Muchos amigos me preguntan escribiendo o en llamadas telefónicas sobre las posibilidades reales de un enfrentamiento Israel-EEUU con Irán, en ese orden, Israel primero. Escribo entonces estas líneas.
Netanyahu está convencido de que EE.UU no levantará un dedo para salvar a los judíos de Israel. Así que cree únicamente en la capacidad defensiva de Israel considerándola como infalible y la última defensa de la revolución sionista. La opción militar es por ahora parte del juego diplomático y tuvo éxito cercando política y económicamente a Irán.
Los tiempos de este juego se agotan y estamos muy cerca de un borde sumamente peligroso si de pronto la opción militar, se convierte en una opción real. En ese caso nuestra situación no es muy clara.
Supongamos que se pueda contar con la cantidad necesaria de aviones, supongamos que milagrosamente se pueda cruzar el espacio aéreo turco y por Gracia Divina se pueda proteger el frente interno con una suficiente cantidad de despliegue anti misiles por parte de Cúpula de Hierro, aún así la cantidad actual de misiles que nos apuntan, no desciende de 200 mil y la retaguardia sería entonces, nuestro verdadero frente.
Las propias cuatro bombas nucleares que hipotéticamente posee Israel y la gran cantidad de cabezas nucleares que también hipotéticamente están en su haber, no tienen tampoco otro fin que la disuasión, pues su utilización dañaría su propio territorio y población.
Los ayatolas no están en su mejor momento y es claro que se les puede obsequiar una legitimización valiosa y muy cara para nosotros que les alivie la agonía y hasta les permita recuperar su alicaída salud.
Hay una verdadera incapacidad para proteger el frente interno israelí, ya las carencias más importantes en la guerra del Líbano II se centraron en la falta de una defensa civil efectiva.
Geopolíticamente Israel tampoco puede forzar las alianzas estratégicas que le permiten la disuasión necesaria en la zona. Toda la postura disuasiva de Israel, que es lo que impide que esos 200 mil misiles apuntando que mencioné antes exploten aquí, se deriva de la alianza con Estados Unidos. Si Israel se ve en esta región no como parte del orden mundial estadounidense, cosa imposible hoy por hoy, sino como enfrentado a Estados Unidos, la disuasión se destruyó.
Ninguna guerra a partir de la de Yom Kipur fue inevitable y los resultados como las consecuencias posteriores, no fueron dignas de exhibirse como meritorios aportes para nuestra existencia y superación.
Hoy la ciudadanía está buscando mejorar la calidad de vida y la solvencia de una democracia alicaída al punto de lo peligroso. Yo diría que el gabinete, debe dejar de preguntarse por el sonido de las campanas, pues es hora de averiguar de dónde viene.
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Militante por la coexistencia judéo-árabe. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv).
Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).
*Solamente se puede reproducir en forma parcial o total citando autor y fuente.
Derechos reservados: Instituto Campos Israel ISBN963-03- 0316- 2 מסת"ב
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