domingo, 7 de noviembre de 2010

Crónica de un observador de los derechos civiles en Israel II por Carlos Braverman


El 5 de noviembre en el pueblo de Bil'in se unieron como de costumbre cooperantes internacionales e israelíes para protestar junto a la población palestina contra el Muro que pasa a través de campos agrícolas de la aldea. Viajé como de costumbre unos días antes para inspeccionar la zona y conversar con diferentes actores políticos del evento, esta marcha coincidía con el aniversario de la Declaración Balfour.
Cerca de 100 manifestantes se dirigieron ese día hacia la valla que divide la tierra de Bil'in en dos, donde el ejército israelí esperó al otro lado de ella. La gente estaba gritando consignas en árabe y en inglés exigiendo la eliminación del Muro y pidiendo a Israel que ponga fin a la ocupación. Los soldados dispararon gas lacrimógeno. Los gases lacrimógenos prendieron fuego a los campos de olivos en varios puntos y después de un tiempo los bomberos tuvieron que contralarlo.
La semana pasada África Israel, la empresa insignia del multimillonario israelí Lev Leviev, anunció que ya no participa en proyectos de asentamientos israelíes y que no tiene planes para estas actividades en el futuro.
Nuestra Declaración de la Independencia dice: "El Estado de Israel se basará en la Libertad, Justicia y Paz, según lo previsto por los profetas de Israel, asegurará la completa igualdad de derechos sociales y políticos a todos sus habitantes, independientemente de su religión, raza o género, garantizará la libertad de religión, conciencia, idioma, educación y cultura, salvaguardará los Lugares Santos de todas las religiones y será fiel a los principios de la Carta de las Naciones Unidas".
Entiendo que el problema está en el olvido de estos valores, en prestigiar la superioridad militar frente a las posibilidades de paz. Frente a los últimos “juegos de la mutua culpa” y las leyes francamente racistas en lo interno, junto a la precondición absurda de un reconocimiento de Israel como Estado Judío para pedir lo que se sabe no llegará, sólo volver a nuestros valores liberales y progresistas pueden reencauzar el camino. Sin que se reconozcan los derechos palestinos a la libre determinación dentro de un marco de convivencia pacífica, la búsqueda de paz de Israel está condenada al fracaso.
Estas son enfermedades de la sociedad israelí y de algunos sectores del pueblo palestino que exigen desafíos de superación, en principio los odios mutuos, si lo logramos podemos poner freno en conjunto a la reproducción del capital oculto tras una empresa redencionista. Buscamos un Israel para todos los israelíes, estamos para recuperar la capacidad del ciudadano como tal, la restitución de los valores de igualdad, equidad y racionabilidad. Mi razonamiento y observación culmina con el pedido a los demócratas del mundo que dejen de vilipendiarnos y aislarnos. Somos auténticos patriotas y luchadores por un mundo más justo, buscando la justicia en nuestra zona, les pido que levanten una bandera justa sin influencia del fundamentalismo regresivo de Hamas, acá estamos los israelíes y palestinos que luchamos codo a codo. Por favor recapaciten y abandonen si es posible la necedad.
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judeo-árabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas. Derechos reservados Instituto Campos Abiertos Israel ISBN 965 387 008 9 זכויות יוצרים

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