domingo, 4 de septiembre de 2011

J14 Israel: algunas conclusiones e hipótesis por Carlos Braverman


Estimaciones que van desde 400.000 a 460.000 participantes indican algo inimaginable hasta hace unas semanas en Israel. Esto significa que entre cinco y seis por ciento de la población de Israel estaba en la calle. Diría que el movimiento de protesta puede dar a luz a un nuevo partido político con la gente joven que no olvida por qué tomaron las calles en los últimos dos meses. Muchos empresarios y activistas sociales ajenos hoy a la política activa pueden unirse a ellos. El discurso que se centró siempre en qué puedes servir tú al país, se reveló por fin como un falso patriotismo que en estas semanas parece que comenzó a ser sepultado en la conciencia de los ciudadanos para ser reemplazado por un patriotismo real. En su lugar, un nuevo discurso ha surgido donde somos seres humanos y por lo tanto tenemos el derecho a vivir como seres humanos. Estamos ya en un país donde es posible hacer un llamamiento a judíos y árabes para que caminen juntos para demostrar al mismo tiempo lo que les preocupa cómo ciudadanos de una misma sociedad. El patriotismo puede definirse ahora en los términos que el ciudadano tenga trabajo y capacidad para acceder a él, sustentar a sus familias y recuperar los mejores lugares para Israel en un mundo donde él mismo contribuye todos los días a que se le dé aún más la espalda.
La manifestación de ayer representó la esperanza de la transformación de la acción ciudadana, el comienzo de una nueva etapa con las protestas de los consumidores, las demandas políticas específicas y el pensamiento crítico que va mucho más allá de una tienda de protesta.
Es posible que el diálogo entre interlocutores religiosos y laicos, árabes y judíos, entre políticos y ciudadanos continúe con seriedad y la gente realmente aprenda a escucharse.
Itzik Shmuli, jefe de la Unión de Estudiantes que utilizó el término "nuevos israelíes" por lo menos media docena de veces en su discurso, entiendo que por el momento es quien con más seguridad se embarca en la política con un probable nuevo partido o se suma a una oferta electoral dentro de algunas de las ya existentes. Yo no descartaría que lo haga con un laborismo conducido por Shely Iejimovich después de sus primarias o invitado por ella a sumarse en su cruzada por el timón del partido. En realidad el movimiento J14 desde el principio se configuró con diversos círculos sociales y diferentes enfoques para el cambio. Creo que potencialmente de él pueden nacer tres nuevos partidos para las próximas elecciones, cosa que sería una desgracia después de siete semanas de convergencias y acciones transversales. Pero estoy seguro, que si no apuramos el paso los políticos “tradicionales honestos” con una mejor opción que la fragmentación de nuevas ofertas electorales, este es el panorama posible. O sea poco efectivo para un cambio en las posibilidades de expresión y capacidades de poder renovadas y para peor todavía más funcionales al actual sistema, al status quo, con una perspectiva gatopardista maravillosa para magnates, corruptos y grupos de poder inamovibles. Los manifestantes tenían ayer un sentido más elocuente de lo que necesitaban, entre otras cosas se puede decir que el pedido se resume en un gran movimiento político-social, para sustituir a los partidos clásicos que hoy son la derecha representada por el Likud y los partidos religiosos en el gobierno, sin contarnos a la izquierda que dimos muestra de no poder articular las acciones y demandas que se expresaron en este proceso de protestas. Es que el público dijo no a ésta grosería populista y redencionista- mesiánica que gobierna coalicionariamente, empobrece y aísla al país del resto del mundo, perdón, salvo a las 18 familias que hoy son propietarias del país. También nos dijo no a la izquierda que no supimos como digerir la cuestión social y transmitirla en un programa y estructura acorde a los tiempos actuales, es decir una izquierda que sea opción de poder, o al menos una seria oposición de la cual el país hoy carece.
No está del todo claro que el J14 quiere un cambio de régimen y del orden de las cosas al menos por ahora.
Yo soy partidario de trabajar por un solo partido transversal progresista y claramente modernizador que exprese a ese Otro Israel que estuvo en las calles, capaz de romper el status quo vigente. Me refiero al Israel de los que menos ganan, el de las poblaciones más débiles y carenciadas, al de las minorías étnicas, al de aquellos que trabajando todos los miembros de la familia en capacidad de hacerlo son pobres, al de aquellos que ya están debajo de la línea de pobreza y engrosan sin cesar el sector de los más desdichaos y con un futuro muy oscuro. Sé que en ese Otro Israel están numerosos empresarios que padecen el oligopolio de las 18 familias que controlan el 77% de nuestra economía y son capaces de apostar a nuestro desarrollo y dinamizar esta economía concentrada. Si el resultado de todo este movimiento son varias nuevas opciones electorales para el 2013 o para un eventual adelanto de elecciones en el 2012 por alguna crisis coalicionaria, que es posible que ocurra por los hechos de setiembre, cansamos al pueblo y salvamos al modelo actual otorgando el maquillaje que necesitaba. En ese caso entraremos de nuevo en la era de los rostros grotescos a los que invitan ciertas caracterizaciones del carnaval, siempre eufórico en los comienzos y de una letanía melancólica y abrumadora en su resaca.
Tel Aviv Israel
4 de setiembre de 2011
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judeo-árabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).Derechos reservados Instituto Campos Abiertos Israel ISBN 965 387 008 9 זכויות יוצרים.

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