lunes, 7 de febrero de 2011

En lo pasado está la historia del futuro, sobre nuestro índice de democracia por Carlos Braverman


Una encuesta llevada a cabo recientemente muestra que el 64 por ciento de los encuestados están dispuestos a que el estado limite la libertad de expresión en condiciones de una amenaza a la seguridad.
El Índice de Democracia de Israel para el año 2010, publicado recientemente por el Instituto de la Democracia Israelí, muestra que casi el 40 por ciento de los israelíes creen que hay demasiada libertad de expresión en Israel. El 59 por ciento de los judíos que se identifican con la derecha, el 49 por ciento de los que dicen que son del centro y el 39 por ciento de los que creen que están a la izquierda, sostienen que los grupos de derechos humanos y civiles como la Asociación por los Derechos Civiles en Israel y en B ' Tselem causan daños al país
El Índice de Democracia ha mostrado que desde hace algunos años el 80 por ciento de los israelíes no creen que sea posible influir en la política del gobierno. A los ojos de una gran parte de los ciudadanos, el orden civil precede al derecho a la protesta y a demostrar contra él, por otra parte, seis de cada 10 encuestados creen que la policía debe dispersar manifestaciones, aun cuando no pongan en peligro vidas humanas.
El público israelí cree en las autoridades y adora la seguridad. Cierra sus oídos a las voces diferentes y prefiere no escuchar a los pocos que advierten sobre el aislamiento del país.
De acuerdo con el Índice de Democracia, el 60 por ciento de los israelíes (judíos y árabes) apoyan la idea de que líderes poderosos son más útiles para el país que los debates y los leyes.
Para llegar a este estado de cosas fue necesario que un discurso no democrático se haya instalado en nuestra sociedad paralelo a nuestras instituciones democráticas, pero contrario a las propuestas del derecho liberal en que se basa su oferta societaria. Hay que explicar la internalización de este discurso para comprender tal deterioro.
Según Laclau se trata de relaciones de subordinación ya existentes que gracias a un desplazamiento del imaginario democrático, son rearticuladas como relaciones de subordinación desmedidas, es decir que en ciertas circunstancias derechos adquiridos son puestos en cuestión y relaciones sociales que no habían sido construidas bajo la forma de subordinación comienzan a serlo bajo el efecto de ciertas transformaciones políticas-sociales. Es así porque son negadas por prácticas y discursos portadores de nuevas formas de desigualdad y subsumisión no acordes con el sistema democrático en funciones, más allá de su vigencia formal.
Laclau habla de la radicalización de la democracia como salida a esta crisis; esto es la articulación de las luchas contra diferentes formas de subordinación -clase, género, etnia- como también otros agentes opositores al orden como los movimientos ecologistas, de género y movimientos sociales alternativos y de control y gestión. Esta es la propuesta de una democracia radicalizada y plural, de la ampliación y multiplicación de los espacios para dirimir tensiones y conflictos, como de la incorporación de nuevas identidades a la lucha por una sociedad mejor, de una democracia más inclusiva y reactiva contra la exclusión de los sujetos sociales y su subordinación como dominados.
Un estado y hegemonía social que invade el ámbito sagrado de la conciencia de cada ciudadano y que impone criterios punitivos a opiniones y creencias que no se ajustan a las de las autoridades y las prescritas según el carácter del estado, deja de ser una democracia.
Como siempre reitero, creamos una sociedad con los valores universales de la democracia y la justicia social en condiciones adversas y el problema de Israel hoy está en la desintegración de estos valores, debido principalmente a la intoxicación con el éxito militar y la creencia de que la superioridad militar es un sustituto. A menos que los valores liberales y progresistas se restauren no retomaremos el camino, no nos adecuaremos a los nuevos contextos regionales y perderemos el ritmo de la historia y llegaremos a un deterioro sin par de nuestra vida y calidad democrática.
En lo pasado está la historia del futuro dijo José Donoso Cortés, parece que perdimos la capacidad de conjugar los tiempos.
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judéo-árabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv).
Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).

1 comentario:

  1. DAVID DIAMOND EN CHILE
    MENSAJE PARA LOS APOSTATAS Y LOBOS RAPACES DE LA IGLESIA.
    ULTIMO LLAMADO A ARRPENTIMIENTO ANTES DEL JUICIO DE DIOS.
    http://www.youtube.com/watch?v=v3lLl5Oa__Y&feature=share

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