viernes, 19 de noviembre de 2010

GOBIERNOS SE REÚNEN PARA AFIRMAR NECESIDAD DE PROHIBICIÓN DE BOMBAS DE RACIMO


Natasha Pitts
Desde el martes representantes de más de 110 gobiernos están reunidos en Vientián, República Democrática Popular de Laos, para elaborar un plan de acción que tiene el propósito de prohibir la utilización, producción y almacenamiento de bombas de racimo. La reunión, que se extiende hasta mañana (12), tendrá como desdoblamientos la adopción de la ‘Declaración de Vientián’ y del ‘Plan de Acción de Vientián’.


Esta reunión es la primera de los Estados Parte de la Convención Sobre Municiones de Racimo de 2008, considerada el tratado de desarme más significativo de la última década. El mecanismo, que entró en vigencia como ley internacional vinculante el 1º de agosto de este año, "prohíbe el empleo, producción, almacenamiento y transferencia de municiones de racimo y obliga a destruir reservas, limpiar la tierra contaminada por restos de estas municiones y proporcionar asistencia a las víctimas y a las comunidades afectadas".


Hasta el momento, 108 países firmaron el tratado y 46 lo ratificaron. Entre ellos se encuentran Guatemala, San Vicente y Granadinas y el Líbano, uno de los países más afectados a nivel mundial. A pesar de que las organizaciones y gobiernos que luchan contra la utilización de las municiones de racimo juzgan que todavía hay mucho trabajo por hacer, ya se celebra el comienzo de la implementación de las obligaciones estipuladas en el tratado.


Países como Bélgica, Colombia, España, Moldavia, Montenegro, Portugal y Noruega promovieron la destrucción de miles de municiones de racimo. Albania y Zambia también aseguraron que sus territorios están libres de ese tipo de munición. Es de esperar que, al igual que éstos, otros países puedan prohibir las municiones de racimo en sus territorios y así conseguir salvar vidas.


"Nos alienta el hecho de que por lo menos siete países ya destruyeron sus reservas de conformidad con el tratado. Los Estados deben mantener el impulso y cumplir todas las obligaciones estipuladas en el tratado", afirmó Thomas Nash, coordinador de la Coalición contra las Municiones de Racimo (CMC). Nash agregó que el hecho de que hay naciones que estén adhiriendo tan rápidamente al tratado es una prueba de que "las municiones de racimo no tienen lugar en el mundo de hoy".


Los números de este primer encuentro fueron considerados positivos. De los cerca de 110 países participantes, más de 20 no son parte del tratado. También están presentes agencias de las Naciones Unidas, organizaciones internacionales y cerca de 400 representantes de la sociedad civil, incluyendo sobrevivientes de las bombas.


Adital - Con informaciones de Amnistía Internacional Chile

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