiento en la ONU en relación al reconocimiento del Estado Palestino.
Abbas ayer eligió ir al Concejo de Seguridad, surge la pregunta por qué no se dirigió al pueblo como presidente de la ANP y lo hizo como presidente de la OLP. La respuestas son claras pero las daremos después, más adelante. Tal vez lo más relevante es que no aclaró si se presentará a la Asamblea General también. El mensaje más tranquilizador para la opinión pública israelí es que la Autoridad Palestina tiene la intención de volver a las negociaciones después de lograr el reconocimiento de la ONU con el fin de llegar a un acuerdo de paz. A la luz de muchos rumores e informes, Abbas aclaró que la Autoridad Palestina tiene la intención de hacer su solicitud al concejo de Seguridad de la ONU para el reconocimiento de un Estado Palestino. Esto a pesar de que admite el veto de EE.UU. que le espera en el Consejo de Seguridad. En el ámbito interno Abbas gana muchos puntos de crédito entre los palestinos. Él se presenta como un líder fuerte que se mantiene firme y defiende los intereses de los palestinos y Hamas sólo se debilitará. La pregunta es si de Abu Mazen tendrá la fortaleza de sobrevivir a los numerosos días después de que los residentes de Gaza y en especial los de Cisjordania, descubran que nada ha cambiado en el terreno Si no va al a Asamblea General, , el debate en el Consejo de Seguridad es probable que se posponga por largos meses sin logros tangibles para presentar al público palestino a su regreso a Ramallah. Por otro lado, dirigiéndose a la Asamblea General, mientras que la solicitud se encuentra en debate en el Consejo de Seguridad puede disuadir a algunos de los estados sobre el apoyo a la solicitud de reconocimiento de un Estado. Mostró coraje y decisión, hizo la apuesta mayor, pero en Asamblea General es donde tiene chance de traer algo tangible a su regreso. Sino al final, ese mismo público que ayer lo celebró, es probable que se vuelva en su contra.
Palestina: Voto en la ONU y las cuestiones de procedimientos
El liderazgo palestino debe anunciar si decide pasar por el Consejo de Seguridad o la Asamblea General para presentar su solicitud de adhesión a la ONU el 20 de septiembre. La solicitud de reconocimiento ante el Consejo de Seguridad no tiene ninguna posibilidad de éxito, los Estados Unidos han afirmado con claridad que se va a vetar. En ausencia de una decisión positiva del Consejo de Seguridad, los palestinos pueden ir a la Asamblea General (AG) para elevar su estatus actual como una "entidad con estatuto de observador" a la de "Estado observador". En la Junta General, los palestinos pueden contar con una cómoda mayoría en favor de su causa, entre 120 y 150 Estados, de los 193 que tienen las Naciones Unidas.
Con la condición de "Estado observador" seríal miembro de pleno derecho en todos los órganos de las Naciones Unidas como la Unesco y la Organización Mundial de la Salud (OMS), donde los palestinos ahora se sientan en calidad de observadores, y ofrece la oportunidad de apelar a la Corte Penal Internacional (CPI). Este estado también puede alentar a los Estados que han votado a favor de la resolución la AG para establecer relaciones diplomáticas bilaterales, la firma de acuerdos bilaterales y abrir embajadas en Palestina.
Sin embargo, la condición de "Estado observador" no afecta a los límites, que sólo podrán ser adoptados por un acuerdo entre israelíes y palestinos. Síntesis en español de Carlos Braverman.
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judeo-árabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).Derechos reservados Instituto Campos Abiertos Israel ISBN 965 387 008 9 זכויות יוצרים
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sábado, 10 de septiembre de 2011
11- S: Madrid, Londres y la memoria de Salvador Allende por Carlos Braverman
Dentro de unos días será el décimo aniversario de los hechos del 11 de setiembre de 2001 en el World Trade Center y el XXXVIII aniversario del sangriento derrocamiento del presidente Salvador Allende. No hace mucho dije que los atentados del 11-S y el 11-M, los del metro en Londres, los atentados y la destrucción de las Embajada de Israel en Buenos Aires, las norteamericanas en Tanzania y Kenia, los ataques mortales a turistas en Luxor (Egipto), Marruecos y Kenia por grupos fundamentalistas es un nefasto eslabón de oprobio y sinrazón no justificable, no argumentable en beneficio de ninguna causa. Tampoco son sostenibles los hechos en Somalia, Darfur, Ruanda, Irak, Afganistán, los “istam”, Osetia, Georgia, Líbano y los que ocurren en la Autonomía Palestina e Israel, lugares donde también sobran víctimas del terrorismo.
Terrorismo es el uso sistemático del terror indiscriminado y sin ningún parámetro humanitario para coaccionar a sociedades o gobiernos, utilizado por organizaciones políticas-armadas en la promoción de sus objetivos. Existe también el terrorismo de estado, que no se diferencia de los terrorismos en general en las metodologías contra los ciudadanos para lograr sus fines. Hoy, la multiplicación de víctimas y la industrialización del crimen contra ciudadanos son un asesinato cada vez más difícil de matizarlo con el barniz de una causa principista, es parte de un engranaje económico que tiene como sabemos un presupuesto global y se llama negocio de la guerra y del terror.
El terrorismo y la industria de la guerra vulneran los derechos humanos, cosa que es una verdad obvia, desprecia la vida, la dignidad y cosifica al hombre frente al manipuleo del poder hasta su desaparición física con penurias insufribles.
El 11 de setiembre de 1973 es derrocado el gobierno de Salvador Allende en Chile y la Operación Cóndor comienza a articularse en el Cono Sur de la América Latina. Es el fin de las instituciones democráticas en la zona, el triunfo del imperialismo y el Plan Nixon. Los derechos humanos como expresión del conjunto de facultades y garantías que cualquier persona debe poseer para proteger su integridad física y su dignidad moral, los derechos que el hombre exhibe por el mero hecho de serlo desaparecen. Su estatus de inalienables y fuera del alcance de cualquier poder político se desvanece. El razonamiento que la dignidad humana representa la garantía que la persona no va a ser objeto de afrentas a su integridad moral, preservando además el respeto a su dignidad física, parece una broma de mal gusto frente a este panorama actual. Las dictaduras latinoamericanas con su metodología paradigmática del terrorismo de estado representaron la violación infinitamente multiplicada de este concepto; para solventar su proyecto político y económico, generaron entre otras atrocidades la existencia del cruel estatus del “desaparecido”. Sus oponentes, o a quienes consideraban enemigos, no estaban ni vivos ni muertos. Sinónimo por antonomasia de Desaparición Forzada de Personas, pilar de un régimen de terror que se ejecutó con matemática precisión.
Los atentados terroristas mencionados antes no representan menos, especialmente el 11- S da lugar a polémicas, están quienes hablan de auto atentado o permisividad para el mismo, pero hay que ser muy mal avenido para no considerar las decenas de millares de víctimas civiles que ofrendó. Los otros atentados, no son menos tributarios de la cruenta negación de los derechos humanos y la sistemática industrialización de la muerte. Me canso de repetir según la definición de Pierre Truche en «La Notion de crime contre l'humanité», que el crimen contra la humanidad es la negación de la condición humana a miembros de un grupo de hombres en virtud de la aplicación de una doctrina. Los crímenes de lesa humanidad se distinguen de otros, según la Corte Penal de Roma, ya que son cometidos “como parte de un ataque generalizado o sistemático”, es decir, pueden ser ejecutados por una agresión militar o en la aplicación de las llamadas medidas administrativas en cumplimiento de objetivos políticos (desaparición forzosa, tortura, etc.), por parte de las acciones de un estado o una organización armada subversiva o rebelde. La acción de estos actos que atentan contra el derecho internacional humanitario no es exclusiva de los estados como mencioné, incluyen también a aquellas organizaciones no estatales que delinquen a lo largo y ancho de los territorios nacionales, junto a sus similares de carácter transnacional que enmarcan sus acciones en guerras asimétricas contrariamente a la garantía de los Derechos Humanos y a la aplicación del Derecho Internacional Humanitario. Recordamos entonces así hoy, hechos que se encuadran en la violación de la dignidad del ser humano. Estos hechos no se pueden resolver con fobias étnicas o religiosas por una parte, o con guerras preventivas que aumenten las ganancias del capitalismo bélico por otro. En el caso latino americano se debe rescatar y honrar la memoria de los pueblos con resoluciones legales efectivas aunque ya tardías contra los genocidas que entronizaron el terrorismo de estado contra sus conciudadanos, pero se debe trabajar sin pausa para preservar los derechos civiles y humanos del día a día. Para mí, lo fundamental es la batalla global por los derechos humanos, la dignidad del hombre y el “no definitivo” al coqueteo con cualquier desviación de los mismos.
Ninguna organización terrorista de cualquier signo puede merecer simpatía alguna; como ningún estado que invoque la negación de garantías constitucionales o jurídicas “para el bien de la población”, debe ser tolerado por la comunidad internacional democrática.
Nunca más miremos para otro lado y rindamos homenaje a todas las víctimas de estos hechos diciendo muy fuerte:”presente”.
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judeo-árabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).Derechos reservados Instituto Campos Abiertos Israel ISBN 965 387 008 9 זכויות יוצרים
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domingo, 4 de septiembre de 2011
J14 Israel: algunas conclusiones e hipótesis por Carlos Braverman
Estimaciones que van desde 400.000 a 460.000 participantes indican algo inimaginable hasta hace unas semanas en Israel. Esto significa que entre cinco y seis por ciento de la población de Israel estaba en la calle. Diría que el movimiento de protesta puede dar a luz a un nuevo partido político con la gente joven que no olvida por qué tomaron las calles en los últimos dos meses. Muchos empresarios y activistas sociales ajenos hoy a la política activa pueden unirse a ellos. El discurso que se centró siempre en qué puedes servir tú al país, se reveló por fin como un falso patriotismo que en estas semanas parece que comenzó a ser sepultado en la conciencia de los ciudadanos para ser reemplazado por un patriotismo real. En su lugar, un nuevo discurso ha surgido donde somos seres humanos y por lo tanto tenemos el derecho a vivir como seres humanos. Estamos ya en un país donde es posible hacer un llamamiento a judíos y árabes para que caminen juntos para demostrar al mismo tiempo lo que les preocupa cómo ciudadanos de una misma sociedad. El patriotismo puede definirse ahora en los términos que el ciudadano tenga trabajo y capacidad para acceder a él, sustentar a sus familias y recuperar los mejores lugares para Israel en un mundo donde él mismo contribuye todos los días a que se le dé aún más la espalda.
La manifestación de ayer representó la esperanza de la transformación de la acción ciudadana, el comienzo de una nueva etapa con las protestas de los consumidores, las demandas políticas específicas y el pensamiento crítico que va mucho más allá de una tienda de protesta.
Es posible que el diálogo entre interlocutores religiosos y laicos, árabes y judíos, entre políticos y ciudadanos continúe con seriedad y la gente realmente aprenda a escucharse.
Itzik Shmuli, jefe de la Unión de Estudiantes que utilizó el término "nuevos israelíes" por lo menos media docena de veces en su discurso, entiendo que por el momento es quien con más seguridad se embarca en la política con un probable nuevo partido o se suma a una oferta electoral dentro de algunas de las ya existentes. Yo no descartaría que lo haga con un laborismo conducido por Shely Iejimovich después de sus primarias o invitado por ella a sumarse en su cruzada por el timón del partido. En realidad el movimiento J14 desde el principio se configuró con diversos círculos sociales y diferentes enfoques para el cambio. Creo que potencialmente de él pueden nacer tres nuevos partidos para las próximas elecciones, cosa que sería una desgracia después de siete semanas de convergencias y acciones transversales. Pero estoy seguro, que si no apuramos el paso los políticos “tradicionales honestos” con una mejor opción que la fragmentación de nuevas ofertas electorales, este es el panorama posible. O sea poco efectivo para un cambio en las posibilidades de expresión y capacidades de poder renovadas y para peor todavía más funcionales al actual sistema, al status quo, con una perspectiva gatopardista maravillosa para magnates, corruptos y grupos de poder inamovibles. Los manifestantes tenían ayer un sentido más elocuente de lo que necesitaban, entre otras cosas se puede decir que el pedido se resume en un gran movimiento político-social, para sustituir a los partidos clásicos que hoy son la derecha representada por el Likud y los partidos religiosos en el gobierno, sin contarnos a la izquierda que dimos muestra de no poder articular las acciones y demandas que se expresaron en este proceso de protestas. Es que el público dijo no a ésta grosería populista y redencionista- mesiánica que gobierna coalicionariamente, empobrece y aísla al país del resto del mundo, perdón, salvo a las 18 familias que hoy son propietarias del país. También nos dijo no a la izquierda que no supimos como digerir la cuestión social y transmitirla en un programa y estructura acorde a los tiempos actuales, es decir una izquierda que sea opción de poder, o al menos una seria oposición de la cual el país hoy carece.
No está del todo claro que el J14 quiere un cambio de régimen y del orden de las cosas al menos por ahora.
Yo soy partidario de trabajar por un solo partido transversal progresista y claramente modernizador que exprese a ese Otro Israel que estuvo en las calles, capaz de romper el status quo vigente. Me refiero al Israel de los que menos ganan, el de las poblaciones más débiles y carenciadas, al de las minorías étnicas, al de aquellos que trabajando todos los miembros de la familia en capacidad de hacerlo son pobres, al de aquellos que ya están debajo de la línea de pobreza y engrosan sin cesar el sector de los más desdichaos y con un futuro muy oscuro. Sé que en ese Otro Israel están numerosos empresarios que padecen el oligopolio de las 18 familias que controlan el 77% de nuestra economía y son capaces de apostar a nuestro desarrollo y dinamizar esta economía concentrada. Si el resultado de todo este movimiento son varias nuevas opciones electorales para el 2013 o para un eventual adelanto de elecciones en el 2012 por alguna crisis coalicionaria, que es posible que ocurra por los hechos de setiembre, cansamos al pueblo y salvamos al modelo actual otorgando el maquillaje que necesitaba. En ese caso entraremos de nuevo en la era de los rostros grotescos a los que invitan ciertas caracterizaciones del carnaval, siempre eufórico en los comienzos y de una letanía melancólica y abrumadora en su resaca.
Tel Aviv Israel
4 de setiembre de 2011
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judeo-árabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).Derechos reservados Instituto Campos Abiertos Israel ISBN 965 387 008 9 זכויות יוצרים.
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