martes, 27 de julio de 2010

Gracias a los críticos. Ed. Haaretz- Trad. Carlos Braverman


Original: http://www.haaretz.co.il/hasite/spages/1181669.html
Haaretz Editorial del 27 de julio 2010
El tercer informe de Israel en respuesta al de Goldstone, que fue presentado ante las Naciones Unidas la semana pasada, consiste en cambios y actualizaciones en las órdenes permanentes de la Fuerzas de Defensa israelíes tras la Operación Plomo Fundido.
El ejército restringe el uso de bombas de fósforo blanco en el futuro, crea criterios de razones humanitarias que guíen a cada batallón y actualiza sus directrices sobre la protección de los civiles y sus propiedades durante la guerra.
Tras interrogar a 500 oficiales, examinar más de 150 denuncias, 47 de la Policía Militar, las investigaciones que han generado una serie de acusaciones - entre ellos uno por homicidio y uno por usar a un niño como escudo humano - la propia pericia de la IDF ha terminado.
Al principio, el ejército israelí insistió que todo en la operación había sido válido, que el fósforo blanco o escudos humanos no habían sido utilizadas de manera ilegal, que los civiles no fueron asesinados sin razón alguna y no hubo destrucciones innecesarias. Ahora el ejército se ve obligado a desmentirse, las investigaciones no se habrían llevado a cabo si no hubiera sido por el informe Goldstone, los aportes de los grupos de derechos humanos y la cobertura en los medios de comunicación israelíes e internacionales.
Ahora, cuando resulta que la crítica tenía mucho de cierto, es hora de dar las gracias a los censores locales e internacionales por obligar a las FDI a examinar los hechos por sí misma y modificar sus procedimientos. Aunque no todos los cargos de Richard Goldstone eran sólidos y válidos, algunos de ellos sin duda parece que sí lo son.
Es lamentable que tanto tiempo fuera desperdiciado en negaciones falsas. También es dudoso el hecho que las FDI se investiguen por sí misma.
Por lo tanto, después de la campaña de incitación pública (algunos de ellos a cargo de la portavoz de las FDI) en contra de los críticos, el ejército israelí haría bien en retractarse y admitir que la desaprobación cívica le ayudó a redactar de nuevo el código de ética con el que actuará de ahora en adelante. Más vale tarde (y poco) que nunca. El alto mando también tiene que salir ahora en contra de las denuncias formuladas recientemente por funcionarios para ser investigados. Estas investigaciones también forman parte de una posible conducta de las FDI en el futuro. Las investigaciones tardías de las FDI y la voluntad de cambiar sus directrices es una lección importante para el liderazgo político. Es mejor mostrar apertura y cooperación con los comités internacionales, que luego aceptar por lo menos algunas de sus demandas bajo presión.
El Primer Ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa, Ehud Barak deben considerar esta lección en su respuesta a las investigaciones internacionales sobre el asunto de la flotilla turca.

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