jueves, 7 de abril de 2011

Goldstone: a los paranoicos también se les observa por Carlos Braverman

Es grave, Goldstone se equivocó e Israel también, ni el jurista debió expedir su informe ni el Estado de Israel sostener un comportamiento tan desprolijo, la UN trastabilló en el pasillo y sabía donde pisaba.
Los juegos del poder se abrazan con las mutuas deslegitimaciones. Ahora un informe de UN referente al caso en cuestión es poco creíble y menos la conducta de Israel en el tema, Golsdstone debe meditar mucho y pensar en su futuro bastante comprometido cargado de poca credibilidad.
Richard Goldstone estima que si hubiera conocido lo que sabe hoy en día, su informe sería diferente y que habría sido mejor si Israel hubiera cooperado con él.
Yo diría, el hecho de que uno sea paranoico no significa que no le esten observando. El canciller Avigdor Lieberman y el ministro de Defensa Ehud Barak dijeron que la decisión de no cooperar con Goldstone fue la correcta.
Aunque Israel tiene razones para creer que una investigación encargada por la Comisión de Derechos Humanos de la ONU sería hostil, en este caso era posible pensar de otra manera. Goldstone aceptó llevar adelante la investigación después de que se le dio autorización para examinar las acciones de Hamas también. Israel no tenía nada que perder por cooperar con Goldstone.
Sucedió en otras oportunidades como en 2004 con la Corte Penal Internacional en La Haya en relación a la valla de separación en Cisjordania. La CPI es una autoridad importante, legal e independiente. No había ninguna razón para sospechar que sería unilateral. Pero entonces, también, Israel se negó a reconocer su autoridad. No tomó parte en el debate ni tampoco sentó su posición, todo para que su posterior afirmación de que la sentencia dictada fuera de un solo lado y causó luego graves daños internacionales a Israel.
A menudo se dice que un hombre sabio aprende de los errores de otros, mientras que un tonto aprende de los propios. Aquellos que no aprenden de sus propios errores confirman que la locura es repetir el mismo acto cuando se espera un resultado diferente. En nuestro caso, esta locura, es la locura de la persecución.
Nuestra creencia de que "el mundo está contra nosotros" en los últimos años se convirtió en una verdadera obsesión, la sensación de que estamos constantemente bajo ataque y el temor de deslegitimación es una locura persecutoria. Ahora el primer ministro está exigiendo que el informe Goldstone sea anulado, mientras que el ministro de defensa ha pedido que Goldstone sea obligado a hablar ante la ONU. Si esta táctica no tiene éxito, servirá como una prueba más de que estamos siendo perseguidos.
Con el pasar de los años, Israel se ha hecho más fuerte militar, económica y demográficamente. Esto no ha impedido que nuestros líderes intensificaran sus advertencias acerca de la campaña para aniquilarnos. Ellos suelen quejarse de la parcialidad y el sesgo a favor de nuestros enemigos. Son rápidos para advertir contra los intentos de deslegitimar, incluso destruir a Israel.
Hay un gran paralelismo entre las declaraciones de nuestros dirigentes condenando la persecución al Estado de Israel y sus declaraciones denunciando las persecuciones dirigidas a ellos personalmente en lo interno por sus actos y acciones de gobierno por parte de la izquierda israelí e internacional. Esto es válido para Lieberman, Ehud Olmert y Benjamin Netanyahu. A medida que nuestros líderes se sienten cada vez más perseguidos de manera individual, ellos responden que todos nosotros somos las víctimas de la persecución.
El vendaval de leyes racistas aprobadas por el Knesset en los últimos meses también lo explican por el derecho de las pequeñas comunidades para preservar su propio carácter (Ley de Comités de Aceptación), el derecho del Estado para prevenir el uso hostil de los fondos que asigna a la educación y a la cultura (la Ley de la Nakba) y el derecho de negar la ciudadanía a las personas condenadas por espionaje o traición a la patria (la Ley de Ciudadanía).
Pero los antecedentes históricos de esta situación emergen en 1967. Es parte de un proceso que ha durado unos 44 años: lo que comenzó como gobernar a otro pueblo ha madurado poco a poco - en especial desde finales de la década de 1970 - en un colonialismo que es la promoción de un régimen de discriminación con respecto a la población árabe. Se está expoliando a esta población de sus tierras y de sus derechos civiles fundamentales y se está animando a un grupo minoritario (los colonos) para desarrollar una actitud violenta hacia los árabes en los territorios ocupados. Esta tesitura tiene un buen número de seguidores en la Knesset, aunque no admitirán el hecho que se trata de racismo en Israel, cuyo origen es el proyecto colonial en los territorios que hace tiempo se extendió en la sociedad israelí y ha sido legitimado en la serie de leyes recientemente aprobadas en la Knesset, la mayoría sólo en primera y/o segunda lectura, reconozcamos que falta coraje para la última y definitiva gracias a las recientes movilizaciones de la sociedad civil, lo que evita su vigencia. Sólo las personas que evitan mirar este contexto histórico, este proceso, todavía son capaces de creer que es posible detener la evolución de un panorama como el presente que compromete a la democracia sin librarse de la retención de los territorios.
La mayor aspiración del establishment es crear un acto reflejo de todos los israelíes a asumir el papel de las víctimas. Seamos sinceros, hay una explotación cínica aquí de la hostilidad real que existe contra Israel y no hay lugar para un análisis honesto de la situación, entonces la realidad se distorsiona.
Quejarse de la persecución no es una política, ni es una estrategia prolija. Más bien, es una táctica que sólo nos inflige más daño. Paranoicos o no, nos observan realmente y no creo que Goldstone salió bien posicionado e Israel menos, la Un no está mejor en ese sentido. Sigue ganando el pasado que no deja de sepultar al futuro con estas repetidas situaciones, que son situaciones patéticas, torpes y enfermizas.
Derechos reservados: Instituto Campos Israel ISBN963-03- 0316- 2 מסת"ב *Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judéo-árabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas)

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