Cuando hablamos de mayoría en la democracia, es
inevitable referirse a la confrontación de diferentes mayorías entre sí. Se
podría llegar a decir que hablamos de varias mayorías o de una minoría que sea
la mayor entre todas las restantes minorías
Pero en Israel la mayoría se compone de minorías que parecen anexar mayorías, cuestión por demás paradojal para el análisis político.
Así el actual equilibrio político de poder ha creado un parlamento cuya legislación está arrastrando a Israel hasta el final de la lista de los países aceptables. La democracia se distorsiona hasta consolidarse como un gobierno sin restricciones para la supuesta mayoría total y sin límites. Si la mayoría surge universalmente por deliberación o agregación de intereses que contemplan acuerdos o consensos, en Israel la mayoría surge de minorías “activistas” en el lenguaje político local o proactivas en buen español, que engloban a mayorías no activas. El sistema está atrofiado y para que los mecanismos funcionen es necesario consolidar verdaderas mayorías, para reactivar una vida institucional sana. Siempre dije que es peor carecer de oposición que padecer pésimos gobiernos.
La oposición parlamentaria se ha empequeñecido y neutralizado y ya no hay quien amenace derrocar al ejecutivo por derecha.
¿Cuál es el programa de esta nueva y fantástica mayoría?
Hasta el presente el proceso con los palestinos dejó de existir hasta lo peligroso e indecible, se aceleró la construcción en los asentamientos e Israel ganó records en aislamiento internacional.
Se piensa que la alianza con Shaul Mofaz fortalece el ala moderada del gobierno y lo libera para desandar el camino que le aseguraba una buena caída libre en el abismo.
Sin embargo no veo a nadie que esté interesado en un cambio real y creo que se navegará así hasta las próximas elecciones donde lo original será escuchar el discurso opositor que sería el de los mismos actuales oficialistas. O sea que harían si estuvieran donde estuvieron.
Este surrealismo condice con los ejes más preciados de Bibi, la construcción del tema iraní, el olvido para los palestinos y un frente sólido interno de supuesto conformismo para barnizar una realidad social deteriorada en lo económico y en lo societario.
La gran oportunidad se va como agua entre las manos y los tiempos amenazan aún ser peores y eso sucede pues como dije; es peor no tener oposición que un pésimo mega- gobierno como esta gran coalición de todos y de nadie.
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Militante por la coexistencia judeo-árabe y un camino alternativo a la globalización neo-liberal. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).
Derechos reservados: Instituto Campos Israel ISBN963-03- 0316- 2 מסת"ב
Pero en Israel la mayoría se compone de minorías que parecen anexar mayorías, cuestión por demás paradojal para el análisis político.
Así el actual equilibrio político de poder ha creado un parlamento cuya legislación está arrastrando a Israel hasta el final de la lista de los países aceptables. La democracia se distorsiona hasta consolidarse como un gobierno sin restricciones para la supuesta mayoría total y sin límites. Si la mayoría surge universalmente por deliberación o agregación de intereses que contemplan acuerdos o consensos, en Israel la mayoría surge de minorías “activistas” en el lenguaje político local o proactivas en buen español, que engloban a mayorías no activas. El sistema está atrofiado y para que los mecanismos funcionen es necesario consolidar verdaderas mayorías, para reactivar una vida institucional sana. Siempre dije que es peor carecer de oposición que padecer pésimos gobiernos.
La oposición parlamentaria se ha empequeñecido y neutralizado y ya no hay quien amenace derrocar al ejecutivo por derecha.
¿Cuál es el programa de esta nueva y fantástica mayoría?
Hasta el presente el proceso con los palestinos dejó de existir hasta lo peligroso e indecible, se aceleró la construcción en los asentamientos e Israel ganó records en aislamiento internacional.
Se piensa que la alianza con Shaul Mofaz fortalece el ala moderada del gobierno y lo libera para desandar el camino que le aseguraba una buena caída libre en el abismo.
Sin embargo no veo a nadie que esté interesado en un cambio real y creo que se navegará así hasta las próximas elecciones donde lo original será escuchar el discurso opositor que sería el de los mismos actuales oficialistas. O sea que harían si estuvieran donde estuvieron.
Este surrealismo condice con los ejes más preciados de Bibi, la construcción del tema iraní, el olvido para los palestinos y un frente sólido interno de supuesto conformismo para barnizar una realidad social deteriorada en lo económico y en lo societario.
La gran oportunidad se va como agua entre las manos y los tiempos amenazan aún ser peores y eso sucede pues como dije; es peor no tener oposición que un pésimo mega- gobierno como esta gran coalición de todos y de nadie.
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Militante por la coexistencia judeo-árabe y un camino alternativo a la globalización neo-liberal. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).
Derechos reservados: Instituto Campos Israel ISBN963-03- 0316- 2 מסת"ב
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