lunes, 6 de septiembre de 2010

¡¡Shana Tova!! Israel entre la ruta del iceberg y un camino distinto por Carlos Braverman


Se acercan las Altas Fiestas y es oportuna una reflexión sobre lo acontecido en un año muy tenso, en realidad sería bueno reflexionar todos los días, pero en estas fechas es por lo menos una Mitzvá o sea un Precepto. Esto incluye un análisis de conciencia personal en un contexto colectivo, basado en las premisas básicas del judaísmo: amarás a tu prójimo como a ti mismo y no harás a él lo que no quieres que te hagan a ti. Hay que recordar la observación de los sabios “que el amor verdadero requiere contar verdades a veces dolorosas”. Ninguna persona y ninguna sociedad son perfectas, como todo el mundo Israel necesita ayuda para crecer y afrontar sus desafíos. Puede ser tentador declamar acerca de los fracasos de Israel, o por igual acudir a su defensa incondicional con todas las deficiencias que posee. Yo reflexionaría sobre:

* El exilio y el regreso al hogar, la destrucción y la reconstrucción;
* Los preceptos que apuntan a mejorar el aspecto económico de la sociedad: como frenar la explotación de los vulnerables y la demanda de compartir recursos con los que sufren, incluidos los trabajadores extranjeros, los inmigrantes y todos los colectivos de nuestra sociedad;
* Los deberes éticos, como la equidad y la igualdad ante la ley, incluyendo a las minorías étnicas;
* Los valores intelectuales, afirmando que todos los seres humanos deben tener acceso a los valores espirituales y se les alentará hacia el desarrollo espiritual y el hecho que todas las personas deben tener oportunidades iguales de participación en la sabiduría humana productiva;
* El valor ético fundamental: que todo ser humano es creado a imagen de Dios.
Como los sabios dicen: el punto no es la exposición sino más bien el hecho.
Por ello es importante reconocer a aquellos israelíes que trabajan para perfeccionar esta sociedad, con los que debemos compartir un alto grado de responsabilidad y apoyar sus esfuerzos material y espiritualmente. Hoy en día esto significa el apoyo a los activistas sociales que están dando forma a una sociedad más justa, más amante de la paz, los activistas israelíes que buscan un trato más justo económico y jurídico para las minorías étnicas como es el caso de los ciudadanos árabes. Estos activistas están trabajando para extender el pluralismo religioso y cultural en toda la sociedad, tanto como el respeto mutuo y la coexistencia.
Pero a mí me preocupa en este sentido nuestra democracia, pocas personas realmente utilizan los derechos y potencialidades que todavía ofrece. Muchos se conforman con votar en las elecciones a la Knéset, e incluso este número se está reduciendo.
¿Por qué la pasividad cívica en Israel: pereza, apatía o desesperación? Estamos de esta manera ante una democracia que se atrofia, porque no se utiliza como es debido y se convierte entonces en una herramienta de dudosa efectividad.
Parece como si el fascismo ya ha llegado aquí y está instalado. Los enemigos internos de nuestra democracia la utilizan con el fin de destruirla, ellos sí conocen sobre ella, como instrumentarla y son muy participativos y activos.
Yo creo que la pasividad se debe al desencanto y ese desencanto es producto de perder la esperanza, atrapada entre los que matan y quienes mueren en causas fanatizadas, ahogando la voz de los patriotas verdaderos y luchadores honestos por una sociedad mejor para el país. No dudo que estos fanáticos son propios y ajenos, que se encargan de ocluir cualquier camino digno a un futuro más loable para nuestros pueblos: el israelí y el árabe palestino.
Uno se siente como un oficial en el puente del Titanic, viendo al iceberg terrible asomando y nada poder hacer al respecto, sin embargo espero equivocarme con la metáfora, quiero creer y creo que hay mucho por hacer y muchos dispuestos a trabajar y a sumarse a las tareas que ello requiere.
Participar en la lucha popular contra el muro de separación, demostrar en Sheikh Jarrah, ser profesor universitario y no narrar historias oficiales, pertenecer a una compañía teatral y no querer cruzar la Línea Verde, ser un juez que se atreva a negar que la seguridad es de suma importancia en determinadas circunstancias; ser un periodista que se niega a unirse al discurso oficial, ser un ciudadano que desea proteger a un niño bajo la amenaza de expulsión del país, todo puede ser motivo de integrar una lista negra en calidad de enemigo del pueblo.
Puede esto suceder así porque la derecha fascista se instaló y degrada nuestra democracia, también secuestró al sionismo y lo convirtió en su herramienta predilecta.
La defenestración de nuestra democracia, puede así ser producto también del "sionismo" de los nuevos patriotas, que consiste en nada, sólo en la división entre "post-sionistas" (es decir: desertores, desleales, amantes de los árabes e izquierdistas que están en contra de la ocupación), y "sionistas" (es decir, leales, patriotas, de preferencia colonos y que están indignados por el menor atisbo de crítica al estado y al ejército en particular, y a los judíos en general).
El propósito de los movimientos nacionalistas es liberar a los pueblos de la subyugación y que les den la independencia y una identidad nacional. Cuando esta misión se completa, los movimientos se supone que desaparecen en silencio en las páginas de la historia y aparece el escenario para la fase vital de la creación de una sociedad normal, para lo cual el estado es simplemente una herramienta. Pero Israel, que durante 62 años ha sido atrapada en una lucha por la autodefinición de Estado Judío y Democrático, se debe interrogar ¿dónde está la democracia y dónde está el judaísmo? No pueden estar sumidas en este neo-sionismo.
Si hay algo que es contrario al espíritu del sionismo, son los asentamientos como reencarnación religiosa y mesiánica, el sionismo fue un movimiento secular nacional que trató de separar al pueblo judío de aquello a-histórico que representan los elementos redencionistas mesiánicos, para crear un hogar nacional normal que se uniría a la familia de las naciones como un miembro más.
Es el momento de recuperar nuestra sociedad y sus valores, de poner un alto a la derecha fanática y fascista, de fortalecer nuestra democracia para ser aquella sociedad normal en el seno de las naciones, de entrar en la etapa post-sionista con ese escenario de normalidad secular e inclusiva necesaria, en una sociedad de todos con equidad, igualdad y pluralismo con auténtico respeto.
Kissinger dijo que Israel no tiene política exterior, sólo la política nacional, no se equivocó y debemos replantearnos muy seriamente el tema, pues tenemos que corregir también esta política nacional para encontrar un buen lugar entre las naciones, con proyección geoestratégica de futuro incluidos en la zona, con un rol internacional distinto. Los doctores de la intolerancia hacia toda la ciudadanía que no comparten sus valores, son los mismos académicos en cuya cátedra se genera nuestro aislamiento internacional, sustentado en el mesiánico destino del Gran Israel, es decir la ocupación.
Volviendo al comienzo, en estas Altas Fiestas, creo que la mejor reflexión es prometernos reflexionar todos los días del año para que los principios básicos de nuestro judaísmo sigan vigentes en cada instante del devenir histórico: amarás a tu prójimo como a ti mismo y no harás a él lo que no quieres que te hagan a ti. Entonces no me sentiré el oficial del Titanic que ve avanzar el terrible iceberg en el sentido fatal, puede que sienta que estoy entre los visionarios que tenemos la osadía tan racional como intuitiva de recomendar otra ruta distinta que evite la gran tragedia…aunque los iluminados nos llamen desleales y traidores.
¡¡Shana Tova!!
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judeo-árabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv). Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).Derechos reservados Instituto Campos Abiertos Israel ISBN 965 387 008 9 זכויות יוצרים

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